Emeraude llevaba varios años sin tener un color de cabello tradicional. Desde que aprendió a usar el agua oxigenada no pasó más de tres meses sin decolorarse para luego aplicar un tinte esmeralda, y lo sentía más suyo que el rojo cobrizo con el que había nacido. Por eso se le hizo tan extraño estar frente al espejo y verse con el cabello oscuro, aun más que estar usando la preciosa armadura de Diana Prince, la mítica Mujer Maravilla.

—Oh, hija de Zeus... te ves preciosa. Te mataría con mucho amor si pudiera. —Laetitia en su traje de Psylocke también se veía imponente. Se notaba que Betsy Braddock era una de sus superheroínas favoritas, pues con su actitud logró capturar la esencia dual y conflictiva de la mutante. Emeraude inclinó la cabeza a manera de saludo.

—Qué buen par de ojos te puso Captain Britain, perra —la chica de cabello violeta pestañeó un par de veces—, lanza una bengala si ves a Flash por ahí. —asintiendo, la joven caminó hacia la barra y comenzó a servir unos cuantos tragos para un grupo de invitados que no conocía.

—No hagas eso sin mí, psicópata. —un traje de látex negro y unas botas de tacón alto obligaron a Emeraude y Laetitia a girar la cabeza. Al revisar de abajo hacia arriba a quien les hablaba, se encontraron con una cara perfectamente maquillada, pestañas postizas tan largas y delicadas como alas de mariposa y un corte estilo mohicano decolorado hasta el cansancio y matizado para verse completamente blanco.

Sylvain O'Brien había dejado de lado sus jeans rotos y las camisas sin mangas para transformarse en Ororo Munroe, la inconfundible Tormenta.

—Santa Noxeema Jackson[4]. ¡Te ves perfecta! —exclamó Laetitia.

—Lo sé, Halle Berry me odiaría si alguien le dijera que me veo mejor que ella en este traje y haciendo drag —replicó Sylvain ante la mirada atónita de sus amigas—. Todos estos años de yoga me prepararon para soportar estos tacones. Estoy levitando y ya no siento los pies. ¿Esto va a ser así toda la noche? —Emeraude asintió mientras levantaba las cejas. Sylvain suspiró.

—Ya te acostumbrarás, Syl. Lo llevas en la sangre.

Harriet, vestida de Mystique, se acercó a la barra y tocó el cabello de Sylvain.

—Qué precioso se ve mi niño vestido de mujer... —el muchacho arrugó la nariz, un poco apenado.

—Mamá, hay mucha gente aquí. No me despeines, esto tomó mucho tiempo. —la pelirroja, ante la actitud de diva de su hijo, pellizcó una de sus mejillas, lo que le pareció menos invasivo para su apariencia.

—Mi bebé, mi niño bonito, ¡eres fabuloso! —el muchacho enrojeció.

—¡Mamá! Ya soy adulto. —la irlandesa asintió con una sonrisa.

—Pero siempre serás mi pequeño. No puedes cambiar eso.

Arne se acomodó la pesada capa verde que colgaba de sus hombros y se recostó contra una de las paredes del escenario construido exclusivamente para la fiesta. Lyle se le unió mientras acomodaba su uniforme.

—Oye, Wolverine. —el alemán dio un sorbo a su botella de agua y saludó al bajista. Éste se agachó y pellizcó una porción de la tela a la altura del trasero ante la mirada de asco de su compañero de banda.

—No me mires así. Harías lo mismo si tuvieras los bóxers subiéndote por el recto. —Arne rió, un poco perturbado.

—¿Tienes que ser siempre tan gráfico? No te los pongas para la próxima, se acaba el problema. —Lyle se encogió de hombros.

—Lo siento, Loki. Es lo único que puedo ofrecer mientras uso spandex, no queda nada a la imaginación. Dentro de un rato empezarán a sudar mis pelotas y no te va a gustar verme así. —el baterista hizo una arcada, aguantándose las ganas de vomitar.

—Das ist widerlich [5]. Me desconecto antes de que digas algo peor.

Desde las enormes ventanas que rodeaban la sala el viento soplaba refrescando la noche. Una capa roja kriptoniana ondulaba desordenadamente mientras Charlie acomodaba su set de pedales en preparación para una noche llena de música. Alex se le unió vestido del Caballero de la Noche.

—Eres muy flacucho para ser Superman, Charles. —el guitarrista errante se encogió de hombros luego de colgarse el instrumento al hombro.

—Eres demasiado peludo para ser Batman, Alex. La viga en el propio ojo, amigo.

Mientras los dos amigos discutían a modo de broma, Emeraude subió al escenario para arreglar un par de detalles. Los invitados que llegaban se quedaban asombrados ante los hermosos trajes de la banda y tomaron varias fotografías con sus celulares. Rápidamente el lugar se fue llenando de superhéroes y supervillanos, y la fiesta empezó de manera oficial cuando la anfitriona apareció personificando a Jean Grey, una de las telépatas más fuertes de los X-Men.

—¿Ya empezaste a sudar, minion? —Emeraude le dio un suave codazo a Lyle al ver su cara luego de la entrada de Aura. Él bufó, tratando de restarle importancia al momento.

—Banana. No me importa, de todas formas no tengo una sola chance con ella. —la princesa de Themyscira sacudió la cabeza al oír eso.

—Ni se te ocurra repetirlo, Lyle. ¿Ese leotardo amarillo acabó con tu amor propio, o qué? —el muchacho suspiró en silencio y se inspeccionó por un par de segundos.

—No. De hecho, se ve un poco más grande con esta cosa, no sé si lo notaste. —Emeraude lanzó una rápida mirada para arrepentirse luego.

—Oh. ¡Pelotas sudorosas, pelotas sudorosas! —la cantante cubrió sus ojos. El bajista no se inmutó.

—Lo vi venir desde hace horas, Emi. Es tarde para quitarme la ropa interior, así que te aguantas.

Un Hulk vestido de traje negro apareció junto al Joker y una preciosa Harley Quinn de estilo steampunk. Los tres se acercaron a la barra, donde Tormenta los recibió con unas copas de cocteles.

—Boa noite, cavalo. Sabia decisión esa de no aparecer semidesnudo, hace un poco de frío en esta parte de la casa. —Braulio asintió.

—Ahorro en pintura verde también. Esto es divertido, ¿por qué no hacemos fiestas así en el bar? —Ernie le dio un sorbo a su copa y le dedicó una mirada tierna a su esposa.

—Porque tu jefe es un grandísimo idiota. Esto atrae mucha gente y no se nos ocurrió primero. —replicó Gretchen. Sylvain alzó las cejas y miró al británico, que estaba demasiado ocupado con un Bloody Mary, por lo que no respondió. Harley apoyó los codos sobre la barra—. Syl, deberías darle una vuelta a este lugar. Aura ordenó que cada habitación fuera decorada con temática de superhéroes.

—¿En serio? Suena divertido.

—Lo es. Cada uno tiene un nombre genial y juegos relacionados: Atlantis, la Baticueva, la Escuela Xavier para Jóvenes Superdotados... esta fiesta es magnífica.

—Flama sabe muy bien lo que quiere a pesar de ser un completo vómito de unicornio.

—¿Quieres ver cosas lindas y de tu estilo? Deberías ir a la sala temática de Wakanda. Tal vez encuentres a tu T'Challa y te conviertas en reina más rápido de lo que crees.

—No, cariño. Hoy no me coronan —Tormenta extendió los brazos y se pavoneó un poco—. Todos son hermosos, pero no están preparados para esto.

—Podrías llevarte una sorpresa.

—La gran mayoría han sido desagradables. Por hoy paso.

—Vale. Voy a estar un rato en el Planeta Oa, por si se te ocurre husmear un poco.

Gretchen se retiró y Sylvain se unió a Laetitia para servir tragos a quien se acercara. Al cabo de unos minutos, una persona vestida de Iron Man se acercó a la barra y pidió una soda. Psylocke la sirvió en un vaso alto y le entregó un sorbete.

—Aquí tiene, señor Stark —señaló la joven imitando el acento británico de la mutante—. Aunque si lo desea, puedo ofrecerle algo más fuerte. Tenemos Jack Daniel's, whisky, ron blanco, tequila... —el hombre levantó una mano para declinar la oferta.

—Debo rechazar eso, Betsy. Llevo varios años sobrio y aunque aprecio a Flama y su familia, ella sabe muy bien que no bebo alcohol. Ya me ha hecho bastante daño. —la chica de cabello violeta sonrió con timidez. Aquella aura de misterio le causaba una inmensa curiosidad.

—¿Qué te hizo cambiar?

—Varias cosas. Pero lo que más me preocupaba en ese momento era perder mi trabajo. Me insistieron en ponerme sobrio o no me volverían a llamar.

—¿Se puede saber lo que es? Suena como si tuvieras jefes muy estrictos.

—No eran estrictos, sólo se preocupaban por ver sus productos bien terminados. Creo que sabes de qué hablo.

Laetitia lo pensó por unos segundos. Se dio cuenta de que había oído esa voz en algún lado.

—¿Oye, con qué te ganas la vida?

—Soy actor. —Laetitia soltó un siseo de incredulidad y se cruzó de brazos.

—No, dímelo en serio. —él asintió.

—Es muy en serio. Hoy estoy de incógnito, pero con cinco segundos puedo demostrártelo.

—A ver...

Asegurándose de que sólo Laetitia pudiera verlo, Iron Man levantó la parte frontal del casco para revelar su rostro, lo que dejó a la chica sin aliento.

—Señor Stark... soy una gran fanática. —el actor guiñó el ojo antes de cubrirse la cara de nuevo.

—Dejémoslo para nosotros nada más. ¿Te parece? —la joven asintió, aun impresionada.

—Bien. Que tengas buena noche, Psylocke.

Robert Downey Jr. abandonó el lugar tan pronto como apareció. A Laetitia no le quedó ninguna prueba de aquello, más que lo visto por sus ojos y grabado con fuego en su memoria, pues Sylvain estaba demasiado ocupado coqueteando con un chico vestido de Thor y no se había enterado de nada.

—Genial. Ni siquiera un autógrafo le pedí. Soy brillante.

—¿Frau Ems, te importaría si intercambiamos lugares en una de las canciones? Quisiera dedicarle algo a Lety y me gustaría cantar un poco. —el pedido de Arne era inusual, pero sabiendo que Emeraude podía cubrirlo en la batería por unos minutos, estaba seguro de que no habría problema.

—Claro. ¿La de Maroon 5?

—¿Por qué no? —Loki asintió.

—Vale. Esa es linda, a ella le va a gustar. ¿Has visto a Flash?

—Nein. Lo siento. —Emeraude frunció el ceño.

—Ya llegará. Dijo que vendría.

Después de un corto suspiro Emeraude tomó el micrófono para saludar a la gente.

—Parece que Copper Grace se llenó de superpoderes esta noche. ¿Quién vino a pasarla súper bien? —el público elevó unos cuantos gritos de ánimo. —Me encanta oír eso. Más me gusta saber que todos estamos aquí por una persona en común. Flama —Aura saludó a la cantante desde la barra—, feliz cumpleaños, nena. Esto es para ti.

#LaHistoriaPlumosa:

Súper Fiesta, el cumpleaños de "Flama" Aura Spitfire

(Playlist disponible en Spotify)

1. Californication – Red Hot Chili Peppers

2. Sunday Morning feat. Arne Schlagzeuger – Maroon 5

3. Man! I feel like a woman – Shania Twain

4. Take me to church – Hozier

5. Kiss from a Rose – Seal

6. Bathwater – No Doubt

7. I just wanna live – Good Charlotte

8. Centuries – Fall Out Boy

9. Feel invincible – Skillet

10. Pompeii – Bastille

11. Evil and a Heathen – Franz Ferdinand

12. Rock and roll all nite – Kiss

13. Thnks fr th mmrs – Fall Out Boy

14. Sixth of june – It Ends Today

15. Rose red violent blue – Stone Sour

16. Little Monster – Royal Blood

17. Hold me, thrill me, kiss me, kill me – U2

18. Heroes – David Bowie

19. Iron man – Black Sabbath

20. The Widow – The Mars Volta

21. Want you bad – The Offspring

Durante la canción de Stone Sour, Laetitia fue demasiado literal con el pedido de su mejor amiga por si veía un borrón rojo en la fiesta: desde la barra encendió una pequeña bengala y le hizo un par de señas a Emeraude para avisar que Sam estaba finalmente en la fiesta, vestido de Flash.

—¿Has visto a un Flash ebrio, Ems? —le espetó Alex a Emeraude. Ella apretó los labios con un poco de angustia.

—No por tanto tiempo —replicó la princesa de Themyscira—. Estoy segura de que no ha tomado nada aquí, Lety o Syl lo habrían notado.

—¿Quieres bajar? Podemos cubrirte si lo necesitas.

—No, Batman... el Flash borracho puede esperar media hora más. Esto es trabajo del bueno.

—Vale. Lo que ordenes, Maravilla.

Al final del concierto Emeraude se acercó a la barra donde Sam esperaba casi a punto de caerse. Sylvain le dio una cerveza.

—Le he dado café para que no parezca tan muerto, cariño —susurró el muchacho—, necesitas subtítulos para entender lo que dice. —la joven suspiró.

—Sabes que no es la primera vez que lo hace, Syl. Hay que hacer que se levante, inyéctale Red Bull, dale un baño de agua fría, lo que sea. A Flama no le va a gustar verlo así. —Tormenta levantó las cejas.

—¿A Flama, o a ti? No estás muy feliz. —la cantante se cruzó de brazos.

—Mentiría si te digo que no me molesta el hecho de que deba alcoholizarse cada vez que nos vemos fuera de la universidad. —Sylvain frunció el ceño.

—Mal. Todo mal. Dame veinte minutos y te lo entrego un poco más despierto, ¿vale? —Emeraude asintió—. Bien. Lo llevaré al laboratorio S.T.A.R., donde pertenece. Ya regreso.

Aura se acercó a la barra con una expresión bastante impropia de ella. Tanto así, que ver a Flash ebrio y a punto de vomitar un traje prestado no podía importarle menos. Emeraude tomó la botella de tequila y sirvió un shot para la anfitriona de la fiesta.

—¿Problemas en el Lago Alkali, Flama?

—Odio al DJ. —respondió Aura al cruzarse de brazos.

—¿Qué te hizo? Para ir a darle un par de cachetadas.

—Es Linterna Verde. Tomó demasiado bourbon y está desmayado junto a la piscina. Se supone que va a tocar en diez minutos.

—Oh —Emeraude replicó, preocupada—. Encontraste un magnífico DJ.

—Ems, sé que pido demasiado, pero necesito que me salves. No puedo dejar la fiesta sin música, y la banda ya tocó todo lo que yo quería. ¿Conoces alguien que pueda reemplazar a ese estúpido Hal Jordan de cloaca? ¿Puedes tomar la consola y tocar algo? Esto me está matando.

La princesa de Themyscira se rascó la barbilla, pensativa. Ella tenía la respuesta a las penas de la contrariada anfitriona.

—Conozco a alguien que puede arreglarlo —Emeraude se volvió hacia sus compañeros de banda—. ¡Oye, Wolverine! ¿Quieres salvar a Jean Grey otra vez? —Lyle se acercó a su amiga mientras trataba de disimular una inoportuna picazón en cierto lugar indiscreto.

—Lo que sea para esta belleza. —Aura señaló la consola con luces de neón que se alzaba junto a la barra.

—Si logras reemplazar al DJ y tocas algo decente con eso, te daré mi número y saldremos a tomar un café.

Lyle no lo pensó dos veces. En cuestión de segundos corrió hacia el lugar indicado y se rascó con disimulo antes de juguetear con el vistoso panel e iniciar un beat básico que mantendría en cohesión otros tantos sonidos por el resto de la noche. Llevaba años sin usar el tornamesa, pero a pesar de eso logró acoplarse con rapidez para mantener contenta a Aura.

Unos minutos después, Sylvain volvió a su lugar tras la barra. Emeraude lo esperaba con pucheros y un Manhattan.

—¿Qué hay del borrón rojo? —Tormenta ladeó una sonrisa y le dio un sorbo a la copa.

—Ya dejó de ser más alcohol que persona, galletita. Me preguntó dónde andabas.

—¿Quiere que vaya con él? —Sylvain la miró con sorna y cruzó los brazos, haciendo que la respuesta fuera más que obvia.

—Cariño... todos en esta fiesta queremos que vayas con él. El laboratorio S.T.A.R. es una de las pocas habitaciones que tiene una cama ahí, y no es parte de la escenografía. Flama sabía muy bien lo que hacía cuando organizó todo así.

Emeraude se mordió el labio inferior con suavidad y fijó los ojos en el suelo. Sylvain no ignoró aquel gesto dubitativo y se propuso borrarlo dándole una cerveza a su amiga y un pequeño empujón.

—Ya está todo cubierto aquí, querida. Ve, no dejes que Flash salga de ahí hasta el martes.

La cantante obedeció. Mientras caminaba por uno de los corredores que dirigía a las salas temáticas atrajo unas cuantas miradas, tanto de chicos que la veían hermosa como de chicas que apreciaban cada detalle del traje con envidia. A Emeraude no le importó mucho aquel escrutinio, después de todo sólo le interesaba la opinión de una persona que estaba esperándola a escasos metros de distancia.

Respirando hondo, la princesa de Themyscira dio tres golpes en la puerta. Un instante más tarde, Sam atendió, aun tambaleándose un poco, pero lo suficientemente despierto como para un poco más de fiesta.

—Hola, Mujer Maravilla. ¿Viniste a hacer explotar mi acelerador de partículas?

[4] Noxeema Jackson: Drag queen interpretada por Wesley Snipes en la película "To Wong Foo, Thanks for Everything! Julie Newmar".

[5] Das ist widerlich: "Eso es asqueroso" en alemán.