Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La Silenciosa Antonieta



Después de graduarse y con la ayuda de los entes municipales, Rosa consigue un cargo como enfermera en el ambulatorio o pequeño hospital del pueblo de Maparari, a dos calles de su casa. Eso fue para ella la mayor bendición que pudo haber recibido de Dios.

Comienza a trabajar, cambiando el rumbo o destino de su vida; la situación económica en la casa de Rosa cambió totalmente. Ella se encargó de que no faltara nada. Sus palabras de ahí en adelante fueron: -¡Dios siempre bendice hasta que sobreabunde...! A partir de ese momento, no faltó una buena comida en la mesa. Rosa sabía lo que hacía. Mostró a quienes no creían en ella que sí se puede y que los límites son mentales.

Rosa ya cuenta con un empleo en el Ministerio de Sanidad; ya todos sabemos cuánto le costó conseguirlo. Ahora puede dar de comer a sus 8 hijos y no solo eso; ahora también ayuda a los niños de su comadre Aura.

Rosa refleja a sus hijos el valor de la gratitud; el ser agradecido conduce a la felicidad. Para Rosa, el ser agradecido permite experimentar sentimientos más positivos. Al ser agradecidos, se puede disfrutar de buenos momentos, de la salud y enfrentar mejor las dificultades. (Para disfrutar de una verdadera felicidad, no basta con solo dar las gracias; tenemos que ser agradecidos, lo que nos protegerá de la envidia y el resentimiento).

Cada vez que cocina algo rico, llama a su comadre por la cerca que divide las casas y ella sale en busca de la olla con sopa o guisos bien aliñados preparados por Rosa cuándo tiene los días libres de trabajo. Ella trabaja 3 turnos tanto de día como de noche. Los niños, ya los primeros como Antonieta, Rafael y Carlota cursan los primeros años del bachillerato.

Rosa, al criar a sus 8 hijos sola, se ve en la necesidad de ser estricta y aplicar mucha disciplina. Sin embargo, su trato hacia Antonieta es fuerte; la castiga cada vez que lo considera necesario; el criar a sus hijos sola la llena de pánico y solo cuenta con la ayuda de sus dos hijos mayores, Antonieta y Rafael. Esto conduce a que su primera hija no tenga muchos amigos, impedimento también para jugar y cumplir con su rol de niña. Apenas siendo chiquilla le toca ocupar un papel de segunda madre de sus 7 hermanos. Tiene una gran responsabilidad.

Antonieta, quien ya se ha convertido en una bonita adolescente, cabello negro que le llega justo a sus hombros, liso con unos hermosos ojos negros, refleja en su rostro una profunda tristeza; debe ocuparse de los oficios del hogar, lavar la ropa y cocinar. Ella, observa cómo se marcha ante sus ojos su infancia y con eso se desvanecen sus sueños de jugar a las muñecas.

Ocultaba su fragilidad cantando melodías que solo emitía sin letra alguna; en alguna parte de su memoria tenían letras, pero ella todo lo guardaba en silencio, desarrollando una coraza de quietud, sacrificando su niñez por amor a su familia y cargando en silencio cicatrices de un pasado que marcó su vida, enseñándola a desarrollar resiliencia ante las adversidades.

Sin embargo, Antonieta es considerada en el Liceo Maximiliano como la mejor estudiante, con mejores calificaciones que cualquier otro estudiante. Le sigue Carlota, inteligente, aplicada (...si le toca ir en sandalias a clases va en sandalias...), así es ella; está segura de lo que quiere... ser cuando adulta una profesional.

Los hijos de Rosa están estudiando; nadie los manda, nadie los obliga, nadie los despierta a las 5 am de la madrugada, para darse un baño de agua fría de los pipotes de agua de lluvia, serenados en la noche fría. Nadie les prepara sus uniformes y útiles escolares; solo se despiertan todos muy contentos para llegar lo más temprano posible a la escuela y poder cantar el Himno Nacional (Gloria al bravo pueblo de Venezuela). Con comida, dinero o desayuno o sin nada de eso.

Rosa es citada por los profesores a asistir a reuniones escolares, pero, ella trabaja y no tiene tiempo. Pero la vecina Chena se encarga de ir a las reuniones como representante de los niños de Rosa y aprovecha y retira las boletas de las calificaciones y recibe las felicitaciones por ser unos niños muy aplicados. Son inteligentes.

A Antonieta no la supera nadie en los estudios. Ella es la hija genio de su padre Carlos. Estudiaba sin cuadernos. Solo contaba con 1 y cuándo ya sus hojas se llenaban todas. Borraba y comenzaba a escribir de nuevo; a ella le tocó lo más difícil, aún Sabina no sabe si ella pudo jugar con alguna niña cuando pequeña.

De vez en cuando, visitaba a una vecina. Su hija era compañera de estudio de Antonieta; pero, la mamá de esa niña no permitía que ella jugara con sus muñecas. Algunas veces, Rosa enviaba a Antonieta a hacer tareas escolares en casa de la niña, o a copiar e investigar un tema en algún libro; pero ellas no lo permitían. Por ello, estudiaba sola. ¿Jugaría tal vez de vez en cuando con algún niño?

Más adelante, la vida les enseñará que la humildad viene acompañada de éxitos y triunfos. ¡Y que hoy no podemos tener nada, pero mañana es otro día y puede venir cargado de bendiciones!

Sabina se preguntaba y aún se pregunta: -¿Si tuvo alguna amiga en especial o jugaba a las muñecas cuando era niña? (...Jamás ha querido preguntarle...).

Este año comienza con buen pie para Rosa; ya está pensando construir una pequeña casa, pero de bloques y estructuras de cemento, con pisos de concreto. Quiere aprovechar la extraordinaria oportunidad que Dios le dio para dejar atrás la vieja posada construida de barro y lodo y construir una casita más cómoda y acogedora, con varios cuartos tanto para las niñas como para los niños.

Ya este año 1989 va corriendo los primeros 2 meses y ya está entrando el clima fresco y cálido del mes de marzo. Rosa ya tiene pensado hacer ricos dulces de Coco, Piña, Lechosa y Batatas; todos acompañados del manjar de maíz.

Ya los primeros de marzo, después de la media noche todos duermen; en el pueblo de Maparari solo se oyen el canto de las Ranas y Gusarapos. De repente el destino y la causalidad vuelven a sorprender a Rosa y sus hijos, pero esta vez le toca a todo el pueblo; clases altas, media o baja. Todos por igual.

Sucede que, a medianoche mientras todos duermen, la fuerza de la naturaleza actúa sobre la población de Maparari. La tierra dio un sacudón muy fuerte que despertó a todos de forma repentina. Los niños de Rosa despiertan muy asustados y al cabo de unos segundos el movimiento de la tierra para.

Todos los niños estaban muy asustados y preocupados por lo extraño de que la tierra se movía como las olas del mar. ¡Y se preguntaban! ¿Mamá, qué es eso... porque la tierra se está moviendo?

Rosa no sabía qué decirles. Era la primera vez que experimentaba los movimientos de la tierra. "La tierra estaba temblando". Antonieta, que ya estaba adelantada en sus estudios, ya sabía de qué se trataba; les explica a sus hermanitos para que se tranquilicen.

¡Tranquilos... eso es un temblor; y sucede cuándo las placas que conforman la tierra se mueven, ya que están en constante cambio... cambios que no observamos pero que se representan con el paso de los años o siglos... es un temblor porque duró pocos segundos; pero sí se llegarán a tardar más los movimientos tectónicos, y superará una magnitud de más de 7 segundos; ya sería un terremoto!

Antonieta continúa explicando a sus hermanos y su madre: -¡Que también se les llama sismos o movimientos telúricos! ¡A través de la sacudida drástica de la corteza terrestre, generada por la energía que transforma la tierra en forma de ondas sísmicas...!

¿Qué conocimiento tenía Antonieta? Ella explicaba de forma muy detallada, simple y entendible la respuesta para todo lo que sus hermanos preguntaban.

Los niños escuchan atentos y muy callados, mientras ella continua:

-¡No se asusten si la tierra vuelve a moverse; es normal que después de temblar, otra vez suceda varias veces seguidas, ¡pero cada vez con menos intensidad...!

Es así como, a los pocos minutos, nuevamente la tierra tiembla, pero con menor fuerza; pero está vez Rosa y todos los niños salen corriendo de la casa y se dirigen al patio. Rosa teme que las paredes, por ser tan viejas; se desplomen sobre ellas. Pero al salir de la casa, observan a todos los vecinos en el patio de sus casas. Unos lloraban; otros murmuraban. Sabina no entiende que pasa. Está asustada, muy asustada. Toma a Carlota de la mano y no la suelta para nada.

Los vecinos se reúnen en la calle, había docenas de personas, quienes solo se preguntaban ¿qué sería eso? ¿Por qué temblaba de esa forma? Al cabo de una hora, ya 3 o 4 de la mañana, nuevamente la tierra me mueve con gran intensidad.

Fue muy fuerte el movimiento, que se escuchaban gritos de otras calles... Sabina grita: - ¡mamá, mamá... mamá...! - A cada rato, tenía una crisis de pánico. Jamás el pueblo de Maparari había experimentado algo tan espantoso y horrible como lo acontecido aquella noche. Rosa entró a la casa y sacó rápidamente el colchón de los niños y todas las cobijas y sabanas y los condujo a todos hacia el gran árbol Zapatero. Esa madrugada, Rosa los acuesta debajo del árbol y los arropa y protege del frío de aquella madrugada.

Los vecinos se acercaron a casa de Rosa y también llevaron colchonetas, hamacas y sabanas y se apostaron con sus hijos y familia bajo el Gran Zapatero. Éste fue su escudo protector por varios días. El caos había llegado al pueblo y a su paso dejó solo ruinas y pérdidas materiales y víctimas. Amanecieron Rosa, sus 8 hijos y un grupo numeroso de vecinos bajo el árbol zapatero.

Al amanecer, ya con la salida de los primeros rayos del sol, nuevamente la tierra se mueve con una magnitud leve. Lo extraño de todo es que no dejaba de temblar.

Y al llegar la luz del día, todos los vecinos quedan impresionados de lo que observan: sus casas casi en la totalidad estaban caídas, paredes completas. La casa de Rosa estaba prácticamente sostenida de un gran trozo tipo viga de madera de roble. Estaba casi que se caía completamente al piso. Era un riesgo solo entrar; en cualquier momento se desplomaría en su totalidad.

Rosa estaba asustada y a la vez preocupada, pero ella no era la única; todo el pueblo clamaba a Dios por lo sucedido. En horas de la mañana, vienen bajando unas personas por la calle de la loma. Vienen de los lados donde está la Iglesia y el hospital; y cuentan a todos que la Iglesia se ha caído y el hospital quedó destrozado.

Pero además traen una noticia aún más triste; un vecino del pueblo a medianoche se sale de su casa con su esposa y su bebé de 3 meses de nacido. La esposa coloca su colchoneta debajo de un árbol que está en la parte de atrás de su casa, pero su esposo decide colgar la hamaca en la pared de la cerca de su casa. Ellos, viendo el peligro de que la casa se les caiga encima; deciden dormir fuera, al igual que toda la población de aquella comunidad.

El señor se acostó con el bebé para protegerlo más del frío y el sereno y se quedó profundamente dormido; y cuando ocurrió el temblor a eso de las 3 o 4 de la madrugada, la pared en su totalidad se vino abajo; cayendo totalmente sobre él señor y su bebé. La esposa escucha el espantoso sonido y corre hacia dónde colgaba la hamaca, pero solo hay escombros en el suelo.

La esposa sale a buscar ayuda de los vecinos; entre muchos que colaboraron, lograron levantar los escombros, pero ya debajo yacían los cuerpos sin vida del señor y su bebe en sus brazos.

El pueblo está de luto, se observan las lágrimas en muchas personas, fue una gran pérdida para Maparari, se trataba de un bebé empezando la vida y su padre, un joven señor. Llegan ambulancias, los bomberos y envían ayuda a todos los damnificados. Comida y bebida; medicina por parte de la Alcaldía y concejalías Municipales.

Los temblores en el pueblo continuaron de forma repetida por varios días.

Llegó una comisión de científicos especialistas en geología o geólogos para estudiar el o los factores que ocasionaron los movimientos de las placas terrestres en el pueblo de Maparari; llegando a la conclusión de que se trataba de un gran río de agua dulce subterráneo que atraviesa el pueblo de Maparari, a grandes profundidades; este río es de gran tamaño y contiene fuertes olas en los torrentes de agua; lo que provocó los temblores por tantos días consecutivos.

Maparari está triste, devastada; sus familias duermen bajo el claro de la Luna y Sabina y sus hermanos en las noches bajo el gran árbol el cují entonan la canción más hermosa a su pueblo.

"Bajo el claror de la Luna

Sobre las tibias arenas...

Entre cardones y dunas

Un chuchube madura un cantar.

Otros instantes, paisajes

Surge un concierto de versos

Es el mar que con su oleaje

Viene a la playa a besar

Los cujíes lloran de dolor.

En mi vida nunca he de esperar.

Las caricias de un lejano amor

Que ha dejado mi peregrinaje.

Y en la ruta

Que marca

El destino

Sobre las arenas...

Que esperan caminos...

Dolorosamente.

Que marcan mis sombras.

¡Sobre el medanal...!

Los entes gubernamentales desarrollan un gran censo para determinar la cantidad de familias que quedaron sin hogar. Y comienzan la reconstrucción de una gran cantidad de casas también llamadas "Las Viviendas Rurales". Rosa, por tener 8 hijos, es tomada en cuenta por el alcalde del Municipio Federación y se le asigna una casa alquilada, mientras le construyen la nueva casa.

Al cabo de unos meses, ya las viviendas están casi listas para ser entregadas. Rosa está feliz; ya es hora de regresar a casa. Los niños están muy contentos. Ya quieren ver su casa nuevamente.

Por fin llega el día de la mudanza, los niños y Rosa regresan. La casa era otra. Toda de bloque y concreto, ya no existían las paredes de arcilla o lodo y los pisos de tierra que se hacían lodo mientras llovía. Habían desaparecido. Los nuevos pisos eran lisos y suaves al tocarlos con los pies descalzos. ¿Qué impresión para toda la familia? Y Sabina observaba una casa totalmente nueva. Tenía un baño y poceta; ¡la vieja posada no tenía baño...!

Y suben al gran guardián, el árbol el cují. Lo habían extrañado mucho. Pero encuentran algo diferente. El solar detrás de la loma y el cují ya no están vacíos para jugar. Habían construido una nueva casa.

Aún estaba sola y deshabitada la casa. Sabina y Librado la observan del otro lado, mientras Carlota se pregunta en voz alta. ¿Para quién será esa casa nueva... quiénes vivirán allí? Librado reacciona y comenta, -¡Seguro es una nueva familia...!

Y luego de jugar un buen rato sobre las raíces del Cují; ¡ya se acerca la noche, bajan corriendo a casa a contarle a su madre sobre la nueva casa...!

Pasados los meses, Sabina, aún sin entender qué le pasaba a Antonieta, porque siempre actuaba tan callada y porque solo se refugiaba en sus canciones tristes, observó a su mamá castigarla porque olvidó preparar la comida temprano y Guadalupe lloraba porque tenía hambre. Rosa la castiga una vez más, hiriendo su espíritu. Ella hacía todo lo posible por hacer los oficios del hogar bien y era muy buena estudiante; por ello, sigue tragando su dolor.

Ese día, Sabina escucha sollozos en el fogón, y se acerca y observa sin que ella se dé cuenta. Se le acercó y la miró al rostro observando sus ojos hinchados de llorar. Mientras está en el molino de maíz preparando la masa para hacer las arepas, sabina le dice que, si puede ayudarle, pero, ella dice que no, ya que estaba pequeña y no sabía cómo moler el maíz, pero Sabina insiste que la enseñe a moler, hacer arepas y al aprender, ella la ayuda todos los días. Y es así como Antonieta comienza a enseñar a moler el maíz a sabina con mucho cuidado para que no se haga daño en sus manitas. Cosa que fue imposible, se molió un dedito y perdió una uña, que con el tiempo volvió a salir, pero esto quedó en secreto entre las dos, para evitar otro castigo.

Con el tiempo deberá comprender que su madre no tenía la culpa; ella solo actuaba por temor a no poder cumplir con sus metas de salir adelante. Además, Rosa había sido maltratada por su madre y ella llevaba en su interior heridas que aún no había sanado. Con el tiempo, Antonieta deberá tomar decisiones que cambiarán el rumbo de su vida, encontrando su propia paz y sanación.

Ojalá y algún día ella cuente su propia historia, Antonia es el reflejo de aquellas personas que libran una gran batalla interior detrás de un rostro sereno y silencioso.

El sol se esconde.

Detrás de los arbustos

Las estrellas

Comienzan a billar

Preparándose para ese coro

Que le brindan

A mí pueblo natal

Maparari, te cantan las estrellas

Maparari te canta sin cesar.

Maparari, te cantan las estrellas

Este canto lindo, bello.

Que te va a gustar...

Nota de autor:

Nos acostumbramos a contar siempre contigo, y el día que tomaste la decisión de irte del país, no te imaginas cuanto lloramos, todos lloramos. Era imposible entender que tú, la Antonieta, la genio de papa, la hermana y segunda mamá, se alejaba a un país lejos de casa, lejos de todos en una situación implacable con la familia, pero lo hiciste, por unos largos 5 años... regresaste, pero ya no eres la misma que salió un día, con una maleta de sueños no cumplidos... Hermana, la idea es disfrutar de los momentos vividos y de recordar que, aunque tu vida no ha sido fácil, aquí estamos para ti, así como tú un día estabas para nosotros... Te queremos, y te necesitamos; solo trae de regreso a la Chiquinquirá que nos brindaba su protección, disfrazando sus tristezas con una pequeña sonrisa que incitaba a la calma.

Te admiro por ser un temple de mujer; admiro tú conocimiento extraordinario; fuiste, eres y serás la segunda madre de los hijos de Rosa. Este capítulo te lo dedico a ti; por tu constancia, perseverancia, amor y compromiso por tus hermanos. Eres muy importante para nosotros. Estoy segura de que, sin ti, mamá no hubiera podido lograr llegar hasta dónde llegó.

Gracias, es una palabra que se queda pequeña para alguien tan grande...

¡Vienen muchas sorpresas en esta bella historia!

¿Quiénes serán los nuevos vecinos que ocuparán el lugar favorito para jugar de los niños de Rosa? ¿Qué papel jugarán en la vida de Sabina...?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro