El Despertar Comienza.
11 de septiembre 2022
11 de septiembre 2022
Llegó la noche y Nube se acostó a dormir temprano, pensando en el regreso de esa niña, pero a la casa, sin embargo, debía levantarse temprano para terminar una investigación de un cliente. Pero, a eso de la 3. Pm de la madrugada, escuchó un grito muy fuerte que la hizo pegar un brinco en medio de la cama. -¡Tía Nube...ayúdame!
Llamó a su esposo:
-Cariño, despierta ¿Me llamaste...?, -Mientras observa la hora:
3:33 pm. De la madrugada.
Esposo: -¡No, debes estar soñando otra vez, duérmete yaaaa... seguro fue otra de tus pesadillas...! Le contestó algo molesto por haberlo despertado a esa hora.
Ella, se sienta en la cama por unos segundos, pensando en esa hora 3:33, que le inquietó por unos instantes. Ya llevaba varias semanas despertando a la misma hora, exactamente a las 3:33. Tomó el teléfono que estaba sobre la mesa y Googleó: ¿Qué significa 3:33 en la Biblia? Y quedó sorprendida con el resultado.
Mientras que ese mismo día, en horas de la mañana, en Maparari, tierra donde nació Nube:
11 de septiembre 2022
Joven Jesús:
A dos meses de haber visitado a mi tía Nube, hoy terminé de leer todo su libro. Podría decir que me fascinó, una historia increíble llena de sueños y esperanza. En algunos párrafos me identifiqué con ella. ¿Quién fue esa mujer Rosa, indomable por la vida y su hija? ¿Sería Rosa la bendición de Sabina... o fue Sabina una bendición para ellos, ese tesoro que jamás entendieron? De verdad existe ese tesoro, lo encontraron, ¿o el verdadero tesoro era ella y jamás se dieron cuenta? Y ese joven llamado Josué; ¿cómo dejó ir a una gran mujer como Sabina, ¿Acaso tenía ciego su corazón? No la conocí y ya la amo... Es imposible no amarla...Creo que ese tipo de personajes sólo existen en los cuentos de hadas. -Tenía tantas preguntas para mi tía sobre esa historia.
Pero, había algo mágico dentro de la historia, que aceleraba mi corazón y aunque tenía preguntas, las respuestas estaban ahí, sólo era cuestión de darle sentido.
Pero debo continuar con mis labores, atender la siembra de papá y buscar el agua en la llenadera para tomar. Ya quisiera salir de este pueblo, irme lejos donde nadie me encuentre. Las peleas entre mis padres se agudizan y eso me hace daño. (Se levantó de la cama hacia la cocina.)
Observé a mi abuela... Está en su acostumbrado fogón de leña; hace un horno de arcilla tradicional a mano... Quiere cocinar pan y tortas, está feliz. Me dio los buenos días y su bendición. Ella es muy importante para mí. A su edad, es mi compañera quién está pendiente de mí a cada momento. Es mi segunda madre, ella es el motivo por el que sigo aquí. Mientras hablo conmigo mismo y me respondo cada pregunta, mi pensamiento no para. En eso tocan la puerta, salgo a ver de quién se trata.
Le grito a la abuela
- ¡Abuela te buscan...!
-¿Quién, hijo? -responde desde la cocina, y en ese instante, se impregna el ambiente con una rica fragancia que no había sentido y olfateado antes. La abuela se detuvo en la sala por un momento y me preguntó: -¿Hueles eso, hijo?,
Ese olor, es el mismo que había en la habitación de la sala de parto cuando nació Nube. - (Mencionó) - "Mandarina" - exclama: -¿Qué extraño? ¡¿Hacía años que no sentía ese olor... se aprecia como si Nube estuviera aquí, Jesús?!
¿Cómo así, abuela... mi tía Nube? ¿Porque dices eso...que tiene que ver ese olor con ella? ... podría ser algún árbol que está floreando, no es nada. -respondí.
Mientras me acerco donde está ella, quería oler ese mágico perfume. ¿Leí algo parecido en su libro? -me pregunté y asusté un poco. La abuela interrumpe mi pensamiento e interroga -¿Quién me busca...te dijo su nombre?
-No!, pero...- titubee al hablar... -¡Es una señora rara... parece de otra época por la ropa que usa y ese extraño sombrero que lleva puesto me da risa, abuela... color tornasol...! (Entre risas, pero callado para que no escuche)
La abuela no pronuncia ni una sola palabra y se dirige a la sala; mientras voy detrás de ella, la abuela se portaba algo misteriosa como si escondiera algo que yo no sé, pero soy curioso y no me quedo con nada, averigua las cosas hasta saber que significan.
Al llegar a la sala nos damos cuenta de que ya la señora no está. Pero, en la puerta está parada una niña muy hermosa quien me mira fijamente a los ojos, ¿si quería intimidarme?, lo logró! Su mirada penetrante me hizo bajar la mirada al suelo y sentir que mi piel se erizó. -¿Qué es esto? - Me pregunté. Volví a subir la mirada y está vez se sonreía sutilmente mirando a la abuela. Sentí que ya la conocía o, mejor dicho, ya se habían visto antes. Es así como, al ver a la abuela, le dice con una voz que parecía melodía fina tocada por un violín: -¡Hola, Señora Elyda... años sin verla...! ¿Me llamó...? ¿Se acuerda de mí?
Y con esa misma sonrisa se retiró hacia la calle dónde la estaba esperando la señora. Quien dirigiéndose a la abuela le comenta: - No te preocupes; sólo estoy de pasada. Quise advertirle que ¡Regresó...!
Mientras me observa, mirándome nuevamente fijamente a los ojos:
-"Ahaaa ¡Veo que conservas otro diamante muy bien guardado...!
La abuela sólo le pregunta -¿Quién te llamó y qué haces aquí?
Y sigue hablando a la abuela, diciendo:
-"! Ya es la hora, ha esperado tanto tiempo, ¡es tuyo, sólo encuéntralo... ella sabe dónde está... búscala...!
Y tomó de la mano a la pequeña niña con su vestido color vino tinto y finos encajes negros y se dieron la vuelta para seguir su camino, desapareciendo en una densa niebla que cubría el ambiente de esa mañana.
La abuela por unos segundos se quedó callada, hasta reaccionar y de inmediato pensó en la tía Nube, sin entender ni ella ni yo lo que pasaba. La abuela no entendía qué quería esa señora después de tantos años sin saber de ella... Y la forma cómo aún conservaba su cara intacta, como si los años no pasaran por su piel. - ¡Por algo regresó! (murmuró en silencio)
Elyda: -"! Jesús llama a tú tía Nube, hijo... quiero saber cómo está... Y pregunta que, ¿cuándo regresa de visita a casa...?! -¿Quién es ella, abuela y por qué te preocupas? Pero la abuela no contesta. El resto del día transcurrió en un completo silencio. Un ambiente extraño se apodera de la casa.
Mientras que, la abuela pasó el resto del día pensando en la visita de la señora. Y al llegar la noche me pide que la acompañe esa noche. La noté muy pensativa. Acomodé mi cama al lado de su cama, ya preparándome para ir a dormir. Pero antes de dormir le preguntó nuevamente -¿Quién era esa señora tan misteriosa, abuela? -insisto en saber de qué se trata:
-Es alguien que conocí hace mucho tiempo, hijo... esa señora me visitó y quiso proponerme algo horrible a cambio de mucho dinero... le dije que jamás haría algo así, pero, ahora no entiendo porque regresó. Pero, no te preocupes, ya se fue. -¿Cambiarle qué, abuela? ¡Y no me diga que no me preocupé!, estaba full asustado y lleno de miedo. La mirada de esa señora era aterradora y no logré borrarla de mi mente. -Sí, hijo, me pasó lo mismo, pero hagamos una oración antes de dormir, mañana es otro día. Y de esta forma, oramos como de costumbre y nos disponemos a dormir.
Me quedé dormido, con el pensamiento en las palabras de esa extraña señora que visitó a su abuela y recordé el libro que me pasó mi tía cuando la visitamos.
- ¿Pero esa historia es pura fantasía? ... Además, ni siquiera la terminó. (Susurre, cerrando sutilmente mis ojos.)
Voy corriendo por un camino lleno de oscuridad. Sólo la luz de la luna asoma su resplandor en algunos lugares, pero, los árboles opacan la claridad y no se distingue bien el camino. Escucho que algo se mueve en medio de unas grandes sombras y las hojas secas producen un sonido de chasquido al pisarlas. Me acerco un poco para observar y me encuentro con unos grandes ojos rojos.
Se trataba de una extraña criatura con cuerpo de Centauro, pero su cabeza es similar a un lobo, de color negro brillante y su boca, mientras se abre, deja ver sus grandes colmillos. Es un búfalo feroz.
Debo correr... eso me indica mi pensamiento y salgo de ese lugar. No siento mis piernas al correr, pero sé que viene detrás de mí... quiere hacerme daño... sólo escucho un ronquido que sale de su garganta muy cerca de mí. Quiere alcanzarme.
Pero ella está conmigo... siento su presencia, sé que está agotada, no siente sus piernas al igual que yo... pero no debemos parar. Observa un gran tronco como especie de una cueva y decide que entremos ahí. Así no podrá vernos. Eso hacemos, nos escondemos en un gran tronco de árbol podrido. Estoy muy cansado de esconderme y revisto mi espalda mientras el sudor corre por mi cara.
Ahí está ella de espalda hacia mí; su cuerpo brilla en medio de la oscuridad; es como una guardiana, lleva armaduras en su cuerpo que brillan como el oro. Su cabello largo y liso destila con destellos azules cuando lo tocan los rayos del sol. No podía ver su cara. - ¿Quién eres tú? ¿Cómo llegaste aquí, cómo me encontraste?, le pregunté con mi voz temblando.
- ¡Tú me trajiste hasta aquí¡, dijiste que me necesitabas; ella vestía como una guerrera que portaba en su mano espada y escudo"
Pero ¿acaso estoy muriendo? ¡Estoy muy joven... sácame de aquí!
- ¿Muriendo?... No, - y se sonríe - tienes mucho por hacer todavía. - Menciona mientras está alerta con su mirada a todos lados.
-Tranquilo... Ya estoy aquí y no te dejaré sólo, confía en la palabra que trae sabiduría, que viene de Dios y no del hombre. -Terminó de pronunciar esas palabras.
Ya había escuchado o leído sobre esas palabras, pero ¿En dónde?, no lo recuerdo.
Tomó mi mano, y colocó algo como un objeto redondo y pequeño, y cerró el puño de mi mano -Consérvalo y no dejes que se apague y te pierdas en el olvido.
Pero, tengo miedo, quiero escapar lo más lejos posible de aquel lugar.
Ella se esconde muy callada, pero mi respiración acelerada puede hacer que esa bestia nos encuentre... y observo como ni siquiera se detuvo. Siguió corriendo con la misma intensidad para alcanzar su presa. Estoy muy asustado, pero a la vez impresionado, al parecer no la seguía a ella si no a mí, pero ¿por qué corría y lo sentía detrás de ella?
Aprovecho que ya creo que se alejó de nosotros y salgo corriendo nuevamente, debo encontrar una salida de aquel lugar. Y es así como me encuentro frente a él.
Comencé a gritar para ver si alguien más me escucha y ayuda. Me tiré al piso lleno de lodo, debí quedarme a su lado, pero el miedo pudo más que el valor y la confianza.
Y de repente llegó a mi mente el nombre de mi tía Nube, decidí llamarla:
"¡Tía, ayúdame, por favor, ayuda...!"
Mientras me defiendo como puedo de esa horrible bestia que quería hacerme daño. Volviendo a gritar con un lamento que salía del alma. ¡"¿Dónde estás?, debo encontrarte... ayúdame!". Mientras abro mis manos para defenderme. Cayó al suelo un pequeño reloj redondo algo oxidado por el tiempo. Me fui arrastrando hacia un rincón lleno de paja y lodo y lo observé. Mientras mis manos temblaban, apenas podía sostenerlo.
Tenía paradas sus agujas justo a las 3: 33 pm. Logré ver esa hora que se quedó grabada en mi memoria; mientras siento que estoy perdiendo el conocimiento, escuché a lo muy lejos una voz que me habla y dice:
¡Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, porque Jehová tu Dios está y estará contigo donde quiera que vayas.
Busqué con la mirada, de donde salían esas palabras o quién hablaba, y grité con todas mis fuerzas -¿De qué se trata todo esto, por qué me pasa esto a mí? Mientras se forma un gran nudo en mi garganta, necesito llorar para desahogarme y eso es algo que no me gusta hacer. Cerré por unos segundos mis ojos y luego los abrí. De repente, me encuentro en un lugar tranquilo, la brisa olía a fogón de leña y tocaba suavemente mi cara, podía escuchar el cantar de los pájaros en mis oídos. Estoy sólo, podría describir un campo o zona boscosa con potreros para la cría de ganado, era una hacienda con una casa grande, desde lejos pude ver una pequeña niña en el patio jugando sola. Caminé rápidamente hacía ese lugar, temía que regresará esa sombra al que tanto le temía. Me acerqué a la niña sin que ella me vea y me escondí justo detrás de un árbol.
Ella, de repente, sale corriendo hasta llegar a un lugar ubicado al final del corredor. Ahí, observó fijamente en el patio muy cerca de la cocina un gran frasco de vidrio, que está muy bien sujeto a un tronco, buscó una silla de madera y la colocó cerca del tronco de madera, subió a la silla hasta alcanzar y observar dentro de ese frasco. Al ver dentro, se encontró con un hermoso y brillante capullo de una flor muy hermosa; estaba ahí intacto y cerrado. Era tan hermoso que su brillo se reflejaba en sus ojos y rostro, ella sonrió y con su mano lentamente se fue acercando hasta tocarla. El capullo se movió al sentir el tacto de la niña, pero, ella sacó rápidamente su mano, parece que algo la asustó. En eso se acerca rápidamente un señor delgado, cabello afro con algo de canas y su piel oscura.
Lo más rápido que pudo tomó a la niña por la espalda y le dijo algo asustado -Rosa... mi pequeña, cuidado, te caes, vamos, déjame bajarte de ahí y no te vuelvas a acercar a ese frasco, no sea lo rompas.
- ¿Qué es papá? ¡Es hermosa y está viva! -le preguntó muy curiosa. - No es nada, son cosas de tú Madre y ya la conoces lo delicada que es con sus cosas... De haberle pasado algo, te castigará como siempre lo hace. Rosita, Ya vamos a dormir, se acerca la noche oscura. Al mismo tiempo, observa las piernitas de la niña marcadas por cicatrices.
-Si... -respondió con sus ojitos tristes y ganas de llorar. Parecía temerle a su madre. Mientras su papá la llevó cargada, ella recostó su cara en su hombro y se retiraron los dos caminando lentamente de ese lugar. La niña siguió observando ese extraño frasco de vidrio desde lejos mientras sobaba uno de sus deditos. Pero, algo muy extraño comenzó a suceder y de forma inesperada el capullo que posaba dentro del frasco comenzó a abrir sus pétalos hasta convertirse en una hermosa Flor de Lima.
Me acerqué y mi corazón no paraba de latir, parecía salir de mi pecho. Salí detrás de ellos sin que me vieran, muy silencioso y callado, al llegar al frente de la casa, después de cruzar un gran corredor hecho de barro y bambú. Observé una jovencita, podría describirla como la niña que acabo de ver tocar la flor, pero es mucho más grande. Creo que el tiempo cambia en cuestiones de segundo.
Al mirar hacia las altas montañas, admire una tarde poco soleada con una fuerte brisa que se hace presente con silbidos que van y vienen. La joven se encuentra en la finca llamada el Mazo, disfrutando de toda la hermosura de la naturaleza, comiendo miel de abeja recién sacada del panal; siempre. Junto a su padre Jesús, la Note colaboradora con sus padres, creo que, desde muy pequeña, trabaja sin descanso hacia la labor de un hombre. En eso ella observa sus tiernas manos y puedo ver señales de callosidades que ya vienen brotando. En ese momento, escuché a su madre mandarla a buscar un saco de verduras para la cena del día siguiente; y debe ir a la casa de su abuela Barbara que vive en otra localidad un poco lejos de la finca. Observé salir a la joven en su burro a hacer el mandado que su madre la ha enviado, y yo decido seguirla; luego de varias horas de camino, llega a casa de su abuela y la recibe, comienzan a conversar, le ofrece comida. - Trato de no acercarme mucho, para que no me vea.
No obstante, cae la Noche y como la Luna está Clara, la joven como de 12 años, se confía que aún es temprano. Al despedirse de su abuela, no se da cuenta de que ya es muy tarde y sale de regreso. Al ir medio camino rodeado de las montañas, escucha ruidos extraños de diferentes animales, está sola y asustada, cree que una bestia como el Tigre que rodeaba esas montañas aparecerá para hacerle daño. Va lo más lento que puede, para no hacer sentir sus pasos con su burro. Llegaba a su casa amaneciendo, sin saber lo que le esperaba, su Madre era una persona muy estricta con un carácter fuerte. Y sólo esperó que bajará del Burro y sin esperar una explicación del por qué se le hizo tarde, procede a darle un castigo. Su querido padre, quién observa, intenta salvarla, pero también recibe golpe por parte de su madre, su papá la lleva a su habitación y coloca mentol en las marcas que dejó la correa en su piel.
No sé por qué, pero, sentí rabia y dolor al verla, entendí que esto que estaba sucediendo, algo tenía que ver conmigo y quise ayudarla, pero, una fuerte brisa fría entra por las ventanas y produce un sonido extraño como el de unas bisagras. Corrí hacia la ventana y ahí estaba la silueta de un hombre parado frente a la casa. No logré detallarlo bien, solo llamó mi atención cómo vestía, con una túnica color blanco y sobre su cintura, llevaba amarrada una larga cinta color gris y azul que cae luego de un nudo, pies descalzos que no pisan la tierra en su totalidad, tenía marcas en sus pies y manos que aún sangran, lucía su rostro resplandeciente, con una pequeña barba y unos grandes ojos que iluminan mi vista en medio de la oscuridad.
- ¿Quién eres... ¿Por qué me trajiste aquí, ¿dónde estoy? -Pregunté, mientras mi corazón parece salir por mi boca.
Y respondió algo que no logré entender, semejante a la caída de un gran trueno.
Volteó hacia la habitación y ya la joven está dormida; su padre la arropa muy bien para que los Chipos no piquen su piel, esa plaga predominaba en el ambiente en esos años y eran los causantes de la enfermedad, Mal de Chagas. Al quedarse dormida, le susurra al oído -Duerme, mi hermosa Rosa, pronto todo esto será parte de un recuerdo... ¡No olvides aprender a perdonar! - Y se levantó, apagó la vela que iluminaba la habitación y salió caminando lentamente con su mirada hacia el piso y sus brazos cruzados hacia atrás. De repente, se detiene casi al cruzar la puerta y lentamente voltea su mirada profunda y triste hacia mí, y me dijo:
_Te llamas Jesús como yo. _ Al observar y escuchar su voz, el miedo, como siempre, invadió todo mi cuerpo. No pude ni contestar: ¿Cómo es que pudo verme? Las palabras se traban en mi boca y siguió diciendo: -No siempre estaré para ella, la cuidarás y amaras tanto como yo, -y dirigió su mirada hacia la vieja cama donde dormía la joven, y murmuró casi en silencio. -Ella estará bien, es tan fuerte como un roble, sigue tranquilo, -me dijo-. ¡Creo que ya es hora de que despiertes, hijo...!
Y abrí mis ojos.
Escuché la voz de mi abuela. - ¡" Jesús hijo despierta ¡"... Qué te pasa, Jesús, creo que hablabas dormido. Eran justo las 3:33 pm. De la madrugada de aquella noche. Cuando me calmé, le dije: -No es nada, abuela, sólo una más de mis pesadillas... Volvamos a intentar dormir. Ella se arropa nuevamente y se queda dormida mientras me siento en la cama y susurre en silencio.
... ¡Eres tú...!
Con la mirada fija hacia el techo de mi habitación, no hice más que dibujar en mi rostro, una pequeña y sutil sonrisa. Escuché la brisa tocar el techo de la casa, y entrar por la ventana que estaba entreabierta y con ella la presencia de una hermosa mariposa. El viento fresco, recorre la habitación y deja caer hojas secas del Gran Guardián sobre las sábanas y el piso. La mariposa y el viento, así de rápido como entraron, salieron por la ventana, dejando su olor a tierra mojada.
Esa brisa fresca, en compañía de una radiante y extraordinaria mariposa, Continúa su camino hacia Una larga cordillera, atraviesa ríos y quebradas de agua dulce, las hojas secas, los pétalos de rosas y flores del campo se dejan llevar por la suave corriente, los pájaros cantan desde diferentes partes de la hermosa geografía, el aire huele a tierra mojada y los lirios visten de blanco la sábana. La hierba verde que envuelve las montañas es la protagonista, sigue la polilla su camino cruzando caudales y frondosos paisajes que se esconden en la lejanía de una vegetación boscosa, y desde lejos se observa un gran resplandor, ella se acerca más y más cada minuto que pasa y ahí está, en una pequeña loma, rodeada de mariposas azules y amarillo tornasol.
La hermosa flor de Lima despertó, y luce sus grandes pétalos abiertos. La mariposa se posó justo en medio de sus grandes pétalos abiertos y de inmediato de un sorbo la atrapó.
¡La batalla entre las fuerzas espirituales continúa y se agudiza, dejando un sólo mensaje, que ya está cerca su regreso...!
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