Capítulo 15 "¿También vas a rechazarme?
Las risas y la adrenalina recorrieron su cuerpo, se sentía feliz, pleno, eufórico, volvía a ser un niño feliz como en su infancia. Arthur Weasley le estaba regalando la mejor noche de su vida.
Sintió que podía dejar de cargar tantos lastres, dejar de sentirse miserable y comenzar a ser feliz porque Arthur le había repetido tantas veces que lo merecía que Harry comenzaba a creerlo.
—¿Te divertiste pequeño? —preguntó Louis cuando caminaban de vuelta al asilo.
—Muchísimo.
Esta era la señal que Louis esperaba para poder confesar su verdad, el momento en que Harry estuviera receptivo, un punto en la conversación donde el equilibrio fuera palpable, coherente entre su sentir y sus palabras y la tristeza se hubiera desplazado muy lejos.
—¿Cómo está ese corazoncito? —preguntó, y en su voz pudo reconocer los nervios a flor de piel —¿recuperándose? —Harry estaba por responder cuando sus ojos se fijaron hacia el otro lado de la calle, su nuez de Adán se movió como si tuviese un nudo imposible de pasar —Porque me gustaría decirte algo desde hace tiempo y... —Louis siguió su línea de visión y entonces entendió por qué de pronto Harry dejó de prestarle atención.
Mike. El rubio se encontraba acorralando a una chica contra una pared mientras ésta colgaba de su cuello, Mike la besaba como si no hubiera un mañana.
El mundo de Harry se estrelló contra él, una vez más Mike le había jodido la noche pero esta vez ninguno de los dos lo dejaría pasar.
Harry cruzó a la acera, su pecho subía y bajaba errático mientras daba pasos decididos. Una sensación de ira se calentaba desde el fondo, con cientos de pensamientos similares rebotando en su mente ¿por qué a él nunca lo tocó así? ¿por qué nunca le mostró siquiera una pizca de la ola caliente que desbordaba con aquella chica? ¿acaso él estaba fallado?
Su respiración era rápida y el resoplido de su nariz lo confirmaba, sus pies se sentían pesados pero la distancia se acortaba, de una zancada subió a la acera donde la pareja se encontraba, se acercó y tocó su hombro con dos dedos.
—¿Interrumpo?
—¡¿Qué mierda?! —Mike respondió fastidiado y giró para encontrarse con quien interrumpió su jugada —¿Harry? ¿Qué- qué estás hac-
—Sí, soy Harry. El mismo chico al que enamoraste y luego engañaste.
El rostro de la chica fue de la sorpresa al enojo, evidentemente no se esperaba que aquel hombre que le comía la boca hubiera estado con otro hombre.
—¡¿Qué carajos Mike?! ¿Es una maldita broma? ¡¿Estuviste con éste?! —señaló con tal soberbia que el ambiente se notaba extremadamente denso. Harry no la miró, su vista estaba sobre el rubio —¡¿Eres gay?!
—¡No! ¡Maldición! ¡cállate ya! —la retahíla de insultos sonaban en los oídos de Harry en segundo plano. Mike miraba entre ambos, harto de que ella lo evidenciara con sus reclamos. Los gritos de la chica solo se apagaron cuando Mike la hizo callar empujándola sin cuidado. Con la furia recorriendo sus venas se giró para encarar a un Harry que todavía se veía atónito —¿ves lo que provocas? ¡maldito hijo de p-
—Ni siquiera lo intentes —la voz de Arthur sonó amenazadora, firme y áspera, no titubeó ni una sola vez al emitir aquella advertencia al tiempo que cruzó el brazo sobre el torso de Harry, interponiéndose entre ellos para dejar a Harry detrás de su propio cuerpo.
—Me usaste... ¡te burlaste de mí! —gritó, todavía siendo contenido por los brazos de Arthur que no lo soltaron en ningún momento, Louis usaba su pequeño cuerpo como escudo —¡Me has utilizado todo este tiempo, te aprovechaste de mí!
—No te obligué a nada, tú aceptaste todo porque yo fui el único imbécil que se te acercó. Estabas tan necesitado que caíste demasiado fácil —aquellas palabras fueron disparadas a quema ropa directamente a su alma.
—¡No! ¡Tú me engañaste! ¡Me hiciste creer en cosas que no eran ciertas! ¡Me manipulaste!
—No Harry, no te engañes. No te manipulé, eres lo suficientemente estúpido como para creer que alguien como yo estaría interesado en ti.
Parecía una verdad enmarañada con tintes amargos, a tal grado que Harry sintió náuseas.
—Dijiste qu- dijiste que yo era... especial —en verdad se estaba sintiendo enfermo y por un momento parecía que estaba yendo en picada a gran velocidad y la pared que Mike había puesto metafóricamente no se movía. Su voz volvió a sonar rota, ya podía sentir el nudo en su garganta imposibilitando que sus palabras salieran fluidas.
—¿Especial? —respondió con sarcasmo y lo miró de pies a cabeza —¿qué podrías tener de especial? ¡Nada!
La sangre que le recorría el cuerpo elevó su ritmo cardíaco al escucharlo. Por un momento Harry se sintió débil y pequeño pero; Louis fue más rápido, se volvió hacia él y lo contuvo, no lo soltó en ningún momento. Harry respiró profundamente para ocultar el dolor y la humillación, apretó los bíceps de Arthur como señal de que necesitaba fuerzas y era obvio que las estaba obteniendo de él.
—No vales nada —escupió con una sonrisa mordaz —Solo eres estúpido, insignificante, —dijo con impaciencia, como queriendo dar la estocada final—jamás podría amarte, lo único que inspiras es lástima.
El peso de esa declaración lo golpeó de frente como un encontronazo. Hasta ahí llegó la máscara de mentiras del rubio, su cinismo emanando desde las entrañas.
Ése era el verdadero Mike, egoísta, manipulador, cobarde e infeliz, incapaz de sentir amor.
Fue hasta entonces que Harry pudo ver cuán vacío estaba su ex novio. Un vacío como aquel solo se llenaba de rencor y mucho miedo a estar solo.
—Tú no eres bueno para mí —declaró. Por fin la venda se caía de sus ojos y podía ver lo equivocado que estuvo —Nunca lo fuiste ahora lo sé.
—¿Sí? Pues te tengo noticias Harry, —intentó acercarse pero Louis se irguió sobre sus pies ganando apenas unos centímetros más como un guardián, listo para atacar a su oponente— tú nunca serás suficiente para nadie.
Mike intentó lanzar otra ráfaga de acusaciones e insultos mientras Harry se negaba a recibirlas, hasta que éste sintió la ligereza de su cuerpo siendo empujado aún más hacia atrás. El tiempo se volvió a un segundo plano donde Harry solo pudo ver a un Arthur Weasley lanzar un puño estrellándose exactamente sobre el pómulo del rubio, parecía un deja vu de sí mismo semanas atrás.
Sus ojos se abrieron y se cerraron casi a la par mientras sentía los brazos de Arthur enroscarse a su torso y cubrirlo mientras lo alejaba de aquella escena. Louis sentía cómo sus venas se tensaban y calentaban cada centímetro que recorrían, transportando toda la ira. No quería asustar a Harry pero no retrocedería ante las palabras de Mike, sin importar lo grande que este pareciese, Louis no dejaría a su chico a merced de un imbécil.
Finalmente el ojiverde entendió que en aquella relación solo él se había esforzado haciendo el trabajo por ambos, olvidándose por completo que una relación es de dos y durante esos meses de relación Harry se sintió solo, incluso con Mike cerca.
Arthur le tomó el mentón con cariño innegable y una devoción que no había sentido antes.
—Mantén la cabeza en alto amor —guiñó un ojo y Harry solo asintió levemente.
—Hasta nunca Mike...—dijo mientras se alejaba sin voltear, en compañía de un verdadero hombre.
Caminaron en silencio, con el brazo de Louis alrededor de sus hombros y Harry pudo notar cómo los dos temblaban, estaba seguro que la rabia era la causante en ambos. Esta vez era diferente, Harry aún estaba en una nube de ira que se desvanecía lentamente pero este encuentro le permitió tomar cada trozo de su dignidad y amor y llevárselos consigo, esta vez Harry había terminado de sentir pena por Mike, no intentaría justificarlo en absoluto, ya no.
Ni una sola palabra fue dicha mientras se alejaban del lugar, cada paso alejaba también aquella furia lentamente de sus mentes, dejando atrás uno de los capítulos más desastrosos de su vida. Louis entendía que a veces, no puedes consolar con palabras, sino con silencio y contención. Se alejaba de él apenas lo suficiente para asegurarse de que ni un rasguño estuviera en su piel
—No me amó —aceptó y las lágrimas bañaron sus mejillas, incontenibles y amargas por la confirmación de no haber sido amado. —Él nunca me amó —sentía claramente cómo el dolor arañaba su garganta y esas palabras eran peor que una hiel.
—Para amar se necesita coraje Harry, y él es un cobarde. Ni siquiera se ama a sí mismo, no esperes a que ame a alguien más.
No era un regaño, Harry lo supo porque su tono era dulce cuando hablaba de él y frio cuando se refería a Mike, lo supo porque después de pronunciarlas lo apretó más a su pecho y Harry pudo palpar ese amor en aquel gesto.
Se sentaron en la banqueta fuera del edificio de Harry, se suponía que irían de regreso al Nightingale, en su lugar; Louis insistió en acompañarlo a casa para asegurarse de que estaría a salvo.
—Yo solo quería un poco de amor.
—Por supuesto cariño, pero esa es la forma equivocada— extendió un pañuelo para secar aquellas lágrimas traicioneras— Creo que primero debes amarte tú mismo, solo así podrás comprender la calidad de amor que mereces y conocerás qué tipo de amor es el correcto —retomó su discurso cuando vio en el rostro de Harry la confusión —No me refiero a un amor perfecto, eso solo existe en los cuentos, yo hablo de un amor sano, limpio, real. Ese que te hace una mejor persona.
—Por un momento pensé que lo era ¿sabes? Eso fue al principio.
—Bueno, es normal. En la conquista todos mostramos lo mejor.
—Me lo creí. Parecía real —sonrió con pesar —pensé que solo era su forma de ser y que en el fondo era mutuo.
—Lamento eso pero; creo que nunca lo fue o no tendrías que haberlo perseguido.
—Lo hice. Lo buscaba ¿sabes? Enviaba mensajes solo para saber de su día o le llamaba aunque casi nunca me respondía. Dejé de hacer tantas cosas solo para complacerlo —Louis miró sus uñas cuando Harry también lo hizo para señalar una de las muchas cosas que cambió.
—Nunca deberías renunciar a ti y a lo que eres solo para estar con alguien más, porque vamos, eres genial Harold, eres perfecto así como eres y tienes que ser tan tú como nunca, con esa versión auténtica que nadie más puede ser. ¡Qué importa que los demás no entiendan!
—¿Eso crees?
—Absolutamente.
—¿Nada que cambiar?
—Bueno. Siempre podemos mejorar nuestra propia versión. Por supuesto hay cosas que sí debemos cambiar, por ejemplo comportamientos dañinos y destructivos; pero cuando amas a alguien te empeñas en corregir aquello que puede dañarlo, lo cuidas, lo proteges. Y tú Harry Styles, mereces que te traten como lo que eres, un príncipe.
—Estás mintiendo —sonrió —Vamos hombre, mírame —se encogió de hombros como minimizando el punto —ser yo no puede ser genial, mostrarme como soy ¡qué tontería! eso no funcionó, terminé sintiéndome vacío, fuera de mí mismo y solo.
—¿Solo? ¿Acaso yo soy invisible? —jugó con su tono ofendido.
—No, me refiero a que cuando estaba con él siempre había algo que le molestaba de mí, no importaba si me arreglaba o si vestía menos llamativo, siempre había algo malo en mí, siempre "esto no me gusta" "esto se te va mal, cámbialo" siempre un "quizá pero".
—¿Pero? No hay peros Harry. Cuando le encuentras peros a tu pareja, es que no es el indicado. Yo no te pondría ningún pero a ti, no querría cambiar nada en ti. Creo que hasta hoy no te has dado cuenta de lo genial que eres, pues abre los ojos Bonito, hazlo. ¿por qué carajos cambiaría lo más hermoso de ti?
—Es que; quería gustarle. Quería que me dijera cosas bonitas pero nunca lo hizo.
—De nuevo, se lo pediste a la persona equivocada Harold. Porque lo bonito, lo bello y maravilloso jamás vendrán de él, eso ya está en ti.
Escuchar de nuevo lo maravilloso que Arthur dice que es, crean algo dentro de su corazón como un efecto inmediato y constante, era repetitiva esa sensación de bienestar y paz que sentía junto al otro hombre, había estado allí por algunos días negándose a prestarle demasiada atención pero ahora, se sentía vulnerable, indefenso ante esa declaración. El reconocimiento de esto le sorprendió y lo animó a hablar.
—Oh Arthur —el tono de su voz causó un escalofrío en Louis y su boca se sintió de pronto seca, el corazón demasiado agitado ante la premisa de lo que estaba por suceder. Harry Styles se estaba acercando, su cuerpo completo comenzó a temblar mientras la voz del rizado lo envolvía como un efecto hipnótico —¿por qué no nos conocimos antes?
Unas imágenes aparecieron difuminadas en su cerebro, era Arthur girando en su mente, es una confesión que pesaba cada vez más y con cada milímetro que el rozado se acercaba, ese peso le oprimía hasta asfixiarlo, Louis estaba por colapsar mientras observaba los ojos verdes cerrarse tan lento que casi podía contar cada fracción de segundo —Harry, yo... t-tengo algo que decirte.
—No...
—Harry... —Louis no tenía fuerzas suficientes para no besarlo, después de todo era solo un hombre ¿cómo podría alguien pedirle tanto? Él había soñado infinidad de veces con esto, él moría por sentirlo en su piel pero cuando estaba por tocar su rostro, miró las prótesis en sus manos, cubriendo una verdad abrumadora y entonces tomó su decisión.
Al principio no se movió, no quería ni pestañear porque cualquier movimiento daría paso al caos, respiraba apenas lo suficiente mientras contemplaba los labios ajenos abrirse como una bienvenida al paraíso, uno que estaba prohibido para Arthur Weasley.
—Arthur...
—Harry —Louis sintió una punzada de dolor porque lo estaba rechazando ¡Cielos! él quería besarlo, ¡lo amaba! Claro que quería besarlo, por toda la eternidad pero no así. No podría rebajarlo a un nivel inferior, Harry no lo merecía, pero tampoco merecía otro rechazo, en la misma noche que su ex novio le dijera aquellas crudas palabras y rebajara su amor a miserias. No. En su mente todo explotaba y la lucha era desesperante. Su mente estaba cercenando su racionalidad, y por un momento deseó corresponderle pero; no podía.
—Harry... —tenía que dominar los sentimientos que se arremolinaban en todo el cuerpo, controlando sus manos para no tomarlo de la cara y besarlo hasta que el aire les faltara. Había un dolor tan agudo como el peso del mundo entero golpeando su estómago —escúchame.
—También vas a rechazarme? —el dolor volvió, entumeciendo e invadiendo cada fibra de su corazón, su rostro visiblemente marchito —¿también te doy lástima? ¿pena? ¿asco?
—¡No! No Harry, por supuesto que no. Yo te quiero, pero-
—Dijiste que no me pondrías peros...
—No es eso Harry, es solo que-
—Basta —se alejó drásticamente, se sentía humillado nuevamente. En ese momento se odió a sí mismo por sentirse necesitado de afecto — No necesito esto, no necesito que me mientas y digas que me quieres, no soportaría una mentira más, no de ti Arthur, no esta noche.
Dio media vuelta y sus pasos precipitados acrecentaron la distancia alejándolo del hombre que había sido su soporte aquella noche, el hombre por el que se sentía confundido, querido y ahora también rechazado.
—¡Harry!
No hubo respuesta mas que el silencio externo porque por dentro, una lucha se libraba y sus pensamientos no se callaban gritando que la había jodido. Louis quedó en la acera solo, contemplando cómo se perdía detrás de la entrada de su edificio, la puerta mecánica se cerró impidiéndole acercarse a él.
Le dolió, por supuesto pero muy dentro también una sensación de quietud y paz, de saber que no había manchado aún más a aquel ser indefenso que se mostraba herido. Se quedó fuera, digiriendo cada emoción vivida aquella cuando su teléfono comenzó a vibrar, miró la hora y habían transcurrido tres horas ahí, parado esperando, sin saber qué.
Ignoró las primeras dos llamadas cuando vio que se trataba de Zayn hasta que fue imposible hacerlo más.
—¡Louis! ¡por fin! Es Richard, él... se puso mal, Louis, él está muriendo...
...............................................................
"¡Hablando de universos.. ¿ya viste qué ojos tan hermosos tienes?"
Eres arte, pero hay gente que carece de sensibilidad... el error es de ellos, no tuyo, recuérdalo siempre!!!!!!
Pd. Si les gusta la historia recomiéndenla...
MAKI <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro