Nunca es tarde para vivir lo que aún no has experimentado, sin importar cuántos años hayas acumulado, la vida se vive hasta el último instante y eso es algo que Richard estaba comprobando. Su corazón latía enérgico mientras Zayn preparaba en la pequeña mesa todo lo necesario para aquel tatuaje que durante años se prohibió el señor Payne.

Miró a su izquierda para encontrar a su amigo Arthur y este solo le guiñó un ojo en aprobación mientras envolvía en plástico, la marca permanente que Richard había dejado en su brazo, lo había tatuado, Richard Payne a sus ochenta y tres años sostuvo en sus temblorosas manos por primera vez una máquina de tatuar y había escrito sobre la piel de su amigo, ahora era su turno.

Durante la segunda semana de convivencia, Arthur estaba inyectado nuevas energías en Richard, tal como lo prometió, estaba ayudándolo a cumplir cada deseo de su lista y el tatuaje era apenas el tercero.

—Aquí vamos...

—Serás el tipo más sexi en el asilo Richard, ya puedo escuchar a las chicas —refiriéndose a la señora Miller y la señora Smith, ambas residentes del Nightingale Hammerson — y Rose hablando sobre tu viborita.

—Maldición Pussy! Es un lagarto no una maldita vibora!

Las sonoridad de sus risas eran contagiosas y el brillo en los ojos de Richard era real, hasta que se escuchó el corcho de un neumático quemándose fuera, el portazo del auto seguido y un muy furioso Liam asomándose.

—¡Pero qué mierda Zayn! ¡¿Todo el mundo enloqueció?!

—Jimmy! Muchacho! —respondió con aquella felicidad tirando de sus labios en una sonrisa franca.

—Abuelo, ¡¿Perdiste la cabeza?!deberías estar acostado descansando, no haciéndote un maldito...! —cortó su propia palabrería al mirar incrédulo aquel dibujo que comenzaba a impregnarse en la arrugada piel de Richard —¿Q-qué mierda es eso?!

—Jimmy, muchacho; descansar es lo último que quiero, lo haré pronto pero no ahora —Richard conocía bien su situación sin embargo; desde la llegada de Arthur no le daba mayor importancia, estaba viviendo al fin y el tono alegre con que lo dijo solo calentó los ánimos de su nieto —pero ¡mira! —esta vez señalando el dibujo.

—Dios Santo, abuelo ¡entiende! ¡No deberías estar tatuándote sino en tu maldita cama! —Liam se llevó las manos a la cabeza en clara señal de frustración.

—¿Por qué no? ¿acaso crees que no puedo?

—¡No! ¡No puedes, a tu edad no puedes!

—¿Me estás llamando viejo? —Richard arqueó una ceja mientras clavaba su mirada en el hombre que bufaba con la cabeza echada hacia atrás, Liam estaba a punto de estallar.

—¡Inconsciente es lo que te estoy llamando!

—¡Ah bueno! —sacudió su hombro mientras miraba asombrado la aguja picar su piel.

—Escucha muchacho —se acercó Louis —Richard solo está-

—¡Calla tu jodida boca Tommo! —masculló entre dientes para no alzar la voz mientras se alejaban hacia la otra sala —Esto no era lo que te pedí ¿Cómo se te ocurre traer a mi abuelo para que se tatúe?!

—¿Y qué es lo peor que pueda pasar Li? ¿Qué esté presumiéndolo por ahí? ¿Qué tenga más citas que tú? Me pediste que le alegrara sus días y eso estoy haciendo ¿Es que acaso no lo ves?

—Eres un imbécil! El hombre está muriendo y esto ¡le puede hacer daño!

—El único que le está haciendo daño eres tú con tu actitud de mierda, escucha Payno; hay que ser un imbécil muy jodido para romperle el corazón a alguien como Richard, alguien que te ha amado desde el principio, y aunque justo ahora luces como un loco, estoy convencido que no eres un imbécil así qu-

—¡Es un tatuaje!... Mi abuelo nunca actuó así antes —negó con la cabeza — ¡Lo estás corrompiendo!

—No. Está viviendo, se está transformando, está cumpliendo su lista de deseos, déjalo ser.

—¡Él va a morir!

—¡Exacto! ¿Acaso quieres mantenerlo en esa estúpida cama sus últimos días? ¿Tan malditamente egoísta eres?

—Pero, es que... tú no entiendes —Liam se desplomó en el asiento de piel falsa, sus ojos se notaban rojos y parpadeó con fuerza reteniendo las lágrimas —Desde que la abuela murió todo ha sido tan complicado y más para él —Louis se sentó a su lado, con el brazo rodeando sus hombros —Solo estoy asustado de que esto le haga daño...

—No lo hará amigo, es que ¿has visto lo feliz que está? ¿No quieres verlo así más seguido? Además, tiene una cita y quiere presumir su tatuaje. Vamos amigo, no seas un idiota.

—Tengo miedo Tommo, no quiero perderlo también a él.

—Payno, lo perderás si sigues actuando como su padre gruñón. Richard quiere comerse al mundo y yo lo apoyo ¿por qué no intentas ayudarle? Acompáñalo en sus aventuras... serán las últimas.

Louis apretó el hombro y caminó de nuevo hacia la sala donde Zayn continuaba el tatuaje.

El nudo en la garganta redujo momentáneamente la respiración de Liam, la comprensión de la intoxicación de su mente con una forma equivocada de proteger, solo eran los lastres de viejas enseñanzas, aquellos que giraban en su cabeza y que estaba soltando, las lágrimas que limpió rápidamente le dejaron enderezarse y volver con los demás.

—Zayn, quiero uno a juego con mi abuelo —el corazón de Louis se llenó de orgullo con aquella nueva actitud de su amigo.

(...)

Louis caminó por los pasillos del asilo a sabiendas de a dónde dirigirse; rumbo al jardín. Hacía dos días de lo ocurrido con Mike y desde entonces parecía que Harry se empeñaba en evadirlo, lo había buscado por supuesto, pero sin lograr encontrarlo, hasta ese momento.

Estaba de pie, frente a un montículo de tierra en un área que aún no había sido plantada. Sus hombros lucían encorvados pero tensos.

Harry estaba cansado de observar el mismo paisaje del jardín sin flores ni color, dejando el tiempo pasar sin suplicar misericordia porque estaba absolutamente perdido en los remolinos de sus pensamientos, y Louis, él lo miraba contemplando qué atormentaba al hermoso chico; quizás lo desesperó un poco y no era por tardar sino; porque quería con todas sus energías hacerle entender a Harry cuán valioso era y cuánto de inmenso ya sentía Louis por él.

Dejándose arrastrar por los ecos rotos de su voz apagada la última vez que lo vio, decidió acercarse.

—Hey Harry.

Harry no supo qué responder, no sabía qué sentía solo era consciente de que la escena desastrosa con su novio todavía retumbaba en su mente y creía que Arthur lo sentía también, quería huir pero era tarde.

—Arthur —vaciló mientras lo vio acercarse —¿Qué tal?...

—Veo que has avanzado —dijo acercándose —el jardín luce mejor que antes. ¿Alguna cosa especial para esta parte? —señaló hacia el espacio vacío que todavía no había sido tocado por las manos del florista.

Harry ni siquiera tuvo tiempo de preparar una respuesta convincente porque la sonrisa del otro hombre le cambió los planes de correr lejos.

—Uhmm, algo así, tal vez —si hubo duda en sus palabras, Louis no lo mencionó.

La tarde había pasado más rápido de lo esperado, los primeros minutos fueron raros pero la calidez con la que Arthur le hablaba le sobrecogía el alma a Harry; olvidándose por completo del por qué había rehuido de él, sentía vergüenza por el encuentro con Mike y cómo había sucedido todo y ahora, que se encontraba charlando con Arthur más de una hora, todo fluía con tanta facilidad.

Harry se volvía ruidoso y sonreía cuando estaba con Arthur y el brillo en sus ojos renacía lentamente, como si su luz verdadera, natural apareciera como espejo; copiando la luz del ojiazul.

—Tus ojos —dijo Harry mientras se acercaba y una mano onduló vacilante hacia el rostro de Arthur pero se detuvo antes de tocarlo y en su lugar la enterró en su propio muslo —son tan profundos y tan... hermosos, son tan brillantes —¿cómo es posible que brillen de esa manera?

—Sucede solo cuando te miran Harry —respondió inclinándose en la banca, lo más que su raciocinio le permitía —quiero decir, ¿lo hacen?

—Lo hacen —confirmó.

El sonrojo que se pintó en el rostro de Harry era difícil de ocultar, igual que un rayo de sol por las mañanas, Louis contempló ese tipo de belleza natural con agradecimiento, pero sabía que era su amor incauto quien actuaba de espectador de aquella maravillosa visión.

La confianza y seguridad que Louis le ofrecía a Harry generaban aquellos momentos de conexión emocional, única, hermosa...íntima.

Aquel acercamiento fue el momento en que Harry pudo conectar con el hombre frente a él de un modo maravilloso, increíble. Algo que no había experimentado antes, era como el siguiente nivel, uno que ni en los meses de relación con Mike había conseguido nunca.

—Eres increíble Harry —Louis no lo supo en ese momento pero, había hecho latir el corazón de Harry de forma abrupta, estaba reparando su mundo de a poco con esa dos palabras. La forma en que sus ojos lo miraron cuando las dijo calentaron su pecho y esa sensación se regó por todo su sistema.

—No lo soy.

—Lo eres —dijo creyendo cada palabra con plena certeza —Absolutamente lo eres.

—Soy solo yo —y un repentino cambio surgió en él, Louis notó que estaba avergonzado y se reprochó a sí mismo por dejar que el velo de valentía que antes tuvo, se esfumara —solo Harry, un florista.

­—El mejor de Londres, el chico más inquietantemente cautivador, —respondió, Louis no supo si había sobrepasado alguna línea con el rizado pero verlo cambiar de semblante tan rápido hizo que apresurara para regresarlo a su estado anterior —quiero decir mira este lugar, se necesita alguien con tanto talento, alguien verdaderamente especial para trabajar con flores —.Harry arqueó una ceja en espera de las siguientes palabras de Arthur —No, no me lo tomes a mal, lo que estoy diciendo es que; ellas sienten si una persona tiene algo extraordinario para apreciar y solo entonces es cuando ellas deciden regalarle sus flores.

—Todos podrían hacerlo Arthur.

—No, a muchos se les muere ¡hasta la hiedra!

La sonora carcajada de Harry envolvió el corazón de Louis pero; no desvió la atención del nuevo sonrojo que este ofreció. De alguna manera, Harry se sentía tan cómodo a su lado, era una extraña sensación de libertad para ser él mismo con Arthur.

A los ojos de Harry; Arthur era como un ser mágico porque le hacía desenfocarse de los olvidos, engaños y traiciones que había vivido durante toda su vida, en especial con Mike, era como si Arthur borrara su mente y lo transportara a otro plano sin abandonar el lugar, no podría explicarlo en palabras pero sabía que era único...era la magia de Arthur.

—Déjame contarte una historia Harry, ¿puedo? —dijo al cabo de unos minutos.

El sol se había mostrado en el este y recorrido puntualmente su camino durante los últimos diez días en que Harry trabajaba en aquel jardín, llevando toda clase de narcisos y jazmines.

—¿Es una buena historia?

—Lo fue.

—Cuéntame.

—Es una larga historia.

—Tengo tiempo.

—Bien, la resumiré para ti —la voz era más parecido a un susurro y volvía la escena más personal e íntima. Mi abuela siempre me contaba su historia de amor, uno tan fuerte que logró vencer adversidades. —Harry lo miraba con atención fija —. Ella era Isabella y él era Louis, mi abuelo. Tenían ganas de serlo todo, pero tenían todo en contra. Sin embargo, estaban llenos de pasión y un fuerte compromiso de uno hacia el otro, —Harry parecía observar la escena desarrollarse frente a sus ojos —De alguna manera lo lograron, superaron setenta y nueve años hasta que él dejó este mundo, —el rizado mordió su labio inferior para callar el sonido de sorpresa —en su lecho de muerte él le dijo "No sé cuántas vidas me falten para volver a encontrarte, pero te prometo que te buscaré incansablemente en cada una" y ella solo pudo responder "espero que no tardes mucho en la siguiente cariño, porque te extrañaré horrores" —Harry se había inclinado nuevamente hacia adelante, como tratando de beber cada palabra del ojiazul mientras este susurraba con voz pausada como descubriendo nuevas galaxias en la piel del rizado —y entonces él se fue, pero ¡qué manera de quedarse! —Acortaron la distancia de manera casi imperceptible y las puntas de sus rodillas podían rozarse entre sí —Ella nunca lo olvidó y ... —su voz bajaba aún más como si eso fuese posible —estoy seguro que en donde estén —Louis barrió cada centímetro del rostro ajeno, no se movía en absoluto— si existe otra vida, se volverán a encontrar.

—Es hermoso, —quería alejarse y al mismo tiempo ansiaba permanecer en ese bucle pero fue Louis quien se alejó, dejando que una corriente de aire frío otoñal se colara entre sus cuerpos —Y triste.

—No creo que sea triste Harry, no en realidad. Ellos se amaron ¿acaso el amor es triste?

Involuntariamente su mente se regresó a dos días atrás y el mal sabor de su historia con Mike, por esta vez Harry se permitió comparar ambas historias y el dolor del fracaso llegaba a su sistema y removía como un dardo. Louis tomó de nuevo su posición anterior para dejar su respiración hundirse y acariciar con palabras al hombre del que ya se sentía enamorado.

—Dime Harry ¿Has conocido a tu Louis?

—Ya no quedan personas como Louis —dijo con la voz nerviosa por la situación,

—Harry... yo solo espero que tú encuentres a tu propio Louis.

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Siete mil años de lenguaje, y no hay palabras que describan esto...

MAKI <3