Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2: Metanoia

Libro: Metanoia

Autora: CarolinaSR_5 

Género: Juvenil/Misterio

Descripción: Gretchen vive rodeada de mentiras y secretos que se desencadenaran años después de la muerte de sus padres, cuando al fin eran felices y vivían en una buena cotidianidad su hermano y ella pero ahora todo saldrá a la luz poniendo a todo aquel que se cruce en el camino de quienes desean una venganza en peligro.


5 de abril de 2021

Pestañeo un par de veces intentando acostumbrarme a la luz del lugar, que resulta bastante complicado ya que de sentir como si mil flashes me cegaran pasó a un espacio con luz baja como si los focos estuvieran en sus últimas. Cuando ya puedo enfocar correctamente y estoy segura de que si doy un paso no me iré de cara al suelo miro a mi alrededor.

Estoy en una especie de gimnasio, la luz crea un ambiente cómodo para entrenar, no es calurosa ni cegadora, está en el punto justo. Un golpe seguido de un grito ahogado resuena por todo el lugar sacándome de mis pensamientos y no tardo en encontrar a la culpable, abro los ojos sorprendida y emocionada cuando reconozco de quien se trata.

Joder, son Gretchen y Damon, no podría ser nadie más, la personalidad burbujeante de Gretchen a pesar del claro cansancio y la sombría, pero burlona de Damon son imposibles de confundir.

Los miro impresionada en medio de mi shock acercándome sigilosa hasta quedar escondida detrás de una pila de colchonetas para poder observarlos más de cerca.

Damon es más imponente y atractivo de lo que me imagine, tiene un despeinado cabello negro a penas largo para pasar sus dedos por sus hebras, sus ojos azules destellan divertidos al ver a Gretchen quejarse agarrando su puño como si se le fuera a caer luego de golpear un saco de boxeo.

Mientras que Gretchen desprende un aura simplemente atrayente, no sabría definirlo, su cabello está agarrado en un par de trenzas que le recorren desde el inicio del cuero cabelludo hasta la mitad de la espalda, aunque ahora se encuentran un poco desbaratadas. En un momento voltea hacia mí aunque sigo siendo ajena a ella y puedo observar sus mejillas sonrojadas por el ejercicio y unos bonitos ojos que parecen grises...o quizá más bien son azules.

—Carajo, me dijiste que sin guantes no dolía estúpido intento de instructor. —Se queja lloriqueando un poco.

—Yo como iba a saber que el primer golpe que soltarías con fuerza sería esta. —rueda los ojos—. Además, no te pusiste el vendaje que te ordené, aunque lleves guantes debes protegerte, inconsciente.

Jala de su mano revisándola con el ceño fruncido y aunque los dos destilan ganas de empujar al otro y salir por donde llegaron una sonrisita se forma en mi rostro sin poder evitarlo, una parte enorme de mi los shippea desde que se vieron por primera vez en una fiesta con una Gretchen borracha y un Damon metido en un traje para pasar desapercibido.

La borracha boca floja y el ninja.

Suelto una risita ante el pensamiento, pero antes de poder siquiera caer en cuenta que revele que estaba ahí ya me encuentro contra el suelo con Damon inmovilizándome, maldita sea ya sé lo que sintió Luck cuando conoció a este tipo.

—¿Quién eres y qué haces aquí? —pregunta soltándome a regañadientes luego de que Gretchen llegara a nuestro lado y le gritara que es un cavernícola, que me hacía daño.

—Seguro solo no la habías visto, hasta yo que llevo semanas por aquí sé que hay una cantidad ridículamente gigante de espías, es imposible conocer a todos así seas el hijo del jefe de todo. —Lo riñe y tras bufar me suelta dejándome levantarme, pero aun así se queda parado frente a mí advirtiéndome en un murmuro que al primer movimiento en falso...bueno, seguro acabo inconsciente.

—Que no somos espías, Gretchen, joder ya suéltalo.

—No me apetece.

Los dos se enfrascan en una pelea olvidándose de mí y me permito seguir mirando a mí alrededor enredando en mi dedo de manera nerviosa un mechón de mi corto cabello pelirrojo. Sí que es cansado fingir tranquilidad cuando en realidad estoy dando saltitos emocionada por dentro por tenerlos en frente, dos personajes que tanto adoro, en carne y hueso, ¿podría pedir algo mejor que poder meterme en libros? No lo creo.

De pronto el silencio me pilla desprevenida y volteo lentamente hacia los dos que ahora me miran atentamente esperando a que contestara algo, pero en medio de la emoción de verlos y la sorpresa por la extraña bienvenida a su mundo, no recordaba que me habían dicho.

—¿Sigues ahí? —Gretchen me mira ladeando un poco su cabeza con una sonrisa amable en su rostro.

—Oh sí, perdón es que... —comienzo a rememorar lo que ha pasado hasta este momento y es cuando recuerdo lo que me preguntó Damon—. ¿Qué tal? Me llamo Nyx, Nyx Walker, vengo de parte de... ah... —¿cómo es que se apellidaba?—. El señor, ¿West? Disculpa soy nueva por aquí, vengo de un...cuartel en Londres quizá por eso no les sueno.

—¿En serio eres de Londres? Que emoción, yo crecí ahí hasta que... —Se interrumpe sola incapaz de decir lo que ya se, hasta que perdió a sus padres—. Bueno, por los trece me vine a Nueva York. No sabes cuánto deseo volver a mi pueblo natal, saber que fue de mis amigos, si sigue vendiendo esas escalofriantes muñecas de porcelanas aquella mujer en frente de mi instituto antiguo, o la heladería del señor Jamie. —entrelaza su brazo con el mío hablándome emocionada de sus lugares favoritos olvidando el interrogatorio que me hacía Damon.

Una sonrisa de agradecimiento se forma en mis labios y miro atenta a Gretchen, sus ojos brillan con nostalgia y felicidad, oh las ganas que tengo de abrazarla y decirle que todo irá bien, que debería sonreír así cada día y no fingirla hasta quedar sola y caer en aquellos recuerdos que la atormentan en sueños e ignora despierta.

—Calla pesada, la vas a marear, además aún no sabemos quién es, ¿cómo sabes que no es una infiltrada de los Lébedev? No seas tan confiada. —La riñe alejándome de ella.

Si claro, finge que no te importa chico duro, si yo sé que te agrada desde que comenzaste a hacerle de guardaespaldas, mi sexto sentido de lectora no me miente.

—Mira, soy inofensiva, no quiero hacerle daño a nadie, solo me mandaron a entrenar con Gretchen ya que tú debes irte, el señor West te llama, creo que te quiere asignar una misión de campo o algo así. —Me invento fingiendo la más seguridad que soy capaz y aunque parece no terminar de convencerlo me dedica una mirada amenazante más dándose media vuelta.

—No bajes la guardia, cachorrito, esta vez practica con ella como si fuera el saco de boxeo si intenta dañarte, es casi del tamaño de uno, no te costara. —Le dice sin dejar de caminar y Gretchen bufa sacándole el dedo del medio sin que él se dé cuenta mientras yo rio bajito, pues claro, si me comparas con él o incluso Gretchen soy un minion.

Cuando al fin sale dejando que se azote la puerta detrás de él, Gretchen vuelve a enganchar su brazo con el mío guiándome con confianza hacia el saco donde estaban practicando antes de que interrumpiera.

—Discúlpalo, tiene un carácter de eterna amargura y una capacidad de dar apodos que da pena, lo conozco de hace nada y apenas le estoy tomando maña a manejar su forma de ser. Me gustaría decirte que no fue a propósito lo de ser grosero y duro cuando te tiró al suelo y te dijo enana, pero estoy casi segura que solo lo hizo por intimidar o algo así. —Lo intenta defender, creo, colocándose unas vendas alrededor de los nudillos y encima se pone los guantes.

—No te preocupes, estoy acostumbrada a tipos así. —no es el primer tipo que leo, bueno ahora que conozco con carácter un poco de la patada, pero conociendo parte de su historia solo me inspira abrazarlo—. Ahora golpea esto tan fuerte como cuando los interrumpí.

Me sonríe y comienza a soltar un par de golpes casi tan fuertes como el que le lastimó un poco la mano, comenzamos a hablar de nuevo de Londres y me tengo que inventar una tontería por la cual no tengo ningún acento, después de todo ahora estamos en Nueva York, mi ciudad de siempre, solo sé por libros y películas como es estar allí, así que me cuesta convencerla de que en verdad acabo de llegar de un cuartel en Londres que solo supongo que existe.

No sé en cuanto tiempo volverá Damon, en cuanto se dé cuenta de que fue todo mentira sé que no dudará en venir aquí y arruinar mi oportunidad de hablar con Gretchen así que en cuanto encuentro la posibilidad desvío la conversación hacia su vida de ahora hasta que percibo como su ánimo decae por más que lo intenta ocultar.

—Ey, ¿estás bien? —Le cuestiono y ella deja de golpear el saco titubeando en si decir algo o fingir que no pasó—. Sé que nos acabamos de conocer y no soy nadie para decírtelo, pero soy buena leyendo a la gente. —rio por mi imperceptible juego de palabras, después de todo sí que la he leído a ella e irónicamente se me da de la patada leer a la gente, si no supiera el contexto no me habría dado cuenta—. Y no sé qué te sucedió, pero se nota que te está acabando, luces cansada y no precisamente por hacer ejercicio.

Suspira pestañeando repetidas veces mirando hacia el techo y cuando parece relajarse me dirige una sonrisa triste.

— ¿Tanto se nota?

—Un poco sí y de una persona que le encanta salir de su vida cotidiana a base de gastar su dinero en libros para devorarlos en una sentada, te digo que no funciona huir de los problemas, por más que duelan es necesario hacerles frente, hablarlos, no es sano guardártelo. —Me acerco un paso acariciando su brazo intentando hacerla sentir mejor.

—Lo sé, pero es que estos...problemas son más grandes y malditamente dolorosos de lo que te puedes imaginar, son una película de terror cada que cierro los ojos. —a pesar de que pestañeé repetidas veces intentando contenerlas, una lagrima traicionera se resbala por su mejilla.

—Estoy segura que si lo hablas con algún psicólogo estos podrían ser más bien como un mal sueño que no te dañe más, podrían enseñarte a pasar de capítulo y vivir con ello o algo por lo parecido. Además, si el caso es que te sientes débil por ir con profesionales, déjalo, a todos nos viene bien sean grandes o pequeños los problemas.

—Supongo, pero solo el pensar en...en tener que revivir todo para contarlo —respira hondo sentándose—, solo de pensarlo se me hace un nudo en el estómago. El problema no es el ir al psicólogo, soy yo intentando hacerme la dura. —suelta una risa sin fuerzas.

Me quedo callada un momento hasta sentarme a su lado aun pensando que más decirle y con toda la vergüenza del mundo me aclaro la garganta agarrando valor.

—Igual me paso demasiado de confianzuda, pero, ¿podría abrazarte? Igual y no sé, sirve de algo. —suelto una risa nerviosa esperando alguna negativa y que se cierre ante mí.

Si ahora puedo entrar en los libros, aunque no sé si sirva de algo lo que hago mientras estoy aquí me gustaría ayudar en algo, hacer aquello que me moría por hacer mientras los leía, pero no había podido, hasta ahora.

—No sabes como de bien me vendría. —susurra recargando su cabeza en mi hombro.

Sonrío y la abrazo, ojalá tuviera la oportunidad de también abrazar a Damon, también necesita uno, necesito decirle que él no tiene ninguna culpa, que todo va más allá de él o de Gretchen, Luck, Matt o incluso Jen, esto es solo un montón de venganzas pagadas con quienes no debían, vaya, muchas personas necesitan un abrazo, ojalá pudiera quedarme aquí más tiempo.

—Bueno ya, demasiados sentimientos, no eres precisamente mi terapeuta, ni siquiera mi hermano sabe de...bueno todo esto, solo superficialmente, piensan que me encuentro bien así que te agradecería si no le dices a nadie que esta conversación pasó. —Se aclara la garganta limpiándose el rostro de las lágrimas y se levanta soltándose de mi abrazo con un intento de sonrisa, pero es tan tensa que parece más una mueca.

—Solo si prometes intentar hablarlo con alguien que pueda hacer más que una desconocida que seguro no volverás a ver. —Le pido aceptando la ayuda que me ofrece para levantarme.

—Prometo considerarlo, solo necesito tiempo, ¿trato? —Me ofrece la mano cuando ya estoy de pie frente a ella bajando un poco la cabeza para mirarme a los ojos.

—Claro. —Se la estrecho.

—Sonara raro, pero me caíste bien en los últimos minutos desde que nos conocimos, ¿te gustaría salir a tomar un batido conmigo? Me vendría bien una amiga que conozca esta parte de mi mundo. —vuelve a su rostro la sonrisa reluciente y dulce de antes.

Qué más quisiera yo, amaría ser tu amiga —pienso para mis adentros.

—Me gustaría, pero no puedo, no estoy segura de sí poder volver por aquí.

—Oh, pues si lo haces ya sabes dónde encontrarme, si no, pregunta por mí. Me llamo Gretchen por cierto, Gretchen Brown, creo que no me había presentado.

—Un gusto, bueno creo que ya me voy, digamos que no quiero encontrarme con el grandote, no parece que le agrade. —las dos reímos y tras despedirme con un movimiento de cabeza camino hasta la puerta que azotó hace un rato Damon.

Salgo del gimnasio soltando un suspiro lastimero, me gustaría quedarme más tiempo aquí pero sinceramente todos los problemas se salen mucho de mis manos, solo soy una inofensiva neoyorquina del aburrido mundo real, el tema de venganzas y acción no me va ni con toda la magia del universo, leerlo me encanta, pero no sobreviviría ni una semana por aquí fingiendo ser una espía como nombra Gretchen a la gente que trabaja aquí.

Pero bueno, ya viene siendo momento de volver a casa y meterme en la siguiente historia. 


Tú también puedes participar preguntando al dm de waattpaadayuudaa en Instagram.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro