Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

II. Robo un mapa en ropa interior


 —Supongo que viniste aquí por una razón —dijo el hombre sombra—. Algo me comentaron de ello pero quiero escucharlo de tus propios labios.

Sobe suspiró y le contó el viaje que habíamos tenido esa semana. Le relató la noche en que él y Petra seguían a un agente para poder encontrar un grupo de trotamundos y volver al Triángulo en señal de paz. Narró cuándo se toparon conmigo, mi incidente del portal abierto, la búsqueda de mis hermanos, nuestro encuentro con Berenice, cómo ayudamos a los sectores de Dadirucso para poder entrar a Salger, les detalló al gobernador Logum y nuestro accidente con Tay. Sobre todo enfatizó en que necesitábamos un mapa del portal que se encontraba en mi sótano para buscar a mis hermanos. Pero omitió que mi padre era un agente de La Sociedad, el segundo portal de Atlanta y que tenía cualidades extrañas.

El Consejo guardó silencio y los integrantes desprendieron algunas miradas significativas entre ellos.

 —William... o Sobe, cómo quieras llamarte —dijo un hombre observándolo con compasión—. Lamentamos mucho la manera en la que te tratamos antes y también la forma en que fuiste recibido hoy.

Adán sacudió sus hombros incómodo.

—Sé que te expulsamos del Triángulo porque eras peligroso, volátil y no sabíamos cómo sobrellevar tu poder pero créeme que nunca antes tuvimos tanta suerte como hoy cuando regresaste.

Sobe abrió la boca anonadado y Petra me observó sorprendida. El hombre que ahora hablaba con Sobe parecía ser el que mandaba en el Consejo, nadie lo interrumpía y él llevaba la palabra por su cuenta. Tenía una barba enmarañada y cobriza y unas pobladas cejas custodiándole los ojos plateados y moteados como una luna en el cielo rodeada por nubes. La tersura de su piel resaltaba ante la luz de las velas, aunque tenía unas profundas ojeras del cansancio de los años. Llevaba puesta una larga vestimenta de color granate como un pijama. Su semblante estaba tenso pero no denotaba nada como Berenice que a veces se ponía su cara de póker. 

—Estábamos buscándote William, buscándote por todo este mundo y por otros.

Sobe no podía creerlo, balbuceó aturdido y respondió en un lenguaje incomprensible:

—¿A mí?

—Sí, queríamos disculparnos contigo y rogarte que tomes asilo en el Triángulo. Te queremos de vuelta.

Sobe boqueó como un pez fuera del agua pero Petra no parecía tan complacida. Murmuró algo que no pude comprender pero seguramente era una grosería.

—¿Qué los hizo cambiar de opinión? —preguntó recelosa.

Los iluminados ojos de Sobe se apagaron como si hubiera escuchado a Petra.

Yo no tenía respuestas sólo observaba anonadado la situación, aquellos hombres aunque afirmaban que lo buscaban hace días no parecían muy feliz con el hallazgo como si hubiesen encontrado su sentencia de muerte.

—Pero se supone que era peligroso, que creaba portales en medio del baño o en plena selva. ¿Por qué ahora me quieren aquí?

El hombre de piel ligeramente naranja y tostada recibió la orden, del integrante de ojos plateados, de narrar lo sucedido. La seña fue un leve señalamiento con la cabeza. El hombre anaranjado asintió y arqueó sus manos.

—La Sociedad sabe la existencia de los Creadores y créeme cuando te digo que harán todo lo posible por apoderarse de uno. Por apoderarse de ti —recalcó penetrándolo con la mirada— por suerte todavía no saben que tú eres un Creador pero solo es cuestión de tiempo. Incluso un espía nuestro que está infiltrado en La Sociedad nos informó que encontraron registros de una nueva clase de trotamundos.

Me recorrió un escalofrío en el cuerpo y sentí que unas manos gélidas me oprimían la garganta. El hombre hecho de sombras elevó su mirada hacía Sobe.

—Tú sabes de qué estamos hablando. ¿No es cierto?

—No —respondió seguro pero renegado, sabía que no tenía ningún sentido intentarlo. La sombra luminosa sabría que mentía.

Aun así enmudeció y el hombre de tez anaranjada prosiguió desprendiendo miradas a Sobe y al espíritu como si él también procurara descifrar mentiras:

—La Sociedad está al tanto de los Creadores y de la nueva clase de trotamundos. No podemos permitirnos que te tomen, tendrían un arma muy poderosa. Tal vez te hagan crear algo que nos mate. Irónicamente la única manera de estar seguros es que te quedes con nosotros.

Hubo una decepción en los ojos de Sobe y me enfurecí con el Consejo. Era así cómo lo veían: como un arma. Como una bomba que preferían tener ellos y arriesgarse a que explote, en lugar de que la tengan los enemigos y la usen contra ellos.

—Malditos —murmuré y Petra asintió concordando.

—No puedo —respondió Sobe, aclaró su garganta ante las miradas fulminantes y el murmullo creciente que se esparció de un lado a otro del Consejo. Pasó el peso de su cuerpo de un pie a otro y prosiguió—. De veras necesito ese mapa, tengo que ir a buscar a los hermanos Brown. Se lo prometí a mi amigo. Puedo volver cuando termine, no habrá problemas, lo prometo. La Sociedad cuenta con Cerras a su servicio, no podrá seguirme en otros mundos...

—No tienes idea de los conflictos que hay en estos tiempos William Payne —respondió rotundamente el hombre de ojos plateados y barba enmarañada.

—¡Sólo es otro mundo, nada va a atacarme ahí! —protestó Sobe y su interlocutor elevó una mano indicándole que se callará.

 El hombre de ojos plateados suspiró y se cruzó de brazos observando la media esfera brumosa que centraba el círculo de personas como si buscara palabras para usarlas en su favor. Levantó sus ojos y lo contempló profundamente.

—Escúchame bien William, lo que estoy a punto de contarte no debe saberlo nadie. Queremos que confíes en nosotros, no fuimos justos contigo antes y comprendo tu falta de confianza. Visto de ese modo te daremos razones de porque no puedes salir del Triángulo en ninguna medida. Deseo que entiendas que lo que estoy a punto de decirte es información que no llegará al resto del Triángulo hasta dentro de un año o tal vez nunca.

Sobe asintió con semblante severo y nosotros nos inclinamos a la rejilla.

—Me temo que ahora no es seguro dejarte ni en este mundo ni en otros porque tú y tus amigos tienen enemigos en más de un pasaje. Y lo peor es que ni siquiera lo saben. Una guerra se ha estado expandiendo en muchos mundos a través de años y es librada por un trotamundos sin corazón llamado Gartet.

Sobe abrió desmedidamente los ojos y Petra dio un respingo pero el hombre continuó sereno. Gartet. Yo ya había escuchado ese nombre, en Salger, era la persona a la que Pino servía.

—No sabemos mucho de él, te trasmitiremos la única información que hemos recaudado de varios mundos. Gartet ha sabido cómo moverse. Al principio se armó de un grupo de fieles trotamundos que aclamaban sus ideas para un futuro mejor. Sus ideas no son buenas, quiere hacer que todos los mundos se conecten, quiere destruir a todos los que no sean trotadores.

Se frotó las manos como si estuviera calentándose.

—Con sus seguidores aprendió magia de pasajes ocultos y se reservó las lecciones más poderosas para él. Se convirtió en un ser curtido y experto en las artes extrañas. Una vez invencibles tomaron pasajes que no eran conocidos, casi inhóspitos y se apoderaron de ellos y su gente. Me temo que Dadirucso es uno de esos pasajes. Lo peor de todo es que nadie sabe dónde se esconden, no actúan en carne propia, sino más bien envían colonizadores que devastan y esclavizan pasajes enteros en su nombre. Esos colonizadores comandan ejércitos de trotamundos u esclavos. Te mencioné que tienen como fin colonizar todos los mundos, gobernarlos, suprimirlos y que la raza de trotamundos sea la predominante. Quieren que sólo haya trotadores y que ellos sean reconocidos, que sean reyes. Así de ese modo, conectará todos los mundos como si fueran países, prevalecerán las tierras más fuertes y se devastarán las otras. Por unos años creímos que podríamos hacernos a un lado de esta guerra pero ahora es cuestión de tiempo de que quiera apoderarse de nuestro mundo también. Hay más razones pero las desconocemos.

—Tiene como meta, también, apoderarse del Pasaje Central, de este mundo —añadió un hombre rechoncho y con las mejillas rojizas—. Después de todo aquí se ubica el Triángulo, la mayor concentración de trotamundos que puedas encontrar. Tenemos casi mil trotamundos viviendo en esta isla, sin contar a los que solo vienen a vacacionar, serían un gran recurso para Gartet.

—De cada mundo extrae algo para su guerra, de uno extrajo hombres para sus ejércitos, de otro extrajo criaturas, monstruos para que monten y usen sus soldados, domó a las bestias y a las que no pudo domar las aniquiló. En Dadirucso explota su industria y recursos, del nuestro usará los trotamundos para dar su golpe final y ser el amo de todo lo que existe. No tememos muy clara su ruta de mundos de los que apoderarse pero sabemos que este será el anteúltimo. Explotará al Triángulo y entonces será demasiado tarde para detenerlo. Pero para eso falta tiempo, estamos a salvo por ahora. No atacará el Pasaje Central sin estar totalmente seguro de una victoria y todavía no tiene suficientes fuerzas para eso.

Sobe estaba pálido y negaba levemente con la cabeza como si no le diera crédito a lo que escuchaban sus oídos. Yo tampoco podía creerlo pero en parte sabía que esa era la guerra a la que se refería Tony y la que había mencionado Pino. Mi mente trataba de asimilar la idea de que un hombre llamado Gartet quería implantar miedo en todo lo que existía. Una guerra era fácil de asimilar pero no ese tipo de guerra. Jamás me imaginé una batalla tan extensa, seguramente habría muchas más personas desamparadas y colonizadas como Berenice. Separados de lo que más querían, sin poder hablar o si quiera pensar.

Ser el amo de todo lo que existe, vaya que ese tipo soñaba en grande.

—Y no es todo William, desde que comenzó a enviar colonizadores nada le ha salido mal, excepto Dadirucso. Tú y tus amigos incitaron una rebelión, lo retaron y recuerda que eres un trotamundos y tu amiga sabe utilizar magia y artes extrañas. No son unos retadores para olvidar. Sin duda están en la mira de uno de los hombres más peligrosos de la historia. Probablemente les dará caza apenas pisen uno de sus mundos colonizados. Si él llega a atraparte y descubre que eres un Creador entonces podría apoderarse de todos los mundos restantes en un solo golpe, sin necesitar a nadie más. Sería imparable con alguien como tú.

—Además, quiero recalcarte que controla las artes extrañas, él y un gran número de sus seguidores —advirtió el hombre de piel anaranjada—. Ellos están buscándote con magia, hay leyendas que califican a la magia como la reveladora de la verdad desconocida. Tal vez ya sepan que eres Creador, tal vez conjugaron hechizos prohibidos para dar contigo. Las leyes de los trotamundos no son problema para ellos, la violan constantemente. La están violando al usar sus poderes contra los mundos.

—Por esa razón necesito que replantees tu situación —suplicó a modo de orden el hombre de ojos plateados—. Dos enemigos muy fuertes quieren apoderarse de ti. La Sociedad y Gartet y si lo logran será el final de todos los trotamundos. De su libertad y de su vida. Es tu decisión... Sobe.

Sobe parecía haber envejecido en unos años. Balbuceaba, tenía un brillo en los ojos que se veían como lágrimas y estaba tan amarillo y pálido como las hojas de los pergaminos.

—Pero no puedo abandonar a Jonás y sus hermanos. Tengo que ayudarlo.

—Sin ofender William Payne pero no creía en la mala suerte hasta que escuché tu historia, la mala suerte te pisa los talones cuando tú no se los pisas a ella —dijo el hombre con sus ojos plateados fríos como hielo ante el fuego.

—¡No es verdad! —respondió Sobe tratándose de quitarse cera caliente que se le había vertido sobre el hombro por estar compenetrado en la discusión.

Pero nadie agregó ni suprimió algún comentario. La conversación había terminado y ellos se lo hicieron saber con la mirada. Sin decir más Sobe se marchó de la sala con gesto apesadumbrado, arrastrando los pasos y siendo escoltado por Adán que le palmeaba la espalda en señal de «pudo haberte ido peor»

Se perdieron en las filas de bibliotecas, la oscuridad los engulló y luego se oyó el estridente sonido descomunal de una puerta siendo abierta y cerrada. Petra y yo no nos movimos porque tampoco lo habían hecho los integrantes del Consejo. La conversación seguía pero sin Sobe, ni Adán. Sentí que un escalofrió me recorría el cuerpo y una sensación de vértigo me embargaba. No podía creer que nos habíamos metido con un matón sanguinario y despiadado.

Era demasiado, era como un golpe en la cara y luego del golpe un escupitajo en los ojos.

—Muy bien, Lusom —exclamó el hombre que dirigía el Consejo examinando a la sombra humana con sus ojos plateados de luna—. Sé que descubriste una mentira en el muchacho ¿Y bien cuál es?

 Lusom, el hombre hecho de sombras, se desplazó al otro lado de la habitación caminando y haciendo ondear su vestimenta luminosa. Llevó sus manos brumosas detrás de la espalda, muy tranquilo.

—No hubo mentiras que descubrir, el chico les dijo la verdad, sólo que no toda. Dos agentes de La Sociedad los seguían, querían a su amigo porque saben que es poderoso y aún más extraño y peligroso que un Creador. De hecho ustedes mismos lo mencionaron, dijeron que La Sociedad está tratando de descubrir si hay una nueva raza de trotamundos.

—¿Quién? —masculló el hombre de ojos plateados tensándose tanto como la cuerda de un violín a punto de romperse, parecía que quería estrangular a alguien.

—Jonás Brown —respondió.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro