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Un Nuevo Intento

Al llegar el mes de enero, Aura, la vecina de Rosa, llega como todas las mañanas a casa de Rosa a tomar su acostumbrada taza de café. En medio de cuentos y comentarios, le comenta a Rosa que tiene visita de una hermana por parte del padre que vivía en Punto Fijo, una pequeña ciudad a orillas del mar Caribe.

Rosa de inmediato no lo piensa mucho y le pide a su vecina si puede hablar con su hermana para pedirle un gran favor.

Es así como, al llegar la tarde, Aura lleva a su hermana a casa de Rosa y ésta se la presenta. Rosa con una buena taza de café se sienta a conversar con ella, pidiéndole que, si puede alojar en su casa a su hija Sabina, para que por fin comience sus estudios.

Esta vez, Rosa quiere hacer un esfuerzo más y pagar una universidad privada para que Sabina comience a cursar la ING Química. Esa era la carrera que ella quería.

La hermana de Aura no se niega. Al contrario, se muestra feliz de poder ayudarla. Pero, le cuenta que donde ella vive, es la casa donde trabaja cuidando a un señor mayor de edad o de la tercera edad; ya que todos sus hijos están en los EE. UU., siendo ella contratada para ser la responsable de su cuidado.

Así mismo, le cuenta que la casa donde trabaja tiene, a parte, un anexo grande en el patio de atrás y es ahí donde ella vive con sus tres hijos.

Rosa le pregunta si no hay problema si su hija se queda un tiempo con ella, mientras le consigue una residencia. La señora llamada Nelly no se niega y es así como Sabina emprende un nuevo viaje hacia el norte del país.

Pero esta parte de la historia la cuenta Sabina:

Mamá me cuenta sobre la hermana de Aura, y Aura para mí era como una madre. Por eso decidí hacer caso a mamá. En realidad, ya estaba perdiendo las ganas y la esperanza de estudiar.

Todo lo que me estaba pasando, sumado a lo ya vivido, las decepciones y desilusiones todas seguidas, me habían quitado las ganas de estudiar. Ya estaba pensando en trabajar. Por otro lado, no quería irme a vivir con personas extrañas, pero mamá al verme dudar me dijo:

—"¡Debes ir, hija... ¡No tengas miedo porque eso no es nada para ti, te acostumbradas!" - Las palabras de mamá me llenaron de seguridad y preparé todo para el viaje.

Pero, decidí irme en el mes de febrero; fueron 4 horas de caminar hasta llegar al terminal de pasajeros. Ahí debía estar la señora Nelly esperándome. No conocía esa hermosa ciudad llena de playas y un clima cálido. La brisa era tan fuerte que movía mi larga cabellera negra.

Mientras espero, para mí sorpresa, cuando me baje del auto con mi maleta de sueños, miraba a todos lados, pero, nadie se me acerca. Esperé unos 20 minutos y de repente observé que se me acercan 2 lindas chicas. Ellas vestían uniformes escolares del bachillerato. Debían tener como 14 años, la más alta y delgada, con el cabello amarillo y ojos marrones, muy bella, por cierto; y la otra era una morena clara de cabello corto y liso, con una estatura más pequeña, pero por su cara y carácter tenía más edad, aparentaba 16 años.

Las dos se me acercan sonriendo, y pregunta la morena:

—¿Sabina? Las miré igual con una sonrisa y les dije: sí, Sabina. La Morena me responde:

—Mucho gusto, Isabel. —Y la otra me da su mano mientras dice:

—Yesy —Así nos conocimos ese día, y tomamos un taxi hasta la casa de Nelly, quien resultó ser la madre de Yesy y la tía de Isabel.

Llegué a una casa inmensa, muchas habitaciones; la misma era de modelo antiguo en su decoración y estaba ubicada en el centro de la ciudad, en una zona de clase alta, donde predominan sólo casas de familias adineradas.

Entramos y ahí estaba en el patio el anexo donde vivía la señora Nelly. Ella nos esperaba y me recibe muy contenta mientras me presenta a sus dos hijos menores. Me sirvió comida y me mostró el cuarto donde dormiré por unos meses mientras conozco la ciudad y me adapto al lugar.

En la noche a eso de las 7 llegó un chico en un auto que para la época debía costar mucho dinero. Al bajar quedé admirada de lo hermoso de su tez, su sonrisa y, sobre todo, lo amable y humilde de su actitud. Vestía un uniforme de béisbol, por lo que deduje que practicaba ese deporte.

En eso lo recibe Yesy con un beso apasionado en la boca y un abrazo, luego me lo presenta.

—Sabina conoce a mi novio, Diego.

Conocí a Diego esa noche y nos sentamos todas a hablar un buen rato. Me había caído muy bien. Comenzó a preguntarme: ¿Qué quería estudiar?, y yo iba respondiendo cada una de sus preguntas, mientras él contaba de su familia. Y la pasión por el béisbol, tanto que fue firmado por una academia de peloteros estadounidense, por lo que debía viajar pronto.

Se veía muy enamorado de Yesy, y no era para menos, ella era hermosa. Tenía 14 años a sólo días de cumplir los 15 y ya parecía toda una mujer. Diego no podrá estar en el cumple de Yesy; para ese día tenía que viajar a Puerto Rico para unos juegos amistosos. Sin embargo, regresaría 1 mes después de su viaje.

Por faltar solo 15 días para el cumpleaños, ya estaban planificando la gran fiesta de festejo, y yo estaría ahí.

El día siguiente en la mañana. Tocan la puerta. Yo aún estoy acostada. No me acostumbraba a estar con una nueva familia a quien no conocía. Sentía timidez.

Pero al ver que nadie sale, me levanté y abrí la puerta. Y es ahí cuando observó un joven señor vestido de policía. Por sus rasgos en la cara, creo que tenía como 30 años, sus ojos algo achinados y su cuerpo algo rellenito, no era delgado, pero tampoco gordo y de baja estatura.

Dijo los buenos días y le regresé el saludo. Preguntó por la señora Nelly y al no escuchar nada en la casa, le dije que no estaba. Igual pasó y dijo:

—La esperaré —y se sentó en la sala; yo me fui al cuarto; no me quedaría ahí con alguien vestido de policía a quien no sé ni siquiera su nombre.

Cuando me retiro, me dice: —¿Te vas... ¿me dejarás sólo en la sala? - Me detuve un momento y le contesté: —Sí. Estoy ocupada, voy a salir en un rato y debo cambiarme. - Me dijo: "Me llamo Oscar, pero puedes llamarme el oso. - Ok... señor Oscar, mucho gusto, Sabina.

—¿Sabina...?, eres la chica que viene a estudiar en la Universidad. Nelly me habló de ti. -Si soy yo - (exclame). Y seguí caminado hacia el cuarto. Mientras me retiré escuché que me dijo: —Qué rico perfume usas.

Y pensé: —¿Perfume? ¿Cuál?, si me acabo de levantar y aún no me he duchado. Me sonreí y me dije a mí misma. Ese cuento del perfume ya me está asustando. Y entré al cuarto y cerré la puerta. —¿De qué perfume hablan?, —mientras me siento en la cama y miro en la ventana del cuarto una hermosa mariposa color naranja con algunas tonalidades negras. Se posó en la ventana, y de inmediato salió nuevamente volando hacia los árboles del patio.

Al cabo de 10 minutos llegó la señora. Cuando la sentí llegar, salí del cuarto para decirle que ese señor la esperaba. Para mi sorpresa, antes de hablarle ella estaba encima de él, besándolo de forma muy pero muy apasionada.

No me imaginé que fuera su novio; tenía entendido que no tenía pareja y que el padre de sus hijos se había ido con otra mujer hacia 2 años atrás. Además, se notaba a simple vista que era menor que ella.

Bueno, no lo entendía al momento, pero me dio igual, novios o no, todos tenemos derecho a una segunda oportunidad.

Al medio día, al llegar las chicas Isabel y Yesy del Liceo, nos fuimos a la Universidad para formular mi inscripción. Y por fin; ya estaba formalmente inscrita, ahora sí nadie me iba a parar. Estaba en una hermosa casa, con unas personas que parecían de buen corazón y de paso la Universidad quedaba muy cerca de casa. Me podía ir hasta caminando, solo cruzando unos 4 callejones entre residencias.

Nada podía estar mejor. Comencé felizmente las clases, asistiendo todas las tardes y regresando de noche a eso de las 9 pm.

Y así transcurren los días.

Llegó el día del cumpleaños, y se organizó una gran fiesta de 15 años para Yesy. Pasamos todo el día diseñando una hermosa decoración de mesas con manteles color rosa y bellos arreglos florales cubiertos de globos color negro y rosa. Todo quedó hermoso, o mejor dicho espectacular.

En horas de la tarde, sonó el teléfono y para mi sorpresa es mamá. Corrí a contestar y me saludó, preguntando cómo me va y cómo me siento.

Le dije que muy bien. Y es ahí cuando me cuenta que tu hermano José salió para allá, y que está atenta porque ya debe estar por llegar.

Le pregunté ¿por qué?, y ella dice que es lo mejor para mí, así me visita para saber dónde vivo y cómo estoy.

Le dije que: —Okey, mamá... está bien, y la señora no se opuso. Así que, en la noche, llegó José justo el día de la fiesta. Pero no llego solo. Viajó con su mejor amigo Edgardo.

Edgardo era un buen amigo de la casa y sobre todo de José. Apuesto, alto, moreno, con unos gruesos labios y ojos verdes que cautivan a cualquier mujer. Era uno de esos chicos que tenían una novia aquí y otra más adelante. Todo un picaflor. Y José, aunque también era ya todo un galán, tenía una muy bonita novia en el pueblo. Los recibe la señora Nelly y le presenta a toda la familia.

Ya la fiesta está encendida con música, luces y colores por todos lados. Y llega la hora de hacer acto de presencia la quinceañera. Parecía una detallada flor en un cuerpo de mujer, esbelta y elegante, con un vestido cubierto de lindas flores color rosa vieja, que combinaba perfectamente con la decoración de la fiesta. Parecía una obra de arte con zapatillas doradas.

Llegó la hora de bailar el vals con los caballeros de la noche. Diferentes jóvenes muy apuestos. Y es así como de repente noté a Edgardo bailar con Yesy. Al principio no me preocupó, pero después, pasadas las horas, ya estaban hablando en los rincones de la fiesta y lo más inexplicable es que ella se vía muy feliz.

Por otro lado, observó a José hablando casi toda la noche con Isabel. No sé quién se la había presentado. Pero ya conocía a mi hermanito y sabía que no lo pensaba mucho cuando se trataba de conocer una chica.

Pensé: —"Dios no quiero ni imaginar que estos dos están enamorando esas chicas". - José era muy encantador con sus ojos y piel color café, y Edgardo era un imán para las mujeres en el pueblo. Ellos eran unos Casanovas.

Me pregunté: ¿debo preocuparme o mejor confío en que no será así y todo marchará de maravilla?

Pero, claro que me debía preocupar, esto me podía traer muchos problemas. --¿Por qué... por qué? —Me pregunté mientras busco a José por todos lados y no lo encuentro. Salgo de la fiesta y a lo lejos observó una pareja que están ubicados en una larga pared, quienes se besan y tocan muy apasionados.

Me acerqué. Y ahí estaban como lo imaginé mi hermano José e Isabel.

—¿Amor a primera vista? —Sí, ya lo había visto en ocasiones anteriores con mi amiga la maracucha Ely y Pablo.

Ellos me observan en silencio sin mencionar ni una palabra. Le dije a José: —No te alejes mucho... estamos en la ciudad y hay más peligros que en el pueblo.

Me contestó: "No te preocupes, de aquí no me moveré". - Mientras Isa no me miraba a la cara, pero sí observé su sonrisa pícara. Volví a la fiesta a buscar a Diego. Los dos me preocupaban, y estaba en medio del salón bailando con la cumpleañera. En resumen, esa noche se despertó el amor entre los cuatro. Yesy y Edgardo; José e Isabel.

Pero, ¿porque Yesy se portaba de esa forma? ... ¿Tenía el príncipe azul que cualquier chica quisiera tener? ¿Porque le hacía eso a su madre y a su novio? , --De verdad que en muchas ocasiones llegue a creer que el verdadero amor no existe. Ya no se ama de verdad y mucho menos con sentimientos puros. Hay traición y engaño en los corazones y sólo podemos ver caras.

Comenzaron a verse a escondidas de la señora Nelly y el resto de la familia; estuvo de más pedir a José que no lo hiciera. El no hacía caso ni a mamá. José era la oveja mal portada de la familia. Nadie sabía lo que pasaba entre ellos. Toda una zozobra para mí. Me sentía culpable; la señora Nelly era una bella persona conmigo.

Una semana después mamá llamó a José para que regrese a casa. Pero él, con argumentos, le dice que se quedará un tiempo más, considerando que yo estudiaba de noche, los peligros de la ciudad para una jovencita sola y los horarios de salida de clases muy tarde en la noche. Pidiendo a mamá que le deje quedarse y de esta forma ir todas las noches a buscarme a la universidad.

Mamá lo tomó como una buena idea, y le dijo que sí, y de esta forma, todas las noches siguientes, José y Edgardo me esperaban en la salida de la Universidad. Mientras, yo pensaba sólo en el día en que todos se enteren de lo que pasaba en casa de la señora Nelly, mientras ella estaba trabajando.

Por otro lado, el novio de la señora siempre llegaba más temprano que de costumbre a visitar a su enamorada. Aun sabiendo que ella no estaba. Y lo peor de todo es que me miraba mucho, con ojos intimidantes. Me producía asco su mirada morbosa y sucia. Odiaba a los hombres así. Llegándose a proponer que saliéramos a escondidas, razón por la cual dejé de tratarlo por un tiempo.

-" Esto no es bueno... No está bien". - Me hablaba a mí misma. Mientras, pedía a Dios que no me traiga más problemas. Se supone que nacer con la bendición de un ángel te pondrá en las mejores situaciones, pero, en mi caso y en cuanto a las relaciones de pareja era todo lo contrario. Parecía que todas las chicas o mujeres me veían como un peligro para sus relaciones.

Como esa película "Todos quieren con Merry", ¿la recuerdan? Si, algo así... No entendía que pasaba, porque me perseguían los hombres y eso me hacía enojar conmigo misma. No quería eso. Yo sólo quería estar dedicada a mi preparación profesional. Y cuando pensaba en enamorarme otra vez, mis pensamientos se iban hacia Josué y eso bastaba para no querer amar a nadie más. En cuanto al novio de la señora Nelly, cada vez que llegaba tenía que salir a esconderme en mi cuarto hasta que ese señor se iba.

Sin embargo, ya la señora se había dado cuenta de que él no perdía la oportunidad para mirarme. Ella no se merecía a alguien así, pero en el corazón no manda nadie mientras ese amor sea ciego. Hablaba la voz de la experiencia. Josué.

Pero ¿hasta dónde serán capaces de llegar? ¿Qué va a pasar con Diego? Ya está por llegar de su viaje. Al pasar los días, me inscribí en un gimnasio cerca de casa, ahí pasaba dos horas diarias alejada de las preocupaciones. Bueno, sólo por un tiempo...

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