Planes de detonación:
Formamos un corro con nuestros pufs.
Rachel esparció unos planos por el suelo entre nosotros.
—¿Saben lo que son los fasces del emperador?
Percy y yo cruzamos una mirada que decía: "Ojalá no lo supiésemos"
—Estamos familiarizados con ellos—dije—. En San Francisco destruíamos los fasces de Cómodo y Calígula y gracias a eso pudimos matarlos. Supongo que estás proponiendo que hagamos lo mismo con Nerón.
Rachel hizo un mohín.
—Te has cargado mi gran descubrimiento. Con lo que he tardado en averiguarlo...
—¿Has descubierto el lugar exacto de los fasces de Nerón?—preguntó Nico—. Porque eso nos sería muy útil.
Rachel se enderezó un poco.
—Sí, creo que sí. Este es el proyecto original de la Torre de Nerón. No ha sido fácil de conseguir.
Will silbó com admiración.
—Apuesto a que muchos bothan murieron para darnos esta información.
Rachel se quedó mirando.
—¿Qué?
Percy miró a Will como si fuera un hermano perdido.
—Bro... ¿dónde has estado toda mi vida?
Nico frunció el ceño.
—Atrás Jackson, él es mío.—se volvió hacia Rachel—. Perdón, supongo que es una referencia a Star Wars. Mi novio es un friki de Star Wars de lo peor qué hay.
—Perdone usted, Don Mitomagia. Si vieses la trilogía original...
—Aunque recomiendo las series y los cómics sobre el resto de material—asintió Percy.
—Vader de 2015 y Clone Wars...
Nico y yo nos miramos, nos pusimos de acuerdo para acabar con nuestro sufrimiento.
Después de un zape bien dado a Will y Percy, Rachel continuó con su explicación.
—En fin—dijo—, mi teoría es que Nerón guarda sus fasces aquí.—Señaló un punto situado a media altura del esquema de sección trasversal de la torre—. Justo en medio del edificio. Es el único nivel sin ventanas exteriores. Solo se puede acceder con un ascensor especial. Todas las puertas están reforzadas con bronce celestial. El edificio entero es una fortaleza, pero sería imposible entrar en este nivel.
Rachel pasó a otro esquema: un plano del nivel ultra secreto.
—Aquí. Tiene que ser esta cámara acorazada. Jamás podrían acercarse, amenos que...—Señaló una habitación cercana—. Si no interpreto mal estos dibujos, esto debe de ser un calabozo para prisioneros.—Le brillaban los ojos de emoción—. Si consiguen que los capturen y luego convencen a alguien de dentro para los ayude a escapar...
—El plan de Meg—dijo Percy—. Vaya que esa niña lo tenía todo planeado, y con la ayuda de Lu...
Rachel frunció el ceño, y las manchas de pintura azul de su frente se concentraron aún más.
—¿Quienes?
Le hablamos sobre Meg, Luguselva y del tiempo de complicidad que habíamos compartido con ellas antes de que las noqueara y tirase de un edificio respectivamente.
Rachel meneó la cabeza.
—Vale... entonces, si ya habéis pensado todas mis ideas, ¿qué hago hablando?
—No, no—dijo Will—. Las estás confirmando. Y confiamos más en ti que en... ejem, otras fuentes.
Esperaba que se refiriera a las infiltradas en la torre y no a Percy y yo.
—Además—terció Nico—, tienes el proyecto real.—Estudió el plano—. Pero ¿por qué encerraría Nerón a sus prisioneros en el mis l nivel que su posesión más valiosa?
—Ten cerca tus fasces—especulé—, pero más cerca a tus enemigos.
—Quizá—dijo Rachel—. Pero los fasces están muy bien protegidos, y no solo por dispositivos de seguridad o por guardias. Hay algo en esa cámara acorazada, algo vivo...
Se me puso la piel de gallina.
—¿Cómo lo sabes?
—Una visión. Solo un destello, como si... como si Pitón quisiese que yo lo viese. La figura parecía un hombre, pero tenía una cabeza...
—Una cabeza de león—aventuré.
Rachel se estremeció.
—Exacto. Y alrededor de su cuerpo reptaban...
—Serpientes.
—Entonces, ¿sabes de qué se trata?
Busqué el recuerdo en mi memoria. Como siempre, estaba fuera de mi alcance. Ese cerebro mortal era un recipiente inadecuado para mis memorias divinas.
—No estoy segura—reconocí—. Evidentemente, algún tipo de guardián poderoso. En la estrofa más reciente de la profecía aparece un "león en roscado por la serpiente"—informé a Rachel de nuestro viaje con las Hermanas Grises.
Nico miraba los planos con expresión ceñuda, como si quisiese intimidarlos para que revelaran sus secretos.
—Sea lo que sea ese guardián, Nerón le confía su vida. Lamento hacer de Don Pesimista...
—A partir de ahora te llamará Don Pésimo—dijo Will maliciosamente.
—Calla, Solace. Incluso si su plan funciona, los liberan, matan al guardián y destruyen los fasces. Entre ustedes y el salón del trono de Nerón todavía habrá media torre y un ejército entero de guardias de seguridad de por medio, ¿no?
—Nico—dijo Percy simplemente—. ¿Cuando un ejército nos ha detenido? Ya hemos enfrentado otros más grandes antes.
Nico rio, cosa que no sabía que era capaz de hacer.
—Supongo que en eso tienes razón. Pero ¿no había cierto detallito sobre el interruptor del pánico de Nerón? Si se siente amenazado, puede volar Nueva York con solo pulsar un botón. ¿Cómo impiden eso?
—Ah...—Rachel murmuró un juramento impropio de una sacerdotisa—. Esos bichos deben de estar ahí para eso.
Con las manos temblorosas, pasó otra página de los planos.
—Le pregunté al arquitecto de mi padre por estos planos—dijo—. Y no los entendía. Dijo que era imposible que estuviesen bien. Veinte metros bajo tierra, con muros de contención triples alrededor. Tanques gigantescos, como si el edificio tuviera su propio depósito o su propia planta de tratamiento de aguas. Están conectados al alcantarillado de la ciudad, pero la red eléctrica independiente, los generadores, las bombas... Es como si todo el sistema estuviese diseñado para lanzar agua hacia fuera e inundar la ciudad.
—Pero no con agua—apuntó Will—. Con fuego griego.
—Don pesimista—murmuró Nico.
Me quedé mirando los planos, tratando de imaginar cómo se podía haber construido semejante instalación. Durante nuestra última batalla en el Área de la Bahía, Percy y yo habíamos visto más fuego griego del existente en toda la historia del imperio bizantino. Nerón tenía más. Una cantidad exponencialmente superior. Parecía imposible, pero el emperador había contado con cientos de años para hacer planes y con recursos casi ilimitados. Solo Nerón podía gastar casi todo su dinero en un sistema de autodestrucción.
—Puede que no—repuso Rachel—. El edificio está diseñado para ser autónomo. Aislante térmico, sistema de circulación de aire cerrado, materiales resistentes al calor reforzados. Hasta las ventanas tienen cristales especiales a prueba de explosiones. Nerón podría incendiar la ciudad a su alrededor y su torre sería lo único que quedaría en pie.
Percy se sobó las cienes y respiró profundamente.
—Tal vez, y solo tal vez, no debimos haber pensado que se inmolaría para detenernos. Por supuesto que quiere conservar su vida...
Rachel hizo una mueca.
—Perdón, es solo que... es demasiado raro, porque te veo a ti normal y al mismo tiempo con cabeza de buitre.
Nico y Will se quedaron mirando a Percy por un segundo, como si esperaran que le crecieran un pico y plumas.
"¡Buitre Místico!"
Me di una patada mentalmente, Diana ya había tenido el cuerpo por mucho tiempo, mínimo que me dejara en paz por un par de días.
Will se volvió a estudiar los planos.
—No soy ningún experto en leer estas cosas, pero ¿dónde están los puntos de acceso a los tanques?
—Solo hay uno—dijo Rachel—. Cerrado a cal y canto, automatizado, lleno dr guardias y vigilado continuamente. Aunque lograsen abrirse paso o colarse, no les daría tiempo para desactivar los generadores antes de que Nerón apretase el botón de pánico.
—A menos—intervino Nico—que excaven un túnel hasta esos esos depósitos por debajo. Podrían sabotear todo el sistema de distribución sin que Nerón lo supiese.
—Ya estaaaaamos otra vez con esa idea horrible—dijo Will.
—Son los mejores excavadores de túneles del mundo—insistió Nico—. Podrían atravesar todo ese hormigón y ese acero y ese bronce celestial sin que nadie se enterarse. Esta es nuestra parte del plan, Will. Mientras Artemisa y Percy se dejan capturar y mantienen distraído a Nerón, nosotros iremos bajo tierra y nos cargaremos esa arma desastrosa.
—Espera, Nico—dije—. Ya va siendo hora de que nos expliques quienes son esos seres que atraviesan cuevas.
El hijo de Hades me clavo sus ojos oscuros como si yo fuese otra capa de hormigón que excavar.
—Hace unos mese me puse en contacto con los trogloditas.
Me atraganté con mi propia saliva.
—¡¿Son reales?!
—Vaya que son reales—confirmó Will—. Por desgracia, Nico los ha encontrado.
Era una noticia increíble, nunca en mi vida había visto un troglodita, creía que solo eran mitos (ósea, mitos mitos, no mitos reales) claro que al ser supuestamente una raza inteligente no calificaban como animales salvajes, así que no estaban precisamente ligados a mis dominós.
Percy ladeó la cabeza.
—Ejem, ¿pasan contexto?
—Según el escritor romano Eliano, los trogloditas son una raza de humanoides subterráneos que se alimentan de lagartos y luchan contra toros.
Percy parpadeo dos veces.
—Creo que no es lo más raro que he oído—se volvió hacia Nico—. ¿Crees que estarían dispuestos a ayudarnos?
—Creo que puedo convencerlos—asintió Nico—. Quizá, sí les gusta el regalo que les llevó. Y si no nos matan nada más vernos.
—Me encanta el plan—masculló Will.
—Oigan—tercio Rachel—, se están olvidando de mí
La miré fijamente.
—¿A qué te refieres?
—Yo también voy. La profecía dice. "La del desafío revela un camino ignorado". De momento solo les he enseñado los planos, pero puedo hacer más. Puedo ver cosas que ustedes no. Además, tengo un interés personal en la misión. Si no sobreviven en la torre de Nerón, no podrán luchar contra Pitón. Y si no pueden vencerla...
Le tembló la voz. Tragó saliva y empezó a ahogarse. Acto seguido volvió a erigirse, con la espalda rígida y los ojos brillantes. Le salió una nube de humo amarillo claro de la boca con un hedor putrefacto.
Cuando Rachel habló, lo hizo com la voz de Pitón: un rumor grave cargado de malicia.
La carne y sangre de Artemisa serán mías prontamente.
La divina deberá descender sola a las tinieblas.
Esta sibila no volverá a ver su rastro próximamente,
si agotando conmigo sus últimas centellas
la diosa se esfuma y no deja ni huella.
El humo se desvaneció. Rachel se desplomó contra mí sin fuerzas en el cuerpo.
¡ZAZ! Un sonido de metal asciéndase añicos me sacudió los huesos. Me asusté tanto que no supe si el ruido venía de fuera o si era mi sistema nervioso colapsando.
Nico se levantó y corrió a los ventanales. Will se acercó a toda prisa para ayudarme con Rachel, le tomó el pulso y empezó a decir:
—Tenemos que llevarla a...
—¡Eh!—Nico se apartó de la ventana pálida de la impresión—. Tenemos que largarnos de aquí. Las vacas están atacando.
...
Seriamente, cuando leí el libro por primera vez y vi esa referencia a Star Wars me dio algo.
Digo, creo que mi nombre ya es pista suficiente, pero por si no lo habían notado, soy un friki de Star Wars.
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