11. 𝕃𝕠𝕣𝕣𝕒𝕚𝕟𝕖
Contar ésta historia será muy difícil, sobre todo cuando juré borrar cada detalle y cada acontecimiento de mi memoria para siempre.
Me obligaré a recordar, por el bien de todos. Y espero de corazón, que sea la última vez que tenga que hablar de esto. Hacerlo con mi madre, fue lo más doloroso y difícil que he tenido que hacer en la vida, así que hablarlo para ustedes, no será la gran cosa. Espero que puedan entender, que la situación, nunca estuvo bajo nuestro control. Ni mío, ni de Nolan.
◇◇◇
27 | Mayo | 2020. Columbus, Ohio, EE. UU
El sol era abrasador y la temperatura rondaba los 32°C. Había chicos y chicas por montones bajando de sus respectivos autobúses completamente asombrados por la vista tan preciosa que tenían a 360°.
Llevo puestos unos shorts blancos, y una playera tipo polo color azul marino con adornos en color mostaza, y usaba unos tenis bastante cómodos color blanco. Mi cabello, cómo siempre, formando más volumen del que suele tener con los rizos ligeramente enredados.
El verano se veía prometedor. Un par de semanas alejada de Cincinnati, dispuesta a conocer nuevas personas. Por mi madre está bien. Está sumamente entusiasmada de que mi padre pase éstas vacaciones con nosotras. Usualmente no lo vemos demasiado, pues trabaja arduamente en Indianápolis.
Veo que se apila el equipaje en el centro de llegada asi que me apresuro a formarme en la fila de entrada al campamento para reclamar mis pertenencias.
—Nombre —Me pide la encargada al otro lado del mostrador. Es una chica de estatura promedio, de cabello castaño recogido en una coleta alta, usa un par de anteojos, y aunque su piel es muy pálida, el color del uniforme del staff le queda bastante bien.
—Claro —Le respondo entusiasmada— Lorraine Vanderwaal.
—Mmmh, ¿te registraste con ese apellido? —Me pregunta cuando analiza la lista de campistas y se ajusta los lentes para observarme mejor—. Porque sólo tengo tres Lorraine registradas: Morgan, Sullivan y...—Hace una pasa antes de continuar- Stotch.
« Carajo, seguramente mi padre me registró con su apellido » Me frustré para mis adentros.
—Sí, es correcto —Asentí fingiendo empatía— Stotch.
—Claro, déjame entregarte tu ficha, y adelante te darán tu equipaje —Me sonríe y me entrega una targeta color azul— Diviértete y bienvenida al campamento.
Cuando avancé en la fila y entregué mi respectiva ficha de ingreso, los encargados me entregaron una maleta color azul con una ficha engrapada con el nombre de Indianápolis.
Me quedé perpleja observando la maleta, y entonces regresé al almacén.
—Disculpa ésta maleta no es mía —Le dije al chico del staff quién me observó confundido.
—¿Por qué?
—La mía es color amarillo.
Si hay un color que definitivamente me identifica es el amarillo. ¡Es mi maldito color favorito!
—No, hay otro dato. No sé que pudo pasar —Comenta apenado al pasarse una mano por la nuca. Y entonces, se me ocurre preguntar- De casualidad, ¿alguien con el apellido Stotch, reclamó su equipaje?
El chico se vuelve hacía sus documentos y revisa la checklist con cuidado.
—Mmmh —Murmura mientras lo hace— Sí, alguien lo hizo, un chico. Nolan.
¡Maldita suerte que me persigue! Un chico puede ver mis pertenencias. ¡Podría estar husmeando en mi ropa interior! ¡Qué horror!
Siento que mi rostro se pone de mil colores y cuando estoy apunto de insultar al incompetente que tengo enfrente, escucho una voz a mis espaldas.
—Yo soy Nolan, yo tengo tu maleta.
Me giré sobre los talones mientras mordía el interior de mi mejilla con nerviosismo, y ahí nuestras miradas se encontraron. Es un chico bastante atractivo, rubio de ojos claros. Tiene buen cuerpo, seguramente viene del equipo de baloncesto o natación. Tiene una tierna y resplandeciente sonrisa en el rostro. Me quedé paralizada. Mi corazón dio un vuelco en tan solo cinco segundos frente a él. Era mágico.
Tomó la maleta azul de mis manos y tomó mi muñeca para hacerme sujetar la agarradera de mi maleta amarilla.
—Perdón, fue un accidente. Fui a reclamar a la entrada y me dijeron que debía volver aquí —Se excusó con una tierna risa.
Bendita sea la coincidencia de que su apellido es Stotch, —y de que mi padre, que no entiendo por qué, me registró con su apellido— porque así pude conocerlo. Tengo que saber más sobre él.
Desde este momento, Nolan Stotch, se vuelve mi principal meta del verano.
—Así nos conocimos -Digo con la mirada perdida mientras trato de no pensar en el trágico final que tuvo. Lo..."nuestro", y de la noticia que me parte el alma. Su muerte- En ese momento para mí fue una coincidencia. Nuestros apellidos.
—No entiendo —Dice Ezra quien está cruzado de brazos recargado en la pared frente a mí— Por qué tu apellido es Vanderwaal.
Suspiro antes de responder— Porque...nuestro padre-Aclaro antes de continuar— Era infiel desde antes de que naciéramos nosotros. Pero la madre de Nolan se embarazó primero. Así que mi padre tuvo que casarse con ella. Y cuando mi madre le dió la noticia, este, le inventó que no podía casarse con ella ni darme su apellido porque tenía problemas legales. Problemas que nunca explicó porque no existían, era una mentira. Eventualmente vivían juntos, como un matrimonio real, éramos como una familia, pero yo solo tuve el apellido de mi madre algo que AGRADEZCO profundamente el día de hoy. Qué miseria de hombre.
—Lo sabemos —Dijo Jenna quién estaba sentada justo a mi lado sobre la cama.
—Golpeaba a la madre de Nolan y a él lo tenía muerto de miedo casi todos los días. Creo que también le llego a pegar. Esporádicamente, pero lo hizo. —Aclaró Ezra.
—Nolan era casi mudo para hablar de aspectos familiares —Les digo— Pero pasaron detalles entre nosotros que se relacionaron con ello.
Los días en el campamento son la gloria. Nolan y yo pasamos casi todo nuestro tiempo juntos. Incluso varias amigas mías me dejan sola con él apróposito. Nunca creí que se podía hacer una conexión así de especial entre dos personas.
Nolan pertenece al equipo de baloncesto, asi que lo apoyo en sus partidos, además me encanta ver como suda, me encanta ver lo fuertes que son sus brazos y las miradas que me dirige de vez en cuando.
Por mi parte, yo pertenezco al equipo de natación. Siempre me encantó el agua, y digamos que aunque Nolan viene a apoyarme en mis carreras, sé que no es la única razón por la que lo hace, si no porque sé que le gusta verme en traje de baño. Aunque es de una sola pieza, sé que no le deja mucho a la imaginación igualmente, pero lo noto por la forma tan boba en que me observa cuando me paro en la línea de partida al borde de la piscina y alcanzo a divisar que traga saliva con fuerza.
Mis amigas insisten en que Nolan gusta de mí, y espero que así sea, porque llévamos un par de semanas así y no se atreve a decir algo al respecto.
Schiller Park es nuestro centro principal, pero para ser honesta, Columbus es una ciudad completamente verde, es decir, tiene parques naturales por montones. Y sin duda alguna no me arrepiento de asistir al campamento Teen Summer Sport, porque aún sin la presencia de Nolan, las maravillas de las actividades, el paísaje y la compañía, es más que suficiente.
—Ahí estás, no podía encontrarte —Me saca Nolan de mis pensamientos al sentarse sobre el césped justo a mi lado mientras poso la mirada en el río donde brilla la luz del atardecer.
—El campamento es muy grande, pero la mejor vista está aquí —Le digo sin apartar la mirada. Sin embargo noto de reojo que Nolan apoya la cabeza sobre las rodillas y me mira fijamente— ¿Qué? —Le pregunto con una sonrisa nerviosa cuando lo descubro al hacerle contacto visual.
—Te ves muy bonita en ese plano, déjame tomarte una foto —Dice antes de rebuscar en su pans color gris su celular hasta que lo encuentra.
—No, pero por qué vas a tomarme una foto —Digo en un berrinche mientras me cubro el rostro con ambas manos.
—Si me dejas tomarte una foto te contaré un secreto —Suplica con una tierna sonrisa mientras ladea la cabeza. ¡Es demasiado tierno! Me lo comería a besos si pudiera, asi que termino sediendo.
—3, 2, 1 —Y escucho el click de su teléfono— Listo. —Sonríe satisfecho.
—Y cuál es el secreto. —Le pregunto mientras apoyo mi barbilla sobre el puño de mi mano y lo observo admirar mi fotografía.
—¿Secreto? —Levanta la mirada poco a poco desde la pantalla del móvil hasta que se topa con mis ojos.
—Dijiste que me contarías un secreto.
—¿Yo? —Se lleva la mano al pecho fingiendo sorpresa mientras se ríe— No recuerdo tal cosa.
Entonces le suelto un puñetazo en el hombro.
—Eres un tonto, no volveré a confiar en ti —Digo antes de posar la mirada nuevamente en el río.
—Está bien, no te molestes —Dice mientras se remueve en su lugar. Entonces me aparta un mechón de cabello para apreciar mi perfil, y debo decir que el simple hecho de que sus manos roncen mi mejilla, me eriza la piel.
Giro la cabeza lentamente hasta que nuestras miradas se encuentran. Sus ojos son puramente chispeantes, claros, un contraste ideal con el atardecer que poco a poco se pierde frente a nosotros. Esboza una leve sonrisa cuando sus ojos se posan sobre mi labios y podía jurar que muero por besarlo tanto como seguramente él a mí.
—Lorraine —Comienza a decir luego de tragar saliva con fuerza— Tú me gus... —Apenas dice dos palabras y media, tomo su rostro entre mis manos para unir nuestros labios en un beso. Al principio es tierno, lento, pero poco a poco coge fuerza, coloca su mano alrededor de mi cuello para atraerme más hacía él abriendo un poco la boca. Se siente electrizante, y a partir de este momento sé que no quiero soltarlo nunca.
—Alto, alto, alto, alto —Dice Ezra mientras niega con la cabeza— Ustedes dos... ¿¡fueron pareja!?
—Nolan nunca nos comentó que tuvo una novia —Añade Jenna sorprendida.
—¡Eso no importa! —Le reclama este- Cómo se enteraron de que eran medios hermanos, es que...no entiendo cómo puedes besar a alguien de tu familia. Entiendo que no lo sabían, pero... ¿no te provoca desagrado recordarlo?
—Créeme —Comienzo a decir al cerrar los ojos en señal de agobio- No es esa clase de recuerdos lo que me perturba.
—Nolan, para —Le pido en un jadeo ahogado. Estamos encerrados en el armario del equipo de natación. Tuve una competencia y afortunadamente gané el primer lugar. Nolan, como el buen novio que es, me está dando mi merecido premio.
Estoy sentada sobre una caja de madera donde guardan el equipo de buceo que usan para limpiar la piscina, con las piernas abiertas y Nolan en medio de ellas. Mi cabello sigue húmedo, y aunque no estoy usando el bañador, todavía siento frío y la humedad. Mi cabello rizado está empapado y se siente pesado, pero no me molesta. Nolan tiene la cara hundida en mi cuello besándome ferozmente, apretando mis caderas con fuerza mientras coge rápidez.
—Espera —Dice casi inaudible, completamente concentrado en el placer— Ya casi termino.
—Nos atraparán. —Le digo mientras revuelvo su cabello con una mano y le jalo las puntas con delicadeza.
—Sólo...no hagas ruido —Me pide.
—¿Seguro? —Vuelvo a jadear. Se siente tan placentero como siempre. Cada vez que podemos tener un micro segundo a solas, lo aprovechamos, pues está prohibido hacer esto en el campamento.
—Nolan —Digo su nombre en un jadeo ahogado, y me obligo a llevarme la mano que tengo libre a la boca para cubrirla. Siento que casi termina. Hace todo lo posible por reprimir sus gemidos mientras lo hace con más velocidad, y lo ciento tan duro y caliente que podría quedarme aquí toda la vida, hasta que finalmente se detiene y deja caer su peso sobre mi pecho mientras recupera el aliento.
—Voy a tratar de ganar todas mis carreras acuáticas —Le digo en una leve risita con leves jadeos, que ambos, compartimos al unísono de mis palabras.
—¡Dios! —Exclaman Jenna y Ezra a la par con una expresión de horror en sus rostros, la cual es entendible— ¿Lo hacían...en ese campamento?
—Todo parecía ser un amor de verano, pero realmente quería que trascendiera. —Les respondo encogida de hombros— Claro que eso nunca iba a suceder. Créanme que recordar esos momentos tan apasionados y mágicos me hacen sentir tan sucia. —Digo mientras rechino los dientes— No sabíamos que éramos medios hermanos, para nosotros fue fácil estar juntos, y obviamente recordarlo no me hace sentir orgullosa. Por eso juré nunca hablar del tema. Al igual que él.
—¿Cómo descubrieron la verdad? —Pregunta Jenna.
—Oye bombón —Escucho a mis espaldas mientras camino hacía mi cabaña a lo que me detengo para ver de quién se trata— A las 7 habrá fiesta en mi cabaña —Dice Jay Parker. Un chico bastante guapo que está en el equipo de natación varonil. Alto, fuerte, castaño, con una sonrisa encantadora, pero eso sí, un patán, poco hombre, grosero y machista. He escuchado que besa bien, pero verle la cara de pícaro confiado, me hace querer vomitarle encima— Trae esas lindas piernas que veo en el agua —Termina cuando me examina de arriba a abajo de una forma inapropiada.
—¡Repite eso imbécil!
Aparece Nolan por detrás quién lo sorprende con un puñetazo en la cara y se lanza encima suyo para golpearlo repetidas veces. Aunque le ruego que se detenga, este hace caso omiso. Nunca había visto a Nolan en ese estado. Parece...otra persona.
—Las cosas comenzaron a ponerse mal, no mucho tiempo después de comenzar a salir. —Comencé a explicar— Nolan se ponía histérico a la mínima provocación, lo que empezó a generar problemas entre los dos. Creo que desde ese momento ya empezaba a mostrar signos de lo que vivía en casa. Su padre era un abusivo en contra de las mujeres, asi que Nolan era capaz de asesinar a cualquiera que me faltara el respeto. Literalmente, se volvía loco, lo que era un gran problema.
—En repetidas ocasiones, fue casi expulsado del campamento, pero yo lo defendía explicando que lo hacía por mí, sin embargo, Nolan también empezó a co-depender de mí, lo que detesto en cualquier persona —Continúo—
No quería aceptarlo, pero mis amigas empezaron a tener razón, Nolan se estaba obsesionando conmigo. Decía que yo era todo para él y que estaba dispuesto a todo por verme feliz. Creo que a mi lado, Nolan se se sentía fuera de su mundo, al cual, temía regresar cuando el Verano terminara. Ese era su miedo. Volver a donde se sentía inseguro.
—Odio que hagas esto. —Le digo cuando coloco una bolsa de hielo sobre el moretón cerca de su ojo.
—Ese tipo te manoseó —Se excusó.
—Siempre quieres ver lo peor —Le reprendo— Apenas se acercó a mí y tu reaccionaste de una forma muy violenta.
—¿Hubieras preferido que te manoseara? —Le veo apretar la mandíbula mientras me mira con su ojo derecho, el cual, afortunadamente quedó ileso.
—Ese no es el punto —Aclaro.
—¡Es que nunca tienes un jodido punto! —Se exalta— De qué te sirve estar conmigo si no puedo protegerte.
—¡No tienes que protegerme! Y si tuvieras que hacerlo, lo último que deseo, es que sea con violencia.
—Así mismo discutíamos casi todos los días. Dejó de ser sano para los dos estar juntos, y aunque me dolió, tuve que terminar la relación días antes de regresar a Cincinnati y él a Indianápolis.
A todo esto, nunca mencionó a su familia. Pero se notaba que algo no estaba bien. De su padre, bueno, nuestro padre, jamás hablaba. De su madre Elle, siempre se expresó con gratitud y cariño, pero se notaba que odiaba a su padre. No necesitaba decirlo para que fuera evidente. Pasaron unos días, y me arrepentí completamente. Sentí, que había abandonado a quién me necesitaba. Sentí que podía ayudarlo y que podríamos volver a estar juntos. Pero Nolan hizo todo por alejarme de él. Le había roto el corazón en mil pedazos.
Me bloqueó en todas sus redes. Traté de mandarle mensajes desde otros perfiles, pero fue inútil. Nolan quería botarme a la basura, pero fui persistente.
Así que una ex campista en Columbus, me ayudó a contactar a los organizadores, y pedí los datos de Nolan. Así di con su dirección. No me quedó de otra. No fui a visitarlo, porque tenía miedo de pagar el autobús, -ya que en ese entonces no tenía auto todavía- y que me diera un portazo en la cara. Así de empecé con cartas. Al inicio no me las respondía. Me ignoraba. Pero al pasar dos meses, me respondió. Comenzamos a intercambiar correspondencia, hasta que me atreví a ir a Indianápolis.
Mis manos sudaban, ¿es la dirección correcta? Sí estoy segura.
Toco el timbre y espero dos segundos antes de que una mujer de cabello rubio y mirada caída me abra la puerta. Tiene una sonrisa dulce, aunque triste, en el rostro.
—Hola, ¿es usted la mamá de Nolan? —La saludo cordialmente con la mejor sonrisa que puedo esbozar.
—Así es. —Responde al estrechar mi mano— Y tú eres...
—Una amiga de Nolan —Me limito a decir— Vivo en otra ciudad, y vine a visitarlo.
—Oh, claro, adelante —Se hace a un lado y me deja entrar en el interior de la casa. Es muy bonita, amplia, y de buen gusto decorativo, pero también noto que es un poco fría, con cortinas muy grandes y aparentemente pesadas que no dejan entrar demasiada luz solar.
—Él está arriba. Al fondo del pasillo —Esboza una leve sonrisa y la veo encaminarse a la cocina— Voy a preparar algo de té. Les subiré enseguida una taza.
Trato de no fisgonear mucho para no verme como una invasora, asi que me encamino rápidamente hasta donde la madre de Nolan me indicó.
La puerta se encuentra cerrada, asi que toco dos veces sobre la madera antes de entrar. Al abrir la puerta veo a Nolan tirado sobre la cama con el celular en una mano y los auriculares puestos. De reojo distingue una silueta asi que se da la vuelta con velocidad cuando nuestras miradas se cruzan.
Yo sonrío de felicidad al verlo, y noto como se levanta sorprendido por mi presencia mientras se retira los auriculares.
—Lorraine —Dice casi que susurrante. Se levanta de la casa y me envuelve un abrazo tan cálido que no sabía que necesitaba desesperadamente, hasta que sus fuertes brazos me rodearon.
—Te extrañé —Susurro en su cuello mientras inhalo su delicioso aroma.
—¿Qué haces aquí? —Me aparta para verme a los ojos.
—Teníamos que hablar en persona Nolan. Yo te extraño. Y no soporto estar separada de tí.
Lo veo sonreír con lentitud.
—Yo también te extraño. —Me toma una mano y le planta un tierno beso— Tenías razón, tengo problemas —Admite avergonzado— Tengo demonios internos con los que a veces no puedo luchar sin perder.
—A qué te refieres —Arqueo una ceja.
—Es muy difícil de entender, pero...tengo que hacer algo para evitar hundirme. Tal cómo lo dijiste, tú no puedes ser mi salvavidas, pero puedes ayudarme a conseguir uno. Uno de verdad —Reafirma con una sonrisa.
—Me alegra que lo hayas entendido —Sonrío.
—Quiero que me des otra oportunidad. Ésta vez te prometo que no habrá errores.
—Puede haber errores —Asiento con la cabeza mientras aprecio el brillo en sus ojos y de cómo puedo reflejarme en ellos— Siempre y cuando podamos aprender a resolvérlos.
Ambos sonreímos. Se siente una perfecta vibra, una atmósfera ideal. ¿Por qué dude en venir a la ciudad?
—Te amo —Susurra antes de atrapar mis labios en un beso que deseaba hace bastante tiempo. Lo hace justo como la primera vez. Es tan adictivo, que no puedo detenerme. Lo empujo hasta la cama donde cae sentado y pongo una pierna a cada lado para sentarme en su regazo. Toma mi cadera con fuerza mientras yo acaricio su cuello y sus mejillas con los pulgares. Todo está perfectamente sincronizado.
Hasta que la puerta de su habitación se abre de golpe, lo que me obliga a ponerme de pie al instante con el pulso acelerado y el estómago comprimido.
Y es ahí cuando el cuento de hadas se cae. Cuando nuestras vidas colisionan en un mundo que las personas suelen llamar "pequeño".
Veo ahí de pie, bajo el marco de la puerta con una expresión de confusión y enfado a... ¿mi padre?
—¿Papá? —Le pregunto confundida.
—¿Papá? —Repite Nolan mirándome aún más confundido.
—¿Qué haces aquí? —Le pregunto.
—¡Qué haces tú aquí! —Me reprende bastante molesto. Como nunca lo había visto.
—¿Papá qué está pasando? —Lo mira Nolan.
—¿Papá? —Le pregunto a Nolan— ¿Por qué lo llamas así?
—¡Joder, se supone que ustedes dos nunca debieron conocerse, mucho menos...! -Se exalta con la madíbula demasiado tensa- ¡Lorraine lárgate de ésta casa!
Lo desconozco completamente. Él nunca me trata así. Está furioso, la ira se lo carcome.
—Y tú idiota -Se dirige a Nolan— Dónde la conociste, ¿ah?
—Qué coño pasa —Pregunto sin moverme de mi lugar.
—¡Lorraine es mi novia! —Le confiesa Nolan.
—¡Y Lorraine es mi hija, niño estúpido!
Ambos nos quedamos en shock. Ninguno sabe que decir. Es como si el silencio se hubiése apoderado de nuestros pensamientos, porque aunque mi padre nos gritaba, parecía que ninguno oía realmente.
—¿Qué pasa, qué son esos gritos? —Pregunta la madre de Nolan mientras sostiene dos tazas de té a espaldas de mi padre.
—¡¿Tú sabías que papá te engaña desde hace dieciocho años?! —Le reprende Nolan a su madre con una expresión de dolor e ira demasiado marcada en el rostro— Lorraine es mi media hermana.
«Duele aún más en palabras de Nolan »
Al unísono de la palabra "hermana" mi padre le suelta una bofetada a Nolan que lo tira al suelo al instante. La madre de Nolan me mira horrorizada, y de la impresión deja caer ambas tazas de té y se suelta a llorar desconsoladamente.
—¿Eso es verdad? —Se dirige a mi padre con una obvia reacción de dolor.
Él no le contesta, se acerca decididamente a mí y me toma del antebrazo para sacarme a la fuerza de su casa. Casa que obviamente, nunca supe que tenía. Ahora todo tiene sentido. "El trabajo en otra ciudad, las visitas vacacionales" Soy la casa chica. Y puede que para todos sea una sorpresa repentina, que para Nolan sea un dolor insoportable saber que su padre fue infiel por casi veinte años, pero no estoy en una mejor postura. Yo tampoco lo sabía. Y sé que mi madre tampoco lo sabe. Toda nuestra vida creyendo ser hijo único. Maldito infeliz.
—¡Nos has engañado! —Le grito al borde de las lágrimas.
—Regresa a casa —Me ordena— Ah, y ni una palabra a tu madre —Me señala con el dedo.
—Estás demente si crees que no voy a decirle —Lo desafío.
—Nunca debiste estar aquí. Jamás vuelvas a esta casa —Me aclara rechinando los dientes.
—¡Eres un poco hombre y no quiero volverte a ver nunca, basura! —Le grito con toda la fuerza de mis pulmones mientras derramo lágrimas sin cesar, pero es inútil, cierra la puerta de la casa detrás suyo a mitad de mi frase.
Me quedo unos segundos ahí de pie, sintiéndome débil, pequeña, indefensa y traicionada.
No pude hacer nada para ayudar a Nolan. Lo dejé ahí. Y seguramente, el infierno de su casa, se va a intensificar después de este suceso. Lo peor, es que sé que no puedo volver.
◇◇◇
—Fue realmente horrible —Digo soltando un par de lágrimas— Después de eso pasaron varias semanas. No sabía nada de Nolan y no quería tratar de contactarlo. Y entonces me envió un mensaje al desbloquearme. Condujo hasta aquí, hasta Cincinnati y nos vimos en un café. Nolan no parecía el mismo, y la charla en sí fue extremadamente incómoda. Pensar que alguna vez nos acostamos, era lo peor. ¡Éramos medios hermanos! Era una locura. Nolan no parecía el mismo. Estaba deprimido, distante, casi que indiferente. Acordamos no volver a hablar del tema. Y acordamos cortar nuestra comunicación por el bien de ambos. Obviamente mi madre se enteró. Se separaró al instante de mi padre, y le dijimos que no queríamos verlo de nuevo. Por eso, me siento extraña al saber que está en la cárcel, porque la última vez le dije que lo odiaba y que nunca lo perdonaría. Ahora está recibiendo un verdadero castigo. Es curioso como Nolan nunca habló sobre él, ni siquiera profundizó en ustedes —Señalo a Jenna y Ezra— Si lo hubiese hecho, o me hubiese preguntado por mi familia, otra historia habría sido. Pudimos a ver evitado ésta.
—No puedo creerlo. Nolan vivió demasiado dolor. Ahora entiendo porque ese último año Nolan se veía algo diferente —Aclaró Jenna asintiendo con la cabeza.
—Y ahora...¡mi hermano! -—Exclamo en un grito ahogado al dejar correr mis lágrimas. Jenna me consuela. Se siente bien, es amable y dulce. Pero, no imagino el dolor que debieron sentir o sienten ellos con su muerte. Ellos sí lo conocieron casi toda la vida.
—Es muy tarde —Me seco las lagrimas, al levantarme de la cama— Ezra puede dormir en el sofá, y Jenna puedes quedarte en mi cuarto. Iré a dormir al cuarto de mi madre.
—Está bien —Niega Ezra con la cabeza— Podemos irnos ahora.
—Olvídalo. Conducir a ésta hora es peligroso. No es una zona segura. —Afirmo.
Les preparo sus respectivos lugares con mantas para dormir y me despido metiéndome en la habitación de mi madre. Se siente su cálido aroma que sé que regresará el día de mañana, lo que me me entristece aún más y me hace soltar en llanto al tumbarme en la cama antes de dormir, porque esa sensación volverá, pero, ese cálido aroma que tenía Nolan. Ya nunca regresará.
♤♤♤
¡Hola a todos! Yo sé, yo sé, este capítulo fue tediosamente largo, pero Lorraine tenía que contar su historia con Nolan, y aunque no se me ocurrió dividirlo en dos partes, quedó bastante bien hacerlo de un tirón. No volverá a suceder (lo prometo 😅) por otro lado, ¿ustedes esperaban una historia así? 🤫 Poco a poco las piezas de este rompecabezas van a encajar, no se preocupen.
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