Capítulo 21 - Rumor de una ruptura
Línea para decir hola ♥
El martes habrá nuevo capítulo 100% reece & daphne
(mi cap favorito hasta ahora y sé que lo amaréis)
Pero, por hoy, entremos al drama:
⋅༺༻⋅
21 | Rumor de una ruptura
Daphne Barlow
Volver al instituto después del fin de semana se siente bien. He tenido tiempo para pensar, juegos absurdos en familia porque a mis padres les pareció que era el momento perfecto para intentar una tradición que siempre termina en peleas, y un maratón de películas de terror con mi hermano que, en su cabeza, iba a ayudarme con la "ruptura".
Aunque su intención de ayudarme murió a las dos de la mañana, cuando él conectó su móvil al altavoz que había escondido en mi armario y puso sonidos de arañazos hasta que me desperté desorientada y asustada.
Dereck se tomó su tiempo para venir e, incluso entonces, decidió que lo mejor era entrar sin hacer ruido, meter la mano bajo la manta que me había echado por encima y tirar de mi pierna haciéndome gritar por su forma de sacarme de la cama aterrándome en el proceso.
Despertamos a toda la casa por los gritos.
Él no se arrepintió ni un solo segundo.
Ahora, el instituto, que siempre he unido con James, devuelve el peso sobre mis hombros, pero los recuerdos del fin de semana cubren la herida del viernes como un suave bálsamo.
Puedo con esto.
Mentiría de decir que no espero miradas. Dudo que los compañeros de equipo de James no notaran que algo iba mal cuando él salió en pleno entrenamiento el viernes, pero no esperaba que a eso se le fueran a unir comentarios bajos que no terminan de esconder de mí como acostumbran a hacer. Tampoco apartan la mirada cuando notan mi atención y, una de las chicas que me encuentra mirando hacia ella, levanta la cabeza como si me retara a decir algo.
Eso es nuevo.
Llego a mi taquilla confundida y es ahí, mientras saco los libros para mi primera clase del día, que oigo la primera conversación clara sobre el tema. Un par de chicas se han apoyado en una taquilla cercana y no se esfuerzan en bajar el tono.
—Normal que James se cansara de ella —está diciendo una de ellas—. ¿Habéis visto cómo siempre iba detrás de él? Una completa desesperada.
—Además, no sé qué le veía, tampoco es tan bonita —añade otra.
Bajo la mirada a mis mechones de pelo y tiro de las puntas para asegurarme de que siguen tan bien hidratadas como de costumbre. Luego lo dejo caer, completamente ofendida.
—¿Crees que esta vez es de verdad? —pregunta otra voz.
—Le he preguntado a él esta mañana —responde la primera chica.
—¿Te ha dicho él que sí?
—Me ha dicho que no era mi tema, pero lo habría negado si fuera mentira. —Tras unos segundos, añade—: Seguro que se cansó de ella. Nunca le dejaba tranquilo y siempre estaban discutiendo porque ella odiaba que él tuviera una vida. ¿Quién no se hartaría de alguien así?
Le siguen risas.
Y yo cierro la taquilla con fuerza para acallarlas con el ruido.
—Perdonad —digo—, ¿he interrumpido vuestra conversación?
No sé cuál de las tres chicas estaba hablando, pero la que está apoyada contra las taquillas levanta más la cabeza, mirándome sobre su afilada nariz con aire de superioridad.
—Era una conversación privada —dice.
—Un concepto que no debes entender si estabais hablando tan alto de mi vida junto a mi taquilla. —Acomodo los libros y les doy una sonrisa—. Curiosa blusa, por cierto, jamás pensé que a alguien podría importarle tan poco su imagen como para atreverse a llevar algo tan horrendo.
Su mirada se llena de una marcada ofensa que apenas puedo disfrutar antes de que alguien se cruce en mi camino. Incluso si no suelo hablar mucho con Paola y Anna fuera de clase de Literatura, ellas me agarran de un brazo cada una y me alejan de las taquillas.
—¿Qué hacías hablando con Thea? —pregunta Anna—. Esa chica no hace más que hablar mal de la gente. Es inofensiva, pero si no quieres que se diga que has hecho algo realmente vergonzoso, deberías dejarla en paz.
—Cierto —respalda Paola—. ¿Los rumores sobre enfermedades de transmisión sexual? Siempre son cosa suya. También fue quien hizo que Joe tuviera que cambiar de instituto hace dos años porque se puso a contar que...
—¡Pao! —interrumpe Anna—. Mejor no darle más vida a esos rumores, ¿recuerdas? —En cuanto su amiga asiente, Anna tiene una mirada para mí—. El punto es que es mejor que no te metas con ella por muy insoportable que pueda ser. Le encanta propagar rumores horribles de quienes hacen algo tan simple como mirarla mal.
—Un poco tarde para eso —admito.
—Lo sé, lo hemos oído.
—Por suerte para ti, Thea me debe una por no haber contado cierta infidelidad que descubrí en una fiesta —añade Anna con su característica sonrisa; abierta y astuta—. Hablaré luego con ella, pero no la cabrees más, ¿vale?
—Gracias.
Anna se deshace del comentario con un gesto de la mano como si no estuviera dispuesta a gastar un favor en mí cuando apenas soy una conocida con la que habla en clase de Literatura.
Me sueltan para poder andar más cómodas por el pasillo y me distraen con una conversación superficial para resguardarme de las palabras de terceros hasta llegar a la puerta de mi clase.
—Sé que ya sabes cómo van estas cosas, pero no les dejes ver que te afecta ni les sigas el juego —me aconseja Paola—. Quieren algo con lo que entretenerse, no se lo des y se aburrirán antes.
—Y, por lo que más quieras, no insultes de nuevo a Thea —añade Anna.
—Haré mi mejor esfuerzo, pero, ¿venir hasta mi taquilla para hablar mal de mí y que pudiera oírlo? Si intenta algo así de nuevo tendrá suerte si me limito a insultarla.
—Sí, va a ser complicado, esa chica es insoportable —apoya Paola. Lo último que hace antes de que ambas desaparezcan por el pasillo, es mirar sobre su hombro para dedicarme unas últimas palabras—: Y, por cierto, ya hemos descubierto quién es el número 27 de tu pulsera.
Sonríe de una forma que me hace sentir que sabe algo que yo no y las dos se alejan por el pasillo hablando en bajo entre ellas.
(...)
Estoy acostumbrada a los rumores. No es mi primer rodeo, como diría Charlotte ahora que tiene fijación por esa frase. El problema viene con que hoy deciden llevarlo a un nuevo nivel. El día se vuelve hiriente. No hay otra forma de decirlo. Lo que habitualmente es un sonido apagado, alguna que otra mirada, y apenas roza el descaro, hoy no tiene cuerda que lo sostenga.
Quizás infravaloré la ayuda de James todos estos meses porque, sin él, no hay límite que mis compañeros respeten. Supongo que ya no tengo el respaldo de alguien ante quien quieren quedar bien. James me ha soltado, y mis compañeros ya no tienen ponerme buena cara para contentarle a él. Así que sus miradas se vuelven afiladas, sus comentarios claros.
Nadie intenta esconderlo, es más, doy con más de una mirada despectiva al darse cuenta de que puedo oírles. Quieren que lo oiga y yo entiendo hoy que también infravaloré el rencor que algo tan simple como salir con alguien a quien otras personas quieren para sí puede causar. Ese resentimiento junto a la vía libre que se permiten tener envenena todo, sobre todo mi día.
Para cuando llega la hora del almuerzo, siento una fuerte opresión en el pecho. Algo que empeora cuando, en medio del pasillo, Warren, un chico con el que comparto algunas clases, se aleja de su camino para poder lanzar un "Desesperada" bajo una marcada tos falsa en mi dirección. Una sonrisa tira de sus labios al volver hacia la chica que le acompaña y, juntos, siguen con su camino.
¿Bromean?
Les veo marchar e imaginando lo placentero que sería ir detrás. Lo fácil que sería encender la mecha que han preparado para mí. Sé que no puedo pelearme con todo el mundo por mucho que quiera. Por mucho que me tiente la idea. Por mucho que mi hermano me diría que puedo intentarlo. Pero quiero tanto hacerlo.
Maldita sea, Dereck estaría a mi lado de pedírselo. Sin preguntas ni un solo pensamiento hacia las consecuencias. Él estaría en la puerta de mi instituto en diez minutos si se lo pidiera. Me respaldaría como ha hecho siempre y, justo por eso, no puede saberlo.
Tampoco puedo contarle, hasta que se calmen las cosas, todas las veces que he oído que me llaman desesperada cuando creen que no estoy mirando. Desesperada. Como si no llevara meses alejándome de James. "Manipuladora" ha venido después por razones que desconozco todavía. E, infiel, porque parecen querer darle una razón a James para haberse hartado de mí. Al fin y al cabo, ¿qué mal podría haber hecho su chico de oro?
No, la culpa no podría ser suya.
Abro mi taquilla. Pasará. Todo esto va a pasar en poco tiempo y tendrán otra cosa en la que pensar, pero, por ahora, se me está haciendo completamente cuesta arriba.
—¿Es esa? —oigo cerca.
Una voz masculina. Miro de reojo mientras guardo los libros para dar con un pequeño grupo de chicos que no reconozco como de mi curso. Ellos están hablando entre risas a pocas taquillas de distancia y yo quiero darles el beneficio de la duda y pensar que no es por mí.
—Venga, pregúntaselo —está diciendo uno de ellos.
Una figura se cruza en mi camino cuando parecían a punto de empujar al chico más menudo hacia aquí. Kenzo. Verle aquí me devuelve un toque de tranquilidad. Él siempre ha sido más cercano con Mackeyla que conmigo y apenas hablamos fuera de clase Historia, pero ahora cierra el espacio entre el grupo de desconocidos y yo.
—Iba a ir a la cafetería, ¿quieres que te acompañe? —pregunta.
—No hace falta.
—Vamos al mismo lugar, no es problema.
Detrás de él, el pequeño grupo rompe a reír.
Y sé de lo que se están riendo porque recuerdo bien al chico que se sienta detrás mío en Cálculo golpeándome con el bolígrafo. Le recuerdo, claramente, diciéndome que, si quería a alguien nuevo para "conseguir la atención de James" podría pedírselo a él. Al parecer eso es lo que hago cuando necesito atención, meterme en la cama de todos los compañeros de equipo de James para "intentar hacerle reaccionar".
Le dije al chico que se fuera a la mierda y él solo se volvió hacia sus amigos para compartir ese "chiste" con ellos como si sus palabras no tuvieran peso. Mientras, a mí el profesor me echó del aula por la forma tan brusca en la que reaccioné.
Rumores, malditos rumores.
—Aprovecha antes de que se te adelanten —dicen.
Cierro los ojos, presiono mi frente, y me obligo a darle una sonrisa agradecida a Kenzo antes de cerrar la taquilla. Estoy cansada. Estas horas me están destrozando y yo estoy... Es mucho.
—Te lo agradezco, pero haría las cosas peor —admito en bajo.
Él asiente.
—Si necesitas hablar con alguien o que te acompañe a algún lado, solo dímelo. —Cierra y abre las manos sin saber bien qué decir, qué hacer—. Si quieres comer en una mesa alejada, Mackeyla, Matt, unos amigos y yo solemos estar en la del fondo, cerca de las ventanas. Eres más que bienvenida allí.
—Gracias, de verdad.
Apoyo la mano sobre su brazo por costumbre cuando quiero mostrar agradecimiento y las voces de los chicos detrás de él crecen. "Se te han adelantado, chaval", dicen. Aparto la mano odiando tener que sentirme avergonzada por algo tan inocente.
Kenzo parece unir las cosas al ver el gesto y, cuando me despido de él, alcanzo a verle empujar a uno de los chicos del pequeño grupo al pasarles de largo. Lo hace con tanta fuerza que el desconocido casi cae con el impulso.
Por supuesto, Kenzo no se disculpa.
Mientras, yo me alejo en dirección contraria aprovechando que está cubriéndome sin tener que pedírselo. Necesito un lugar donde refugiarme porque el día de hoy me está superando. Quieren hacerme daño y, la peor parte, es que lo están consiguiendo.
La mezcla de todo me hace buscar el lugar más apartado en el que puedo pensar: El baño junto a la sala de profesores. El baño de los profesores tiende a averiarse todo el tiempo y muchos de ellos usan ese, así que los alumnos apenas lo pisamos. Por eso voy allí hoy.
Abro la puerta con más fuerza de la necesaria esperando poder tener un minuto para mí, pero no estoy sola. La profesora Hagery está limpiándose las manos en uno de los lavabos y se sobresalta al oírme entrar.
—Madre mía, casi haces que me dé un infarto —bromea.
—Lo siento. Yo solo...
La puerta no ha llegado a cerrarse del todo y mi cabeza busca de forma desesperada otro lugar seguro en el instituto al que poder llegar para estar sola, pero sé que es difícil, sobre todo a la hora del almuerzo.
—¿Estás bien? ¿Necesitas algo? —pregunta la profesora Hagery.
—No.
—Daphne. —Usa mi nombre como hace siempre que se cruza con uno de sus alumnos fuera del aula. Siempre tan cercana—. ¿Necesitas ayuda con algo?
Quizás sea lo informal que siempre ha sido, o esa bondad que nos ha mostrado desde que la conocimos. Tal vez se trate de su mirada, tan compasiva, pero dejo la puerta cerrarse detrás de mí y las palabras ir.
—Solo está siendo un día difícil. He terminado una relación porque solo nos estaba haciendo daño a los dos y ahora todo el mundo la está tomando conmigo como si hubiera hecho algo mal para provocarlo. No he hecho nada mal.
—Oh —murmura.
—¿Por qué la gente no puede meterse en sus asuntos?
Ella ríe sin ganas.
—Me he estado haciendo esa pregunta mucho tiempo. —Cierra el grifo y se seca las manos en sus pantalones oscuros—. Terminar una relación mala puede sentirse como el fin del mundo muchas veces, sobre todo a tu edad, pero te prometo que no lo es. Respecto al tema de lo que digan otros, con eso no hay mucho que poder decir para ayudar.
—Lo sé. Tampoco hay mucho que poder hacer cuando lo vives. Si reaccionas, les hace gracia y tratan de pincharte más para hacerte saltar de nuevo. Si no dices nada, presionan más igualmente para ver si les das algo. Hagas lo que hagas pierdes. —Junto las manos con impotencia—. Ya es suficientemente duro sin nadie más metiéndose, ¿por qué tienen que disfrutar haciendo más daño?
Nunca he llorado por rumores y no pienso empezar hoy. Soy demasiado orgullosa para eso. Generalmente ni siquiera me afectan, pero, con un corazón aún sanando para acompañar todo, mis emociones están a flor de piel. Quiera o no, James ha sido alguien en mi vida, él ha liderado mis emociones durante demasiado tiempo, y perderle duele.
Duele perder una relación por la que has luchado con garras y dientes, una que te ha envenenado desde dentro, una de la que te has dado cuenta tarde de que podría haber funcionado si hubiera sido el momento adecuado para los dos al mismo tiempo.
Me acerco a uno de los lavabos más alejados y abro el grifo esperando que el agua fría en mis manos me ayude a procesarlo todo.
—¿Puedo ofrecerte una infusión? —pregunta la profesora Hagery.
—No me gustan, pero gracias. —Me callo al levantar la mirada hacia mi reflejo. Estoy bien, pero la chica en el espejo no parece estarlo—. ¿Podría quedarme sola, por favor?
La chica al otro lado del cristal tiene los hombros caídos, el pelo mal recogido porque necesitaba algo que hacer con sus manos mientras se alejaba con el pasillo, y una expresión dolida atravesando sus ojos. Sí, yo estoy bien, pero la chica del espejo parece a punto de romper a llorar.
Vuelvo a mirar hacia el agua. Hundo mis manos en ella y llevo su toque hacia mis brazos. Todo va a estar bien. Incluso los corazones rotos sanan.
—Pasará —oigo decir a la profesora Hagery—. Aunque ahora sea difícil para ti verlo porque estás en medio de todo, ten por seguro que pasará. Se puede salir de las peores cosas si aprendes a pensar que algo bueno vendrá después.
Tras una última mirada para asegurarse de que no me esté rompiendo, me deja sola. La sigo a través del espejo hasta ver la puerta cerrarse y solo entonces me centro nuevamente en mí. En esos ojos vidriosos, en el peso de un día horrible y un corazón roto. Para esa chica en el espejo, tengo compasión y, para ambas, prometo:
—Vamos a estar bien.
⋅༺༻⋅
Nuevo capítulo: El martes
⋅༺༻⋅
El próximo capítulo será el martes y SERÁ HERMOSO!!
Tendremos a Daphne + a Reece + al equipo de Reece ✨
Tiene una de mis escenas favoritas y MUCHAS COSAS QUE SÉ QUE AMARÉIS. Ellos llevan mucho tiempo sin juntarse y ahora vienen varios capítulos de ellos así que PREPARAOS PARA ENAMORAROS ♥
Ahora, sobre este capítulo:
Paola sabe algo sobre Reece que no quiere contar. QUÉ COSAS. Me pregunto si será algo bueno o una razón para mandarle a la hoguera más adelante... 🙃
#Votos para SERÁ ALGO BUENO, Reece no hace nada mal
#Votos para YA VALISTE REECE
Anna y Paola: ¿Amigas o enemigas?
(pregunto porque estamos teniendo muy malas experiencias con el tema traiciones aquí) ☕
#Línea para odiar a Thea
#Línea para poner 🔪 hacia el chico que le habló en la clase de Cálculo
#Y más para Warren (el del pasillo)
#Y el pequeño grupo al que Kenzo casi se lleva por delante... ☕
# Abrazo para Kenzo (🫂)
#Corazoncitos para nuestra mirrorball (Daphne) 🩷
Ella lleva tiempo viviendo entre rumores, pero duele que la traten así solo por la persona con la que eligió intentar amar... Por desgracia muchas veces las personas buscan cada pequeño momento para pisar a otros, sobre todo cuando le guardan resentimiento (como a ella 😔)
Pregunta inocente: ¿Creéis que lo que está pasando llegará hasta el instituto de Reece?
Ahora sí, love u y nos leemos el martes!!
—Lana 🐾
pd: la conversación con la profesora no ha sido algo accidental, añadidlo a vuestra lista de sospechas 👀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro