Con las campanadas de medianoche

me duermo tranquila en mi cama.

Estoy con mis tíos de vacaciones

en el pueblo donde está su casa.

Me levanto y noto el sofocante calor

de algo que aparentemente no causa temor,

luego intento apagar la calefacción,

pero algo está bloqueando mi visión.

Llego a la cocina y veo

cómo todo está ardiendo.

Las sirenas se acercan,

noto su sonido cada vez más cerca.

Intento moverme, pero

mis pies indoloros están ardiendo.

Entonces me despierto,

deseando que nada sea cierto.

A la cocina me dirijo corriendo,

resulta que aquello no era un simple sueño,

las llamas, el calor, el fuego,

todo aquello era verdadero.

Esta vez mis pies se queman,

las sirenas también se acercan.

Mi familia ahora está muerta

y a mí me llevan presa.

Lo que ellos nunca sabrán,

no fui yo en verdad,

sino una yo llena de maldad.