7| Sonrisas no merecidas
No le volví a hablar. Técnicamente nunca afirmé lo que dijo, aunque fuera verdad.
Aún compartíamos varias clases y él me regalaba esa mirada de omnisciente cada vez que me veía.
Se siente como si hubieras cometido un crimen del que nadie sabe y alguien viene y descubre lo que hiciste. ¿Será mi sonrisa un crimen?
Él también sonríe. ¿Qué diferencia tiene?
Bonnie, tú sabes muy bien cual es la diferencia.
En fin, continuemos con la historia.
El primer año de secundaria fue como cualquier otro. Y las fiestas no fueron la excepción.
Y llegué a pensar: Si ir a fiestas me hará más feliz, entonces voy a ir a fiestas.
Al principio fue aburrido. Luego decidí cometer el error de hacer lo que los demás hacen. Y eso era tomar alcohol. Fui muy cuidadosa aunque mi familia no se enteraría de que llegaba medio ebria a la casa.
Un chico de último año me invitó a salir. Fuimos al cine, en la segunda cita me pidió que fuera su novia. Tuve mi primer beso en un restaurante de comida rápida. No fue como son descritos en los libros.
Aunque ese beso tuvo sabor a hamburguesa, le sonreí.
El noviazgo no era como que deseaba que fuera. Este fue monótono y aburrido, no hablábamos por teléfono hasta tarde ni hubieron muchas citas como las parejas normales. Pero aún así le sonreía.
Solo nos besábamos al saludarnos y para llenar el silencio en lugar de usar palabras.
En una fiesta él tomó más de la cuenta, y subimos a la segunda planta de la casa como el resto de las parejas. Empezó a besarme sin cuidado alguno. Y no lo detuve ahí. Pasó sus manos sobre mi ropa. Y no lo detuve.
Sus manos tomaron un rumbo más allá. Pensé que si el resto de mis amigos lo hacían no estaría haciendo algo incorrecto, pero me sentí mal.
Dije un «alto» antes de llegar más lejos. Lo tuve que repetir dos veces más y darle un empujón para que prestara atención.
Me miró impaciente, pero se abstuvo y me escuchó.
Terminé con él de una manera amable sumándole otra de mis sonrisas falsas y salí de esa casa.
Me sentí incómoda y enojada conmigo misma por intentar ser como los demás. Definitivamente no volvería a las fiestas, a tomar o a tener novio.
Al llegar a casa después de esa fiesta, pinté más nubes recordando en esas sonrisas que le di a las personas que no lo merecían.
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