El pequeño Kai había abierto sus ojos. Miraba sus extremidades observando si había algún cambio en el, pues sabía que en poco tiempo estaba creciendo. Deseo con mucho anhelo escuchar a sus padres y a los demás que también vivían en el palacio. Le entristecía no verlos, pero por el momento se conformaba con escucharlos. En su debido momento sabía que podría conocerlos, aunque no sabía en cuanto tiempo.

Sintió un gesto suave tocando el abdomen de su madre, por el tamaño de la mano supo que era alguien pequeño. Se concentró para escuchar mejor la conversación que sucedería.

- ¿Tía, el bebé está creciendo dentro de ti?

El reconoció la voz de su prima Lene. Lo que sabía de ella era que sin duda hablaba bastante. Constantemente hacia preguntas sobre el. Curiosa sin duda.

- Así es Lene, lo mismo sucedió cuando tú estabas dentro de tu mamá.

- No entiendo, ¿como es que los bebés crecen dentro de las mamás?

Esa era una buena pregunta. Su prima tenía razón en querer saber, en realidad el también quería escuchar su respuesta. Sin embargo su madre río nerviosamente, y el no entendía por qué.

- Estás muy pequeña todavía para saber la respuesta.

- ¿Por qué? Mis padres dicen que ya soy una niña grande y que puedo ser responsable.

- Solo puedo decirte que es algo que los padres se quieren mucho y por ese amor es que nacen los bebés.

- Pero mis papás se besan mucho, y mamá no tiene un bebé dentro de ella.

Kai sabía que sin duda se llevaría bien con su prima Lene, era muy observadora. Se imaginaba jugando con ella y sería muy divertido. Sus pensamientos fueron interrumpidos con la voz de su tía Anna.

- Lene, tu tía Elsa y yo tenemos que hablar. Ve a jugar con Olaf por favor.

La niña se escuchaba decepcionada, pero obedeció dejando a las adultas solas.

- Elsa, lamento mucho la conducta de Lene. No entiendo por qué es tan preguntona. Espero no te haya hecho molestar.

- Para nada, es una niña muy dulce. Es normal que sea curiosa, está emocionada con que vaya a ser prima.

- ¿Como te sientes? Estas bien con el embarazo?

- Si. Tengo muchos antojos. Espero no molestar mucho a los cocineros.

- Eso es totalmente normal. Has sentido náuseas o algún malestar?

- Hoy me siento bien, pero algunos días es más difícil.Se me dificulta levantarme de la cama.

Escuchar a su madre decir eso entristeció al pequeño. No quería que ella se sintiera mal, deseaba hacer algo para que no fuera así, pero no podía hacer nada. Su madre mencionó que tenía hambre, y su tía mandó a solicitar algo de comer para ella.

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Tiempo después escuchó la voz de su padre, causando que el prestara atención a lo que decía el.

- Como te fue hoy?

- Me siento cansado, estuve causando nevadas en algunos lugares lejanos. Pero es gratificante ver a los niños jugar y divertirse.

- Te imaginas cuando nazca nuestro bebé? Vas a tener la oportunidad de jugar con el o ella también.

Kai escuchaba constantemente que hablaban de el, como si posiblemente fuera una niña. No entendía por qué sus padres creían eso, esperaba decirles que era un varón. Aunque una parte de el esperaba que no se decepcionaran al saberlo. No es como si ellos hablarán de esperar una princesita, pero no quería que se molestaran al saber la verdad. Escuchó como sus padres hablaban de irse a dormir, y el tomaba esa indicación para dormir el también. Cerró sus ojos y decidió dormir. Se despertó repentinamente al sentir que su madre se había despertado también. No entendía por qué y prestó atención a lo que ella diría.

- Jack, que ocurre? Por qué gritaste?

- No es nada, solo fue una pesadilla.

- Jack, qué soñaste? Te escuchaste demasiado asustado por ese grito que diste. Y es la segunda noche que despiertas así.

- No es nada Elsa, te lo aseguro.Vamos a dormir.

- Quieres que te traiga té? Te va a relajar.

- Descuida, ya es tarde. Iré a prepararlo yo. Vuelve a dormir.

- Puedo acompañarte. Los dos lo necesitamos.

Kai no entendía por qué su padre  no estaba durmiendo bien, el sentía que algo le estaba pasando y por eso se despertaba asustado por las noches. Su madre le preguntaba el motivo pero el la desestimaba diciéndole que no debía preocuparse. Esperaba que no fuera nada grave. Escuchó como sus padres se sentaban y seguían platicando.

- Te sientes mejor?

- Si, gracias por acompañarme. Espero no desvelarte. Necesitas descansar bien.

- No es molestia, me encanta compartir contigo. Durante el día es difícil verte por qué se que estás cumpliendo con tus obligaciones de guardián.

- Créeme, no es fácil para mí dejarte sola. Quisiera poder estar contigo y cuidarte de la forma que te mereces.

Kai siempre escuchaba como su padre era un guardián, y que debía hacer felices a otros niños. Sin saber que eran celos, empezó a sentirlos dentro de el. No entendía por qué su padre debía compartir con otros niños, ¿Acaso ellos no tenían sus propios padres con quién jugar y compartir tiempo? ¿Tendría el que compartirlo después de que naciera? No le parecía justo que otros niños jugarán con el. Tenía miedo de que llegara a quererlos más a ellos.

- Elsa, te sientes bien?, Pregunto Jack al ver como ella sentía un pequeño dolor.

- Si, no te preocupes. Ya se me va a pasar.

- Vamos a dormir. Ya es tarde y no quiero que te desveles.

Jack ayudó a Elsa a subir hacia el cuarto y acomodarla en la cama.A pesar de su corta edad, Kai ya sabía diferenciar el tacto de su madre y su padre. Sintió la mano de Jack sobre el vientre de su madre  acariciándola y el se movió un poco para estar más cerca de el y sentir su calor. Casi no podía estar con el, así como con su madre y eso lo entristecía.Por ese motivo decidió aprovechar al máximo esos momentos con el, por muy breves que fueran. De repente tuvo una idea brillante: podría ver a su padre mediante sus sueños.Con el poder de su mente podría comunicarse y verlo. De esa forma podría asegurarse de verlo y decirle cuánto lo quería.Y así lo haría, solo esperaría el momento indicado.