Cap. 2.- Un día cualquiera
- oh no... Tengo que apurarme o llegaré tarde - dije mientras me ponía con rapidez los zapatos, mientras tanto me ponía perfume y después de eso, había ido a cepillar mis dientes, ya una vez hecho esto, llego a la clase y me siento en el único banco/banca/pupitre, mientras dejo mi mochila al lado mío
- Vaya, primera vez que llegas temprano Josué - respondió una de mis amigas, era Bianca... Una chica algo baja de estatura, siempre amable y a veces podía llegar a ser muy divertida, la acompañaban sus amigas y amigas mías, Jazmin, una mujer que se la pasa maquillándose y a veces tratando de robarme besos, Arlette, una chica algo sería y muy dedicada a sus estudios, Dayana, una mujer que era un poco más alta que yo, y siempre me hacía maldades aunque me divertía a decir verdad, y por último Daysi, una chica que siempre se burlaba por todo y no era tan preocupada ni nada.
- que no te sorprenda mucho, Bianca, trataré de llegar temprano y verás quien es la que llega tarde - le respondí mientras solo le daba una cálida sonrisa - ¿y que haremos el día de hoy? - pregunté mientras sacaba mi cuaderno y mi libro de biología -.
- pues vamos a dar una vuelta en el receso, si quieres acompañarnos está bien - respondió ella con calma mientras veía que ya los demás ya habían llegado. En eso llega la maestra. - Buenos días chicos, ya saben cómo deben de sentarse. - respondió con ese tono tan malo y serio al mismo tiempo, mi maestra de biología era más que nada, una vez que entraba, todo era silencio absoluto... Ni siquiera escuchabas una respiración o un parpadeo, todos le tenían mucho miedo a esa mujer - El día de hoy vamos a revisar la tarea... Los que no la trajeron, les daré 8 segundos para que se levanten y se vayan al lado de la ventana, a la voz de ¡Ya! - respondió mientras los segundos pasaban, entre ellos solo dos de mis amigas no trajeron tarea, los demás o mejor dicho, la mayoría si había hecho la tarea en tiempo y forma - Vaya vaya... Pero mira que tenemos aquí, a dos mujeres benditas entre los hombres - respondió mientras cruzaba sus brazos la maestra - bien... Solo por esta ocasión se las paso a ustedes señoritas, pero como castigo, trabajarán de pie, y nada de hablar o sentarse, porque si no... Se quedarán aquí el resto del Día, ¿Entendido? - dijo la maestra mientras solo se quedaba ahí parada, esperando respuestas - s-si maestra - ellas asentían con rapidez mientras temblaban muy despavoridas, parecía como si hubieran visto al monstruo que los asusta en las noches... Yo contándoles la verdad, una vez se me había olvidado la tarea, esa maestra me había visto parado, y pues en ese día me sentía mal, me sentía algo débil debido a que no había comido nada antes de irme.
Ella entonces cambio su carácter y me miró preocupada - solo por esta vez le daré permiso de que se siente... No lo veo muy bien - dijo la profesora mientras ponía la banca/pupitre cerca de mi - puede tomar asiento.- después de eso, se retira y se dirige al escritorio mientras nos dicta los trabajos.
Después de un rato había sonado el timbre, ya saben esa típica campanita que te avisa cuando es hora de salir a jugar, comer y esas cosas. Rápido me dirigí al puesto de comida, y compre algo de comer... Algo sencillo, un pequeño sandwich y para beber, un jugo de naranja - Esto será delicioso - dije antes de dar el primer bocado... En menos de 5 minutos, terminé de comer, mis amigas se quedaron boquiabiertas al ver que ya había acabado de almorzar - ¿Uh? ¿Qué les sucede chicas? - pregunté mientras miraba a cada una - Oh no es nada... Es solo que... En serio... ¿Seguro que no comiste nada antes de irte? Porque fue sorpresa para nosotras ver qué te hayas devorado un sándwich en menos de 5 minutos.
- respondieron ellas mientras se sentaban cada una al lado mío - Si... Estoy seguro, se me había hecho algo tarde saben, pero llegué a tiempo y es lo que importa - como siempre respondía lo mismo cada día que se me hacía tarde, mientras tanto, todos se divertían, miraba como corrían, e incluso Bianca había ido corriendo por una moneda que se le cayó a Jazmín, entonces las dos saltan al suelo y agarran dicha moneda, mientras se peleaban, yo y las demás solo nos carcajeabamos mientras las mirábamos, era gracioso escuchar "Oye, dame mi bendita moneda o si no te irás con una incomodidad" "atrevete y tú te irás con el sostén desabrochado hasta tu casa" si hay algo que se caracterizaba de una de mis amigas, es que era muy pervertida, siempre era de esas que hacía chistes sexuales, o te daba consejos sexuales... O peor aun, decía sus experiencias en la cama. Pero en fin, eso como quiera daba igual, o en lo personal me daba igual a mi... ¿A quien rayos le interesa saber sobre qué cosas haces en la cama?.
- En fin... Debemos irnos, ya es hora de entrar - añadí mientras me levantaba del banco para irme directo al salón, ya estaba listo para irme después de todo.
- Claro que si, vámonos de aquí, ya es hora de que llegue el profe, mi profe favorito - respondió una de mis amigas mientras solo se reía al verlo pasar, para ella el profesor era el más guapo de todos, una barba que enamora, una sonrisa carismática, tono de voz seductor... No lo sé, ella le veía lo guapo y precioso a ese profe, pero para mí no mucho la verdad... Se que puedo ser bisexual pero, oye, tengo mis límites de edad o preferencias. - Bien jóvenes, hora de revisar las consignas... Iremos por orden de lista - dijo el profesor para después Tomar asiento, las consignas para quien no sepa, es un cuaderno impreso que lleva consigo, unos ejercicios que debemos resolver de tarea, y de trabajo.
- oh... Bueno, al menos tengo todas las firmas - dije mientras soltaba un suspiro de alivio y sonreía un poco, la verdad ya quería irme, quería hablar con mi amado y lindo Ross, el era lo único que le daban ganas de seguir adelante.
El profesor había terminado la labor de revisarnos para por fin evaluarnos, por suerte eran las últimas horas, así que, sin pensarlo, me dirigí a recoger mi mochila para después esperar el sonido del timbre... Una vez que sonó, decidí salir rápido antes de que mis amigas me estuviesen buscando.
La verdad necesito algo de soledad, yo no me acostumbro a estar con ellas... Si me caen bien y todo, pero a veces no estoy de buen humor, y mejor alejarme un poco de ellas, que hacerlas a que estén aguantando a alguien tan antipático y pesimista como yo.
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