5. Jenna
El aire del refrigerador de lácteos me toma por sorpresa cuando voy empujando el carrito de compras mientras camino a una distancia considerada detrás de mi madre.
Ella quiere preparar ponche de frutas ésta noche, asi que está complemente sumergida en su pequeña lista que hizo en una nota adhesiva color amarillo antes de salir de casa.
Nuestras compras en Walmart con mi madre siempre me provocan una sensación cálida. Saber que pasaremos un tiempo juntos en la cocina me hace sentir realmente feliz. Sobre todo cuando han pasado seis meses desde la última vez que nos vimos.
Cuando entramos en un pasillo buscando nueces para el ponche, no puedo evitar notar las latas de duraznos en almíbar sobre el anaquel.
Rápidamente Ezra pasa por mi cabeza. Si hay algo en ésta vida que él ama comer, son los duraznos en almíbar.
Me pregunto si en California se prepara por si solo el postre que solía hacer su madre con ellos. Era un coctel bastante delicioso.
De hecho, pensar en Ezra hace que mi estómago de un vuelco. Hace dos días nos encontramos, y aunque literalmente somos vecinos, no he visto su Audi color uva estacionado afuera de su casa. Ni siquiera me he acercado a su casa, sobre todo cuando sé que nuestras madres ya no son tan amigas como antes, lo que me resulta bastante extraño, ya que no le encuentro explicación alguna. Nunca pensé que podrían cortar su comunicación, pero supongo que a veces, las personas se distancian un poco, incluso si viven cerca.
No sé si debo acercarme a Ezra. La última vez dejó bastante claro que mi existencia le daba igual, pero sé que en el fondo sigue siendo el mismo que solía ser hace un año, pero aparentemente cambió demasiado. Pudo ser Nolan. Pudo ser que dejé de hablar con él —aunque mis razones tuve— o pudo ser el cambio en California.
—Las encontré. —Dice mi madre con voz alegre y una sonrisa de victoria mientras alza ambas cejas rápidamente. Me hace sobre saltar un poco, pues de un momento a otro la veo parada junto al carrito de compras, haciéndome salir de mis pensamientos— ¿Pasa algo?
—No. —Respondo disimulando con una sonrisa mientras aparto la mirada de las latas.
—Vamos, quiero ir por las fresas directamente a la bodega. —Ordena ladeando la cabeza mientras sonríe y yo asiento para seguirla tan pronto como comienza a caminar, hasta que una chica bastante distraída choca su carrito contra el mío.
—Perdona, ¿estás bien? — Dice la chica de cabello castaño rizado, cuyos anteojos lleva un poco caídos por el puente de la nariz. Sus peculiares pecas me resultan familiares y es ahí cuando reconozco de quién se trata—. Lo siento mucho las rueditas de mi carrito se atoran un poco.
—¿Beth? —Pregunto confundida— ¿Beth Collins?
Ella parpadea varias veces como si tratara de ajustar su vista para escanear mi rostro y reconocerme. Con el dedo índice se coloca los anteojos hasta arriba y sonríe cuando finalmente me conoce.
—¡Claro! Jenna, ¿cómo estás? —Se aparta de su carrito y me encuentra en un cálido abrazo. Es una chica delgada de un metro setenta, asi que abrazarla me hace sentir pequeña, además, noto un delicioso aroma a frutas en su cabello rizado que no puedo evitar oler profundamente.
—Muy bien, ¿qué hay sobre ti? —Le pregunto con una leve sonrisa. No puedo evitar notar que desde la graduación se ha cuidado bastante bien, se ve espectácular.
—Asombroso —Responde tan entusiasmada como siempre. La verdad es que es una chica bastante carismática y alegre. Solía competir contra el cerebrito de Ezra. Aunque en algún momento en séptimo grado, ella estuvo enamorada de él— Debo decir que mudarme a Chicago fue la mejor elección que tuve. Ser diseñadora definitivamente es lo mío. Amo la moda Europea, he estado trabajando mucho en eso. Este verano lo quiero dedicar a bosquejos influenciados en Francesas de los 90s. ¿Qué hay sobre ti?
