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13. Susurros

KELLAN:

Salgo de la sala con Gia tomada de la mano y la conduzco hasta la planta baja. Realmente no estoy seguro de lo que voy a hacer, nadie ha estado ahí aparte de mi y de Tanja. Hace años que no voy por allí, no he podido hacerle frente a ese lugar desde lo que sucedió...  Y hoy voy a llevar a una mujer prácticamente desconocida y con la cual simpatizo lo justo simplemente porque me duele verla así de mal. ¿Qué coño me pasa por la cabeza?

Frunzo el ceño y estoy por decirle que no la llevaré a ninguna parte, pero ver su mirada decaída y su rostro ensombrecido me revuelve el estómago haciéndome alejar esos pensamientos de mi cabeza.

Salimos del castillo y le indico que se suba al todoterreno mientras rodeo el coche para subirme yo.

Arranco el motor y me alejo del castillo, antes de entrar a la próxima ciudad tomo un desvío adentrándome en el frondoso bosque lleno de árboles y plantas que tapan la poca luz solar que aún hay a estas horas en Veliazka. Atravieso todo el bosque sorteando árboles y rocas hasta llegar a un pequeño claro donde estaciono el todoterreno. 

Miro a Gia que ha estado callada durante todo el trayecto y la veo mirando por la ventana, con la mirada perdida y el ceño fruncido.

Suspiro.

---  Baja  ---  le indico captando su atención, me mira con el ceño fruncido a lo que yo ruedo los ojos  ---  baja del coche Gia  ---  le ordeno mientras salgo yo también.

Fuera del coche me reciben las voces de los árboles susurrándome todo aquello que he hecho mal y todo aquello que no he podido lograr. Intento hacer caso omiso concentrándome en el latido del corazón de Gia, es la única manera de no perderse entre tanta oscuridad.

Ella parece salir del trance y hace lo que le indico. Mira su alrededor analizando y estudiando todo lo que captan sus ojos y, posiblemente todo lo que sus otros sentidos le transmiten, sus ojos se ponen blancos al momento y las venas a su alrededor se tornan oscuras permitiéndome verlas a través de su piel, lo mismo que me sucede a mi cada vez que vengo. 

El latido de su corazón se acelera hasta que por fin logra estabilizarse de nuevo.

---  ¿Me has traído a un bosque de susurros?  ---  pregunta incrédula, seguramente está tratando de bloquear todas esas voces.

Asiento.

---  Sí, pero no vamos a quedarnos aquí a que cuatro troncos de madera nos susurren nuestras verdades y nuestras peores pesadillas ---  le digo  ---  solo estamos de paso, ahora hay que andar  ---  le explico.

Empiezo a caminar a través de los árboles intentando no escuchar sus voces, pero se me hace imposible.

"Ellos murieron por tu culpa Kellan"

"¿Aún los oyes pedir ayuda?"

"Se pasa las noches gritando para que vengas a salvarla"

"Deberías haberte quedado en tu cueva"

"¿Vas a contárselo?"

Agito mi cabeza para deshacerme de esas horribles frases. Siempre que venía aquí sucedia lo mismo, pero antes de llegar a la calma hay que atravesar una tormenta. O eso era lo que Tanja me repetía siempre que veníamos aquí. 

Me giro a ver a Gia que me sigue unos pasos por detrás. Su mirada está igual que antes solo que ahora muestra pequeños destellos rojos, se está cabreando con ella misma por todo lo que está escuchando. Acelero mi paso haciendo que ella también acelere el suyo y cuando por fin dejo de escuchar esas horribles voces me permito respirar con tranquilidad y admirar el lugar. Está igual que siempre.

Miro a Gia y veo como sus ojos vuelven lentamente a su color natural y como las venas de su rostro vuelven a quedar escondidas. Me mira a los ojos, me fulmina con la mirada seguramente se pregunta por qué ha tenido que pasar por eso, pero vale la pena. Me aparto de su campo de visión y dejo que observe maravillada todo lo que la rodea.

Jadea de la impresión.

---  Dios  ---  murmura y da unos cuantos pasos hacia delante.

Ante nosotros se alza una enorme cascada de agua cristalina al lado de una frondosa pared de color verde con flores azules, violetas, rosadas y naranjas, delante hay un pequeño lago de agua caliente rodeado por un bonito prado verde con pequeñas hadas revoloteando y algún que otro animal descansando sobre la fina capa de hierba. El ambiente es tranquilo, nada parecido a lo que hemos dejado atrás.

---  ¿Es bonito, verdad?  ---  le digo acercándome a su lado.

Asiente.

---  Jamás habría pensado que un lugar como este pudiese existir dentro del reino tal y como está hoy en día  ---  dice.

Ahora soy yo el que asiente mientras meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

---  Sí, bueno, el hecho de estar rodeado de árboles malditos lo tiene bastante protegido, nadie se adentra en estos bosques lo suficiente como para llegar aquí  ---  digo  ---  además, es un lugar tan pequeño que desde el aire tampoco se ve entre tanto bosque oscuro.

La veo alejarse de mi hasta llegar al borde del lago, se sienta y pasa su mano por el agua con calma.

Sonrío, se parece tanto a ella pero a la vez es tan diferente...  ella era luz, mi luz, mientras que Gia es oscuridad, pero es una oscuridad que te llama que, si no te das cuenta, te absorbe. Tanja era felicidad pura, mientras que Gia a duras penas sonríe. Gia es sarcástica y directa pero ella era dulce y amable. No podía acercarse a una arma sin empezar a temblar, le daban pavor, pero a Gia no le tiembla el pulso a la hora de empuñar una, ni siquiera duda en matar. 

Sacudo mi cabeza para alejar esos pensamientos. No puedo compararlas, no es justo para Tanja que la compare con una extraña que acabo de conocer.

Me acerco a Gia que está jugando con el agua y con una de las hadas del lago, se la ve tan tranquila ahora mismo...  

Me aparto un poco de su lado y me quito la camiseta mientras de reojo veo como Gia posa sus ojos sobre mi torso. Lo paso por alto ocultando una pequeña sonrisa y me quito los pantalones.

---  ¿Qué haces?  ---  pregunta con el ceño fruncido y tratando de mantener su mirada en mis ojos.

Sonrío de lado.

---  Voy a darme un baño  ---  digo con obviedad  ---  sabes, estas aguas tienen propiedades beneficiosas para la piel, deberías probarlo  ---  me burlo de ella.

Abre la boca sorprendida y alza una ceja.

---  ¿Acabas de llamarme vieja?  ---  pregunta ofendida.

Me río alzando las manos y negando con la cabeza.

---  Lo has dicho tu, no yo  ---  digo antes de tirarme al lago.

Me quedo unos segundos debajo del agua para disfrutar de la paz que hay, respiro con tranquilidad dejando que mis sentidos se adapten al agua permitiéndome que mis ojos cambien de color y unos pequeños colmillos se asomen en mi boca. 

Vuelvo a la superficie encontrándome con una muy mojada y cabreada Gia. Trato de no reírme pero su cara roja como un tomate me pone las cosas bastante difíciles. 

---  Te mataré  ---  murmura entre dientes antes de levantarse.

La observo quitarse la camiseta y el pantalón junto con las deportivas quedando en sujetador y tanga. Me muerdo el labio mientras mi mirada recorre todo su cuerpo, noto como me sube la temperatura y no es por el agua.

Se sumerge en el agua mirándome fijamente a los ojos como si fuese un depredador y yo su presa. Me aparto un poco de ella con cautela.

Sonríe de lado dejando ver un pequeño atisbo de maldad en su mirada. Trago preparándome para lo que sea que está planeando contra mí. Su mirada se vuelve azul y en su sonrisa aparecen unos colmillos iguales a los míos. Entrecierro los ojos y antes de que me de cuenta se me tira encima forcejeando para hundirme bajo el agua.

---  ¿Sabes que puedo respirar bajo el agua, no?  ---  le digo continuando con el forcejeo.

Su sonrisa se amplía y un escalofrío recorre mi cuerpo.

---  Sí, lo sé  ---  dice acercando una de sus manos a mi rostro  ---  pero si te tapo la nariz y la boca no  ---  termina de decir y su mano cubre mi boca y mi nariz mientras con la otra me empuja bajo el agua sin darme tiempo a reaccionar.

Intento separar su mano de mi rostro para poder respirar pero es igual de fuerte que yo y me es imposible. Sopeso mis opciones y sonrío. Acerco una de mis manos a su culo mientras sigo pataleando, ella está tan concentrada en hundirme y impedir mi respiración que no se da cuenta de lo que pretendo hacer hasta que lo hago.

Mis dedos pellizcan su nalga izquierda haciendo que suelte un pequeño grito, me destape la boca y deje de hundirme.

Me río bajo el agua y la miro, está aún mas roja que antes.

---  Idiota  ---  protesta en mi mente.

---  Es cuestión de supervivencia  ---  le digo burlón, me la quedo mirando un rato y ella a mi  ---  ven  ---  le digo y empiezo a nadar hasta la otra punta del lago.

Cuando llegamos debajo de la cascada le hago un gesto para que me siga y vuelvo a sumergirme, pasamos por debajo de la cascada y entramos a una cueva subterránea que hay detrás de esta, nos recibe la oscuridad  y unos reflejos azulados. Me dirijo hacia la superficie y salgo encontrándome con la cueva llena de hadas de agua y luciérnagas. Escucho como Gia sale detrás de mi y me giro a verla.

---  Es increíble  ---  dice observándolo todo.

---  Sí  ---  digo sin dejar de mirarla.

Bajo la luz de las hadas azules los reflejos de su pelo se acentúan haciendo que parezca que lo tiene completamente azul, su piel se ve más radiante y sus ojos, ahora azules, les roban el protagonismo a sus labios rosados.

Joder.

---  ¿Por qué me has traído aquí?  ---  pregunta girándose a verme.

Me tenso.

---  No lo sé  ---  digo encogiéndome de hombros, y es la verdad, no sé por qué la he traído aquí.

Asiente y vuelve a mirar a nuestro alrededor. Una hada se le acerca y la mira detalladamente, sonríe y ella frunce el ceño. 

El hada empieza a rodear a Gia examinando hasta el más mínimo detalle de ella y su sonrisa se amplia a medida que lo hace. Emite un pequeño tintineo y se posa sobre la cabeza de Gia.

Abro la boca y los ojos sorprendido, Gia también.

---  Acaba de elegirte como protector y protegida  ---  digo aún sorprendido.

Ella frunce el ceño.

---  ¿Pero, por qué?  ---  pregunta confundida.

Me encojo de hombros.

---  No lo sé, solo lo sabe ella pero es la única especie sobrenatural que no habla, no va a decirnos nada  ---  le digo  ---  por lo poco que se sobe hadas protectoras y protegidos, diría que de ahora en adelante va a seguirte a todas partes protegiéndote en la medida de lo que ella pueda y tu deberás protegerla a ella como puedas  ---  explico.

Ella abre los ojos como platos.

---  ¿Por qué a mi?  si desde las Guerras de Cristal no habían vuelto a esta tradición  ---  dice, es cierto.

Cuando las Guerras de Cristal pasaron, las hadas decidieron que su mejor opción era desaparecer en lugares como este, ya que al ser diminutas no podían protegerse solas y la tradición de los protectores quedó en el olvido después de que muchos de ellos asesinaran a sus hadas durante la guerra. Creía que ya ninguna hada estaba dispuesta a sacrificar su vida por alguien de otra especie después de la gran masacre.

---  Debe de tener muy buenos motivos para poner en peligro su propia vida por alguien a quien no conoce  ---  digo.

Gia alza su mano hasta su cabeza para que el hada se suba a esta. La pequeña criatura lo hace y Gia dirige su mano frente su cara, la mira detalladamente.

---  Por lo menos podrías decirme tu nombre  ---  le dice.

La pequeña hada asiente con la cabeza y sale volando de la mano de Gia. Gia la sigue hasta la orilla y yo voy detrás de ella. La criatura se posa sobre un mineral de color azulado verdoso. Frunzo el ceño.

---  ¿Esmeralda?  ---  pregunta Gia y el hada niega  ---   eh...  ¿Cian?  ---  vuelve a preguntar, la criatura niega de nuevo señalando el mineral con empeño ---  ¿Jade? ¡Jade!  ---  dice Gia finalmente haciendo referencia al mineral, el hada asiente contenta y vuelve a posarse sobre la cabeza de Gia.

Nos quedamos un rato más nadando dentro de la cueva hasta que deja de entrar luz del exterior y decido que va siendo hora de regresar.

---  Gia, tenemos que irnos  ---  le digo acercándome a ella que se encuentra en la orilla sentada mientras Jade trenza su cabello con maña  ---  ya está oscureciendo y caminar por el bosque a oscuras y escuchando barbaridades no es lo que más me apetezca ahora mismo  ---  termino.

Me mira y asiente apartando al hada de su cabello dejando la trenza a medio hacer. Deja a la criatura sobre la orilla y se adentra de nuevo en el lago, el hada la sigue.

---  No puedes venir Jade, es peligroso  ---  le dice apartándola de nuevo.

El hada frunce el ceño y resopla agarrándose al cabello de Gia.

Me río.

---  No va a dejarte, vendrá con nosotros. Ahora su deber es protegerte y para eso debe estar contigo  ---  le explico.

Gia gruñe.

---  Mierda  ---  murmura  ---  lo que menos puedo permitirme ahora es tener que cuidar de otro ser, ni siquiera he sido capaz de mantener a las chicas a salvo por veinticuatro horas  ---  protesta  ---  no puedo añadir otra carga a mi lista, sin ofender Jade  ---  dice esto último mirando al hada.

Jade se cruza de brazos a modo de protesta y vuelve a sentarse sobre la cabeza de Gia, coge un par de mechones de su pelo aún mojado y se los ata a su diminuta cintura a modo de cinturón de seguridad. Suelto una carcajada.

---  No va a quedarse  ---  le digo a Gia  ---  puedes ser todo lo testaruda que quieras pero las hadas lo son aún más cuando se trata de protectores  ---  intento hacer que entre en razón.

Finalmente, Gia asiente resoplando.

Nos adentramos en el agua y volvemos a pasar por debajo de la cascada regresando al lago exterior. Cuando subimos a la superficie Jade se va revoloteando hacia la orilla y se posa sobre una flor aprovechando los últimos rayos de sol para secarse.

Gia se queda estática y resopla.

---  ¿Sucede algo?  ---  le pregunto con el ceño fruncido.

Me mira con la misma mirada que en el castillo al saber lo de Lucie y Gianna.

---  La realidad acaba de golpearme en la cara como si fuese un puto saco de boxeo.  ---  dice con la voz rota  ---  No puedo sacármelo de la cabeza Kellan, puede que haya pasado a segundo plano durante toda la tarde, pero no puedo dejar de pensar en ellas, en sus rostros magullados y cubiertos de lágrimas.  ---  continúa mirándome a los ojos  ---  Han golpeado a una cría, a una niña que ni siquiera tiene la mitad de fuerza que ellas y todo para joderme a mi. Y la mierda es que no es la primera vez que me sucede algo así, joder, todo aquel que se acerca a mi acaba muriendo o en problemas. ¿Qué pasará si no logro salvarlas? Quizá solo debería aceptar las condiciones de las gemelas, sin trucos ni engaños, y largarme de Veliazka para siempre. Quizá, por una vez en mi vida, debería hacer lo correcto y aceptar que esto me supera, que no puedo jugarme tanto esta vez, que quizá ya no tengo nada más que aportar y que, quizá el consejo tuviera razón en intentar mata...   ---  la corto poniendo una de mis manos sobre su boca.

La miro a los ojos, aún azules pero apagados y que intentan contener las lágrimas.

---  No puedes pensar eso Gia  ---  le reprimo y con mis manos agarro su rostro para forzarla a mirarme  ---  nada de esto es tu culpa y no puedes permitirte pensar lo contrario porque te consumirá y entonces no habrá marcha atrás. No tengo ni idea de por qué te importan tanto esas chicas, pero lo que sí sé es que complacer al enemigo no es una opción, porque cuando el enemigo tiene lo que quiere no duda en deshacerse de aquello que le estorba.  ---  digo  ---  Y respecto a lo último, te diré una cosa. Si estás viva es porque aún tienes cosas que hacer en este mundo, nadie puede decidir sobre tu vida más que tu, así que deja de lamentarte y empieza a planear como patearles el trasero a esas arpías  ---  digo lo último a modo de burla consiguiendo que sonría un poco.

Coloca sus manos sobre mis muñecas y traza pequeños círculos con sus pulgares. Cierra los ojos y suspira.

---  Está bien, y aunque odie decirlo, gracias  ---  murmura.

Sonrío satisfecho.

---  No hay de que  ---  susurro contra sus labios.

Roza su nariz con la mía antes de juntar nuestros labios en un beso delicado, como ningún otro. Nuestros labios se mueven sin prisa y nuestras lenguas saborean con calma. Segundos después nos separamos.

Salimos del agua unos minutos más tarde sin decir nada, nos secamos y vestimos en cuestión de minutos. 

El trayecto hacia el coche se me hace más ameno, y puedo asegurar que a ella también, me centro durante todo el camino en el sonido de su latido y cuando llego al coche subo esperando a Gia. Entra en el todoterreno seguida del hada, se abrocha el cinturón y arranco el motor.

El camino hasta el castillo lo pasamos en silencio, de nuevo, y cuando llegamos cada uno se dirige a su habitación para descansar. No hemos comido ni cenado nada, pero no veo a Gia con ánimos de cocinar y yo no pienso arriesgarme a incendiar la única base segura que tenemos, así que estoy dispuesto a pasar hambre.

Gia parece no pensar lo mismo cuando quince minutos más tarde entra a mi habitación con una bandeja de comida.

Frunzo el ceño.

---  ¿Y eso?  ---  pregunto.

Se encoje de hombros.

---  No hemos comido nada en todo el día y mañana debemos empezar con los entrenamientos así que debemos estar bien alimentados y descansados, por lo tanto he hecho una ensalada de aguacate, tomate, cebolla y pepino con unas empanadas de verduras  ---  dice como si nada dejando la bandeja frente a mi.

Abro los ojos como platos y en cuanto el olor de la comida entra por mis fosas nasales mi barriga suena pidiendo comida. Gia coge uno de los platos y se dirige a la puerta. Frunzo el ceño mientras muerdo una empanada.

---  Puedes quedarte  ---  le digo antes de que salga.

Se queda parada en el sitio, pensativa debatiéndose entre si quedarse o no. Finalmente vuelve a acercarse a la cama y se sienta empezando a comer de su plato. Comemos en completo silencio.

Cuando terminamos dejamos todo de nuevo en la bandeja y Gia se dispone a cogerla para salir. Le quito la bandeja de las manos y la dejo encima del escritorio. Ella frunce el ceño.

---  Vamos a dormir  ---  le digo arrastrándola hacia la cama de nuevo.

Asiente un poco confundida. Antes de acostarme me quito la camiseta y me pongo un pantalón de chándal, a ella le doy una de mis camisetas, se desnuda quedando en bragas y se la pone. Me muerdo el labio inferior y antes de que mi mente empiece a divagar sobre su cuerpo me tiro a la cama arrastrándola a ella conmigo.

---  ¡Kellan!  --- suelta un pequeño grito por la impresión

Caemos sobre el colchón, yo encima suyo y aprovecho para volver a besarla un par de veces más, ella me corresponde y antes de que mis manos o las suyas puedan empezar a recorrer nuestros cuerpos ella se separa ligeramente.

---  Hay que descansar  ---  dice con la respiración entrecortada.

Asiento y me posiciono a su lado rodeándole la cintura con un brazo y atrayéndola hacia mi.

Poco a poco mi respiración se sincroniza con la suya y los latidos de mi corazón se ralentizan igual que los suyos. Una sensación de paz y de tranquilidad me invade y relaja los músculos de mi cuerpo uno a uno. Este es uno de los motivos por los que le he pedido quedarse, duermo mejor con ella, no tengo pesadillas y puedo descansar más de lo que he descansado durante toda mi vida.

Suspiro contra su pelo.

---  ¿Qué coño me estás haciendo Gia?  ---  murmuro al aire antes de quedarme completamente dormido.

N/A:

¡Holiis!

Hasta aquí el decimotercer capítulo, cuéntame qué te parece en los comentarios y si te gusta deja tu estrellita⭐.

¿Qué papel crees que tendrá Jade en esta historia?
¿Quién cres que es Tanja para Kellan? ¿Crees que tendrá protagonismo en los próximos capítulos?

Parece que a Gia de verdad le importan las chicas... ¿Logrará salvarlas? ¿Y a Ozak?

¿Qué crees que pasará en los próximos capítulos?

Espero que te guste la historia y te agradecería si pudieses compartirla con tus amigos y amigas para que puedan disfrutarla igual que tu. ¡Recuerda que puedes seguirme en wattpad e instagram para enterarte de todas las novedades!

¡¡Disfruta de la lectura!!

•Neoma•

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