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Sólo Un Beso💋

Y mientras estudió los primeros semestres en la universidad, llegó a pasar muchos ratos agradables en compañía de Isea. Pero, como todo en las relaciones de amor, debía esperar, para poder descubrir si se trataba de su verdadero amor.

Al pasar varios meses de noviazgo, pasó ratos muy agradables con Isea. No sabía si se trataba de un sentimiento de amor puro y sincero, pero de algo estaba segura: le gustaba su compañía.

"¡Estos momentos ella los llamaba felicidad!"

Pero, un día se encuentra una chica mientras camina por la calle al supermercado, ella se le acerca y la llama por su nombre.

—Hola... ¿Eres Sabina?

—Sí, tú ¿quién eres? Y ella le dice su nombre y camina a su lado toda la cuadra haciendo muchas preguntas, y de forma imprevista le comienza a contar que sí conoce a un chico llamado Isea.

Obvio que le dice que sí, que es su novio y la extraña chica le cuenta que ese chico lleva noches saliendo con ella, mientras Sabina está en la universidad.

(Sabina estudiaba de noche)

Bastaron sus palabras para que Sabina el día siguiente diera por terminada esa relación.

Encontrar el amor para Sabina nunca fue una tarea fácil. Terminar esa relación le dolió mucho.

Sin embargo, continuó sus estudios de forma exitosa. Decidió dedicarse a estudiar y de esta forma mantener su mente ocupada.

Volvió de vacaciones a su pueblo Maparari una Navidad de ese mismo año, y para su sorpresa estaba Josué también de visita. Por lo tanto, tuvo la oportunidad de hablar con él. Compartió en la casa con Librado, Samuel, Carlota y algunos otros amigos que visitaron la casa.

La siguiente noche, estaba haciendo mucho frío y Josué llega a casa de Sabina para invitarla a caminar y visitar a su hermana Antonieta...

Antonieta ya se había casado y vivía aparte en una hermosa casa de pisos de ladrillos. Esa noche nos invitó a comer hallacas y un rico vino frío.

Sabina, muy feliz, decide acompañarlo y salen bien abrigados, pero, ya transcurrido un largo rato de caminar, mientras Sabina habla y habla contando un montón de cosas a Josué, la toma por la cintura y de forma inmediata le da un profundo beso en la boca.

Ella quedó paralizada. Solo dejó que sus labios tibios tocaran su boca por unos segundos mientras cierra sus ojos y su corazón late rápidamente.

No lo podía creer, no se lo esperaba jamás. ¡Que Josué le daría un beso sin pedir permiso o sin decir una sola palabra!

Es así como dejó de besarla y la tomó de la mano y siguen caminando sin pronunciar ni una palabra ninguno de los dos. Igual, ya faltaba poco para llegar a casa de Antonieta.

Llegan a casa de Antonieta, y ahí pasan un largo rato entre risas y cuentos mientras toman una botella de vino tinto. Sabina lo observa y se miran a los ojos con miradas profundas, mientras ese extraño nudo en la garganta no desaparece: quería gritar contra viento y marea que ¡lo amaba!

Llegó en ese momento Roberto a buscar a Josué para que lo acompañe a casa de unas amigas. Roberto, primo de Josué, ya andaba de novio de una chica del pueblo muy hermosa, por cierto. Y se retiran despidiéndose. Esa noche Sabina se regresa sola a casa. Se acostó a dormir, aunque le costó mucho conciliar el sueño. Sólo repetía en su pensamiento aquel apasionado beso. Su primer beso con Josué.

El siguiente día, espero toda la mañana para volverlo a ver, y mientras espera, ayuda a su mamá a cocinar un rico almuerzo de chivo asado con yucas y ensalada.

Por la tarde, llega Josué a casa de Sabina y la saluda nuevamente con un beso en la boca y un abrazo fuerte. Todo indica que de alguna manera ya son novios, aunque Josué no se lo ha pedido, pero ella lo sentía así.

Pasaron los días, y Sabina estaba completamente feliz; había llegado el momento que más había esperado. Josué era su novio y ya estaba planificando que serían muy felices, formarían una hermosa familia, y por su mente pasaba de todo.

Esta parte de su vida el título: " Estoy Enamorada"

Pero las vacaciones acaban y deben retirarse cada uno a las diferentes ciudades para seguir estudiando... Pero no antes, llegó la visita a casa de Rosa y no había donde dormir. Nora, la mamá de Josué, le propone a Sabina que si quiere puede ir a dormir en su casa. Ella tiene desocupada la habitación de sus hijas "Las Morochas", quienes ya se habían casado.

Rosa acepta y Sabina se va a dormir donde Nora. No podía ser mejor. Pasará un buen rato con Josué. Y así fue; ellos se sientan en la cama, y Josué busca los álbumes de fotografías de cuando eran niños para mostrar a Sabina. Dentro de las fotos, estaba una de Isaías cuando era un bebé.

Pasaron horas viendo fotos y riendo de todas las caras como niños. Y de repente, Josué se le acerca... La toma nuevamente por la cintura y comienza a darle un apasionado y lago beso. Comenzó a besar su cuello y bajar hacia su pecho. Esa noche, todo estaba destinado a que Josué y Sabina hicieran el amor por primera vez.

Pero, en eso, la señora Nora toca la puerta y dice: "Josué, ya es hora de dormir... "Son la 1 de la madrugada". ¡Voy, mamá! —(Contesto). - Y no pasó de ahí; de besos y caricias. El siguiente día, Josué se irá de viaje nuevamente.

En la mañana, llegó temprano a casa de Sabina, se sientan bajo el zapatero y Josué le propone que, él la llamará por teléfono para verle nuevamente, planteándose que viaje a la ciudad donde él está ubicado trabajando, al Oriente del país, donde fue contratado como ING en una empresa petrolera.

Y así se despiden con la esperanza de volver a verse, pero esa llamada jamás llegó. Josué se desapareció nuevamente de la vida de Sabina. Él jamás la llamó, ni volvió a saber de él por mucho tiempo.

Creo que fueron los meses más tristes para Sabina. Sólo fue una nueva ilusión que jamás llegó a ser amor verdadero. Ese sería su primer y último beso de Josué.

Su vida no sólo se trató de ayudar a los demás: ella también se enamoró. Podía dar un gran consejo sobre el amor a cualquiera que se acercara, aun sabiendo que no se sentía amada por Josué.

Pero hasta aquí no llega está historia. Ellos vuelven a verse a mediados del siguiente año.

Sabina, la última vez que vio a Josué, fue en la boda de Roberto

Ella y sus hermanos fueron invitados a la fiesta. Para eso viajó nuevamente al pueblo. Llegó a la boda de Roberto en compañía de Carlota y Librado, ahí los conducen a su mesa, la cual estaba llena de bebidas y pasapalos... Todo el lugar estaba muy bien decorado, con finos arreglos florales.

Sabina se arregló con un vestido tallado a su encantadora figura, con un escote muy bien detallado, todo color blanco con lentejuelas y unos tacones muy altos.

Definitivamente se veía muy bella.

Llegaron al club donde se celebraba el festejo de la boda y para su sorpresa,

"¡Ahí estaba Josué"!

Pero, esta vez no estaba sólo. En su mesa sentada a su lado había una hermosa joven. Una rubia de tez blanca y cabellos con destellos rojizos. Si... también era hermosa y se notaba muy delicada y de una clase social alta por la forma de hablar y vestir.

Sabina se sienta en una mesa ubicada frente a ellos. Podía observar claramente cómo compartían y reían a carcajadas, y escuchaba el tema de conversación de ellos. Se veían muy felices juntos.

Lo observó por un buen rato, pero él no tuvo el valor de mirarla en ningún momento. ¿Cómo puede hacer eso, después de lo que pasó la última vez que nos vimos? ¿Cómo puede ignorarme como si yo no existiera? (se preguntaba).

—¡"¡Como quisiera odiarte, Josué"! —exclamó molesta.

Sabina se levantó de la mesa y decidió salir de la fiesta. Se quitó los zapatos de tacones altos, subió un poco su vestido para no rosarlo con el piso y con una llovizna que no paraba, salió caminando descalza. Comenzó a llover y la lluvia mojó todo su vestido, mientras corría el maquillaje por su rostro acompañado de lágrimas, los relámpagos aparecían cada instante e iluminaban el camino, hasta llegar a su casa. Nadie imagina cuanto lloró esa y muchas noches más. Pero esa noche juro que sería la última vez que esperaría por él.

Carlota y Librado no se dieron cuenta; ellos no sabían lo que su hermana sentía por Josué.

El día siguiente, quiso preguntar a su mamá sobre: ¿por qué pasan estas cosas en el amor? ¿Por qué duele tanto amar a alguien? — Fueron muchas las preguntas que pasaron por su mente, pero Rosa, quien les había enseñado de todo para superarse, caer, levantarse, no había hablado nunca con ellas sobre el amor o el noviazgo. Rosa vivió sola con sus hijos por muchos años. Por esa razón, ella no sabría qué decirles.

Por eso, solo recogió su maleta y tomó un taxi bien temprano y regresó a la ciudad.

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