—Ser abogada es un reto difícil. —Admito achicando los ojos un poco para luego soltar una risita cómplice—Aunque Nueva York es una ciudad que puede comerte vivo, he sido bastante fuerte.
«Je ments » creo que se dice en Francés.
—Seguramente debes estar muy contenta. —Asume mientras toma su carrito y le da la vuelta para caminar en la dirección en la que voy— ¿Y dime, tienes planes para el verano? ¿Cuando regresas a Nueva York?
—Planeo quedarme hasta que termine el verano—Asiento con la cabeza para después apretar los labios en una fina línea.
—Ah, como la última vez —Reafirma. Pero al instante su expresión se pone seria y abre mucho los ojos cuando nota la gravedad de lo que acaba de decir. "Planear" no significa que lo vayas a hacer. Eso tiene mucho que ver con la última vez que nos vimos, precisamente en el funeral de Nolan.
—Como la última vez —Repito y asiento en voz baja para clavar la mirada en el suelo mientras empujo el carrito.
—Y, ah —Se aclara la garganta antes de continuar— ¿Planes con Ezra? Siguen siendo amigos, ¿no?
Realmente no sé qué responder a eso.
«¿Lo somos? »
—No he tenido tiempo de conversar con él tanto como quisiera —Me limito a responder cuando le dirijo una pequeña sonrisa.
—Bueno, es entendible. —Asiente encogiéndose de hombros ligeramente, pero lo que dice a continuación, me toma por sorpresa— El ritmo entre vivir en Indiana y Nueva York debe ser totalmente diferente, ¿no?
Trato de hacer eco sus palabras en mi cabeza para entender lo que quiso decir con ello.
«Vivir. En. Indiana. Y. Nueva York. No es lo mismo. »
—Creo que quisiste decir California. —Trato de corregirle con una inocente risa burlona.
Y ahí es cuando noto que ella me mira confundida y niega con la cabeza, hasta que dice: —No sé de qué hablas, Ezra ha vivido en Indiana todo este tiempo.
Detengo el carrito en seco y la observo con los ojos bien abiertos bastante confundida.
—Cómo, no entiendo.
Ella se detiene y me observa aún más confundida.
—Ezra nunca fue a Berkeley —Admite finalmente—. No tienes ningún tipo de contacto con él, ¿cierto?
Hago todo lo posible por no quedarme boquiabierta.
«Ezra nunca estuvo en California, pero...¡por qué!»
—Entonces no conoces la reputación que ahora tiene—Infiere mientras entrelaza nuestros codos y me obliga a empujar mi carrito junto con el de ella— Yo te pondré al día. —Toma una bocanada de aire y comienza a desglosar la historia que no conozco sobre Ezra— Nunca fui amiga de Ezra realmente, pero algunos de nuestros ex compañeros de clase que todavía tienen contacto conmigo y que al igual que Ezra nunca se fueron de Indiana, aunque por razones diferentes, me dijeron que...
—¿Qué razones? —La interrumpo inmediatamente mientras arqueo una ceja confundida.
—Algunos de ellos no entraron a la Universidad —Obvía con cierto tono sútil— Ezra abandonó la escuela.
«¿Abandonó la escuela? ¿Pero por qué lo hizo? Era su sueño estudiar en Berkeley y tomar el sol en la playa de Santa Mónica »
—Continúa. —Le pido.
—Sé que Ezra abandonó la escuela y volvió a Indiana. Aunque sus padres y su hermano Mike trataron de persuadirlo para que no lo hiciera, él tomó esa decisión. Ahora trabaja en un café cerca del centro llamado GoodVibes. Sólo medio tiempo, la otra mitad él...
—Él qué. —La insito a terminar cuando hace una pausa después de alargar la última palabra.
—Sale con personas peligrosas. —Admite antes de morder con nerviosismo su labio inferior.
—Qué tipo de personas. —Le pregunto confundida cuando me vuelvo a detener en seco, soltándome de su brazo.
—Deberías buscarlo y hablar con él Jenna. —Me aconseja con una voz que parece suplicante— Ezra te necesita. Eras su mejor amiga.
—Pero yo no... —Trato de decir algo, cuando su celular suena y atiende rápidamente con breves afirmaciones que no me dejan enterarme de nada antes de que cuelgue.
—Me dió mucho gusto verte Jenna, pero me tengo que ir —Dice rápidamente antes de darme un corto abrazo y empujar su carrito hacía el pasillo izquierdo a toda velocidad no sin antes gritar:— ¡Ojalá podamos vernos este verano!
Me despido agitando la mano en el aire mientras la veo partir a toda velocidad con su largo cabello rizado llendo de un lado a otro.
«¿Personas peligrosas? » recuerdo sus palabras.
Tal vez no tenga derecho a indagar después de que no me he interesado en su vida los últimos meses, o más bien, el último año. Aunque sí pensaba en Ezra realmente no sabía lo que necesitaba o lo que sentía. Ahora me queda claro, que Ezra, no es la persona que solía conocer, y necesito saber por qué.
—Desapareciste. —Dice mi madre arqueando una ceja cuando la tengo de pie frente a mí otra vez— Te estuve buscando, y mira —Dice alzando una caja de fresas rojas y enormes en el aire— las encontré.
—Qué bien. —Digo fingiendo alegría cuando claramente, sólo tengo un choque de emociones internas.
—¿Todo bien? —Me pregunta mientras coloca un mechón de mi cabello trás la oreja.
—Mamá. —Abro la boca para preguntar algo que sé, que debo tomar con seriedad y compromiso apartir de ahora— ¿conoces una cafetería llamada GoodVibes?
◇◇◇
Mi madre se estaciona una calle antes de llegar debido al tránsito, asi que me obligo a bajar y caminar hasta la cafetería, lo cual me sienta bastante bien ya que ella debe quedarse en el auto por si necesita moverse de lugar.
El letrero de la cafetería tiene un toque hippie, algo que quizá Nolan amaría. No se ve demasiado a través del ventanal, asi que decido abrir la puerta la cual, tiene una curiosa campana que suena cuando se abre.
Noto que el lugar está en calma. En realidad, está solo. Tiene una decoración sencilla, bastante hípster, pero agradable. El aire acondicionado está a buena temperatura y el aroma a café es tan sútil que se siente parte del ambiente.
No se ve absolutamente nadie, por lo que me abro paso entre las pocas mesas del lugar hasta llegar al mostrador, cuando de repente una mujer sale de detrás de una puerta al fondo.
—Lo siento señorita, estamos por cerrar, solo puedo venderle una tartaleta de limón, que es lo que nos queda. —Veo que lucha con el nudo de su mandil para quitárselo, su piel es un poco pálida, es una mujer delgada, un poco alta con el cabello rojo cobrizo, y su tono de voz es tan familiar que no necesito esperar a que llegue al mostrador para saber quién es.
—¿Señora Stotch? —Pregunto tratando de verificar que en efecto es ella. Me observa sorprendida, pero creo que yo lo estoy aún más. Luce incluso más joven que la última vez que la vi, y su rostro parece mucho más brillante y alegre. ¿Realmente es ella?
—Hermosa Jenna —Sonríe cuando me reconoce. Abre una puertita del mostrador para salir y darme un fuerte y cálido abrazo. Se siente como si fuera una tía a la que tenía demasiado tiempo sin ver. De esas que te llenan el alma pero solo ves una vez al año— ¿Cómo has estado? Mírate, estás encantadora. Qué te sirvo querida, puedo encender la máquina de nuevo.
—No, no, no —Digo rápidamente mientras sonrío nerviosa. La última vez que la vi, su cabello era muy rubio, incluso más que el de Nolan. Algo en ella se ve diferente. Yo esperaría que, al verla nuevamente, estuviera un poco mal por perder a su único hijo —cómo la última vez—, pero parece que lo ha superado bastante bien.
—¿Recién vuelves de Boston? —Pregunta con una sonrisa mientras vuelve a detrás del mostrador— Perdona, era Nueva York, ¿no es así? —Se corrige rápidamente sonriendo. El ambiente es inesperado, pero es cálido, sin incomodidades, ni preguntas extrañas. Es como una mujer nueva.
—Sí, sí —Asiento felizmente. Su aura es contagiosa— Menos de una semana. ¿Cómo ha estado?
Aprieto los labios en una fina línea al apoyar los brazos en el mostrador mientras me pregunto si fue correcto preguntar eso.
—Bastante ocupado, pero me siento de maravilla —Responde mientras recoge unos papeles junto a la caja registradora. Mi pregunta no le molestó, ni siquiera la hizo titubear.
—Me alegro por usted.
—Y dime linda, ¿qué te trae a mi café?
—Bueno yo venía... —A penas abro la boca para contarle que busco a Ezra, cuando este mismo hace acto de presencia entrando por la misma puerta cuya campana le avisó a la Sra. Stotch que había entrado alguien.
—Terminé de sacar la basura. —Dice mientras se sacude la manos entre ellas, y es ahí cuando levanta la mirada y hacemos contacto visual al instante.
—Muchas gracias Ezra. Estoy por terminar estos pendientes. Recoge las sillas de una vez. —Le pide con un tono amable y se vuelve a lo suyo.
Ezra asiente, pero no deja de mirarme asombrado por mi presencia hasta que choca con una de las sillas.
—¿Es su negocio Sra. Stotch? —Me giro para preguntarle y tratar de evitar por unos segundos —aunque por eso estoy aquí— la presencia de Ezra.
—Callaghan. —Me toma por sorpresa cuando su expresión se torna seria y me mira con atención— Sólo Callaghan.
«¿Qué le pasó al Sr. Stotch? Por qué volvió a su apellido de soltera »
Me giro para mirar a Ezra confundida, y veo que él levanta ambas cejas antes de volver a su trabajo.
—Ya regreso. —Ella sonríe antes y vuelve a la habitación por la que salió la primera vez.
Entonces aprovecho que estoy sola con Ezra para pedirle varias explicaciones.
—¿Callaghan? —Empiezo por la de mayor impacto con una expresión de confusión en el rostro. Trato de mantener un tono de voz apropiado para que ella no se entere.
—Sí, ¿no lo sabías? —Pregunta alzando una ceja mientras embroca las sillas sobre las mesa— Los padres de Nolan se divorciaron hace varios meses.
—¿Qué demonios, por qué? —Susurro mientras me acerco a él quien evidentemente también susurra.
—Al parecer el Sr. Stotch era agresivo —Responde mientras clava la mirada a mis espaldas, como si cuidara la discreción, pero entonces sus enormes ojos marrones vuelven a mí— Otra cosa que Nolan nos ocultó.
«¿Otra cosa que Nolan nos ocultó? »
—A todo esto qué haces aquí. —Me reprocha haciéndome salir de mis pensamientos— ¿no tienes algo mejor qué hacer?
No soporto su humillante tono de voz y su constante deseo de estar a la defensiva, asi que me cruzo de brazos y le doy una mirada fulminante.
—¿Qué hay de tí? —Pregunto molesta— No deberías, ah, no sé, ¡Ir a la maldita Universidad!
—Oh, veo que ya te enteraste —Responde con ironía mientras continúa con su trabajo. Ezra desprende un interesante aroma, el cual familiarizo con leña, pero pretendo no notarlo. Su cabello está perfectamente arreglado, y parece ser que las playeras tipo polo son su nuevo estilo, pues hoy está usando una color amarillo paja junto con unos jeans azules.
—Sí, ya me enteré. Y además, ¿qué es eso de que sales con personas peligrosas? ¿Por qué me dijeron eso sobre tí? —Le reprendo buscando hacer contacto visual con él, pero es inútil.
—¡Basta! No puedes venir y creer que puedes entormeterte en mi vida.
—Lo hago, porque te... —Me detengo antes de continuar. ¿Estoy segura de que lo quiero decir?
—De qué —Me pide terminar, y entonces vuelve a posar su mirada en mí— ¿Por qué me quieres? —Suelta una risa burlona— Ve a decirle eso a otro imbécil, ¿quieres?
—Somos amigos.
—Éramos. —Me corrige.
—Ezra, tú no eras así. —Le digo sin obtener respuesta. —¿Qué haces cuando no trabajas? Y qué son esos rasguños en tu cara. —Lo noté desde el momento en que entró al lugar. Sólo unos pequeños rasgusños, como si un gato hubiése tenido una pelea con su rostro y él perdió.
Ezra se pasa una mano con delicadeza por la mejilal y de pronto su tono de voz se vuelve pasivo.
—No es nada. Es reciente. —Se limita a responder.
—Pues no lo tenías cuando nos encontramos en el cementerio. —Le reprocho, pero éste evita mirarme a los ojos y se mantiene en sus ocupaciones sin respuesta alguna.
—A dónde vas en tu tiempo libre —Me exalto un poco—, ¿estás haciendo algo peligroso?
—¡Basta Jenna! —Se detiene para mirarme con enojo. Veo su mandíbula tensa y los puños ligeramente apretados. Tal cual el día que nos cruzamos en el cementerio—. Damián no es peligroso, no estoy haciendo nada malo, ¿contenta?
—¿Damián? —Pregunto asombrada— ¿Damián Foster? ¿¡Sales con esa pandilla de delincuentes!?
—Te dije que no son peligrosos —Remata rodando los ojos.
—¿Ah no? Ezra tú solías aborrecerlos, ¿qué te pasó? ¿Si recuerdas las cosas malas que hacían en Preparatoria? Asaltaron a una profesora disfrazados de payasos.
—Eso nunca se comprobó —Se dirige hacía mí nuevamente y apoya el dedo índice sobre mi frente para darme un leve empujón entre cada sílaba— No. Son. Pe. Li. Gro. Sos. Y no soy tu responsabilidad. —Remata.
—Eres el colmo. —Le reprendo nuevamente mientras niego con la cabeza.
—Estos días son un caos —Se escucha la Sr. Stotch, perdón, la Sra. Callaghan acercarse por el pasillo hacía el mostrador— Tengo que salir de viaje a Seatle el fin de semana y mi garage es un caos —Se frota el entrecejo cuando apoya los codos en el mostrador.
—¿Seatle? —Pregunto al apartar la vista de Ezra —quien parece relajarse un poco y seguir con su trabajo— y acercarme a ella.
—Sí. Quiero visitar a mi familia. Hace años que no los veo.
—Y qué hay del garage. —Pregunto confundida.
—Debo ordenarlo. Hay todo un desastre de años ahí —
Murmuro por lo bajo y clavo la mirada en el suelo hasta que noto que nos observa a mí y a Ezra con una sonrisa cómplice.
—¿Ustedes dos podrían hacerlo en mi ausencia? —Pregunta mientras nos señala con el dedo índice.
—Bueno, yo... —Ezra trata de hablar para excusarse, asi que lo interrumpo al instante.
—No hay problema. —Le respondo con una sonrisa de oreja a oreja.
—Bien, les dejaré una copia de la llave, ¿les parece? Estaré muy agradecida con ustedes.
Se gira antes de recoger su bolso y yo aprovecho ese pequeño segundo para mirar a Ezra quién se quita el mandil y me observa desde la entrada para mover los labios y articular:— ¿Tú y yo? — sorprendido, a lo cual rápidamente asiento con la cabeza.
«Quieras o no».
♤♤♤
Han pasado 5 capítulos oficialmente y quisiera agradecerles todo su apoyo (💛💛 ñee~ son un amor) Lamento que los capítulos sean un poco largos, (no quisiera que fuera así) pero trato de escribir lo necesario para que la historia se entienda lo mejor posible.
⚠️ Recuerda que si estás pasando por una situación difícil o conoces a alguien con problemas similares, es importante buscar ayuda ⚠️
🌷 —Nunca te sientas solx— 🌷
Espero que sigan disfrutando (recuerden que pueden parar en el momento en que ya no se sientan cómodos) y muchas gracias por el apoyo. Si alguno de ustedes desea ser apoyado en alguna novela, mándenme un mensajito privado 😘
💛 HoneyJane 💛
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro