Sé que estoy sumamente castigada, pero cuando se trata de un amigo, soy capaz de pasarme las reglas de mis padres por las patas y salir corriendo en su auxilio.

Aunque Ezra no me habla desde lo que sucedió en el cementerio, -sin tomar en cuenta que mis padres no me dejan en paz ni a sol ni a sombra después de que escapé con Ezra a Cincinnati- sigue siendo mi amigo, y a pesar de que sé muy bien que se busca todos los problemas que tiene por culpa de Damián, y de que mis padres odian la idea de que me relacione con ese tipo de personas, no puedo evitar aprovechar el momento en que ellos se descuidan para salir por la ventana de la sala y así, evitar hacer ruido con la puerta, para subir al auto de Mike.

-Me alegra que cuando los de la delegación llamaron, hubiera contestado yo en lugar de mis padres -dice Mike mientras conduce a toda velocidad por la avenida principal antes de toparse con otro semáforo rojo- gracias por acompañarme.

-Sigue haciendo de las suyas, ¿verdad? -pregunto mientras me sostengo firmemente del cinturón de seguridad y lucho contra el cabello que entra en mi boca cuando el viento lo alborota.

-No importa lo que nuestros padres digan o hagan, Ezra es incontrolable -puntualiza decepcionado- sin embargo, te llamé porque por un instante creí que podías estar con él en la delegación.

-¿Por qué? -pregunto desconcertada.

-Porque desde ayer había vuelto a desaparecer.

Detiene el auto nuevamente cuando el semáforo se pone en rojo, y se pasa las manos por el pelo en señal de agobio. Cuando Mike me mira, me obligo a apartar la mirada sin dejar de sentir que mi corazón late tan rápido como la velocidad a la que conduce.

No he podido dejar de pensar en lo que sucedió la última noche que nos vimos, y de cómo sentí una chispa que creía ya extinta hace demasiados años, surgir de nuevo.

-Nunca me hubiera imaginado que Ezra terminaría siendo un idiota como Damián. Me da rabia con sólo pensarlo -admito al cerrar los ojos mientras aprieto la mandíbula, y mis manos contra la correa del cinturón.

-Más que ira, a mí me preocupa -habla Mike lo que me sorprende lo suficiente como para abrir los ojos de golpe y mirarlo de frente. Veo que tiene la mirada baja y los hombros caídos, seguramente está recordando algo doloroso.

-¿Por qué? -me atrevo a hablar cuando suspira agobiado.

-No es algo que hablé antes -comienza a decir mientras verifica la luz del semáforo- ni siquiera con nuestros padres. Les habría dado un ataque con sólo saberlo.

-¿Saber qué? -pregunto impaciente.

Vuelve a suspirar, y continúa- Unos cuatro días después de la muerte de Nolan, bajé a la cocina en la madrugada a tomar un vaso con agua y al encender la luz, vi a Ezra, quien obviamente estaba en plena oscuridad apunto de hacer algo terrible, y es que, lo vi sosteniendo un cuchillo con la punta apoyada sobre su antebrazo.

Hace una pausa cuando descubre que la expresión en mi rostro es de un shook total. ¡Qué demonios estaba tratando de hacer!

-Ezra -siguió hablando- soltó el cuchillo en el momento en que me vió. Me acerqué a él y le pregunté, "¿Qué carajos haces?" bastante molesto, a lo que él, ignoró la gravedad de la situación y comenzó a sonreír como si hubiese sido una broma de mal gusto, porque respondió "Tranquilízate, ¿encerio pensaste que era capaz de hacerlo? Sólo quería saber lo que se siente tener esas agallas" pero para ser honesto, detrás de esa cínica sonrisa, lo vi roto. En su momento creí que Ezra realmente estaba mal por Nolan y deseaba terminar con su vida, sin embargo, cuando comenzó a llevarse con ese chico Damián, entendí que Ezra estaba buscando sus límites, saber que tan roto tienes que estar para llegar a ese punto de...tú sabes, suici -En ese momento el claxon del auto a nuestras espaldas sonó tan fuerte, que nos hizo dar cuenta de que el semáforo ya estaba en verde.
Mike arrancó tan pronto como pudo y siguió conduciendo en silencio hasta girar en la avenida que nos lleva directo a la estación de policía.

-¿A qué te referías con límites? -pregunto antes de llegar.

-Cuando nos enteramos de que los padres de Nolan se divorciaron por todo el abuso físico hacía Elle, empezamos a entender lo que de cierta forma, Nolan soportaba en silencio. Creo que Ezra siente que su vida ha sido perfecta, sabes, el hecho de que nuestros padres siempre nos criaron de forma amorosa y sana, le hizo pensar que es injusto que otras personas no tengan eso. Y obviamente mis padres nunca le darán el trato que él busca entender, por eso recurre a Damián, para arruinar su vida.

-Pero, ¿por qué quiere hacerlo? -vuelvo a preguntar confundida.

-Esa es la razón que me preocupa -se limita a responder cuando apaga el motor, y me doy cuenta de que en medio del atardecer, las luces de la comisaría se encienden frente a nosotros.

◇◇◇

-¡Tres autos incendiados cerca de Garfield Park y un asalto a mano limpia en una tienda convencional! -le reprende Mike de frente mientras Ezra se recarga sobre el cofre del auto con los brazos cruzados y una expresión de cinismo en el rostro.

Noto que mi celular vuelve a sonar, y me dispongo a rechazar la obvia llamada de mis padres. No tengo tiempo para eso, al final de todo ya sé cómo terminará esa discusión. En un doble castigo.

-Basta hermanito, te va a explotar una arteria por hacer corajes -Le dice Ezra sarcásticamente mientras se ríe.

-Tienes suerte de que estoy aquí y no mamá y papá -le advierte Mike- si ellos hubieran contestado el teléfono, habrían venido a darte las buenas noches y te hubieran dejado ahí.

-Para lo que me importa, no sería la primera vez -Responde alzando los hombros sin importancia.

-¡Es que te voy a matar! -le grita Mike cuando trata de saltar sobre él cuando logro intervenir a tiempo.

-No Mike, tranquilo.

-Eso, hazle caso a tu nueva novia -Sonríe sarcásticamente para luego torcer los ojos y entrar en la parte trasera del auto.

-Es que lo voy a matar -me repite Mike en voz baja antes de entrar en el auto junto con Ezra.

◇◇◇

Ahora que Mike conduce un poco más relajado, puedo apreciar las luces de la ciudad y el viento fresco sobre mi rostro el cual, ya no distorciona el orden de mi pelo en lo absoluto. Además, contemplar la ciudad de noche me ayuda a ignorar la fuerte discusión que tienen Ezra y Mike...o algo así.

-¡No necesito tus consejos del hermano mayor perfecto! -Le grita Ezra mientras apoya el antebrazo en la puerta del auto para sacar la cabeza por la ventana un poco y ver el frente. No está sentado detrás mío, sino de Mike, seguramente para que este no pueda verlo con tanta facilidad por el retrovisor.

-Basta de hablar estupideces Ezra, -le pide suplicante, aunque molesto- eres un inmaduro, y si sigues así, sólo vas a terminar como Damián, o incluso peor.

-Quiero un jugo, para aquí -Le dice Ezra apuntando a una tienda OXXO por la avenida, ignorando por completo el discurso de Mike.

-No, qué dices -Mike sacude la cabeza en negación mientras intenta acelerar a lo que rápidamente apoyo la mano sobre su brazo y asiento con la cabeza. Si tiene algo en la boca mejor, así deja de hablar, gritar y quejarse.

Mike se orilla en la avenida rápidamente y se estaciona frente al enorme letrero brillante. Por lo menos Ezra se mantiene callado, todavía con la cabeza apoyada en el antebrazo sobre la puerta del auto.

-¿Quieres algo Jenna? -Me pregunta antes de bajar.

-Ve con tu novia -Escupe Ezra sin mirarnos- quizá quiera que le compres un chocolate kinder o algo así.

«Pero qué le pasa, por qué está así de agresivo, ¿habrá ingerido alguna droga? Cómo sea no quiero estar sola con él, debería bajar. »

-Voy contigo.

-Si te escapas, te asesinaré -Le dice Mike mientras sacude las llaves del auto en el aire para darle a entender que por lo menos, no se llevará el vehículo.

-También yo -Lo fulmino con la mirada completamente decepcionada antes de entrar en el OXXO detrás de Mike.

«Imbécil »

■ ■ ■ ■ ■

Esos dos me provocan naúseas.

Aunque también podría deberse al alcohol que bebí con los chicos.

Y no estoy seguro de qué me dió Caleb antes de salir de Garfield Park.

De igual forma, si vomito en el auto de Mike, sería un gran logo y venganza para mí.

Pero en realidad, no me quiero sentir molesto con Jenna. Ni con Mike. Bueno con él sí, un minuto solamente. Sé que vinieron a la estación porque se preocupan por mí, y en el fondo, me alegré al ver a Mike y no a mamá y papá. A veces sé cómo ser un verdadero idiota, pero mi problema es, que no sé cómo arreglarlo después de que lo soy.

Apoyo la frente en el asiento de Mike mientras abro y cierro los ojos repetidas veces para enfocar mejor la vista cuando escucho mi teléfono sonar.

Meto la mano a duras apenas en el bolsillo, y cuando lo saco, noto que la pantalla está oscura. Carajo no es mi teléfono. ¿De dónde viene ese ruido?

Asomo la cabeza a los asientos delanteros, y veo que se trata del teléfono de Jenna, y aunque mi vista se enfoca del carajo, me doy cuenta de que le llama un número sin registrar.

«Lo voy a ignorar, ya parará »

Y aunque efectivamente lo hace, este vuelve a timbrar.

«Maldita sea » me quejo y lo tomo de un jalón para responder.

-Hola. -Me doy cuenta de que mi tono es grueso y seco.

-¿Quién habla?

Escucho una voz femenina al otro lado.

-No soy Jenna pero este es su teléfono, quién eres -Arrastro la lengua todo lo que hablo.

-Puaj, eres un tipo ebrío -se queja con voz chillona al otro lado de la línea. Quién se cree esa zorra- me da igual quién seas, sólo dile a esa chica Doherty ladrona que debe pagarme los medicamentos o juro que voy asesinarla cuando vuelva a su departamento.

¿Medicamentos? ¿ladrona? Pero qué mierda pasa.

-Qué medicamentos, de qué hablas -pregunto confundido tratando de aclarar un poco mejor mi forma de hablar.

Y aunque claramente mis cinco sentidos rondan los suelos, escucho perfectamente cuando la chica de voz chillona confiesa furiosa.

-Los medicamentos que me robó.