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Realmente no pensé qué pasaría luego de llegar a Londres. Creo que pedí el boleto por mero instinto, porque aquí no tengo ningún contacto o alguna persona que me brinde techo, tampoco sé qué debería de hacer aquí. Por suerte no estoy sola.
Grimmjow si tiene gente aquí, el bastardo con suerte ya consiguió un lugar súper cómodo y ya planeó lo que haremos el resto de la semana. Porque por mucho que yo me aya querido escapar y ahora estemos "bien", él debe volver a la empresa y yo debo arreglar las cosas con mi padre.
No quiero volver, pero yo ya tengo mi vida y amigos en Karakura. No puedo simplemente dejar todo atrás, tengo que ponerle ovarios a la situación y salir de esto.
--___, tu amiga te está llamando-- escucho la voz de Grimmjow a mi lado.
Miro la pequeña mesa enfrente mío y efectivamente mi mujer me está llamando.
--Mujer de mi al.
--¡¡¡¿Dónde mierda estás?!!!-- me interrumpe el grito enojado de Kurichi.
--Yo también te extrañé por cierto, en Londres.
--¡Londres! Me cago en tu alocada mente ___, ¿Se puede saber que haces allí?.
--Si, bueno , veras.
Me pasé toda la tarde contando lo sucedido a Kurichi. Ella al principio gritaba enojada e insultaba a Grimmjow, pero al final terminó por estar de acuerdo con lo que hizo. Me obligó a prometer que regresaría lo más rápido posible y que había algo que tenía que contarme. No me dijo nada más ya que simplemente cortó.
--Bien, vamos a dar un paseo nena, conozco un lugar hermoso solo para nosotros-- escucho un susurro en mi oído.
Me río y empujo a Grimmjow lejos al sentir un cosquilleo, recibiendo una mirada amargada.
--Lo lamento, pero sabes que me haces cosquillas.
--Si, si, anda vamos, ponte bella para mí.
--No pidas mucho.
Me levanto del cómodo sillón de cuero negro y camino por un pasillo hasta llegar al cuarto. A pesar de ser tan solo el segundo día en Londres, Grimmjow ya me compró bastante ropa, y eso que me negué todo el tiempo, lo malo es que sabe la talla de mi cuerpo. Incluso de la ropa interior.
--Bienvenido señor Grimmjow, señorita-- dice un hombre con traje elegante apenas entramos a un restaurante.
Le dije, incluso le rogué, que no me trajera a algo como ésto y el muy maldito hizo oídos sordos.
El hombre nos guía por entre las mesas con gente de vestimenta elegante y nos deja en una mesa bastante apartada de los demás. Apenas me siento cubro mi cara con el menú de comida ya que todo el mundo me está mirando.
En todo el día tuve ropa común, sospeché algo en cuanto Grimmjow entró en una tienda de vestidos, para ese entonces ya era de noche, y me compró uno rosa que llega tres o cuatro dedos más arriba de mi rodilla. El vestido es bien bonito, espalda descubierta, un escote que resalta mis pechos y es con manga larga, de los que me gustan. Pero aún así siento que no encajo en este mundo de ricos.
--No te cubras, te miran con deseo y con envidia, eres hermosa.
--Ya calla Grimmjow, me haces sentir más vergüenza-- digo encogiéndome aún más en mi lugar.
Él se ríe y yo bajo un poco el cartel de mi cara para observar que hace. Pasa las páginas del menú y no puedo evitar delinear con mi mirada sus largos y elegantes dedos. Esos dedos que tanto placer me dan en las noches.
--Me estoy yendo del tema-- susurro para mí misma.
--¿Hijo? Hijo, Grimmjow cariño-- escucho una melodiosa voz de mujer a mis espaldas.
--Mierda, ___, nunca te mencioné que mis padres viven en Londres, ¿Verdad?.
--Espera, ¿Qué? ¿Tus padres? Voy a morir-- digo volviendo a taparme con el menú.
--Madre, padre, que sorpresa no muy agradable en estos momentos-- murmura entre dientes lo último, seguramente para él mismo.
--Hay hijo mío pero que guapo te has puesto.
--¿Y esta bella mujer que te acompaña?-- escucho ahora una voz varonil y bien ronca, dios, ahora sé de dónde sacó su voz Grimmjow.
--¿Mujer?-- dice con sorpresa la que sería la madre.
Mierda, mierda, mierda. Yo no estoy aquí, no existo.
--Madre, padre, ella es ___, mi-- y se queda callado.
Sé que me quedó mirando, seguramente por ayuda, ya que siento el típico calor en mi nuca.
--Uhm, soy su pareja-- digo con duda y bajando lentamente el menú, esperando que milagrosamente mi presencia desaparezca.
Mis ojos y boca se abren y me quedo sin palabras al ver a una mujer super bella y joven, acompañada de un guapo hombre. El cabello y ojos de la mujer son de un celeste turquesa oscuro, y sé en ese instante de dónde sacó ese color extraño de cabello Grimmjow.
--Oh demonios, ¿Es acaso inmortal o algo?-- apenas esas palabras salen de mi boca escucho unas gruesas carcajadas de parte del padre de Grimmjow y del mismo, provocando un fuerte ardor en mi cara.
--Oh, claro que no cariño-- dice con una sonrisa tímida y sus mejillas levemente rosadas.
--Pero, pero, usted es muy-- me callo al no saber que decir, es muy bella, pero siento que esa palabra aún así se queda corta.
--Es hermosa, ¿Verdad?.
--Uhm, si así es señor.
--Hijo, me enamoré de tu pareja, es realmente hermosa, y dice lo que piensa-- susurra el hombre en el oído de Grimmjow.
Mi cara vuelve a arder y el hombre me sonríe, pero a los segundos es golpeado por un pequeño bolso en la cara.
--Ignora al neandertal de mi marido querida, ¿Les parece si juntamos las mesas?.
--Si, está bien-- contesta Grimmjow acercándose a mi y tomando mi mano para que me levante de la silla.
El padre de Grimmjow habla con un mesero y enseguida hay dos mesas juntas. Grimmjow y yo nos sentamos juntos y sus padres en frente de nosotros.
--¿Y bien, hace cuánto están juntos?-- pregunta con emoción la mujer.
--Hace, cinco meses/ tres meses-- soltamos al mismo tiempo.
Hago la cuenta con mis dedos y mi cara arde al darme cuenta que Grimmjow tiene razón, hace ya cinco meses que estamos juntos.
--Grimmjow tiene razón.
--No te preocupes cariño, yo tampoco recuerdo hace cuánto estoy con ella, es cosa de ellos el tener tan buena memoria-- suelta el padre de Grimmjow mientras le hace una seña al mesero, seguramente para pedir la comida. --Ya quiero un Roast Beef, y las señoritas-- dice mirándome a mi y a su mujer.
--A nosotros dos traemos un Steak y kidney pie-- suelta Grimmjow al ver que no sabía que demonios pedir.
--Yo quiero lo mismo que él-- dice la madre de Grimmjow señalando a su marido.
--¿Les parece bien un vino para acompañar?.
--Nosotros pediremos cerveza-- dice Grimmjow rodando los ojos.
El mesero anota todo y se va.
--Por cierto, que modales los nuestros, soy Melle, y él es mi marido idiota Geri-- dice la madre de Grimmjow, Melle, señalándose a ambos.
--Mucho gusto, Melle, Geri.
--¿Y qué edad tienes nena?.
Me sorprendo al darme cuenta que Grimmjow sacó esa costumbre del "nena" de su padre, al parecer. Ahora que lo pienso, Grimmjow sacó la belleza de ambas personas frente a mi, la genética es bien pareja en Grimmjow.
--Dieciocho señor.
--Dieciocho, ¡¿Qué?!-- suelta con sorpresa el señor Geri.
--Hay cariño, se llevan la misma edad que nosotros, qué lindo-- dice con ternura Melle.
--Ya, ya dejen de avisarme a mi chica-- dice Grimmjow con enojo mientras pasa un brazo por mis hombros.
--Grimmjow, más te vale cuidar bien esta dama, se nota que vale la pena tener a una mujer como ella de acompañante.
--¿Dama? ¿Dónde está que yo no la veo?-- dice Grimmjow molestándome.
--Ésta en estos momentos abrazándome-- suelto levantando una de mis cejas.
El señor Geri suelta una carcajada y la mujer a su lado se tapa la boca disimulando la pequeña risa que se le escapa.
--Maldita-- dice pellizcando mis mejillas.
--Tu te la buscaste pantera-- digo sacando la lengua.
--Sin duda alguna vale la pena-- murmura con asombro y en tono bromista el señor Geri.
--¿Y cuándo piensan casarse?-- suelta repentinamente la señora Melle.
--¿Casarnos?-- soltamos Grimmjow y yo al mismo tiempo.
--Si, nosotros a su edad ya estábamos casados, además, es hora de que sientes cabeza Grimmjow, por el bien de la familia Jeagerjaquez-- dice con obviedad el señor Geri.
Mierda, no me esperaba ésto.
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