Le pido a la vida que me de una razón para creer en la justicia, que me explique acaso por qué los niños son silenciados, por qué las mujeres son encerradas en castillos morales, por qué los hombres perecen luchando por tierras que no necesitan.

Le imploro a la vida, sabia y absoluta, que deje de enviar humoristas baratos a distraer mi atención, que me ayude a entender por qué quienes lo tenemos todo nos preocupamos por la nada, mientras los que nada tienen sueñan con el todo.

¿Desde cuándo los sueños se han convertido en cadenas malditas?

¿Desde cuando el amor se ha convertido en una asignatura para tontos y crédulos?

¿Desde cuando organizamos nuestra existencia para no ser tildados de locos?