Deposito a Meghan en la cama y con la ayuda de mi madre, la limpiamos y le cambiamos la ropa.

—Una perdida como esta es dura hijo, pero...

—No —la callo de golpe—. Era mi hijo y no se puede remplazar.

—Alía solo estaba descubriendo sus poderes, no es su culpa —dice dejando a Meghan descansar—. Por favor no le tomes rencor.

—De todos los poderes que le podías dar...

—Eso no lo escojo y lo sabes. Los poderes de nuestra gente son complejos y no necesariamente son agradables. Estás tú, tus primos con la telepatía, incluso yo —dice poniendo una mano en mi hombro—. La magia negra es hermosa cuando se sabe emplear. —Ella apoya su mentón en mi hombro y mira a Meghan—. Entiendo tu enojo al perder a tu bebé, yo perdí una cantidad imaginable de bebés antes de tenerte. Es desgarrador el proceso de concebir, no te pongas esa presión aún. Disfruta de tu hija y deja que los hijos vengan solos.

—¿Qué harías en mis zapatos? Amo a mi hija, eso no lo pongas en duda. Pero solo quiero que no vuelva a ocurrir —digo apoyando mi cabeza con la de ella.

—Sí hijo —dice y nos quedamos así por un rato. Pero tocan la puerta de la habitación—. Adelante.

Me volteo y Lina entra con Alía en brazos. Mi niña tiene los ojos hinchados de tanto llorar.

—Alía extraña a sus papis —dice Lina acomodándole el vestido.

—Dámela —digo estirando los brazos y mi hija sonríe mientras que la cargo—. ¿Cómo estás?

—Triste, porque papi está triste por mí —dice ocultándose en el hueco de mi cuello.

—¿Me puedes explicar por qué le hiciste daño a tu mami? —pregunto acariciando su cabello oscuro rizado.

—Yo querer jugar, pero mami no dejarme jugar —dice aferrándose a mí cuello.

—Entiendo, pero eso no te da el derecho de hacerle daño a mami porque ella nunca te ha lastimado —le digo mientras que tomo su carita para que me mire—. Lo que le hiciste a mamá estuvo muy mal y nunca más debe volver a pasar. Por muy molesta que estés conmigo o con tu madre, debes hablarlo con nosotros y no hacerla sufrir como lo hiciste. Cuando te demos ordenes las cumples ¿entendido?

—Sí papi —dice aterrada.

—Yo me retiro —dice Lina saliendo de la habitación.

Alía pide acostarse con Meghan y la pongo a su lado, ella la abraza y se hace pequeña a su lado.

—Ven —dice mi madre apartándome hacia una esquina de la amplia habitación—. ¿Qué hace Lina aquí?

—No empieces... —Intento irme, pero me toma del brazo. Esta vez si es fuerte el agarre—. Mira mamá, ahora lo menos que quiero es discutir contigo.

—Ella no está aquí porque le importes —me dice firme.

—¿Por qué tú sí? —pregunto molesto—. Porque todavía tengo tu citatorio en la mente.

—Ya le expliqué a tu padre que eso es por las deudas que tiene este reino con el mío. No es personal, sé que intentas hacer las cosas bien...

—No me presiones, no te voy a pagar en un futuro cercano. Y si me cortas los tratados comerciales, ese futuro será más lejano —digo enojado—. Y en cuanto a Lina, no me creas estúpido. Sé que está aquí para recordarme que su esposo sigue siendo el rey. Ahora, hazme el favor y no me generes más dolores de cabeza.

—Entiendo —masculla molesta—. De todos modos, tu padre ofreció parte de su patrimonio para pagar. Con eso se apacigua por unos doscientos años.

Con eso, ella se va de la habitación y me deja descolocado por varios minutos. El tamaño del patrimonio de mi padre no es del conocimiento público porque con solo el estimado ya te volverías loco con tanto dinero, pero mi madre me dijo hace varios años que el dinero de mi padre en ese momento ascendía a unos cien billones de coronas libres de cualquier intervención del estado. Con esto me libro del reino de mi madre por un buen rato hasta que recomponga este reino, pero estamos hablando de mi padre. Y sé perfectamente que el día que me cobre ese dinero, va a ser un día que me cagaré todo. Pero mi padre no cobra dinero, cobra favores o ambas. ¡MALDICIÓN!

Bueno Demian, cálmate, respira profundo. Ve el lado positivo, estás solvente por doscientos años. Con el dinero que te queda, puedes recuperar la economía y mejorar otros sectores. Dice mi guardiana en mi mente.

"Claro, voy a arreglar todo. Pero estamos hablando de mi padre. ¡Es mejor morirse que pedirle un favor a él!" exclamo agitado.

Salgo de la esquina y me acerco hacia la cama donde mi esposa e hija están dormidas. Ellas son mi prioridad y necesito mantenerlas a salvo de cualquier daño externo o interno. Necesito elaborar un plan de pago de una vez para pagarle a mi madre después de los doscientos años y uno para devolverle el dinero a mi padre antes que me cobre. Lo menos que quiero es estar en sus manos.

Dejo la habitación y me voy a mi oficina a volver a planificar el gasto de este reino. Es importante mantener el cinturón apretado a todos los que trabajen para la corona, incluso para Tristan. La conquista es buena, pero no veo ningún beneficio para destinar la mitad del presupuesto en esto. No puedo cortarlo de tajo, pero puedo redirigirlo. Crear armamento para la guerra de Tristan es un sector que genera buenos ingresos, pero esos ingresos tienen que venir para mí no para él. Tristan es el rey elegido para conquistar el reino sombrío, pero yo soy el rey que fue elegido para gobernarlo y eso debe permanecer.

La conquista debe continuar, pero tengo que beneficiarme. El cincuenta por ciento se mantiene, pero un treinta por ciento va para mí y el otro para Tristan. Lo que compondrá el porcentaje de Tristan será el pago de nómina de todos los solados y personal administrativo de él, se pagará los navíos de guerra y demás artilugios. Pero aquí entro yo, con mi porcentaje impulsaré las empresas armamentísticas, y la creación de nueva tecnología. La trampa es que me haré dueño de las empresas para que el estado me pague por la conquista de Tristan. Con ese dinero, puedo crear fondos de inversión y no tocar ese dinero el tiempo suficiente hasta tener al menos un setenta por ciento del dinero para devolvérselo a mi padre. Y el treinta por ciento ya sería el condenado favor que me pida, pero al menos será algo pequeño a comparación del monto inicial.

Como dijo mi padre una vez, tal vez no tenga la corona, pero tengo el poder de un rey. Y ahora la de un dios para hacer lo que me plazca. Y lo haré y no me importa quien caiga, mi familia es primero.