¿Recuerdas cómo se sentía la hierba levemente húmeda mojando nuestra ropa mientras nos peleabamos con besos encadenados? Odie por mucho tiempo el hecho de que me empujases a tumbarme sobre la tierra, pero en algún momento me acostumbre a la dulce sensación de los días frescos y el campo repleto de colores.

Que mi ropa se ensuciase dejo de importarme, estaba demasiado centrado en la forma en que tus piernas se enrollaban en mi cintura y tus manos se colaban bajo mi camiseta para tocar cada zona de mi torso.

Me arrancabas sonrisas cuando solo quería gritar, aún lo haces. Solo tú puedes hacer que me tumbe en un prado, solo tú logras que olvide el olor a tierra mojada para centrarme en el brillo de tus ojos y el sabor de tus labios.

Ni siquiera la alergia se atreve ahora a interrumpir mi época favorita a tu lado, la primavera cobra nuevo sentido cada vez que la vivo a tu lado.