Estaba cansado, solo quería llegar y dormir, había sido un día de perros y su humor era peor que el de el diablo.

Boto su sacó en alguna parte de la sala, así como su portafolio, maldecia a su jefe, maldecia a los inútiles de sus compañeros y sus clientes, siempre con sus peros y excusas sin sentido, estaba cansado tanto física como mentalmente.

Abrió su habitación y se tumbó directamente en la cama, ni siquiera prendió la luz ni se cambio, solo se quitó el calzado, como deseaba dormir por días enteros y mandar al diablo lo que era su vida.

Lune estaba harto, harto de trabajar todos los días en el archivo  público de la ciudad de Atenas, transcribiendo papeles en la computadora, catalogando los papeles, ordenando fotografía, films y demás, para que en un descuido sus estúpidos compañeros hecharan todo su trabajo por la borda al confundir cajas, perder rollos o meter algún virus en la PC por estar jugando en línea o viendo cosas indebidas...como ese día, que su estúpido jefe, Minos, afecto todo un catálogo al mirar esas fotos indesente de ese modelo Groelandes, y toda vía el cínico se atrevió a culparlo a él, como tenía ganas de torcer su cuello y...

Toc-Toc-Toc.

Un ligero golpeteo en su ventana lo saco de su mundo de quejas, parecía que alguien le llamaba afuera.

¡Tsk!

Ignoro el llamado e intento dormir de nuevo, de seguro era alguno de esos niños molestos que eran sus vecinos, les encantaba jugar en el patio y llamar a las ventanas de los demás para después salir corriendo, je, en sus tiempos eso lo hacías con los timbres. Cerró los ojos  e intento conciliar el sueño, mañana  sería un día pesado.

Tendría que catalogar unas fotos muy viejas, del siglo pasado, eso significaba que tendría que lidear con el polvo y olor a humedad, podría poner a su asistente, Shion, a hacerlo pero, ese mocoso no era muy cuidadoso y tendía a chismear con el chico de las fotocopias...no, mejor no, aparte a él le gustaba revisar documentos antiguos y se liberaría de su molesto jefe por un rato, tal vez con suerte encontraría una foto valiosa, tanto como para moverla en el mercado y...

Toc-Toc-Toc.

Otros golpes en la ventana interrumpieron sus planes de tráfico, tsk, malditos escuincles molestos.

¡Largo!

Grito furioso antes de taparse con la cobija, como odiaba a los niños. Siempre gritando y corriendo de un lado a otro, tirando las macetas o golpeando las ventas con sus pelotas.

Toc-Toc-Toc

¡Vallanse!

Tal vez los odiaba porque odiaba el ruido, cualquier cosa que exediera los niveles permitidos era una molestia para él, los niños, los autos, la radio, los perros y su insedante ladrido, todo ello...

Toc-Toc-Toc

Mocosos del infierno ¿Porque no le dejaban en paz? Acaso no se daban cuenta que el quería descansar, fue un día muy pesado y llegó muy tarde a casa ¿ Porque no lo...

De improviso sus ojos se abrieron, es verdad, había llegado muy tarde a casa, tanto que cuando arribo no vio a nadie en el patio, ni siquiera al portero, para ser honestos, ahora que lo pensaba, el lugar estaba desierto, ni siquiera vio alguna luz prendida en los departamentos de enfrente y miren que algunos de sus vecinos eran de esos jóvenes que les gustaba dormir hasta el día siguiente pero...no había visto a nadie.

Toc-Toc-Toc

Otra vez ese débil golpeteo, ese insedante y diminuto ruido que empezaba a volverlo loco.

Toc-Toc-Toc

Pero había algo en lo que Minos no había reparado...hasta ahora.

El golpeteo era muy tenue, como si fuese producido por una uña o un clavito y si bien provenía de la ventana en su cuarto...no venía de afuera, prestando atención podías darte cuenta que el ruido venía de adentro, alguien estaba golpeando la ventana desde el interior de su cuarto.

Un ligero escalofrío recorrió su cuerpo; al entrar, estaba tan cansado que no presto atención a nada, ni siquiera a esa sombra oculta en una esquina del cuarto, la cual silenciosa se acerco hasta la ventana para llamar la atención de su próxima víctima, golpeando el cristal con la punta de su cuchillo, sonriendo al ver como está creía eran sus molestos vecinos los que le fastidiaban.

Con mucho miedo Lune se incorporó, lentamente, su cabeza giro despacio directo a la ventana. Ahí pudo apreciar una silueta  parada junto a esta, un hombre, de complexión mediana o almenos eso imagino ya que vestia una enorme sudadera blanca la cual era bañada por la escasa luz de luna que se filtraba atravez de esa fina cortina.

Jajajaja.

Una risa tétrica inundó sus oídos, con miedo llevo su mano al interruptor de la lámpara de mesa. En cuanto la luz iluminó Lune logró ver a su asesinó, era un joven...o eso creía, su cara era tan pálida como la muerte misma, sus ojos grandes rodeados por enormes círculos negros, logró ver que no tenía párpados y...esa sonrisa, esa terrible sonrisa que se ensanchó aún más atravez de las cicatrices abiertas que tenía a ambos lados de la cara.

"Go to sleep"

Fue lo último que Lune escuchó antes de que el chico se abalanzara contra él en fracción de segundos, tumbandolo en la cama listo para hacerlo hermoso...igual que él.

Pasaron dos días antes de que la policía fuera notificada, al parecer  Jeff The killer había vuelto a atacar, en un pequeño complejo de departamentos ubicados al suroeste, doce personas había sido sus víctimas, la gente que conformaba la torre A. Nadie se dió cuenta como había entrado y todos los destrozos que hizo en una sola noche, hasta después de dos días.