
Capítulo 34
POV CARLA
- Dime que me traes buenas noticias- le exijo al inútil de Jack al ver que viene entrando a esta pocilga que el llama "hogar".
- Traigo pésimas noticias para ti- ¿Qué hizo la bastarda de mi hija?
El imbécil se queda viéndome.
- ¡Habla! -Definitivamente este hombre no sirve para nada.
- No me grites- ¿Está haciéndose el ofendido? ¡No me jodas!
- Disculpa, pero, ¿estás pidiéndome que no te grite por tu ineptitud? - Me río sin ganas- esto es insólito.
- Escuchame con atención- me dice acercándose a mi- no te seguiré ayudando. No me meteré en problemas por tu culpa- estoy petrificada.
¿Éste idiota está negándose ayudarme?
- ¿Tú sabes lo que va a pasar si no me ayudas?
¿Será tan idiota como para pensar que si no me ayuda, no obtendrá nada con la perra de Anastasia?
- Si, me van acusar de ser tú cómplice, y yo no quiero ir a la cárcel por tu culpa- me responde desafiante.
¡¡¡Que imbécil!!! Nadie me va a llevar a juicio a mi y mucho menos van a enviarme a la cárcel.
- ¿De dónde sacaste que a mí me enviarán a la cárcel?- Esto es inaudito.
- ¡Quiero que te largues de mi casa!
- ¿Perdón? ¿Tu estás echándome de esta pocilga?- Estoy atónita.
- ¡Si!- Responde con un grito.
No puedo creerlo. Este estúpido me está corriendo de su pocilga, ¿Pero quién se cree que es?
- ¡¡Esto no se quedará así!!
Éste maldito ya me ha hecho enfurecer.
- Estabas dispuesto ayudarme ¿Se puede saber que te hizo cambiar de opinión?- Seguramente Bob, está detrás de esto.
- Me enteré que te quedaste en la calle. Y no tienes nada, más que el cebo de tus orejas.
Empiezo a reírme por su estupidez.
- Tu de verdad que eres un idiota ¿Enserio piensas que me quedé en la calle?
Es cuestión de tiempo para regresar a mi casa. Una vez que me regresen a la mocosa todo volverá hacer como antes.
- Para que te vayas enterando: Anastasia se marchó con Christian Grey, y Bob solicitó el divorcio.
Momentáneamente me quedo en shock, pero sé que miente.
- Muy buen chiste, idiota- me río en su cara.
- No es un chiste, ex suegrita- dice sarcástico- es la verdad, pero si no me crees ve al holding y que sea el mismo Bob quien te repita lo que acabo de decirte en la cara.
Mi sonrisa se borra de mi rostro.
- ¡Mientes!- Este malnacido le gusta hacerme enfadar.
Ya me encargaré de él.
- Si no me crees es problema tuyo, yo sólo quiero que desaparezcas de mi vista- se aleja hacia la puerta y la abre para que salga.
Necesito averiguar si lo que dice este inepto es cierto.
Iré a mi holding.
***
Llego al holding, y en la entrada el guardia se acerca a mi.
- Lo siento, pero usted no puede entrar aquí- me dice el guardia de la entrada, que me obstruye el paso.
¿Que ha dicho esta escoria?
- ¿Perdón? ¿Tu sabes quién soy yo?
- Si señora. Sé que usted es Carla Adams, y tiene prohibido entrar aquí.
¿Este desgraciado se ha vuelto loco?
- ¡¿Te das cuenta lo que estás haciendo?! ¡Estás negándole la entrada a la dueña de todo esto!
Por imbécil acaba de perder su trabajo.
- Señora, por órdenes de la señorita Anastasia Steele, usted tiene prohibido ingresar en este lugar.
Estoy de piedra. La maldita de Anastasia está provocandome deliberadamente. Pero esto no se quedará así.
Antes de darle una bofetada al idiota del guardia veo que en la puerta principal aparece ¡mi marido tomado de la mano con la vicepresidenta!
Invadida por la ira me abalanzo encima de la maldita.
POV ANASTASIA
La familia de Christian son excelentes personas, puedo darme cuenta que adoran a Liz, y ella ya los adora.
Me emociona ver a mi princesa feliz, como nunca antes lo fue. Verla reír, jugar divertirse es emocionante.
- Niños, salgan de la piscina. Vamos a comer- los llama Grace.
- ¡Siiiiii! - Chillan Liz y Mía.
Rápidamente Elliot sale de la piscina con mi hija en brazos.
- ¡Tío Lelliot!- Chilla mi hija riendo a carcajadas mientras su tío le dice que es Súperchica y la hace volar.
- ¿Estás bien?- Me pregunta Christian.
- Si.
- ¿Segura?- Añade secando con su pulgar una lágrima que caía por mi mejilla.
- Hace un mes atrás, todo esto...- miro a mi hija feliz riéndose mientras juega con sus tíos-me parecía tan lejano.
- Todos los malos momentos que Liz y tú vivieron en manos de esa víbora se acabaron. Desde ahora sólo habrá momentos felices- me abraza.
Ahora me doy cuenta lo tonta que fuí al no haber buscado a Christian cuando me enteré de mi embarazo. Debí haber escapado y venir hasta Seattle como hubiese podido.
- Ven, vamos a comer para que después vayamos a nuestra casa.
- ¿Nuestra casa?- Estoy sorprendida.
- Por supuesto, mi casa desde este momento será tu casa.
Me aparto de él, para mirarlo a la cara.
- Pero...
- No acepto una respuesta negativa- me da un beso en los labios.
¿Está pidiéndome que me mude con él?
- Está niña es adorable- nos interrumpe Mía.
-Lo sé, Mia. Gracias por haberla cuidado durante mi ausencia.
-No agradezcas. Para nosotros fue un gusto conocerla, y compartir tiempo fue lo mejor. También me da gusto que estés aquí con nosotros. Sé que aquí estarán bien.
- Gracias- sonrío
- No insista en agradecer y dime qué mañana iremos de compras-
- ¿De...de compras?- Estoy sorprendida.
La única vez que fuí de compras y lo pasé bien fue cuando acompañé a mi amiga Kate. Ella es de aquí de Seattle. Cuando tenga un tiempo la llamaré para juntarnos.
- ¡Si! De compras...¿Por qué me miras como si te hubiese dicho que la tierra es cuadrada?
- Vamos a comer. Tengo hambre- interviene Christian
- Oh, claro- responde su hermana.
Liz entra a la casa jugando con Elliot, y detrás de ellos entra Mía.
- Disculpa a mi, ello solo quiere agradarte- me dice Christian
- Lo sé ... Es sólo qué aún me parece un sueño todo esto que estoy viviendo, y me aterra despertar y darme cuenta que sigo sometida a Carla- le confieso
- Oh Ana, todo esto es real. Quiero que desde este momento empiece a disfrutar de tu libertad, y si quieres ir de compras con Mía, ve.
Christian me besa los labios.
- Ven. Entremos a casa.
Tomados de la mano entramos a la casa.
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