Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 9: Bello atardecer

La carretera parecía un camino sobre las nubes, el sol brillaba tanto que el mar que se veía a lado del auto lanzaba rayos de su reflejo. La brisa marítima era un oxígeno tan pesado y ligero. Gaviotas paseaban por aquí y por allá.

Ella seguia mirando la vista, y el atardecer caía.

Cuando conoces a alguien todo se vuelve un misterio o aventura, que muchas veces dejamos sin conclusión o incluso sin iniciar. Todo gira muy rápido, las emociones se disuelven, los sentimientos cambian y se manifiestan, un desconocido puede ser tu mejor amigo. Esto va igual que el amor, es como un mar tan bello y despiadado. Simplemente perfecto.

Ya habían transcurrido semanas desde que conocí a Miriam y aún así no la entendía muy bien, no hablaba con ella todo el tiempo, ni siquiera tenía su número de teléfono, era tan cercano a ella y tan desconocido a la vez. Pero algo me hacía querer estar ahí, por ejemplo el ahora. Ella seguia perdida mirando fuera de la ventana y yo seguía anonado pensando.

- ¿Quien es Sheila? -. Miriam no movió su mirada de la ventana, parecía algo bastante espontáneo.

- ¿Shaila? ¿A qué te refieres? -. Su pregunta me era confusa. ¿A qué venía eso? No recuerdo haberle hablado sobre ella o algo parecido.

- La mujer con la que trabajabas en tu antiguo trabajo. ¿Quien es ella? -. Volvió a insistir pero está vez su mirada poso en mi.

- Ohhh, bueno, ella era una compañera y amiga de mi antiguo trabajo -. Aclare.

- Eso ya lo se, me refiero a que relación tienes con ella fuera de lo laboral, que tiene que ver contigo, a eso me refiero -. Declaró intrigada,

- Ah. Pues solo la conocía por trabajo, nunca tuve una relación mas íntima que llevará a más allá de lo profesional, solo la veía en la oficina pero solo eso. ¿Por qué lo preguntas? ¿La conoces? -. Me sentía intrigado por sus preguntas y las razones de ellas.

- Entiendo... Es solo que hace unos días me tope con ella en una cafetería de casualidad, al verme se dirigió a mi y se presento como tú amiga y demas, pero no dejaba de insistir en el hecho de que tú eras muy importante para ella y lo mucho que te estimaba y cosas así, no entendí porque hacia eso -. Soltó bastante cansada y frustrada.

-Ademas preguntaba acerca de que hacía contigo, o el porque yo estaba contigo, pero me molestaba de que no dejara de preguntar de que habías hecho por mi y lo comparara con actitudes tuyas hacia ella. ¡No me dejaba ni siquiera respirar, ni siquiera se como me conoce! - Miriam hacía muecas durante su discurso o expresiones que me causaban risa.

No pude evitar soltar una carcajada por las caras que hacía, eran demasiado raras y graciosas, sus ojos se entre cerraban juzgandome, era imposible.

Le dedique una pequeña sonrisa en forma de son de paz mientras dirigía mi vista al frente y mis pensamientos en qué responderle, ella solo se quedó esperando una respuesta.

- Ni la menor idea -. Así de sencillo soy.

- ¡Ay por Dios Ethan! ¡No seas idiota! Cómo me vas responder así de simple, tu novia loca me bombardeo de sus estupideces de no se que y peor me va a ir si se llegase a enterar que ahora estoy en un viaje con su novio que se puso de berrinches -. Santo golpe me dió en el hombro la mujer del mal esa.

- ¡Cálmate! ¡En primera, ella no es mi novia! ¡Segundo, a ella que le importa si salgo contigo o no! Y a ti menos, no debería porque molestarte -. Culmine bastante feliz con mi bella respuesta pero la cara de Miriam no decía lo mismo.

- ¡No me molesta ella, me molesta lo que dice! ¡Para todo tiene una anécdota que decir! "Ay cariño, aún recuerdo cuando Ethan me ató las agujetas" ¡A mí que mierda me importa si andabas de perro faldero detrás de ella! ¡Me harta!-. Cuando vio mi carita de niño regañado se empezó a disculpar.

- Antes que nada, yo no andaba de perro faldero, a la única que ando de perro faldero, rogando por atención es a ti y todavía que te hago berrinches me manda pero bien lejos. Deberías de valorar más mis actitudes hacia ti, pendeja -. Susurré lo último, pero mentira no era, a la única mujer en la que me había humillado tanto era ella. Osea le tuve que hacer berrinche para que viniera conmigo y todavía se queja.

- ¡Si pero no de manera romántica! Aunque he de admitir que en eso sí le vengo ganando, así que con eso estoy satisfecha. Tu y yo tenemos un trato, y es la razón de todo, pero a ella nomás de pura gana te le andabas babeando -. Ahora sinceramente ya no entendía en fin de la conversación o que estábamos peleando realmente.

Opte por mejor quedarme callado, aunque su mirada no fuera de ayuda, termine explicándole la diferencia entre ella y Sheila. A Miriam le dedico todo lo que puedo ofrecer porque ese es mi querer y mi objetivo, a Sheila lo hacía por simple educación y moral, no había ninguna razón en particular, jamás sentí atracción hacia ella, era muy linda pero a veces tenía una personalidad explosiva.

A Miriam tampoco la veo como un potencial amoroso, simplemente la veo como Miriam, la chica loca del puente.
Después de un rato entendí lo que quería Miriam, estaba molesta no por el hecho de las cosas que hacía o hice, si no del porque las hacía, sentía que lo que sacrificaba por ella era por un simple trato no porque yo quisiera y lo que hacía con Sheila era porque yo lo quería. Solo que simplemente no sabía cómo decirmelo sin que sonara raro.

Horas más tarde


El viaje en carretera fue bastante tranquilo a pesar de la discusión al inicio, después de ello Miriam prefirió manejar y dejarme dormir porque según ella no quería morir a causa de mi sueño.

- Ethan...-. Bueno, o me mata o me agradece.

- ¿Que hacemos en la playa? -.

- Más bien es un acantilado no muy alto, bueno, y una colina en la parte izquierda de este, que tiene por final en el costado izquierdo unas escaleras que llevan a la playa, y más allá a la izquierda está la cabaña -. Explique felizmente

- Ah -.

- Rente todo el espacio así que puedes hacer lo que quieras -.

- ¡Rentaste que! -.

No pude contestar porque la cara que hizo me dió gracia y me empezó a reír, ya después me calme por el golpe en el estómago.

- Deja ver si te entiendo, rentaste todo el lugar. Solo por unos días en lo que estamos aquí, porque resulta que tú sorpresa es de varios días y requeria de esto -.

- ¡Exactamente! Que me hubiera ido de la mierda en mi antiguo trabajo no quiere decir que no tenga dinero, me trataban mal pero el bello dinero me hacía quedarme, lo necesitaba -. Sonreí efusivo.

Después de aquello nos quedamos en silencio durante un rato en el acantilado mientras caía la noche.

- Mira la caída del sol...-. Señale la vista en nuestro frente. Solté un suspiro al verla tan tranquila y perdida en sus pensamientos.

- Miriam, tal vez soy una persona bastante rara y cambiante de tema, pero es solo que no me gustan las rutinas, y verte vivir una vida basada en ello es frustración pura. Así que así como se ve de hermoso el cielo está noche, así de hermosa haré ser tu vida, hacer eso es mi alegría, mejorar tu vida de la nada se volvió mi razón de ser -. Me rei un poco por el como cambie de tema tan simple o la enredaba en emociones.

Era raro.

Si pudiera ver a los angeles, juraría que lo que estaba viendo en ese instante era el más hermoso del cielo, sus lágrimas parecían cristales cayendo por sus mejillas, sus ojos llorosos se cristalizaban mientras si no sabía si sonreír o dejarse caer en la tristeza.

No era la misma de antes, hace unos meses se veía tan apagada y simple. Ahora su cabello castaño estába un poco más corto, hasta casi llegando a los hombros, se movía por la brisa marítima. Sus labios rosas de manera natural se apretaban intentando no soltar algún ruido sobre el llanto, sus ojos estaban hechos agua. Su tez blanca debido al poco contacto con el sol la hacía ver tan bella como un angel.

Mi pequeño ángel.

- Miriam -. Su mirada poso en mi.

- Te lo prometo mi pequeño ángel -. Alze mi dedo meñique.

Terminada esa frase, sentí su cuerpo contra el mio, mojando mi camisa con sus lágrimas y arrugando las mangas por sus puños que las tomaban. Pero después sus brazos se abrazaron a mi torso. Era como una niña pequeña buscando refugio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro