Especial 2. Recuerdos... ¿Fantasioso?
Han pasado muchos años desde que lo había conocido, me siento tan suertudo de tenerlo a mi lado cada día... Es tan lindo, pero... ¿Quieres saber cómo creció nuestro amor? Pues prepárate para oír está historia, pero la contaré un tanto peculiar, así que prepárate para lo que vas a escuchar.
Hace mucho tiempo, habían nacido 2 seres especiales... Estos seres tenían un título muy importante, ¡Eran los futuros reyes! Cada uno es de un diferente reino, un día... La reina y el rey decidieron dejar a su pequeño bebé cuidando con alguien, y decidió dejarlo con su pequeño hermano que era 6 años mayor que él... – Hermano, prepárate que cuidare de ti en lo que llegan nuestros padres, ¿Te parece bien? – dijo el pequeño mientras tenía al cuidado a su menor.
Y así fue por varios varios años, hasta que el niño ya tenía otro título importante, ya que la reina y el rey estarán al cuidado de su hermano menor, ese mismo día, el niño tuvo una idea un tanto diferente... Durante el día, se comportaba de una manera extraña ya que los reyes estaban al tanto de sus labores, como hacer tratos con otros reinos, juntas reales, ceremonias, etc.
El niño decidió hacer una pequeña idea, tomó la corona de su padre y la colocó en su cabeza, mientras daba pequeños saltos de alegría al sentirse como rey por el día... Pero pasaban más los años, el niño tomó el título de príncipe, así que sus padres decidieron mandarlo a una escuela real, dónde debe aprender respecto a su educación, postura y formas de comportamiento de un rey, ese día que fue, empezó a conocer más principes y princesas de diferentes reinos, incluso habían princesas con habilidades únicas que hacían salvar su reino de ellas mismas... – Wow, ellas son tan espectaculares... ¡Casi como si fueran mágicas! – Dijo el pequeño príncipe mientras miraba atentamente a cada una, pareciera que nunca había conocido a princesas que fuesen guerreras de su propio reino, o algunas que fueran diferentes respecto a su habilidad de estudio.
Pasaban y pasaban las semanas, todo parecía diferente... Así que empezó a conocer a un príncipe que le parecía bastante guapo y atractivo... – Espera, ¿Que estoy pensando? Ese chico es bastante hermoso – Pensó en voz alta, una de las princesas escuchó y no pudo evitar reír mientras lo miraba, el príncipe se sonrojo tanto que solo volteó a otra parte... – Jeje, escucha querido... Si quieres conquistar a ese chico guapo, te recomiendo que tú seas como nosotras, ¿entiendes corazón? – Entonces se puso a pensar... ¿Cómo ser como ellas? Entonces surgió una grandiosa idea, ese mismo día, al salir de dicho lugar, el príncipe fue a un lugar muy conocido por hacer las mejores prendas que quieras, llegando a dicho lugar, le regala una cierta cifra al encargado y logra hacer un grandioso y hermoso... ¿Vestido? Así es, un grandioso y hermoso vestido, ya listo con la prenda, decide buscar algo que encaje más con su persona, después de una gran búsqueda de objetos, logra encontrar un hermoso abanico y algo de maquillaje para esconder su verdadero rostro, al maquillarse por completo, decide ir al reino del ya mencionado para conocerlo más, – Necesito hacer una voz que concuerde conmigo... ¿Está será indicada? – Dijo con aquella voz fingida, así que acepto y decidió ir tan pronto como sea posible al reino de aquel príncipe, y ahí estaba él, usando aquel traje blanco, cargando en su espalda una gran y reluciente espada, y no olvidemos esa corona de oro que trae puesta, en eso fija su atención en la princesa infiltrada.
– Oh, Hola señorita... ¿Es nueva en este lugar? – Pregunto aquel guapo príncipe, el príncipe no supo cómo responder a esa pregunta, a lo cual solo asintió con la cabeza escondiendo la mayor parte de su rostro a través de aquel abanico – Oh vaya, veo que es un poco tímida... No sé preocupe, yo la adaptaré en este lugar – Y así fueron a ver todo el reino acompañados del uno al otro... – Por cierto, ¿Cómo se llama? Yo me llamo Stewart, príncipe de este gran y hermoso reino, ¿y usted? – ya era hora de que hablara un poco la chica disfrazada, así que responde a su pregunta – Me llamo... M-me llamo, (Rayos, que debería hacer... ¡Ya se!) Mi nombre es Jovanna, si así es... M-mi nombre es Jovanna. – Respondió con un pequeño sonrojo, el príncipe no pudo evitar quedarse viendo a la tímida y graciosa princesa, era como si la conociera de alguna parte, – Para ser honesto, eres bastante hermosa, princesa Jovanna – respondió con mucha seguridad, siempre tenía esa sonrisa de simpático, la princesa no supo que responder, solo se quedó callada y solo se sonrojo mirándolo, vaya, parecía que su corazón le indicara que el fuese el indicado, el amor de su vida que tanto buscaba, al término del día, llega a su casa y tan solo se queda pensando... – ¿Que estoy haciendo? Se supone que soy un chico y el es un chico, no está mal que me enamore de ese hermoso y guapo príncipe? Es difícil pensar en eso... Es tan valiente, tan simpático, tan guapo... – dijo mientras se liberaba de el un pequeño suspiro, siguió con esta mentira por varios meses, hasta que entre ellos hubo una conexión especial, no de amistad o hermandad, si no una relación de persona a persona, así fue por varios meses, hasta que habían pasado tan solo 8 meses... Ese día todo cambió...
Un ataque invadió todo el reino, todos los ciudadanos gritaban desesperados porque fuesen salvados por alguien, – Jovanna, vamos ayúdame con estos tipos – dijo de forma sería mientras sacaba aquella espada de su funda, ¿Que podía hacer la princesa? Era solo un príncipe disfrazado de una chica, pero después recordó su abanico, con el podía atacar a los enemigos estando lejos con una gran brisa de aire mágica, y así fue, atacó y atacó sin parar... – ¡Príncipe Stewart, cuidado! – gritó la honorable princesa, el joven tan solo volteó y miro a un gran guerrero con una armadura resistente, lo atacó y dejo mal herido, lo único que la princesa pudo hacer es atacar con una última brisa mágica y así alejarlo, – Príncipe Stewart, ¿Está usted bien? – cuestionó la pequeña, lo único que se oía eran sus quejidos de dolor y sus jadeos fuertes, hasta caer desmayado al suelo...
Pasaron varias y varias horas – No puedo creerlo, todo esto es mi culpa... Si le hubiera dicho la verdad, quizás no estaría aquí siendo un inútil bueno para nada. – no pudo evitar contener más las lágrimas, resbalaban por sus suaves pómulos hasta caer en las cicatrices del príncipe, un brillo mágico logro curar un poco aquellas heridas, hasta finalmente despertar y observarla, – ¿Princesa? ¿Pero... Dónde estoy? – preguntó el amable príncipe, – Escucha príncipe... La verdad es que estás en mi reino, te llevé aquí después de que derrotamos aquellos caballeros, lo que sucede es que... Yo no he Sido honesta contigo – miró al príncipe muy nervioso y sonrojado, el príncipe no respondió, tan solo seguía oyendo aquel argumento de la princesa espía – la verdad es que yo no soy como las demás... Mejor dicho, yo... – y así, empezó a quitarse todo ese maquillaje y accesorios, para revelar a un príncipe triste y encariñado – yo soy un príncipe... Soy el príncipe Josué, y... Yo, yo no soy como los demás principes, yo solo sé que no sirvo para nada... – El príncipe tan solo se quedó observandolo, se le hacía una persona tan hermosa y bondadosa, aún debajo de ese vestido o ese maquillaje – Entenderé si no quieres seguir conmigo o... Dejarme solo, perdóname – dijo el príncipe mientras seguía llorando, cada lágrima que caía, curaba las heridas de batalla del joven, – Oh Príncipe Josué, no tiene porqué llorar... La verdad es que si, es cierto, no le revele la verdad de mi reino y tal pero... Estoy contento de que usted haya Sido una princesa vestida todo el tiempo – y cómo pudo logró abrazar al príncipe aún con ese vestido, correspondiendo el abrazo, ambos decidieron estar juntos y escribir una nueva historia, sin mentiras... O disfraces que escondan la verdad... ¿O quizás no? Y así... Todos vivieron felices para siempre...
El fin!
– Y díganme, ¿Que les pareció? – respondió mientras aún cargaba aquel libro – Eh... Papi Josué, está muy linda la historia y tal pero... ¿Era necesario ponerse ese vestido? – dijo la pequeña, era una niña hermosa de cabello castaño, ojos color verde, con una piel bastante blanca y unas hermosas pecas en el rostro. – Y que hay de ti papi Stewart, ¿Por qué te pusiste un traje de príncipe? – cuestionó el hermano, era un niño con unos hermosos ojos como el color del mar, un cabello totalmente negro y piel morena – Jeje... Nanami y Rozwell, ya les dijimos que nosotros hacemos las historias así ¿recuerdan? – Respondió Stewart con una pequeña risa, ambos niños solo sonrieron y abrazaron a ambos... – Los queremos tanto padres... Son los mejores de este mundo – respondieron mientras pequeñas lágrimas de felicidad se hacían presentes como cristalizaciones en los ojos de los niños – No tienen nada que agradecernos mis amores... –
– Espera, pero ¿Por eso papi Stewart tiene esa cicatriz en su estómago? – pregunto la hermanita mientras miraba con curiosidad. – Jeje, así es Nanami, esa cicatriz es de un guerrero digno como su padre. – Sonríe el pequeño Josué mientras recibía caricias en su cabello. – Bueno, hora de irse a cambiar antes de que sea de noche – dejando el libro en la mesita, la pequeña Nanami decide leer un poco más, – ¡Padres, padres! – dijo la pequeña tomando aquel libro y corriendo al cuarto de sus padres. – ¿Eh? ¿Que sucede? – preguntaron ambos mientras miraban el libro – ¿Que es esta parte donde dice que se llevan al príncipe a la cama? – mientras dice eso, Stewart toma el libro primero antes que nadie – H-hey Cariño, devuélveme el libro por favor – respondió de manera nerviosa y penosa – Oh vamos Honey... Espera un momento, lo leeré rápido –
– 5 minutos después –
– Oh ya veo... Bueno Nanami, es solo que el príncipe decidió pasar la noche con su prometido y decidieron dormir. – dijo sonrojado mientras dejaba el libro – Oh ya entiendo, gracias papi, hora de irme, descansen – respondio mientras sale de la habitación sonriente. – Ahora... Mi Josué, acaso tu escribiste esta parte? – responde con una voz diferente mientras se acercaba lentamente a su prometido – ¿Q-que? No yo N-no fui jeje... En serio yo no fui jeje – riendo de manera nerviosa solo retrocedía poco a poco hasta llegar a la pared. – Jeje, bueno... Entonces, será mejor hacer esa parte, ¿No crees? – respondió con una voz llena de sensualidad. – E-ehm... Amor espera, podemos hablarlo... Pero debes esperar a más tarde porque es temprano jeje, A-amor, ¿Que haces? E-espera – Y esa misma noche... Todo lo que pudo pasar, tuvo que ocurrir.
El fin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro