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26, un día cualquiera para todos, un 2 y un 6 que podrían significar tantas cosas, tantas combinaciones, pero para Jisung, la suya con MinHo era su favorita.
Se habían conocido un 26, en la escuela, Jisung era el chico normal, que trabajaba los fines de semana y llevaba buenas notas, para nada sobresaliente, pero con un novio deportista y muy patán, Jisung tenía amor de sobra, así que no importaba.
MinHo por otro lado, era un nerdcito de lentes y laboratorio, inteligente como ninguno y según él, con cero habilidades para las chicas, era guapo si quitaba sus lentes y le dabas una buena lavadita, pero el mundo aún no estaba listo para esa conversación en aquellos años.
Siendo así, tan separados en sus mundos aparentemente, MinHo y Jisung se conocieron una noche del 26.
MinHo tenía un auto, un poco antiguo, con hierros raros sonando de vez en cuando, pero era auto después de todo, y lo apreciaba tanto, porque su padre había trabajado tanto para comprarlo. Esa noche aún está clara en sus mentes, tintineante como felices recuerdos en blanco-negro y brillitos relucientes bailando alrededor.
MinHo solía quedarse luego de la escuela casi siempre, la biblioteca era demasiado grande como para ignorarla y MinHo amaba ese lugar, extraño para muchos. Así que venía en la carretera, solo, con el frío pegándole directo a la cara y una sonrisa grande, pero sus astutos ojos cubiertos por vitrinas se fijaron en la orilla de la calle, un bello chico de cabellos estilisados y ropa hermosa estaba parado al medio de la nada, viendo las luces banales de la cuidad a lo lejos, MinHo conocía esa silueta y nada le impidió parar.
— ¿Han Jisung? — resonó su voz, haciendo que el dueño de ese nombre, se volteara a verlo.
Esa noche, MinHo definitivamente no estaba listo para ver los preciosos ojos de estrella de Jisung botar gruesas lágrimas y una mirada que le gritó ayuda a voces silenciosas y Jisung no estaba listo para la ola de alivio y tristeza que golpeó su alma cuando vio a aquel nerdo todo sorprendido, pero de tanta vibra cálida.
Jisung cruzo la calle y se subió a su auto, poniéndose el cinturón y azotando la pobre puerta del auto de MinHo.
— Emm, no te invite a entrar — dijo MinHo, al verlo hacerse bolita en el asiento del copiloto.
— No me interesa, solo quiero salir de aquí, conduce por favor — le había dicho Jisung.
MinHo sintió su tristeza en el alma y se le hizo un nudo en la garganta, así que se calló y condujo el largo camino hacia donde quiera que fueran. Escucho los sollozos pequeñitos de Jisung, haciendo que ese sutil maquillaje se corriera un poco, pero no quitándole nada de su belleza, según MinHo.
— ¿Quieres hablar de eso? — le pregunto MinHo en algún punto del camino.
Escucho el silencio extremo, vio con el rabito de ojo como el lindo Jisung se limpiaba las lágrimas, y espero paciente.
— A veces me canso de esta tendencia a escoger el mismo tipo de chico todas las malditas veces ¿Sabes? — hablo, con sus voz llena de enojo y al mismo tiempo quebrandose — Cada vez que creo que la vida va mejor, siempre termino en los brazos de un chico atlético y fuerte como WonHo, y luego, termino odiandome a mi mismo.
— ¿WonHo es tu novio, verdad? Supongo que hizo algo malo... — hablo MinHo después.
— Si, sus tontos amigos me mostraron una foto de él con Winter, BESANDOSE, ¿Puedes creer? — le explicó — además, me dijo plantado, y pensar que salí de mi casa y me vestí así de lindo solo para él, agh.
MinHo se permito verificar que esa información fuera correcta.
— Entonces porque no lo dejas, eres muy lindo para estar con él si te hace eso, osea, lógica básica — le dijo MinHo sus pensamientos.
— ¿Qué soy que...? — contestó Jisung, perplejo
— ¿L-L-Lindo..? — dijo, mirando al aún lloroso Jisung, mirarlo sin poder decifrar que es lo que eso significaba.
— Tiene razón, sabes, me veo así de superficial, pero soy inteligente después de todo — le dijo, ignorando lo anterior y concentrándose en la sorpresivamente interesante charla — E-Es solo que... Cada que vez que voy a terminal con él, recuerdo todas las cosas buenas y lo especial que me hace sentir, le temo al abandono y... y no quiero dejar de sentirme amado...
Esa noche del 26, MinHo y Jisung se conocieron más de lo que pensaron alguna vez, MinHo había sanado una herida del corazón de Jisung y también había aprendido que si bien era terrible hablando con chicas, Jisung era totalmente lo contrario a eso.
Y está genial.
Así prosigio todo, fuera de lo que se pensaría, Jisung siguió buscando a MinHo abiertamente sin temer a que lo fueran a juzgar por hablarle a un nerd, se volvieron tan buenos amigos y Jisung sentía que por fin podía ser el mismo con alguien más.
Claro, en esos meses que faltaban para que el último año acabará, Jisung también comenzó a ver más allá de esos lentes de marco negro y a fijarse más en lo lindo que MinHo era de hecho. Sin embargo y para decepción de MinHo, Jisung jamás terminó con WonHo luego de aquella significativa charla, estaba decepcionado de él por no valorarse, pero no quedaba más que ser su apoyo cuando venía llorando por otra herida más.
Así pasaron el año, hasta que último 26 del año vino, se habían graduado y era el baile de despedida de la escuela, dónde muchos volarian a la dificil universidad y otros pondrían sus caminos en sus sueños. Jisung había arrastrado a MinHo a 5 horas de compras, dónde Jisung planeo cada detalle de su gran noche de baile, a vista de MinHo, Jisung quedó hermoso, pero el lindo chico fue herido por MinHo al este confesarle que no asistiría a dicho baile.
— ¡P-Pero Min, es el último día, es el baile! No me puedes dejar solo — le dijo Jisung, con un puchero y su mentón temblando un poco.
— No estarás solo, tienes a tus amigas y al patán de tu novio, estarás bien sin mi, ni siquiera notarás mi ausencia — le dijo MinHo dejando un beso casto en su mejilla — no es mi ambiente, estrellita, así que deja de llorar.
MinHo se tenía más confianza en si mismo gracias a Jisung y esa vez, por más que le doliera, Jisung decidió respetar su decisión. Jisung finalmente a la noche se había al baile y MinHo desde su habitación, había algo que le sabía amargo.
WonHo...
Sabía que el chico tramaba algo con Jisung, lo veía detenidamente cada vez que acompañaba a Jisung a verlo en sus juegos de fútbol americano, MinHo sabía que algo pasaría, pero detenía sus impulsos en ir inmediatamente dónde Jisung para sacarlo allí y mejor se dió la vuelta en su cama.
Jisung por otro lado, mantenía una vista llorosa y el corazón roto en mil pedazos, después que de tanto baile, diversión y tragos deliciosos, WonHo haya llegado a su lado, con la mirada fría y un duro tacto sobre su brazo, sacándolo a rastras del baile y saliendo fuera al patio. Cuando le dijo que se acabó, que estaban terminando porque le había aburrido y porque Winter parecía complacerlo mejor, Jisung no se sorprendió, es algo que MinHo le había dicho tantas veces y algo que esperaba, pero si dolió.
Dolió tanto...
Porque Jisung le entregaba su vida y sus ganas a todo lo que hacía, y con WonHo no fue la excepción, entregó cada parte de su ser a esa relación y ver cómo WonHo botaba eso a la basura en 3 segundos, le partió el corazón.
A Jisung no le importo lo tanto que había trabajado en verse lindo esa noche o en que tan mal todos lo mirarían, pero lloró, lloró mucho. Solo recuerda haberse alejado de ese lugar, haberse sentado en una piedra mientras sus manos torpes trataban de marcar el número de MinHo y sus lágrimas se derramaran por toda la pantalla.
Lo logro, mientras lloraba más escucho ese característico tono sonar frente a él y su corazón volcó al verlo, con su pijama y una chaqueta de cuero tapandolo del frío, su mirada era sería y lastimosa, con un claro "Te lo dije".
— Lo sabía, sabía que ese maldito te haría algo y estarías por allí llorando por él, él es un patán, pero tú, tú eres el tonto favorito del condado, como permites que...
Los regaños maternales de MinHo sesaron cuando el cuerpo de Jisung, tembloroso y muy vulnerable, se había abalanzado sobre él, sosteniendolo como si fuera lo único que aún lo conectaba a tierra.
Y es que así era y MinHo lo entendió allí, esa noche del 26.
No dijo nada más, lo dejó llorar y apoyarse en él, lo dejó desintegrar su alma en tristeza y luego maldecir a media escuela en furia, lo dejó ser el mismo una vez más sobre sus hombros.
Luego de tanta charla habían terminado en la acera de una tienda de conveniencia, a las 12 de la noche, él con pijama y Jisung con un traje de gala y un lindo maquillaje arruinado. Jisung había hablado mucho de sus sentimientos, y gracias al silencio...
— Sabes, ahora que el patán se fue, no tengo más que perder — le dijo Jisung de repente, acunando el rostro confundido de MinHo en sus niveas manos y ambos mirándose a los ojos — aún si estaba con él, he esperado todo el maldito año para que hicieras un movimiento, me mandaras a terminar con ese tonto y me pidieras ser tu novio, pero no lo hiciste, lento de primera.
A MinHo se le encogió todo, su garganta se volvió un nudo, y sus mejillas se volvieron más rojas que tomates, tembló por el acercamiento de Jisung y solo se quedó quieto al ver cómo este le quitaba sus lentes, dejandolo viendo todo borroso.
— A mi no me engañas, bajo esas pijamas de caricaturas mal dibujadas y estos horrendos lentes, está un chico sexy y guapo.
— J-Jisung y-yo...
Jisung no había esperado nada más, y estampó a MinHo sobre sus labios, robándole el aliento al inexperto nerd que se moría de la sobrecarga de emociones, adicionado a la falta de lentes y su confusión, el mejor beso del siglo.
— Que bien se siente, por fin — dijo Jisung al soltarlo por fin y al devolverle sus lentes.
A MinHo le temblaban hasta los dientes cunado se puso los lentes y vio por fin a Jisung con claridad, tan lindo y sonriente, lleno de ilusion de amor que MinHo jamás había notado en sus ojos jamás.
— ¿Por fin somos novios, verdad? — le pregunto Jisung, mirándolo dulcemente.
— S-Si... — había dicho MinHo aún con sus sistemas confundidos.
— ¡Yei! — salto en su puesto Jisung, para luego recostarse un poco sobre su cuerpo, aún sentados en la acera fuera de la tienda — Te amo, lunita.
— Yo más, estrellita — dijo MinHo aún sin poder creerse que Jisung, el chico más hermoso que sus ojos habían visto, le había robado un beso y lo habia convertido en su novio en menos de 5 minutos.
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7 años después...
Está de más decir que se casaron, y desde aquel día, habían vivido felices cada maldito momento de la vida, se habían graduado, ambos tenían trabajo, aunque Jisung lo dejó hace 5 meses tras el nacimiento del primer bebé juntos, Sunoo.
Ahora, era 26, el aniversario número 7 y tras haber dejado a su bebecito tierno bajo el cuidado de su madre, Jisung había planeado todo para esta noche. Cena, ropa, lugar, regalo e incluso final feliz en el hotel que había reservado.
Para Jisung, MinHo era el hombre más valioso de todos, y con orgullo su esposo, con los años, Jisung había trabajado en hacerle algunos cambios, cirugía para deshacerse de esos feos lentes, tratamiento facial cada noche para una linda piel, cambio de look y un poco de gimnasio.
Jisung había trabajado en él, como si fuera su Ken personal, y MinHo con gusto se había dejado manejar por su pequeño esposo. MinHo era dulce y comprensible, jamás habían peleado desde que se hicieron novios y Jisung jamás se había sentido tan príncipe como con él.
Aquella noche del 26 afuera de la tienda de conveniencia, habia sido una de las mejores noches que habían tenido. Y ahora, una más se agregaba a la lista, 26, día de aniversario.
Jisung estaba más que feliz y rebosante.
Preparó todo y acordó de verse con MinHo en el restaurante, este por su puesto venía del trabajo, preguntándose que es lo que Jisung tramaba para él esa linda noche y tomando su regalo pronto antes la amenaza de Jisung de que si llegaba tarde, colgaría su amiguito en los cables de la luz comunitaria.
Siempre tan lindo y fieroso.
Jisung estaba listo y expectante en el restaurante, solo con una copa de vino para pasar el rato, su reloj marcaban las 7:02, MinHo decía estar allí hace 15 min pero no llegaba. Jisung era paciente, sabía que el tráfico de la cuidad era algo horrible estos días.
Tras ver por la ventana más rato, justo a las 7:15, el celular de Jisung sonó, no era MinHo, ya que el tono personalizado no era ese, pero era un número desconocido, que aunque no estaba seguro de contestar, lo hizo.
— ¿Buenas noches? — habló Jisung, aún mirandonla puerta del restaurante, esperando que su amado apareciera por fin.
— ¿Hablo con el señor Lee Jisung? — preguntó, la otra voz.
— Si... — soltó, ya que sintió un raro sentimiento ante el tinte de voz del hombre al teléfono.
— ¿Esta con su bebé? ¿Está en un lugar tranquilo? — preguntó, insistente.
— No, no estoy con mi bebé, estoy sentado... Disculpe, ¿Quién habla? — preguntó confundido.
— Soy el oficial Lee Hwa, lamentablemente su esposo tuvo un accidente entre la 4ta y la 6ta avenida, está en un estado crítico y ya llamamos a la ambulancia, está en camino, usted fue al última persona que llamó, así que por favor, no se asusté y tómelo con calma.
A Jisung se le rompió todo en un instante.
Jisung no recuerda nada más que sus lágrimas obstruyendo su vista, él corriendo a su auto y el oficial gritandole por el teléfono que porfavor se calmara o algo grave pasaría. No recuerda haber seguido señales, ni tampoco haber visto semaforos, solo recuerda que al haber llegado, MinHo estaba sobre el suelo, en una piscina de su propia sangre, aún tosiendo más de esta.
Su auto estaba totalmente volcado a un lado, la puerta del conductor, totalmente separada y un auto repartidos de sodas en lata ser el claro culpable al lado. La gente miraba curiosa, empujando sobre la línea amarilla y los oficiales cuando vieron llegar a Jisung, supieron que era su esposo, al ver esa mirada totalmente sangrante en tristeza.
Jisung corrió hacia él, con una presión matandole en el pecho y los gritos de ayuda erizando la piel de todos, los policías se abalanzaron sobre él, sosteniendolo de la cintura para impedir que cruzará la línea, pero nadie puedo detener el roto corazón de Jisung rogando por su marido.
Cuando Jisung llegó a su lado, MinHo aún daba sus últimos respiros, ahogandose en su propia sangre saliendo de su interior, Jisung se mancho toda la linda ropa blanca en la laguna de sangre rodeandolos y lo sostuvo lo mejor que pudo.
— ¡M-MinHo! ¿¡Qué te paso bebé!?, d-dios mío, n-no, n-no ¿R-Resiste si? La ayuda vendrá pronto ¡¡¡ALGUIEN LLAME YA A LA AMBULANCIA!!! — Jisung era un caos mientras trataba de sostener el cuerpo de MinHo y no dejarlo cerrar sus ojos.
— J-Ji...s-sung... — hablo MinHo, tan apagado y al borde.
— S-Si, s-soy yo, t-tu esposo, p-por favor no te duermas, s-se que estás cansado, PERO NO CIERRES TUS OJOS — le decía, mirandolo a los ojos, esos ojos llenos de pequeñas venas rojas que lo miraban con tanta admiración incluso en estos momentos, una sonrisa apagada salió de los pálidos labios de MinHo.
—E-Es...tas tan lin...do... h-hoy..., sien...to m-mucho lle...gar tar... de — le expresó, Jisung se sintió a morir con sus palabras.
— L-Lo sé, lo sé, o-olvida eso y d-deja de hablar, te ayudaremos rápido, s-solo resiste — le pidió desesperado — ¿¡DÓNDE ESTA LA MALDITA AMBULANCIA!?
— M-Mira...me, estre...llita — le pidió MinHo, extendiendo su debil toque a la mejilla de Jisung, este lo miro, desesperado y con su pecho oprimido, llorando más cuando su pobre esposo había vomitado más sangre sobre él — c-cre....o q-que es tar...de ya, por favor, cu...ida a n-nuestro be...bé, cu-cu...ida mu...cho a Sunoo y n-no dejes que se ol...vide de mi j-jamás.
— NO NO NO, N-NO DIGAS ESO, POR FAVOR, M-MINHO NO ME HAGAS ESTO, NO UNA NOCHE DEL 26, P-POR FAVOR... — gritó sosteniendose más de él y sollozando ante la vista de todos allí, pero MimHo jamás perdió su sonrisa, esa que una noche del 26, hace 8 años, lo había enamorado — p-por favor no... no...
— T-Te a...mo tanto, g-gra...cias por haber... me r-robado ese be...so la noche der 26 h-hace 7 años, y g-gracias por ha... berme e-e-escogido entre t-tantas personas — le dijo, Jisung temía más a cada segundo — y finalmente, s-siento m-mu... cho h-haberte prome...tido t-tantas co...sas y no q-quedarme para cumplirlas...
— N-NO, NO TE D-DESPIDAS POR FAVOR, C-CLARO QUE LAS CUMPLISTE, CUMPLISTE CADA UNA, SOY TU ESPOSO Y ÉL MÁS FELIZ DE TODOS, POR FAVOR MINHO NO ME DEJES, N-NO ME ABANDONES, NO...
Pero cuando Jisung lo miro de nuevo, MinHo ya había muerto en sus brazos, con sus ojos mirándolo solo a él por última vez y su sonrisa amorosa en sus labios, las sirenas resonaban ya al fondo, pero al llegar, lamentablemente solo se llevaron su cadáver.
Y con él, el corazón de Jisung, luego de haberle rogado que por favor no lo abandonará, no justo en una noche del 26.
Una noche del 26, Jisung había perdido el amor de su vida, su chico ideal, su nerd y su luz de vida, 2 días después, allí estaba, vestido de negro, con una foto memorial siendo sostenida en sus brazos y sentado al pie de su ataúd, aún sin poder creerlo.
— M-MinHo, prometiste que estaríamos juntos para siempre, prometiste que siempre seríamos compañeros y cómplices de la vida, prometiste que estaríamos juntos y felices hasta ser abuelitos pasitas — lloraba, solo, mientras sentía que no soportaba su dolor y en sintonía, escuchaba a su pequeño bebé llorar en los brazos de su madre y amigos a lo lejos — a-así que levántate ya, te daré una última oportunidad, no me enojare contigo y no preguntaré nada, solo un momento más, ven y quítame este sentimiento de haberte perdido para siempre, por favor mi amor, lo que pasamos no fue suficiente, necesito más, t-te necesito...
No importó cuánto lloró, MinHo jamás le respondió y jamás volvió a consolarlo.
26, un día cualquiera para todos, un 2 y un 6 que podrían significar tantas cosas, tantas combinaciones, pero para Jisung, la suya con MinHo era su favorita. Las noches del 26, tan especiales para ambos, las cuales albergaban tantos recuerdos de cuando se conocieron, cuando tuvieron su primero beso, cuando iniciaron su relación, tantos lindos aniversarios...
Y que ahora también, lamentablemente albergaban la muerte de MinHo.
Las noches del 26, tintineantes como felices recuerdos en blanco y negro, ahora con un recuerdo feo y cero brillos relucientes bailando alrededor...
Las noches del 26, tan lindas y tan tristes, tan afortunadas, pero tan grises.
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Fin del capitulo
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©𝐅𝐀𝐈𝐑𝐘_𝐇𝐀𝐍𝐍
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