Nuevos Vecinos
Año 1986
Por fin llega el día más esperado por Sabina, las vacaciones de la educación primaria habían terminado. Comienza una segunda etapa de aprendizaje, pero en el nivel de secundaria y comienza una nueva amistad con nuevos amigos y vecinos. Los temblores trajeron cambios, vivencias emocionales en la vida de Sabina.
Además de comenzar las clases, llegan los nuevos vecinos del terreno ubicado detrás de la loma. Ya la casa estaba habitada; se trataba de una bella señora muy amable; su esposo con un genio que parecía para Sabina estar de mal humor y sus 5 hijos. Tenía unas niñas morochas y 4 niños ya casi adolescentes algunos de ellos.
Su madre los inscribe ese año escolar en el Maximiliano, ellos venían de otro pueblo y llegaron ahí porque, la esposa del maestro Rodrigo era hermana del señor llamado Josué, o él señor Josué.
Los niños de Rosa y los de Nora, aún no se conocen, ellos juegan en su patio mientras los de Rosa reúnen a todos sus amigos en la calle para jugar "Libertad". Mientras juegan, los nuevos vecinos los observan asomados por el patio de su casa. Pero el papá es delicado y muy estricto y no los dejaba salir mucho.
Una tarde Rosa envió a Sabina a una tienda que estaba ubicada cerca de la casa. Eran sus primeros días en la nueva casa; los sismos o movimientos de la tierra habían dejado huellas en todo el pueblo. Pero ya eso había quedado atrás. Ahora experimentaban nuevas experiencias. Salió a comprar las bananas para que mamá hiciera tortas, y cuando regresó a casa están unos niños jugando Metras en la calle justo en el lugar por donde tenía que pasar. Se detuvo por un instante antes de llegar dónde ellos estaban. Desde donde se detuvo, notó que eran niños nuevos en la cuadra.
Caminó lentamente, era muy tímida y cuando se encontraba grupos de personas trataba de pasar por otro lado, para no encontrarse con ellos.
Pero, era ese el único paso a casa y decidió caminar, pero por la otra acera. Les pasó, por un lado; ellos la miraron y ella a ellos. Eran muy lindos, blancos con el cabello liso y casi marrón; aunque uno de ellos su cabello era amarillo.
Al pasar por medio del lugar donde jugaban; uno de ellos dijo unas palabras.
-¡" Hola linda ¿cómo te llamas"?!
Volteó a ver quién es, y ahí se encontró con la mirada y ojos más bellos y brillantes que había visto. Sabía que era el, por su hermosa sonrisa. Mientras que, había uno más alto que estaba serio y su rostro se fue cambiando a rojo como un tómate, y sólo miraba. Quería responderle: ¡Me llamo Sabina...!; pero, la inseguridad y la timidez resaltó como siempre en su vida.
Se trataba de los nuevos vecinos que se habían mudado al lado de su casa. Estaban recién llegados.
Corío a casa, el corazón parecía salir por su boca. Entregó a Rosa el pedido y su madre pregunta: - ¿Que pasó hija estas pálida... viste un fantasma? -No mamá... llegaron nuevos niños en la casa de al lado. Mamá ya sabía; contestando: -"Si hija hace días se mudaron". Se Quedó pensando en esos ojos y su sonrisa que jamás olvidara. Esa fue la primera vez que descubrió lo que significa estar ilusionado; sentir mariposas en el estómago. Una sensación placentera que te alegra el día a Día.
Pero por su mente jamás paso, que su mirada marcaría y cambiaría su vida por completo. Así dicen, nos enamoramos muchas veces, pero amamos una sola vez. Y ese primer amor es el más significante para toda una vida. Juntos o no, esa primera vez jamás se olvida.
¿Llegaste en el momento exacto? ¿llegaste a ilusionarla? ¡pero mientras estabas presente, la hacía muy feliz su amigo!
¡Lo cierto es que, llegó justo en el momento en que lo necesitaba...! Ese día conoció a sus mejores amigos Samuel, Josué e Isaías.
Josué, con este nombre comenzó esta hermosa aventura de amor por la vida. No sé cómo terminará... por ahora disfrutará cada momento compartido con el
💖💖💖
Días después
Sabina los observa, pero de lejos, las niñas eran muy bonitas, delgadas y de piel blanca; al igual que los varones, eran todos de piel muy blanca como la señora Nora.
Una semana después de haberse mudado, los niños de Rosa, de Aura, de Chena y de Elita juegan a la "Perotita".
Este juego se trataba tomar un envase de refresco y plástico con tapa. Colocar la cantidad de fichas con números, tanto como niños habían jugado y además, colocarle pequeñas piedras para que sonará duro al sacudirla. Luego a cada niño se le indicaba un número en el oído de forma que los demás niños no escuchen.
Ya cada niño con su respectivo número grabado en su memoria y ya todas las fichas dentro del envase. Se procedía a jugar.
El líder del grupo quién era Carlota, comienza el juego batiendo el envase y gritando ¡PEROLITAAAA...PEROLITAAAA...! De inmediato toma una ficha del envase y lo grita en voz alta.! ¡El número 5...! Y lanza la perola o envase lo más alto o lejos posible.
El Niño o niña a quién le corresponde el número, debe correr y buscar la perola lo más rápido posible y el resto de los niños deben correr lo más rápido posible lejos del niño con la perola.
Cuando el niño ya tiene la perola en sus manos, grita
"STOP". Y todos los niños que corren deben parar y no se pueden mover.
El Niño con la perola, además tiene la oportunidad de preguntar cuántos pasos da, para de esta forma llegar lo más cerca posible del niño más próximo a él.
El resto de los niños les indica que, de 5 pasos, y luego de darlos; lanza la perola o envase y toca al que tenga más cerca. De esta forma él tocado pierde y sale del grupo de juego.
Así jugaban todas las tardes los hijos de Rosa y sus vecinos amigos. Una tarde, se acercan los niños de Nora, pero los 3 varones más grandes; y piden a Carlota que quieren jugar. Su papá les había dado permiso. Las niñas morochas, ellas sí que nunca jugaron con ninguno. ¿por qué?; no lo sabemos...
Carlota les indica que sí, y de allí en adelante todas las tardes se reunían con todos los niños de Rosa a jugar. Se formó un vínculo amistoso muy agradable entre ellos.
El hijo mayor de Nora llamado Jorge, se hiso muy amigo de Carlota; el otro de los niños llamado Samuel; desarrolla una gran amistad con Librado y los dos últimos llamados Josué e Isaías, fueron los mejores amigos de Sabina. Pero sobre todo Isaías, él será un amigo verdadero que Dios le dará de regalo a Sabina. Eran niños muy respetuosos, amables y sinceros.
Días después, ya Sabina Comienza el 1er año del bachillerato, la vecina del terreno de al lado, ubicado detrás de la loma y cerca del gran árbol del Cují, llamada Nora, se había encariñado con Sabina y de vez en cuando la invitaba a tomar café en su casa o en otras oportunidades, Sabina la invita a ella.
Ella siendo una bella señora de más de 45 años y de piel muy blanca, cabellos negros y muy lisos, un poco rellenita para no decir gordita, mientras que Sabina una niña ya en los primeros comienzos de su adolescencia; se hicieron muy amigas. De hecho, el uniforme que uso Sabina para cursar su 1er año, ella se lo regalo.
Su esposo era un señor con una discapacidad, pero eso no lo detenía para trabajar; Era policía. Tenía su carácter fuerte y en su casa no faltaba la disciplina.
Ella tenía sus primeros 5 hijos cuando llego a esa casa. Luego viviendo ahí tuvo 3 más. Eran nuevos vecinos, nuevos estudiantes para el Liceo Maximiliano y nuevos hermanos. Todos eran encantadores, educados, amistosos, pero sobre todo excelentes amigos.
Sabina cursa sus primeros años en el Liceo Maximiliano Iturbe. Llegó su primer día de clases para comenzar el 1er año como siempre, un poco de nervios por ser una nueva etapa, nuevos profesores y nuevas áreas de aprendizaje; pero está vez era diferente, sabía tratar a los demás; había perdido un poco él miedo a hablar, conversar y había desarrollado más seguridad en ella, además sus hermanos estudiaban ahí también, en realidad ellos estaban siempre para ella.
Se arreglo más temprano de lo previsto para llegar a su primera clase antes de la hora. Se colocó su fragancia preferida una crema corporal que su madre le compro con esencia de mandarina. Cada vez que la usaba se sentía segura de sí misma, y de alguna forma extraña, le brindaba confianza en ella. Le decía a su madre que, ...esa fragancia era algo mágico para ella. La hacía sentir viva y con ganas de hacer todo lo mejor posible.
Llego a su salón de 1er año ubicado en la sala justo al frente de la entrada del Liceo. Llegaba Sabina la niña que nació con el "Don de la Sabiduría" al Maximiliano,
un Liceo caracterizado por las exigencias y competencias de los docentes, quiénes eran estrictos en cada una de las asignaturas. Una estudiante más de cientos de estudiantes en dos turnos de clase; mañana y tarde.
Nadie sabía de su especial nacimiento, Nadie conocía lo que realmente ella llegaría a mostrar en el Liceo a través del Conocimiento. Ni ella misma sabía lo que era capaz de hacer y aprender. ¿una niña como cualquier otra en un Liceo ordinario como cualquier otro? O ¿una niña con el Don de la Sabiduría en un Liceo extraordinario como ningún otro? quiénes lo creerían? nadie...!
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