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Capítulo 6 "La pieza más importante"

—¿De nuevo a ese maldito asilo Harry?

Mike entró a la habitación, con cinco cervezas en su sistema y una más en la mano mientras que Harry se terminaba de arreglar para ir a visitar a Elizabeth pero, la molestia del chico rubio era notoria y Harry no quería discutir, prefería llevar las cosas en paz.

—Mike, —giró hacia él para mirarlo, Mike odiaba que le diera la espalda — te pedí que vinieras conmigo y te negaste.

—¡No podía!

—Pero hoy podrías... si quisieras...

—¿Por qué debería ir yo? Es tu abuela, no la mía —Harry desvió la mirada hacia sus pantalones fingiendo alisarlos —además, no le agrado —dijo enfadado y terminó de un solo trago el resto de la botella —Solo se sienta ahí y me mira, y me juzga, lo sé.

—Mi Nonna no es así.

—¡La vieja es así, acéptalo!

Harry se sobresaltó cuando la botella vacía fue lanzada cerca de su cara, los restos de vidrios flotaron a su alrededor.

—¿Ves lo que sucede? —señaló hacia el desastre ocasionado —Ella siempre nos está separando!

—No es ella —contestó con voz temblorosa.

—¡¿Ahora me culparás?! —tres pasos lo acercaron hasta el rizado —¡Contéstame! ¡Mierda Harry! ¡Siempre me haces enojar! —golpeó con el puño la pared detrás de la cabeza del rizado —siempre es lo mismo contigo... ¡Lo único que haces es joderme la vida!

Mike tenía un comportamiento colérico, fácilmente irritable y en ocasiones se volvía agresivo. No le importaba cuán asustado lucía su novio, era absolutamente indiferente a los sentimientos ajenos, pero sabía cómo manipular al rizado y hacerlo sentir culpable por cualquier discusión.

—No Mike, perdón, —acortó la distancia para tomar su mano e intentar calmarlo —perdón... por favor. Es solo que no me gusta cuando hablas así de mi Nonna.

—¡Deja de llamarle por ese estúpido nombre! —Harry se sobre saltó y solo cerró sus ojos con fuerza.

Mike resopló fastidiado al tiempo que caminaba de un lado a otro, pronto recordó a qué había ido a ver a Harry en primer lugar, tenía necesidad urgente de cubrir sus intereses así que cambió la táctica.

—Pensé pasar la tarde contigo...—ahora su tono parecía dolido —Pero veo que eres un egoísta, no piensas en mí...—se dio la vuelta para salir de la habitación, esperaba que Harry le detuviera —Me voy...

—No Mike... por favor —lo hizo, el plan había funcionado — No peleemos. Dime qué te pasa, lo podemos arreglar.

Harry se acercó por segunda vez y le tomó la mano buscando que lo mirara, Mike bufó con fastidio cuando se soltó y caminó hacia la sala, para dejarse caer en el sofá. Su mano izquierda tenía los nudillos rojos debido al golpe de unos minutos atrás, Harry llegó hasta él, notó su mano y trajo una toalla húmeda con la que la envolvió.

—Se rompió una cuerda de mi guitarra y no tengo dinero para arreglarla, además nos invitaron a tocar y los neumáticos de la camioneta no funcionan, tengo que cambiarlos y...

—Cariñ- Mike —se corrigió tan pronto como se dio cuenta de lo que estaba por decir —yo puedo ayudarte —retiró la toalla solo para volver a mojar y repetir la acción —Te daré el dinero ¿de acuerdo?

El rubio sonrió por dentro, ahora era momento de negarse solo para que Harry insistiera así que; se negó apenas lo suficiente porque sabía cuál sería la respuesta de Harry.

—Por favor, déjame hacer algo por ti ¿si? Yo tengo, puedo darte, ¿Cuánto necesitas?

—Oh bueno, pero lo devolveré cuando me paguen —su sonrisa dispareja delató su plan elaborado.

—No —negó —no es necesario.

—Entonces te acompañaré donde los viejos pero antes... el dinero.

El mismo truco de siempre seguía funcionándole.

—Gracias lindo —dijo Harry y se acercó para un beso pero Mike ladeó la cara —sin besos. Tengo un fuego —señaló su labio.

(...)

Harry en realidad hubiera preferido que no lo acompañara, había estado molestando todo el trayecto, poniendo condiciones ridículas para entrar al lugar.

El ambiente en el auto fue espeso, pero nada se comparó cuando entraron a la residencia. Mike se mostraba más irritado. Atravesaron por la entrada principal, yendo directo al salón. Harry había pensado en enseñarle a su novio el trabajo que estaba haciendo con el jardín, estaba a medio culminar pero él se sentía orgulloso de cómo estaba quedando.

Como aún faltaban varias cosas por terminar en aquella parte del recinto, Elizabeth los recibiría en la sala que ahora lucía mucho mejor que antes.

Por insistencia de Louis habían hecho pequeños cambios, reacomodaron ese salón y los mismos residentes ayudaron con sugerencias, con Louis viviendo entre ellos y sus ideas novedosas, los ánimos mejoraban significativamente.

Elizabeth se notaba mucho más animada al igual que el resto del grupo, ya no permanecía el silencio fatídico de antes, parecía que Arthur Weasley había traído la primavera y el sol finalmente estaba iluminando el Nightingale Hammerson, ahora se escuchaban risas, música y hasta algunas peleas y acusaciones de trampas en el póker, nada grave pues Arthur era un tipo duro.

¡Bah! Es que amenazó con esconder las dentaduras de todos si comenzaban las disputas.

Esa tarde, Elizabeth se preparó con un conjunto de ropa en color verde, volvió a usar lápiz labial y la hacía lucir encantadora. Harry estaba tan emocionado por tener a su abuela de nuevo fuera de esa cama, luciendo mejor que los días anteriores.

Su semblante solo se apagaba cuando miraba el desagrado de Mike, el rechazo absoluto que sentía por estar allí sentado en medio de un mar de viejos apestosos como él los llamaba.

La charla iba medianamente bien, por más que Harry se esforzó en incluir a Mike en ella, él simplemente no cooperaba, soltando bufidos sin pudor alguno y rodando los ojos. Cuando no bostezaba sin ningún cuidado, comenzaba a revisar su celular con sonrisa socarrona hasta que Harry le llamaba para traerlo a la conversación de nuevo pero él solo lo ignoraba.

Sostenía su celular con la mano izquierda pues era zurdo, había colocado su otra mano sobre la pequeña mesa, Harry se percató de eso y en su afán por demostrar su cariño, colocó su mano sobre la de su novio para tomarla pero este la retiró de forma brusca. La vergüenza que el rizado sintió era monumental, había querido dejar una buena impresión para su abuela y en cambio, consiguió una mirada muy enojada de parte del rubio.

Elizabeth no perdería la oportunidad de intervenir, así que con un tono lo suficientemente decente para la situación, lo miró directo a pesar de que el tipo ni siquiera despegaba su vista del teléfono.

—¿Cómo has estado Mike?

—Bien.

—¿Qué tal el trabajo?

—Bien.

—Ya veo, todo en tu vida va bien, esas son buenas noticias —movió la cuchara dentro de la taza de té frente a ella —Lamento no poder decir lo mismo de Harry.

—Nonna...

—¿Sabes Mike? Acabo de recordar una historia muy curiosa —sacudió la cuchara y la colocó a un lado —Cuando Harry era pequeño, le tenía miedo a las ratas y...

—Todavía les teme, es un maldito miedoso —interrumpió, pero el filo de sus palabras no asustó a Elizabeth, solo le dieron el impulso para seguir.

—Y yo las echaba fuera con una escoba por él, sin embargo —tomó un sorbo de té — no todas se pueden echar con una escoba... —giró su rostro hacia su nieto para dirigirle la siguiente parte de su discurso —lamento no haberte podido defender de todo tipo de —su mirada regresó enfocada en Mike —ratas...

—¡¿Me está llamando rata señora?!

Mike se levantó envuelto en furia, una vena en su frente sobresalía y sus fosas nasales expandidas, estaba visiblemente furioso. Tiró la silla hacia atrás ocasionando un sonido fuerte, con la mirada de los demás residentes sobre ellos.

—¿Algún problema Elizabeth? —Harry cerró los ojos cuando lo escuchó, sus manos ya temblaban y sentía la vergüenza pintada en su rostro, no quería ver pero; sabía quién era —¿Harry?

Louis apenas presenció lo suficiente cuando ya se encontraba frente a aquel tipo rubio y desaliñado, la sangre hervía en ira y se distribuía con rapidez por todo su sistema, ni siquiera intentó disimular la facilidad con la que sus puños ya se encontraban listos para defenderlos de un hombre mucho más alto que él y con una complexión más gruesa.

Harry tenía la mandíbula apretada intentado contenerse de todas las emociones que estaba experimentando. Jamás imaginó que así terminaría aquella visita, con su abuela y su novio en una enfrascada discusión y ahora, para colmo; Arthur había presenciado toda la vergonzosa escena.

—¡¿Y usted quién mierda es y por qué se mete donde no lo llaman?!

—¡Mike por favor!

La voz de Harry ya sonaba rota y exasperada, su corazón latía furioso, estaba desesperado, avergonzado y aterrado. Su mirada recorrió entre ambos hombres y solo pudo ver la anticipación del caos que venía.

No quería alterar a su abuela así que se colocó de inmediato cerca de su novio intentando detener cualquier movimiento brusco contra el anciano pero Mike se sacudió lejos de él al tiempo que lanzó sus manos al frente del pecho de Harry y lo empujó sin cuidado. Harry apenas notó el ardor que el toque provocó, lo suficientemente tarde para trastabillar.

Su cuerpo estuvo a punto de impactar de espaldas al suelo sin poder detenerlo, es exactamente lo que habría sucedido de no ser porque sintió un cuerpo detrás suyo que lo detuvo, Louis le tomó los brazos evitándolo.

El enojo solo fue en aumento cuando Louis presenció tal escena. Aquel imbécil había tocado a Harry y no de forma correcta, nadie nunca lo tocaría de forma correcta... a menos que fuera Louis.

—Te tengo Harry —sostuvo el cuerpo del muchacho con un movimiento rápido—¿Estás bien?

Louis lo estabilizó hasta verlo de pie, seguro si es que pudiese catalogarlo en esa situación, murmuró algunas palabras con un volumen solo para que Harry le escuchara. Louis utilizó un tono dulce hasta calmarlo un poco y presionó contra sus brazos, lo suficiente para decirle aquí estoy.

Harry solo asintió, su rostro se notaba altamente enrojecido pero muy hermoso, por lo menos Louis no perdía la oportunidad de apreciarlo.

—Arthur Weasley, —le respondió igual de hosco al tipo que ahora solo bufaba —y me meto porque parece que no has notado que hay una dama presente.

—Ella empezó, ¡Me atacó!

—Basta Mike, solo... ya basta —Harry se soltó de Louis que aún mantenía una mano en su espalda, se acercó para intentar calmarlo una vez más pero Mike ni siquiera le dejó tocarlo.

—¡No me toques! ¡¿Para eso querías que viniera Harry?! ¡Te dije que esta vieja no me soportaba! —señaló con un dedo hacia Elizabeth que tomaba su té con elegancia y paciencia — ¡Maldición Harry!

Ahora fue Mike quien intentó acercarse a Harry, resoplando igual que una bestia, pero Louis se interpuso y alzó su bastón, daría una buena pelea con él.

El personal llegó en cuanto escucharon los gritos y entre Luke y Olí, dos de los enfermeros que trabajaban ahí; lo sacaron a empujones.

—¡Mierda Harry! ¡Todo esto es tu culpa!—todavía gritó cuando era arrastrado por los pasillos del Nightingale Hammerson.

Harry podía sentir el nudo que se había formado en su garganta, la vergüenza que sentía era infinita. Elizabeth se acercó con el corazón doliendo de verlo en tales condiciones.

—Nonna...

—Shh, ya está amor, ya está... —Harry se aferró a ella rodeándola con los brazos, igual que años atrás, escondiendo su rostro en su cuello, Elizabeth se separó apenas lo suficiente para limpiar su rostro, las lágrimas recorriendo el precioso rostro del muchacho.

—Perd-perdóname Nonna, por favor perdóname...no pensé que... él no es así y-yo...

Harry cerró sus ojos, no podía verla y encontrar decepción en su mirada, deseaba retroceder el tiempo y nunca haber llevado a Mike, nunca haber expuesto a su abuela a una situación como esta.

—Tranquilo amor, ya pasó, ya pasó —ella le besó la frente y volvió a acurrucarlo en su pecho y con toda la fuerza que aún poseía apretaba, sus manos subían y bajaban frotando su espalda para reconfortar —parece que no todo se puede alejar con una escoba ¿eh?

—Lo lamento tan-to No-nna... tanto.

—MI niño, mi niño —repetía con nostalgia.

Una especie de crudo bajó por la garganta de Louis y sus puños todavía apretaban con fuerza enterrando sus propias uñas en las palmas de sus manos. Se sentía impotente de no haber intervenido antes, furioso con el imbécil aquel.

Ninguno de los Styles merecía aquella escena.

Louis jamás trataría a Harry de esa forma, si él tuviera la oportunidad de estar con Harry, incluso caminaría sobre el fuego por él, con adoración.

—¡Se terminó el show! Aquí no ha pasado nada señores, ¡Richard! —gritó a su amigo que permanecía con los demás en la sala presenciando todo

—¡Señor!

—¡Se abren las apuestas en este momento! ¡Lidera el camino jefe! —y con ello, todos volvieron a concentrarse en los juegos que Richard comenzaría a organizar.

Elizabeth se unió al grupo en las mesas cercanas, prefería olvidar el mal rato y no dejar que le arruinara la tarde. Harry no se sentía con ánimos de jugar póker, después de un tiempo suficiente para asegurarse de que su abuela estuviera acompañada de otros residentes, salió del salón.

Harry se dirigió al jardín donde todavía permanecían sus herramientas, el aire se sentía más fresco pero él todavía lo sentía áspero; intentando normalizar su respiración, pasó sus manos por su cara para limpiarla hasta que sintió una suave tela enroscarse entre sus dedos. Arthur había puesto un pañuelo.

