Encuentro en la Taberna
Dedicado a ThxValkyrja y Thx_bookranger
Aquello fue un shock para las tres y lo peor es que tenían que disimular sus verdaderos sentimientos.
–Ailin, ¿va todo bien?
Se había olvidado por completo de la presencia de Lancelot
–Sí, es sólo que... - Buscó rápidamente alguna excusa creíble - Estoy muy cansada, eso es todo.
–Entiendo - Sin embargo no sonaba en lo absoluto convencido, cómo lo demostró la mirada de soslayo que les lanzó a Nyneve y Lunete.
Procuró disipar la desconfianza de su nuevo amigo de la mejor manera que pudo.
Cuando se fueron cada uno a su habitación no podía sino esperar ansiosa el momento en qué pudiera finalmente encarar a sus hermanas acerca de su presencia en Camelot.
"Al final estas dos si me van a producir una auténtica migraña" pensó tumbada en su cama.
Pero en fin, ese asunto era algo que realmente no se podía eludir; después de esperar un considerable rato se ánimo por fin a bajar.
No le fue muy difícil avistar a sus hermanas, se hallaban conversando animadamente con Rosalind.
Aún sin saber cómo entrar en la conversación, se dirigió hacia ellas.
Entonces, cómo si ya hubieran intuido su presencia, Nyneve y Lunete se giraron al unísono en su dirección.
La rubia le dedicó un gesto sarcástico mientras la castaña por el contrario se mostró apesadumbrada.
–Vaya, que bien ver que has bajado a cenar - dijo Isolda al verla.
–Tu amigo Lancelot estaba preocupado por si seguías demasiado enferma para bajar a cenar, se alegrará al ver que no es así.
–¿Dónde está, por cierto?
–Se fue hace un rato pero prometió que volvería pronto.
¿De verás que sólo sois amigos? Parece alguien tan encantador y es tan atento con vos...
–Si, de verás. Sabes, si tan encantador os parece podríais intentarlo en mi lugar.
–Oh, gracias pero mi silla ya está ocupada cómo dicen.
Un cliente la llamó entonces a voces.
–Ay, lo siento pero tengo que irme, tengo que atender al ganado.
Arwen se permitió una breve y pequeña sonrisa mientras veía a la rubia marchar antes de sentarse con sus hermanas.
Rosalind la saludo afablemente al verla.
–Me alegra ver que os encontráis mejor, la charlatana de Isolda ya debe de haberos contado todo lo demás.
–Así es, muchas gracias por vuestra preocupación.
–No hay de que. En fin estas señoritas ya han reservado la cena para las tres en vuestro lugar,y ahora me voy a prepararla.
–Adiós Rosalind
–Hasta luego Rosie
–¿Rosie? - le preguntó Arwen a Nyneve - Qué rápido le has cogido confianza.
–Lo mismo digo yo, hermana;te dejamos sola unos días y ya te encontramos yendo a una taberna con un hombre. Y qué descaro el suyo por cierto, mirándonos de esa manera al pasar, más bien debería ser al revés, ¿no crees Lunete?
–Emm...
–Por favor, ya deja de bromear y empieza a tomarte cómo realmente se merece, es decir, en serio. ¿Por qué me habéis seguido? Yo debía afrontar esto sola.
Esta vez tanto Nyneve cómo Lunete intercambiaron una mirada incómoda.
–Es que no te seguimos... Nos fuimos antes que tú.
Arwen empalidecio.
–Pero... ¿Y porque no os vi nunca?
–Cogimos el camino corto.
Bueno , eso explicaba porque habían llegado antes que ella.
–Bien, pues por ese mismo camino regresareis a casa.
–!!No¡¡
–¿Mientras tú te quedas aquí compartiendo sonrisas con... Bueno, cómo quiera que se llame? Ni hablar.
–Lo que acabas de decir justamente prueba mi punto, y es que realmente no sabéis que esto es mucho más serio de lo podéis pensar.
–¿Y cómo quieres que lo sepamos, si te niegas a decirnos nada? Por eso justamente fue que tomamos esta decisión. Porque sigues viendonos cómo a niñas pequeñas y no confías cómo debes en nosotras.
Arwen miró nerviosa alrededor temiendo que alguien pudiera escuchar esa conversación pero el lugar estaba demasiado abarrotado y ruidoso para que eso ocurriera.
–Yo... Esto es muy peligroso.
–Pues en ese caso lo mejor es que vayamos ya preparadas.
Esta vez fue Nyneve quien miro a sus espaldas antes de continuar:
–Hemos oído hablar de la Gran Purga Mágica. ¿Tiene que ver con eso, o mejor dicho, con nuestra madre, verdad?
Arwen inclinó la cabeza, rendida.
–Pues...
–Tú, te vi esta mañana - interrumpió de repente un joven desconocido de cabello negro y corto, con la mirada completamente vidriosa mientras señalaba a Nyneve.
–¿Disculpa?
–Ohhhh siiiii.... Estabasss en miiss sueños, y aahoraa estás aquíii... ¿Cómooo ees esooo?
–Estamos en una conversación privada por si no te habías dado cuenta, Don Patético Flirteo - La rubia estaba realmente molesta.
–Perdoonn perooo ess queee quiero saber...
Detrás suya se acercaba rápidamente una joven, también de cabello negro, visiblemente avergonzada.
–Lo lamento mucho, mi amigo ha bebido demasiado y...
Su disculpa se vio extrañamente autointerrumpida en cuánto sus ojos se posaron en Lunete y una extraña mirada de reconocimiento cruzó su rostro.
Las tres se inquietaron. ¿Ya las habían reconocido? ¿Cómo?
Fue la propia Lunete quién decidió poner fin al misterio.
–Disculpe, señorita pero ¿nos conocemos acaso?
La desconocida pareció despertar de su trance ante estas palabras.
–Oh no, no, es sólo que... Bueno, no tiene importancia. Perdón por haberlas importunado, ya nos vamos.
Dicho y hecho, agarró con firmeza a su amigo del hombro y ambos se alejaron.
–Eso... Ha sido extraño.
–Sí, demasiado. Se ve que la gente ya no sabe cómo flirtear con elegancia-Comentó Nyneve mientras miraba a Lunete.
–!!Neve¡¡ No digas eso por favor, esa mujer no podía tener ese tipo de interés por mí...
–¿Y eso por que? Y luego si no fueras mi hermana también te hallaria atractiva...
–Nyneve...
–Está bien, esta bien, yo sólo digo la verdad.
Las menores estaban ansiosas por retomar la antigua conversación pero entonces Rosalind llegó con la comida.
–Muchachas, aquí tienen la cena.
Una sopa para Ailin, carne asada para Beatrice y cerdo relleno para Persephone.
Arwen se atragantó con la bebida al escuchar eso último.
–¿Qué...? ¿Persephone, en serio;ese es el nombre más discreto que se te ocurrió?
–Un respeto, hermana, y luego estamos hablando de la Reina del Inframundo griego.
–Ailin - la voz dulce de Lancelot sonó detrás de ellas - Que bien veros de nuevo restablecida.
–Muchas gracias, Lancelot - respondió con genuina gratitud.
–Lancelot... Vaya, un nombre también muy discreto, Ailin, ¿no creéis? - dijo con sorna Nyneve.
Arwen adoraba a su hermana pequeña con toda su alma y aún así momentos cómo ese le hacían tener todo tipo de pensamientos intrusivos escabrosos con ella.
–Lancelot, deja que te presente a Persephone y Beatrice. Resulta que son las hermanas recién llegadas de las que nos hablaba antes la señora Rosalind.
–Encantado de conocerlas - Si le había molestado la pulla de Nyneve no lo demostró.
–Igualmente.
–Igualmente.
–Espero que no os importe que os acompañe en la cena.
–Oh por supuesto que no. Y luego no tenemos ningún motivo para ello - dijo Nyneve.
Sin embargo, la mirada que le lanzó de soslayo a Arwen no engañaba: "Después hablaremos "
Arwen bebió otro sorbo de su copa. La noche realmente se le iba a hacer muy larga.
**Bueno, bueno, las hermanas ya han conocido a Merlín y Morgana... Eso sí, cómo que las primeras impresiones no han sido especialmente buenas, ¿no? Acepto apuestas sobre si Lancelot se ganará el corazón de Nyneve o no.
¿Y de qué conoce Morgana a Lunete;sois capaces de adivinarlo?
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