CAPITULO 30
POV Anastasia
-Baila conmigo-susurra Christian
-Con mucho gusto, señor Grey -le respondo sonriendo
Estamos en la suite de un hotel, no donde se hospeda con toda familia. En otro que Christian alquiló para pasar el fin de semana conmigo. Es grande y lujosa, ¡si que deben tener dinero los Grey!
La suite consta de dos dormitorios y un salón comedor, un sitio majestuoso, ¡Por Dios!... es más grande que mi casa. Damos vuelta por toda la habitación bailando... bueno él baila, y yo, trato de seguirle el paso. No sé bailar
-Ha sido un placer conocerte, Anastasia.- Dice con tristeza
-No quiero escuchar eso, por que suena despedida.- le reclamo con calma.
Se me encoge el corazón. No quiero llorar antes de que se vaya, mejor alejo ese pensamiento tristes.
-Entonces... disfrutemos del baile.- dice, y me da un respiro.
Bailamos dos canciones más, y me doy cuenta de que me tengo que ir.
-Me tengo que ir, ya es tarde- le digo
-¿Por qué cambiaste de opinión?-Pregunta perplejo -Me dijiste que pasarías el fin de semana conmigo -dice.
Yo inclino la cabeza a un lado y arqueo una ceja.
-Es verdad.-Solo déjame hablar por teléfono con mi amiga Phoebe -le digo.
Tuve que contarle todo a mi amiga para ayudarme a pasar el fin de semana con Christian. Río para mis adentros, por la cara de espanto que puso cuando le dije que tenia sexo con Christian. Después de su sermón de como debía cuidarme para no quedarme embarazar, y por que no le conté todo antes, decidió ayudarme con mi mentira. Ray cree que estaré todo el fin de semana con Phoebe.
-Hola, Phoebe. Solo llamaba para recordarte que si llama mi padre le digas que estoy bien y que le inventes alguna mentira de por que no puedo hablar con él.-le digo.
-Yo estoy bien Anastasia, bueno... no tan bien como tu- me responde sarcásticamente.
-¡Phoebe! -le grito.
-Phoebe nada. Solo disfruta tus últimos días con tu dios griego ya después yo te recogeré todos los pedacitos de ti cuando sufras por su partida- me dice de forma tierna.
- Gracias, amiga- le respondo y cuelgo.
-¿Todo bien?-pregunta Christian yo asiento con la cabeza.
Me sonríe con cariño. De repente, los compases de una pieza clásica retumban en la habitación y de nuevo a bailar. Levanto la vista, fascinada, y él se inclina para besarme y una enorme sonrisa se dibuja en su hermoso rostro. Sus ojos brillan peligrosamente.
-¿Quieres seguir bailando?
-No.
-¿Y que quiere hacer la hermosa señorita Steele?- pregunta de forma burlona. Parece feliz y relajado.
-Lo que quiera, señor Grey- le digo.
-He disfrutado mucho de la velada, Anastasia. Gracias.Pero hora de ir a la cama.-me dice.
-Yo tambiénLa he disfrutado. Mucho-.Le digo
-Menudo día el de ayer ¿eh?-dice.
-Estoy bien-susurro para tranquilizarle. -¿Y tú?
-¿Yo? Estoy bien-dice -Seguro- me pregunta si estoy bien tras ver el enfrentamiento con mi madre.
Flash back
Christian esta por irse de mi casa después de comer nuestros sandwich cuando entra mi madre.
-¡Anastasia! ¿Quien es este joven tan guapo que está en nuestra casa?- pregunta mirando a Christian de pies a cabeza con lujuria y deseo
-Mamá, el es mi amigo. Se llama Christian Grey- le respondo de forma cortante.
-Hola guapo. Soy Carla May Wilks Steele- se presenta muy coqueta.
--Hola, yo soy Christian Grey--Christian tiende su mano. Carla lo coge y mira a Christian con lujuria y deseo
-Bueno... Christian ya se iba- le digo furiosa por que no me gusta la forma como mira a Christian.
-Anastasia, no seas mal educada... Bueno, ¿que se debe esperar de una niña rebelde?- dice poniendo su mano en el brazo de Christian.
El se tensa de inmediato. No le gusta que lo toquen.
-¡MAMA! ¡TE DIJE QUE EL YA SE IBA!- le grito.
-¡ANASTASIA, NO ME GRITES Y MUCHO MENOS CUANDO TENEMOS INVITADOS! ¡ESOS NO SON LOS MODALES QUE TE ENSEÑÉ!- dice gritándome.
-¡YA BASTA!- grito furiosa contra mi madre. -¡CHRISTIAN,
VÁMONOS!- digo enfadada.
-Mira, guapo. No hagas caso a esta tonta. Cuéntame como acabaste aquí en esta casa.- dice prácticamente tirándose encima de él.
-Bueno. Un gusto conocerla, pero me tengo que ir señora.- dice Christian
-¿Pero por qué? Tu y yo podemos divertirnos mucho- dice Carla subiéndose la falda hasta los muslos.
-¡POR DIOS! CARLA ¿NO TIENES VERGUENZA? ¡TE ESTAS COMPORTANDO COMO UNA VERDADERA PUTA!- le grito con los ojos anegados de lagrimas por su comportamiento.
Ella se levanta y me da una bofetada en la mejilla.
-¡NO VUELVAS A DECIRME PUTA, ANASTASIA! ¡MALDITO EL DÍA QUE DECIDÍ TENERTE!- me grita furiosa.
-¡LAMENTO ARRUINARTE LA VIDA, MALDITA ZORRA!- le respondo igual de furiosa y llorando.
Ella esta por abofetearme de nuevo cuando Christian lo impide sujentandolo del brazo.
-Señora, no permitiré que lastime a Anastasia. Ella es una joven hermosa y se merece todo el amor del mundo.- dice Christian.
Carla se queda estupefacta por las palabras de mi Christian. El me toma del brazo y me saca de mi casa. Humillada y herida por las palabras de mi madre. Despues de ver que dejó de llorar, opto por ir a la casa de mi amiga Phoebe, sin antes prometerle que pasaremos el fin de semana juntos.
Fin del flash back
-Gracias- le digo sin poder detener la palabra.
-Gracias ¿por que?-pregunta.
-Por defenderme.
-Ninguna hija se merece ese trato, por muy rebelde que sea.- me dice yo le sonrio -Bueno, señorita Steele ahora mismo me gustaría beberme algo y luego y perderme en ti.- dice con voz sexy -Señorita Anastasia Rose Steele, deje de morderse el labio-susurra mirándome con ojos oscuros, hambrientos de deseo le sonrío tímidamente.-Nunca dejas de sorprenderme, Anastasia. Después de un día como el de ayer estas aquí tranquila. Otra en tu lugar estaría llorando a mares. Me tienes alucinado, cautivado, fascinado... no sé que palabras usar. Eres realmente fuerte.
-Gracias, señor Grey. Sus palabras significan mucho para mi- le digo.- Por cierto te tengo un regalo, para que no me olvides cuando regreses a tu casa.- le digo buscando mi mochila.
-¿Un regalo?- Pregunta sorprendido.
-Si. Un recuerdo de tu visita a Georgia- le digo sacando la caja envuelta en un papel color azul y se lo entrego.
Él me mira y sonríe tímidamente. Como me gusta su sonrisa... Mejor dicho, ¿que no te gusta de él? me corrige mi entrometida subconsciente, que no había aparecido en todo el día.
-Si quieres lo puedes abrir- le digo a Christian.
-¿Seguro que quieres que lo abra?-pregunta. Yo asiento, ansiosa.
-Christian rompe el envoltorio y mira sorprendido la caja. Él sonríe. La caja contiene un pequeño helicóptero para armar, mejor dicho una maqueta de un helicóptero color azul.
-¡Oh! Mi dulce Anastasia
-Se llama Charlie Tango- le digo.
-¿Charlie Tango?-pregunta de forma divertida.
-Si, Charlie Tango. Lo acabo de bautizar- le digo.
Levanta la vista hacia mí con esa gloriosa sonrisa que tiene.
-Me encanta, Ana. ¡Gracias!
-Solo prométeme que lo armaras cuando llegues a tu casa.
-Prometido.- dice dándome un beso.
Yo no puedo evitar sonreír de oreja a oreja y tengo deseos de abrazarme y felicitarme a mí misma. Le encanta.
-Bueno... ya que estamos con los regalos, yo también te tengo uno.- dice buscando en su mochila y me da una caja con envoltorio también azul. -Ábrelo- dice yo lo abro y no puede ser.
-¡Esto es demasiado, Christian! no puedo aceptarlo.- le digo entregándole el celular de ultima generación.
-Anastasia, es solo un celular. Acéptalo. Me dijiste que tu mala madre te quito el tuyo.- dice.
-Si, pero no era uno como este, además ya me regalaste los aretes por mi cumpleaños.- le digo.
-Ana, esto no es nada para mi; solo unos cuantos dolares- dice Christian.
-A mi no me interesan las cosas materiales, me interesa tu compañía y quiero disfrutarlo al máximo estos dos días que te quedan aquí- le digo.
-Lo sé.
-Entonces ¿por que haces esto?- le digo.
-Por que puedo, señorita Steele ¿Qué vas a hacer al respecto Anastasia?- Susurra en tono burlón.
-Lo primero, desnudarte.- le digo y él no pestañea pero contiene la respiración.-No te preocupes, solo quiero que me hagas el amor.- le digo.
-Esta bien... pero acepta el celular y así podre comunicarme contigo cuando llegue a Seattle- me dice con tono juguetón.
Me encanta el Christian juguetón.
-Esto no es correcto- le digo.
-Ana, ya déjalo ¿si?
Yo lo miro y comienzo a desnudarlo. Le retiro la camisa, él me observa. Sus ojos, me miran... ¿cautos? ¿Qué está pensando? Él me ayuda, alzando los brazos para que me sea más fácil quitársela.
-No te tocaré- le digo para que no se asuste.
¿Como haré para olvidarte Christian Grey?
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