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Capítulo 14 "La cena"


Se miró al espejo por sexta vez, alisó las solapas de su traje y se giró media vuelta para apreciar mejor su imagen, sentía una ola de nervios por su cita, no era la primera para Louis pero sí la más importante.

—¿Tomaste tu pastillita azul? —Zayn dijo, mientras aguantaba una carcajada —ten esto, por si acaso —acomodó un pequeño sobre metálico cuadrado en el bolsillo izquierdo del saco de Arthur.

—¡Vete a la mierda Malik!

Aquella carcajada salió sonora del pecho del hermoso chico moreno, mientras esquivaba aquel objeto que había puesto en el traje de su amigo.

—¡Es un té, estúpido! La versión de lujo y me costó mucho conseguirla para ti —recogió el sobre y lo extendió hacia Louis —Pensé que si el té es un asco en ese lugar, siempre tendrías tu yorkshire a la mano.

—Sigo pensando que esto es una locura Louis. Harry podría descubrirte.

—Lo sé Liam pero, si todo marcha bien, hoy podría ser el día en que le confiese la verdad. Elizabeth no cree que sea oportuno y yo también pero, esta podría ser la noche. Si Harry está mejor, Arthur está listo para irse y yo podría aparecer.

Desde que Harry le propuso aquella cena, transcurrieron dos días ya que el clima empeoró y el doctor Horan prohibió la salida de Arthur, además de que seguía molesto por su auto. Durante esos dos días Louis decidió confesarse con Harry, todo dependería de cómo marchara la cena, si el chico de ojos verdes se notaba más repuesto de la ruptura con Mike, Louis confesaría.

—Hey, tómalo con calma okay? No apresures nada, deja que todo fluya, la verdad estará ahí, esperando por Harry, no se irá a ningún lado así que; permítete disfrutar esta noche.

—Lo haré, haré que Harry se olvide de todo lo malo que ha estado sucediendo en su vida. ¿Qué harán ustedes en mi ausencia? —miró entre ambos y posó la mirada en Liam quien solo ignoraba la pregunta. Zayn resopló, no obtendría ninguna señal y había decidido no esperar más, se daría una oportunidad en el amor.

—Saldré con Niall —Louis y Liam lo miraron, uno con expresión sorprendida y el otro con una mueca de enojo que disimuló con un bufido —me invitó a su departamento.

—¿Qué?¡ No sabía que ibas en serio con ése —dijo con desdén, era muy notoria la molestia que esto causaba en Liam —además, no creo que él sea bueno para ti.

—Y según tú ¿quién lo es? —dio dos pasos hacia él —No lo sabes Liam, —apuntó con el índice —tú no sabes nada, por lo menos Niall tiene las agallas de decirme lo que siente, en cambio-

—En cambio ¿qué?, dime!

—Basta Liam —intervino Louis —Zayn tiene todo el derecho de salir con quien él quiera.

—¿Te estás escuchando Louis? ¡Zayn está yendo al departamento de ese imbécil! ¡Y tú, —señaló con el dedo sobre el pecho ajeno — maldito traidor lo estás apoyando!

—No necesito que me apoyen Liam ¡mierda! No soy un maldito crío! Saldré con un tipo que-

—¡Que no te quiere!

—¡¿Y qué sabes tú eh?! —estaba ese gesto furioso cuando lo encaró —Tal vez no me ama, lo acepto pero; lo cierto es que me cansé de esperar por alguien que no llegará, me cansé de rogar por una muestra de tu cariño Liam, de buscarte cada madrugada y para serte sincero, a todas horas. Finalmente comprendí que lo único real es tu indiferencia y me cansé ¿escuchaste eso? —cerró sus puños con fuerza para no llorar frente a él —me cansé de rogar, nada que se deba mendigar vale la pena —ahora caminó hacia atrás con la mirada fija en Liam —Por fin tienes lo que querías, he dejado de esperarte Liam y ahora me dispongo a aceptar el amor de alguien más.

No dijo una sola palabra más, Zayn salió de la habitación sin mostrar sus lágrimas, quizás las últimas por el ojimiel. Tenía tantas emociones guardadas y ahora Liam experimentaba el miedo permanente de verlo salir de la mano de alguien más, alguien con menos amor tal vez, pero mucho más valor para conquistarlo.

—Yo... yo no... ¡¿Qué- por qué?! Yo solo no... es decir, Zayn y yo es... nosotros no...

—Zayn te ha amado desde que se conocieron Payno, tú siempre lo supiste... él esperó por una respuesta, una señal tuya pero-

—Pero nunca llegó ¿cierto?

—Nada está escrito. Si tú lo amas puedes-

—No...—se puso en pie y miró su reloj, Zayn estaría ya camino a su cita —no dejaré que ese rubio falso me lo robe. Louis... necesitamos un plan!

—Ni en tus sueños más jodidos compañero —soltó con sarcasmo y su preciosa sonrisa se asomó bajo la prótesis facial —mi chico me espera. Permiso.

—Pero... pensé que éramos amigos.

—Lo somos.

—Amigos antes que chicas ¿recuerdas?

—Absolutamente...—caminó con elegancia hacia la puerta y antes de salir, se giró hacia su amigo que sonreía —la cosa es que, de hecho...Harry no solo es un chico...es MI CHICO!

—Que te jodan!

—Me gustaría decirte lo mismo pero, Horan parece adelantarse a ti.

El golpe y los cristales esparcidos por el lugar, un florero de cristal que Liam lanzó como respuesta fue lo último que Louis escuchó. Como si le importara, tenía cosas más importantes en qué pensar.


...

Louis caminó hasta la puerta del Nightingale donde se encontraría con Harry, se sentía ridículamente nervioso, con las ansias quemando por verlo, desde que lo conoció, ver a Harry era un deseo latente, nunca disminuía.

Harry estaba ahí, de espaldas a Louis, este lo contempló por un intervalo de tiempo indefinido, con un placer exquisito, grabando en su memoria con nueva tinta todo respecto a Harry, como una marca imperecedera. Lo conocía, lo había visto tantas veces que observarlo con esa pasión, rozaría en la locura, quizás.

Harry dio media vuelta cuando lo escuchó acercarse, la mirada más bonita que haya visto jamás, la sonrisa que soñaba mientras deambulaba por el asilo, la figura que; estaba seguro aún sin haberlo tocado de esa manera; encajaría junto a la suya.

—¿Listo? —preguntó Harry, y su sonrisa calentó las vibraciones en la garganta de Louis.

—Por supuesto —respondió, con aquella simpleza que facilitaba la vida a Harry y era capaz de calmar sus inseguridades.

—¿A dónde te gustaría ir? —preguntó Harry, indeciso.

—¿Dónde quieres que te lleve?

—¿Estás pidiendo mi opinión? —se mostró sorprendido. En su escasa experiencia nunca había sido tomado en cuenta, estaba acostumbrado a quedar en casa con Mike y cuando salían era solo a comprar de forma rápida. —Creo que dejaré que elijas tú Arthur.

—Hagamos algo Harry, elijo yo y la próxima, tú —no se fijó que estaba dando por hecho que habría una segunda vez, si las cosas salían bien, la siguiente cita sería entre Harry y Louis.

Abordaron un taxi hacia el restaurante que Louis había elegido, en una conversación con Elizabeth descubrió que era de los favoritos del rizado cuando niño y hacía mucho no iba.

El lugar era simple, pero el ambiente era adecuado, olía a limpio y el calor de hogar estaba presente, era de las cosas favoritas de Harry porque lo remontaban a su infancia cuando aún tenía una familia.

Louis caminó a su lado permitiéndole el paso primero, antes de entrar, se aclaró la garganta para llamar su atención logrando que Harry le mirara.

—Luces increíble Harold, solo quería confirmarlo por si no lo dije antes —dijo mirándolo a los ojos, con ese brillo natural y que tanto asombro generaba, no había más que sinceridad cuando lo expresó.

Harry solo bajó la mirada y una sombra rubor se pintó en él, se inclinó apenas hacia él para responderle —Gracias Arthur, tú también te ves muy guapo —le sonrió mientras fingía quitar una pelusa del traje de su acompañante.

—De nada —devolvió la sonrisa y se inclinó levemente, permitiendo que Harry dirigiera el camino hasta su mesa asignada hacia el centro del jardín trasero.

Harry quiso correr la silla para Arthur, pero este le ganó incluso al mesero que esperaba por ellos. Era solo una cena, una simple reunión de dos amigos inusualmente compatibles, pero Harry se sentía por momentos como este, flotar como una pluma. Arthur lo llenaba de atenciones que nunca antes tuvo, parecía empecinado a ayudarlo a recuperar su lugar en el mundo y eso volvía aquella cena en algo único, agradable y sano.

Louis miró a su izquierda, la vista era maravillosa, farolas que iluminaban tímidas a su paso, alrededor de ellos se alzaba una ciudad inquietante y edificios modernos empalmados con otros clásicos pero; cuando miró a su derecha encontró la verdadera belleza, Harry. Con la mirada al frente y el labio inferior atrapado entre sus dientes Harry Styles se encontraba en su estado más natural, siendo solo un chico que deseaba ser amado.

Una estela de romanticismo podía sentirse en el ambiente ya que los comensales en su totalidad, eran parejas, sin embargo, Louis intentaba con todas sus fuerzas no cometer el error de confesar sus sentimientos como Arthur Weasley, antes tenía que aclarar todo y en su mente solo rezaba porque el universo conspirara a su favor esa noche.

—Este lugar es maravilloso —dijo Louis —parece increíble que exista un lugar así en medio de la ciudad.

—Lo es. Yo solía venir aquí cuando era un niño, es curioso porque precisamente nos sentábamos en esta misma mesa —declaró con nostalgia.

—Entonces he hecho una buena elección ¿Lo hice?

—Lo hiciste, sí. No ha cambiado mucho en estos años ¿sabes? Lo recuerdo bien.

Harry extendió su mano para tocar el pequeño arreglo floral de la mesa, Louis observó un rastro ligero de esmalte rosa sobre las uñas del rizado, él siguió la línea de la mirada de Arthur e instintivamente escondió su mano, nervioso, había olvidado por completo retirarlo antes de salir. Hacía mucho que no las pintaba, desde Mike porque el rubio lo ridiculizaba por ello hasta obligarlo a desechar sus esmaltes.

—Lo siento, olvidé quitarlo —se movió inquieto en su asiento mientras con la mano contraria intentaba retirar aquellos rastros logrando lastimarse hasta que Louis lo detuvo.

—¡Harold no! —intentó tocar su brazo para detener los movimientos desesperados del ojiverde —creo que se ven geniales, las uñas pintadas te hacen ver hermoso Harry ¿no lo crees?

—¿Lo dices en serio? Esto no te parece... ¿ridículo? Quiero decir, soy un chico y...

—Harold, tendría que ser un imbécil retrógrada para pensar esa mierda y créeme, no lo soy.

Mordió su propio labio para silenciar un sollozo, había sido humillado tantas veces por Mike a causa de aquel gusto, que se dijo a sí mismo que no le gustaban, intentó convencerse de aquella retahíla que parecía sin fin y ahora, justo frente a un hombre como Arthur, bajo el mismo denominador, se sentía aceptado.

Harry empezaba a amar ese sentimiento de comodidad junto a Arthur y solo deseaba que no se agotara aquella sensación cálida.

Louis comprendió el origen de aquellas lágrimas que se escondieron detrás de un parpadeo tosco pero no quería ahondar en lo que le causar dolor a Harry.

El mesero se acercó a dejar dos copas con vino que habían pedido minutos atrás, Louis esperó hasta que su acompañante se recompusiera para hablar pero entonces Harry se adelantó.

—¿Quieres que te cuente un secreto? —Louis asintió dando su atención completa —siempre me gustó pintarlas, soñando con el día en que un anillo fuera puesto en mi dedo anular, ese día, cualquiera que fuera; yo esperaría con las uñas pintadas. —una lágrima descendió por fin hasta aterrizar en sus labios y Louis solo observó cómo la tragó —estúpido ¿no?

—No. —cortó— es lo más bonito que he escuchado —Louis se permitió rozar apenas la mano de l rizado, su pulgar sobre aquellas uñas que parecían avergonzadas también —Me alegra que estés pintándolas de nuevo —dijo con una sonrisa genuina —tal vez yo podría regalarte algunos colores e incluso podrías venir un día al Nightingale y darnos una clase de cómo hacerlas.

Harry lo miró con asombro, como si acabara de escuchar un disparate, uno que le alegraba y hacía cosquillear su pecho.

—Eres de lo que ya no hay Arthur Weasley —respondió mientras limpiaba su rostro —Me hubiese encantado conocerte en otras condiciones —dijo con pesar.

Tenía un mar de emociones dentro y cuando escuchaba a Arthur hablar con tanta naturalidad sobre temas que Mike se hubiese escandalizado, se sentía tan cómodo, tan a salvo que parecía un salvavidas, pero no quería aferrarse a creer en una historia entre ellos, sería imposible, casi.

—¿Cómo cuáles?

—No lo sé, no tan ¿roto? —preguntó indeciso y se alzó de hombros restándole importancia a su propio comentario.

—Bueno, como yo lo veo creo que algo bueno puedes sacar de esto.

—¿Qué podría ser eso?

—Que ahora ya sabes cómo comenzar de nuevo, y eso ya no te asusta incluso si es desde cero, puedes volver a comenzar tantas veces como quieras, cada día de nuevo porque sabes que tarde o temprano cada pieza se va a acomodar en su lugar.

—Haces que suene tan fácil Arthur.

—Tal vez no lo sea, pero vale la pena. Míralo así Harold; ahora puedes crear tu propio mundo, del color que quieras, incluso negro si es lo que te gusta, tu propio mundo Harry, antes de morir en el de otro.

—¿De dónde vienes tú eh? No puedes estar completamente sano, todos tenemos algo así como una espina o quizá un vidrio, no lo sé; pero siempre hay algo ahí —señaló su pecho—que duele, que hace sangrar aunque sea un poquito.

—Lo tengo, no te engañes. Por supuesto, pero hace mucho decidí no enterrarlos más. Los saqué de ahí, hice limpieza, puse mi corazón en remodelación, el último inquilino hizo destrozos.

—Pensé que tu matrimonio fue feliz —respondió con sorpresa por las palabras de Arthur —¿Y qué tal ha ido esa remodelación?

—Está listo. Es habitable. —lo miró, queriendo traspasar todas sus paredes y confesar con sus ojos lo que su boca aún guardaba.

Había pensado en Harry como el próximo invitado a su corazón y con esfuerzo; sería permanente. La verdad bailaba en sus labios como queriendo derramarse de su boca, solo necesitaba un poco más de tiempo. Justo en ese momento Harry todavía se veía vulnerable, esperaría solo un poco más.

—Hagamos un brindis —Louis propuso — cada uno menciona algo y brindamos, hasta embriagarnos o hasta caer, lo que suceda primero.

—Algo por lo que brindar, correcto. Déjame pensar... Por esta noche?

—¡Salud!

—Mi turno —respondió Louis —Por la vida ¡salud!

—Por la familia, esa familia completa que un día tuve y no volverá —dijo con tristeza.

"Por la oportunidad de dejarme formar una familia contigo" (pensó Louis).

—Por los amigos que llegarán a tu vida ¡Salud!

—Salud por cada una de las veces que me he perdido —dijo Harry.

—Por las que te encontraste —Louis respondió y alzó su copa.

—Por el niño o niña que nunca tuve y no sé si tendré.

"Por el sueño de ser el padre de tus hijos, nuestros hijos" —Louis cerró sus ojos rogando por concretar algún día ese deseo.

—Por las sorpresas que la vida tenga para ti, mi querido Harold —respondió en cambio — porque sé que el destino tiene algo para ti. ¡Salud!

—Por todo ese amor que necesité y nunca tendré.

"Porque me dejes demostrarte que yo te amo, que quiero envejecer esta vez de verdad, pero a tu lado, mi ángel" —Claro que llegará Harry, solo debes permitir que ocurra . Yo en cambio, brindo por el amor que te espera.

Harry negó con la cabeza mientras bebía nuevamente de su copa, sorbió su nariz y continuó —Por todo lo que lloré en silencio.

—Por todas las carcajadas que vendrán ¡Salud!

—Por cada sueño que no se cumplió —insistió.

—Por cada sueño que puede realizarse —Louis insistió incluso más.

—Arthur, no creo que debas beber más —dijo con preocupación cuando Arthur rellenó su copa.

—¡Oh tonterías Harry! Este brindis —dijo con solemnidad —lo reservé para ti. Por ti Harry Styles que eres la criatura más increíble que he conocido y te mereces el jodido mundo ¡Salud!

Por cada brindis bebieron un poco más hasta terminar aquella botella, ambos se sentían eufóricos y Harry parecía muy alegre por momentos y otros regresaba a su estado de tristeza. No estaban ebrios de alcohol, estaban embriagados de una alegría que hace mucho no sentían, embriagados de la compañía del otro, de la posibilidad de ser felices aunque fuera por unos instantes.

El camarero se acercó a depositar la cuenta una vez que ambos habían terminado sus platos.

—Dame eso Arthur, yo pagaré —dijo Harry y arrebató el porta cuentas.

—De ninguna manera, yo pagaré —contra atacó Louis.

—Arthur, no permitiré que pagues, yo te invité, además —susurró —los precios aquí son muy altos.

—Cariño, el precio nunca será suficientemente alto.

—¿Quieres ser estafado? —levantó una ceja.

—No me has entendido querido Harold, no me refiero a la cena, yo no pagaría una fortuna por un pedazo de carne y una copa de vino, yo daría todo lo que tengo por la mejor noche de mi vida y la compañía. ¡Dame eso! —le arrebató, sus ojos se abrieron cómicamente cuando la cuenta total aparecía en el extremo inferior —tienes razón, ¡es un robo!

—Lo es —asintió.

—Pues no dejaré que nos roben, lo que hemos vivido esta noche, no tiene precio Harry, y como no tiene precio, no vamos a pagarlo.

—¡¿Qué?! ¿De qué estás hablando? —Harry sintió los efectos del vino desvanecerse de su sistema ¿había escuchado bien? Arthur tenía esa chispa traviesa en su rostro.

—A la cuenta de 3 corre Harry.

—¡¿Qué¡!

—1...2...3... ¡corre! —apenas y pudo levantarse —¡Corre! ¡corre! no mires atrás!

Harry estaba impactado, al principio no podía moverse y después, sintió la adrenalina mientras sus pies lo llevaban hacia afuera.

Louis aprovechó el tiempo para hacerle una seña al camarero de que ya había pagado, Harry nunca tendría que enterarse.

Las risas y la adrenalina recorrieron su cuerpo, se sentía feliz, pleno, eufórico, volvía a ser un niño feliz como en su infancia. Arthur Weasley le estaba regalando la mejor noche de su vida.

Sintió que podía dejar de cargar tantos lastres, dejar de sentirse miserable y comenzar a ser feliz porque Arthur le había repetido tantas veces que lo merecía que Harry comenzaba a creerlo.

—¿Te divertiste pequeño? —preguntó Louis cuando caminaban de vuelta al asilo.

—Muchísimo.

—¿Cómo está ese corazoncito, recuperándose?

Harry estaba por responder cuando sus ojos se fijaron hacia el otro lado de la calle, su nuez de Adán se movió como si tuviese un nudo imposible de pasar. Louis siguió su línea de visión y entonces entendió lo que sucedía.

Mike besando a una chica...

El mundo de Harry se estrelló contra él, una vez más Mike le había jodido la noche pero esta vez ninguno de los dos lo dejaría pasar.


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¡Feliz cumpleaños a mi persona favorita, mi lugar seguro y mi niño de 30 años, Louis Tomlinson!

Espero que todos hayan tenido una maravillosa navidad y un próximo año lleno de equilibrio, amor, salud y serenidad...

"Mi lugar favorito soy yo cuando estoy en paz"....

MAKI <3

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