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Capitulo 63

            POV  Anastasia

Swayer me lleva a casa de los Grey, yo quería venir por mi cuenta, pero el obseso del control no le gusta, desde que vivimos junto hace tres meses​, quiere que yo salga siempre con guardaespaldas.

—Llegamos, señorita Steele.— Swayer me saca de mis ensoñaciones.

—Gracias por traerme.— le respondo con amabilidad.

—Es mi deber, señorita Steele.— contesta amable y me ayuda a salir del auto
.
Me dirijo a la puerta de la mansión Grey. Mía y Grace quisieron que venga a ver la ropita que le compraron a mi bebé. Ellas están muy ansiosas por que el nuevo integrante de la familia Grey nazca.

—Señorita Steele, la esperan en el salón— "miss coletitas europeas" me dice al abrir la puerta.

Yo me dirijo al salón... Pero me quedo de piedra al ver a la zorra pederasta de Elena Lincoln ¿Que hace ella aquí? Sé que la ultima vez que se vió con Christian, fue hace tres meses, cuando anunciamos mi embarazo.

—Ana querida, ya estas aquí. No se si te acuerdas de Elena.— comenta Grace quien me saluda como siempre, con cariño.

—Señora Lincoln, un honor volver a verla.— la saludo con sarcasmo

—¡Querida! tanto tiempo sin verte. ¿Como estas?— me responde con mala cara y rencor. Su mirada se dirige a mi vientre de seis meses de embarazo.

—Muy bien, y muy feliz.—Me limito en decir

—Me imagino... debes estar muy feliz con la vida de reina que te da Christian.—dice con ironía.

Quiero abofetearla por lo que acaba de insinuar, pero para su buena suerte, Mía interrumpe.

—¡Ana, que bueno que viniste! le compramos muchas cosas al bebé.— Mía tan efusiva como siempre.

—¿En serio?— Respondo fingiendo felicidad

—¡Vaya! querida, si que te quieren.— dice Elena con sarcasmo.

—Ana, Elena; si me disculpan iré al al tocador.— Se disculpa Grace.

—Y yo voy a buscar las cosas que le compramos a mi sobrinito.— Mía también sale del salón

Elena espera que salgan Mia y Grace.

—Te felicito, Anastasia.—dice y se rie con amargura.

—¿Por que?— pregunto sin entender.

—Por que has echo el mejor negocio de tu vida. Haz engatusado al empresario mas rico de Seattle.— Dice con rabia.

—Se equivoca, señora. Yo no lo engatusé, nos enamoramos.— le respondo igual de enojada.

—A Grace puedes engañarla, pero a mi no. Y yo se lo que tu eres: Una maldita zorra caza fortunas.— Elena esta furiosa y yo igual.—¿Qué demonios crees que le  haces a Christian con una supuesta vida de familia? Tú no sabes lo que él necesita. El tiene necesidades que tu no vas a saber atender. ¿Te has puesto pensar un minuto hacia donde lo estas conduciendo? ¿Tu crees que él es feliz?— Elena me ataca.

—¡POR SUPUESTO QUE ES FELIZ CONMIGO! ¿PENSABAS QUE SOLO TÚ PODÍAS COMPLACERLO? TE EQUIVOCAS. TU NO ERES MÁS QUE UNA MALDITA PEDERASTA QUE ABUSO DE ÉL DESDE LOS QUINCE AÑOS. ¡VIEJA PEDOFILA!— le respondo con ira.

—¡TU NO SABES COMO ERA LA VIDA QUE ÉL LLEVABA!, NO TIENES IDEA. YO LO HICE HOMBRE, ¡YO LE DI EL CONTROL QUE A ÉL TANTO LE GUSTA Y NECESITA!— me grita y puedo notar su odio.

—¡TU SOLO LO FOLLASTE! ¡ABUSASTE DE ÉL, YO LE DOY AMOR!— grito más fuerte.

—¿Que fue lo que dijiste?— Interrumpe Grace, la observo y esta roja por la ira.

Elena y yo nos quedamos petrificadas al notar que Grace escuchó nuestra discusión y sabe sobre el secreto de Christian y ella.

—¡RESPONDE ELENA! ¿QUE FUE LO QUE HICISTE CON MI HIJO?— Grita Grace.

—¡Grace...! Yo...— Balbucea Elena,  palida y temerosa.

Elena abre los ojos alarmada, y Grace le propina una fuerte cachetada.

—¡MALDITA PERRA! ¡TE ABRÍ LAS PUERTAS DE MI CASA Y TU LO ÚNICO QUE QUERÍAS ERA ABUSAR DE MI HIJO!— vuelve a gritar Grace y de nuevo le da un fuerte bofetón en la cara.

Elena se toca la mejilla enrojecida, y parpadea horrorizada y atónita mirando a Grace.

—¡DIME MALDITA PUTA! ¿QUE HICISTE CON MI HIJO?— Le grita y la abofetea.

—¡Mamá...! ¿Que gritos son esos?— Mía aparece cargando unas cajas.

Yo estoy paralizada: mis extremidades se niegan a moverse.

—¡ESTA MALDITA PERRA, ABUSÓ DE CHRISTIAN CUANDO EL ERA UN NIÑO DE QUINCE AÑOS!—-Grita y vuelve a pegarle. ¡Mierda! Grace escucho todo.

—¿QUE?— Mía esta horrorizada.

—¡QUE ESTA MUJERZUELA, ES UNA PEDOFILA ASQUEROSA!— grita Grace y cachetea a Elena.

Grace esta como loca golpeando a Elena, parece otra persona, no la dulce Grace de siempre. Pero la comprendo, este debe ser el peor momento de su vida. Enterarse que su mejor amiga abusó de su hijo.

Elena ya tiene el labio roto y ha empezado a defenderse. Ella le propina un golpe a Grace y la tira en el piso, va abalanzarse encima de Grace, pero Mía le tira el pelo y la hace retroceder. Mía empieza a golpear a Elena, yo sigo en shock viendo todo. Grace se levanta y le rasga el vestido. Le rasguña las piernas, Mía y Grace parecen un par de locas por la forma como golpean a Elena. ¡Mierda! si no hago algo van a matar a la pederasta.

—Ya basta.— digo en voz baja.

Grace y Mía hacen caso omiso. De repente parezco ver todo en cámara lenta. Grace  golpea a Elena y ella cae al piso golpeándose la cabeza y quedando inconsciente.

—¿La matamos?— Pregunta Mía horrorizada.

—Esta con vida la zorra.—responde, Grace después de acercarse a tomarle el pulso. Reprimo mis ganas de reírme.

—Hay que llamar a la ambulancia.—digo y Grace y Mía me mira extrañadas.

—Esta bien, pero hazlo tu.— responde Mía.

Yo de mala gana llamo a la ambulancia, Elena sigue inconsciente. Minutos después llega la ambulancia y se lleva a Elena... Grace, Mía y yo hemos decidido ir al hospital. Llegamos y ya hay un policía, preguntando por Grace, ¡maldición! la zorra no estaba inconsciente, solo fingió. 

—¿Quien de ustedes es la señora Grace Trevelyan Grey?— Pregunta el policía.

—Soy yo ¿Que sucede?— Pregunta ella

—Usted queda detenida, por agresión a la señora Elena Lincoln.— dice el policía.—

—No se la llevarán a ningún lado. Esto es solo un mal entendido.— dice Mía

—Lo siento señorita, pero la señora tiene que acompañarnos.— responde el policía.

—¡Que no!— contesta mi cuñada y pone detrás de mi a Grace.

Mía saca su celular y llama a Elliot, le cuenta lo sucedido. Media hora después aparece Elliot, quien también se opone a que se lleven a Grace. El policía le pide ayuda a los guardias del hospital, de reojo veo que Elliot habla por teléfono al parecer habla con Christian. Mierda... el se pondrá furioso, pero esa mujer me hizo enojar. Y no me equivoqué, Christian hace su entrada, y está furioso.

—Anastasia ¿Que haces aquí?— me pregunta sorprendido.  

—Acompañando a tu madre y hermana.— respondo molesta. ¿Que le pasa?  
—Mamá...— alcanza a decir cuando ve a Grace.

Grace se acerca, alza la mano y lo abofetea. Me doy cuenta que ella esta furiosa, herida y se siente traicionada.

—¿Como pudiste? ¿Por que Christian? ¿Por qué con ella?— Pregunta ella llorando.

—Madre... Yo...— Christian no puede articular ninguna palabra.

—¿Por que no me dijiste que esa zorra abusaba de ti? ¿Por que no pediste ayuda?— Puedo notar que Grace esta muy dolida. 

—¿Como te enteraste?— Pregunta confundido.

—Ella me escuchó mientras discutía con Elena.— le confieso y puedo sentir su ira sobre mi. 

—¿QUE TU QUÉ, ANASTASIA? ¿TU SE LO DIJISTE? NO TENIAS NINGÚN DERECHO EN HURGAR EN MI VIDA. ¡AHORA ELENA ESTA INTERNADA POR TU CULPA!— grita furioso. ¿Christian me esta gritando? ¿Es que la ama? Es eso: él la ama. 

—Christian, no me grites por favor.— Reprimo mis ganas de llorar. 

—¿QUE NO TE GRITE? ¡PERO SI ERES UNA ESTÚPIDA CELOSA, QUE NO MIDE LAS CONSECUENCIAS DE SUS ACTOS!— sigue gritando, y yo estoy en caída libre. Elena y  Christian se aman, yo soy la intrusa en su relación.

—¿No imaginé que pensabas de mi de esa forma?— Le digo y ya no puedo evitar llorar y lo miro con rabia.

—No le hables así a tu mujer.— Grace sigue enojada. 

—¡Maldita sea, Anastasia! ¿Por que discutiste con Elena?— Dice en voz baja pero furioso.

—Eso no importa, esta estúpida le pide perdón por cruzarse en su camino... Pero no se preocupe, no lo volveré a molestar.— Digo llorando, es mejor irme lejos, a un lugar donde nadie pueda hacerme daño. Está decidido.

 —Anastasia...— dice él cuando yo estoy dentro del ascensor. 

 —Adiós, Christian.— me despido y las puertas del ascensor se cierran.

Me desplomo y no aguanto, empiezo a llorar de forma desconsolada... ¿Por que todo tuvo que joderse? Nunca debí volver con él. Es mejor que haga mi vida sola con mi bebé. Elena tiene razón. Yo no soy para Christian. Salgo hacia el estacionamiento del hospital con la esperanza de encontrar a Taylor o Swayer, pero ninguno de los dos está.

—Hola, preciosa. Tanto tiempo sin vernos...— esa voz me da escalofríos. Volteo a ver y es mi ex jefe: Jack Hyde.

—Jack.— logro decir.

—El mismo, hermosa Anastasia... al que dejaste plantado. El mismo que se quedó sin trabajo por tu culpa, puta calienta braguetas, y el mismo que acabará contigo.— Dice y saca un cuchillo.

—¿Que piensas hacer?— Pregunto temblando de miedo.

—Acabar contigo y ese bastardo que llevas ahí. Mi dulce venganza contra el hijo de puta de Grey, por darme una paliza y por dejarme sin empleo.— dice con odio. El se acerca a mi y dice: —¿Tienes miedo zorra caza fortunas?— El esta gozando verme aterrada.

Y sin previo aviso me da un bofetón muy fuerte en la cara. El golpe me tira al suelo, pero el me levanta tirando del pelo. Yo trata de salir de su agarre, y trato de empujarlo, pero lo unico que logro es un corte del cuchillo en mi brazo. El vuelve abofetearme, y yo vuelvo caer. Jack se acerca a mí y me da una patada rápida  en las costillas que me deja sin aire en los pulmones.

—Despídete, perra.—dice y trata  introducirme  el cuchillo en la pierna. Pero yo aparto mi pierna con la poca fuerza que me queda.

—¡AUXILIO! ¡ESTÁN ATACANDO A UNA SEÑORA!— grita alguien.

Yo dejo escapar un grito silencioso por el sufrimiento y el terror. ¡Oh no! mi bebé... ¡no! Por favor que no le pase nada. Cierro los ojos con fuerza para evitar el dolor y para intentar conseguir un poco de aire.

—¡Esto es por Seattle Independent Publishing, zorra!— Alcanzo a escuchar que grita Jack.

La oscuridad se cierne sobre mí. Puedo escuchar que vienen por mi, escucho voces desesperadas. Y un desgarrador grito es lo que escucho

—¡NO! ¡ANASTASIA!— es mi Christian, creo que es el momento de despedirnos...

No lo quería así.

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