Agotado, así era como se sentía. No miraba a sus ojos directamente, se sentía tan estúpido y pequeño, tan débil. Amordazado con la última frase que Mike lanzó en su contra "todo es su culpa", aquella frase que lo hundía y se enroscaba en su mente.

Y Louis quería hablar, quería arrojar fuera de Harry cualquier cosa que estuviera carcomiéndolo por dentro pero; se contuvo hasta que Harry estuviera listo.

Esa fue una de las cosas que le gustaban de la compañía de Arthur, siempre le daba una tregua a sus guerras internas y solo se mantenía ahí; existiendo.

Si alguien le preguntara a Louis, diría sin embargo que; quería abrazarlo tan fuerte y tan delicadamente porque Harry se merecía que lo tratasen así siempre y, Louis estaba dispuesto a hacerlo.

Las manos de Harry se apretaban alrededor de una pala de mano con la que hacía surcos en la tierra, nerviosas, furiosas, queriendo arrancar la carga emocional. Era doloroso verlo así de pequeño y frustrado.

—No quiero hacer esto, no ahora —soltó la pala y se despojó de sus guantes de trabajo.

—Propongo una partida de ajedrez...

No sabría si Harry era fácil de leer o es que Louis había mantenido atención permanente en él pero casi podía anticipar que su mente no estaba quieta, extendió una caja con el juego y comenzó a acomodar las fichas.

—No creo que sea bueno, en realidad no recuerdo mucho sobre las reglas —miró hacia las piezas y luego hacia el anciano frente a él —¿Qué tengo que saber sobre esto?

—No mucho en realidad. El ajedrez es como la vida misma Harry, —se inclinó un poco hacia el frente, el cuerpo del ojiverde sintió un un leve temblor recorrerlo, lo atribuyó a su estado emocional, obviamente — el adversario más peligroso es uno mismo.

Extendieron las piezas blancas y negras, Harry miraba con expectación, maravillado cuán concentrado lucía Arthur. Jugaron un tiempo que se les pasó volando, ciertamente el ajedrez les había hecho olvidarse por completo de la escena anterior, o sería simplemente la presencia de Arthur lo que apaciguaba el interior de Harry.

—Me gustaría ser como el rey o la reina pero, —dijo Harry cuando ya habían finalizado, sostuvo la pieza en sus manos, sin embargo fue el tono con que lo dijo lo que llamó la atención de Louis —en realidad soy más como un peón...una ficha de poco valor.

—Esa es la peor mierda que he escuchado. ¡Los peones son el alma del ajedrez! —tomó la pieza de las manos del rizado y la movió frente a sus ojos —ellos solos forman el ataque y la defensa, son suficientes e invaluables ...igual que tú—.Louis había entendido la alegoría.

—Hmm no. En realidad me parece que el peón es... creo que es la causa más frecuente de derrota.

—¡Absoluta mierda Harold! No es así —si Harry quería usar esa referencia para menospreciarse, Louis no se lo dejaría tan fácil —El peón se puede convertir en la ficha más importante cuando logra cruzar todo el tablero, ahí es cuando se convierte en la ficha que quieras, un rey o una reina lo que prefieras pero; se tienen que transformar.

—Per el rey es el rey...

—El peón Harry... —Louis se permitió levantar el mentón de Harry para que lo observara, las yemas de sus dedos cosquilleaban al sentir la piel suave en contraste de una barba incipiente, el toque aunque sutil, fue imposiblemente mejor y Louis sintió que la mirada del rizado calentó desde su pecho y esa sensación se extendió por todo su sistema mientras le afirmaba con certeza su siguiente frase —el peón se convierte en la ficha más importante... en el lugar adecuado. Créeme, valoro más a los peones —guiñó.

—Pero... es solo un peón.

—Harry, nunca, jamás menosprecies a un peón, jamás —no quería ser condescendiente, solo claro — un peón es potencialmente una reina.

Se despidieron más tarde, aunque Louis se notó vacilante, sabía que debía mantenerse en los límites con el muchacho, estaba claro que había caído ya por él y aunque ya se sentía cierto apego, no quería confundirlo. Intentó no verse demasiado enamorado, pero esperaba que Harry entendiera.

El día no fue el mejor pero aquella noche, las palabras de Arthur se impregnaron en la mente del rizado "el peón es la ficha más importante, es suficiente e invaluable... como tú", la sonrisa que adornó su rostro disipó por aquella noche los fantasmas autodestructivos.


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A veces la vida es extraña y aterradora, hay días más difíciles que otros pero cada uno es tuyo, vale la pena vivirlos. Tal vez no sea fácil pero si superas esa parte, tendrás la recompensa.

MAKI <3

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