De rodilla ante ojos espectantes,
sedientos de sangre y muerte,
gotas naciendo en lluvia de recuerdos,
de una vida "pecadora".

Contemplen la muerte de un "pecador" que, por tratar de hacer prevalecer el amor,
fuí juzgado amargamente.

Arrodillate ante la soberanía común,
¿No deseas hacerlo?
El suicidio o el patíbulo, la muestra más grande de valor...
¿Cuál será?, ¿Cuál será?

Mirame con pasión, como las noches que juntos pasamos en vela revolcándonos en la cama,
sintiendo el calor de nuestros cuerpos.

Mirame y recuerda aquel amor,
no me dejes en la penumbra, en la incandescente luz que desde el patíbulo que me deja ciego, en la incandescente mirada de aquellos ignorantes espectadores.

De rodillas ante ojos expectantes,
sedientos de sangre y muerte,
¡Escuchen mi grito de júbilo y liberación!
"¡Amado Oscar, en ti queda la escencia mía más pura, jamás brindada!
¡Nunca olvides el placer y aquellas palabras amatorías que todas las mañanas al salir el sol, antrs de huír, antes de que las miradas de todos, cayeran sobre nosotros!
¡Oh amado Oscar, mi vida eterna, mi amor eterno, en la muerte encontraré el reposo, en la muerte nos encontrare...!"

De rodillas ante ojos expectantes,
sedientos de sangre y muerte,
el piso colapsa, y una cuerda de esparto me abraza el cuello.

Recuerden aquel magnicidio al amor,
cometido ante ustedes,
sobre aquel, patíbulo del terror.