Este capítulo sucede poco antes del inicio de esta historia.

Magnus estaba preparado para dar malas noticias, Loki, el dios del engaño y la mentira, aquel destinado a traer el fin del mundo, había escapado de sus ataduras y había escapado a Nifelheim para preparar el Naglfar (el barco de los muertos) y desatar el Ragnarok.

Aparte de eso, su tío Randolph había muerto engañado y manipulado por Loki, y solamente tenían hasta el siguiente verano para impedirlo.

Sin embargo sus ánimos por hablar sobre el fin del mundo con su prima Annabeth se apagaron cuando la vio llegar en un pésimo estado.

—Te vez peor que la última vez—dijo el hijo de Frey sin rodeos—. Supongo que no te fue tan bien con Percy.

Annabeth negó con la cabeza.

—El no quiere ni verme, lo comprendo en realidad... es solo qué... no lo sé, sólo arruiné mi vida de un segundo para el otro.

Magnus reflexionó por un momento.

—Tal vez puedas seguir adelante de alguna forma, aún tienes tu beca del cien por ciento en esa universidad de nueva roma ¿no?, tal vez cuando termines puedas buscar un trabajo y reinventarte.

Annabeth suspiró.

—Tal vez...—dijo sin ánimos.

—Pasó algo más ¿no es así?—preguntó el einherjar.

La hija de Atenea asintió con la cabeza.

—Hay una diosa, que cayó a la tierra convertida en mortal, ella y Percy tienen una especie de amistad o colaboración mutua, ambos se fueron hace poco a salvar el mundo de unos emperadores que tienen conquistado el país desde las sombras... ah, sí, los emperadores, creo que tengo que ponerte al tanto.

Magnus hizo una mueca.

—Tal vez después de que te cuente como se va a acabar el mundo de mi lado, ¿te suena un dios llamado Loki?

...

A mí sí, aquí está: