Podía escuchar sonidos extraños en la sala, y sin embargo, no podía pedirse a sí mismo levantarse para ir a ver lo que ocurría, todo su cuerpo se sentía pesado, y el dolor de cabeza no parecía abandonarlo desde la madrugada, según el reloj de su mesa de noche eran las ocho de la mañana y había dormido apenas cuatro horas de manera intermitente, sus ojos ardían y se concentraba en cualquier pequeña cosa dentro de su habitación para no pensar en los sucesos de la noche anterior y parte de la madruga, ni siquiera quería comenzar a imaginar todas las consecuencias que acarrearía. No, era mejor simplemente flotar entre los analgésicos y pensamientos idiotas como que esa mancha de humedad en el techo tenía una extraña forma de brócoli.

Pero desde luego las cosas nunca iban como él las deseaba, por que poco después su madre dio unos pequeños golpecitos en la puerta y pidió que bajara a desayunar, era probablemente la primera vez que oía aquel tono demandante de ella, incluso ésa madrugada se había sorprendido de todo lo que le dijo a Aizawa, debió estar realmente enojada y preocupada, y él no quería enfrentarse a éso dirigido a él, por lo que de mala gana se levantó, fue hacia el baño dónde cepilló sus dientes y se lavó el rostro antes de ir bajando lentamente hacia la cocina, donde notó que no sólo su madre lo esperaba.

Allí, en medio de la sala estaban Todoroki, Aoyama y Bakugou, y sin poder evitarlo, lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas mientras avanzaba hacía ellos. 

-Yo...- comenzó entre lágrimas, pero Aoyama sólo negó con la cabeza antes de abrazarlo.

-Siempre creímos en ti- le dijo el rubio, Izuku sólo pudo esconderse en el hombro de su compañero mientras sentía que Todoroki le daba unas pequeñas palmaditas en la cabeza.

-Sabíamos que no eras el traidor, Deku, solo un maldito idiota lo creería- ésta vez habló Katsuki, desde una distancia prudencial, igual de grosero que siempre pero sin su habitual mordisco. El peliverde sólo pudo medio reír dentro del abrazo,  apretandose más a su compañero antes de separarse por completo.

-Gracias chicos- mencionó por lo bajo -Gracias por confiar en mí- ¿y no era éso absolutamente deprimente? ¿Que su rival y amigo de la infancia, un amigo no tan cercano y el chico que salvó de sí mismo fueran los únicos que le creían?

-Chicos a desayunar- volvió a llamar Inko, interrumpiendo la pesada conversación, deshaciendo la tensión que llenaba la sala con sólo esas pocas palabras.

El desayuno no fue tan silencioso como el peliverde había esperado, Inko intentaba sacarle algunas anécdotas a cada uno de los compañeros de sus hijos y cada uno contó como Izuku lo había salvado de alguna manera, él portador del One for All se sintió sumamente incómodo al escuchar todos ésos halagos, pero aún así sintió algo cálido en su pecho al oírlos hablar así de él, e incluso Katsuki pudo decir alguna que otra cosa buena de él, como que había mejorado su lucha o que, a pesar de siempre meterse en problemas siempre lograba lo que se proponía. 

-Es malditamente molesto- había dicho tomando un sorbo de su sopa miso  -Pero es tan terco, se parece mucho a ti, tía- la mujer se sonrojó tanto como su hijo.

El desayuno pasó tranquilamente y una vez terminado, Inko los echó de la cocina y los cuatro adolecentes fueron hacía la habitación de Izuku dónde cada uno tomó un lugar para sentarse, el peliverde quedó en su cama con Aoyama muy cerca de él, Todoroki se sentó en un pequeño cojín frente a ellos y Bakugou ocupó el asiento frente a el escritorio.

-La tía dijo que cambiarás de salón, y que si éso no funciona, irás a estudios generales- sorpresivamente fue Bakugou quien habló primero, y, aunque aún no pudiera cruzar miradas con Deku, permaneció firme frente a él. Su rostro se veía confuso, pero también decidido, más cerca de él, Todoroki le dio tres suaves palmaditas en las rodillas en aliento para que continuara.

-Escucha Deku...- la voz del rubio explosivos era sorprendentemente suave -Sabemos que no eres el traidor, estamos... ni siquiera podemos imaginar cómo te sientes- se escuchó un suspiro proveniente de Izuku y Todoroki interrumpió a Bakugo. 

-Solo queremos que sepas que puedes contar con nosotros siempre- habló con tranquilidad el chico de ojos bicolores. 

-Siempre serás nuestro amigo, no importa si ya no estás en el curso de héroe o en otra clase- terminó Aoyama, dando un pequeño apretón a las manos del chico de pelo verde.

Entonces Bakugou se levantó, acercó la silla dónde se sentaba un poco más a la cama y volvió a tomar asiento, sus codos sobre sus muslos y la cabeza hacía abajo, Izuku miró detenidamente al rubio, que no dejaba de actuar extrañamente. La respiración del adolecente era algo errática sin embargo continuó mirando al suelo.

-Escucha I-Izuku- dio otro suspiro antes de morder con fuerza sus labios y levantar la mirada -Probablemente sea responsable de lo mucho que te pasa ahora, fui... una mierda contigo cuando éramos niños- el peliverde mirada asombrado a Bakugou, nunca antes había hablado sobre éso y una pequeña parte de él se alegraba de recibir ésa especie de disculpa -Era un idiota arrogante y sé que no debería ser capaz de pedirte nada, no tengo absolutamente ningún derecho a hacerlo pero, eres un Héroe- las palabras golpearon Izuku con fuerza antes de que las lágrimas comenzaran a caer por sus mejillas.

- Fuiste mi mejor amigo cuando éramos niños y ahora eres mi compañero, no importa que vayas a otra clase, o a otra maldita escuela, éso no cambiará- miró con con algo de aprehensión al muchacho de cabellos verdes -Yo sólo... no dejes que nos convirtamos en éso- murmuró por lo bajo - No dejes que nos convirtamos en unos traidores, capaces de entregar a cualquiera sólo por evidencia circunstancial en mejor de los casos... no dejes que sobrepasemos la ley sólo por ser héroes-

-Kacchan...- un lloroso Izuku se acercó un poco más al borde de la cama, para observar mejor al rubio -¿Por qué me pides todo ésto?-

-Recuerdas lo que dijo una vez All Might sobre los héroes, fue una entrevista que dio para un programa americano- interrumpió el rubio explosivo -Hablaba sólo que hacía de un héroe un héroe-

-Lo recuerdo- murmuró Izuku, sobre todo por qué esas mismas palabras le fueron dichas cuando Toshinori le pidió ser su sucesor.

-Creo que eres el único, sino uno de los pocos quiénes cuentan con ésas características, todos en ésta habitación queremos ayudar a los demás pero, quien nos ayudará a nosotros eres tú- había una convicción poco vista en sus palabras e Izuku, habiendo conocido hace años al adolecentes, sabía que decía la verdad, que estaba avergonzado pero que lo que le había sucedido no sólo lo marcó a él, sino que también había dejado profundas heridas en éstas personas que estaban ahora allí para él, por qué si no Kacchan se veía tan desolado, por qué si no Todoroki se veía desorientado y tan triste, por qué sino, Aoyama se veía tan enojado.