Unas cuantas velas volaban alrededor de Xóchitl y T/n mientras caminaban por un pasillo hasta llegar cerca de una habitación llena de color rosa, las calaveritas de azúcar estaban jugando en esa habitación y una chica vestida de rosa tocando un órgano

— 🎶 Y los muertos aquí la pasamos muy bien 🎶 Entre flores de colores 🎶 Y los viernes si tal 🎶 Si en la fosa no hay plan 🎶 Nos vestimos y salimos 🎶 Para dar una vuelta, oh, oh, oh 🎶 Sin pasar de la puerta, eso si 🎶 — la calaverita azul bailaba con una muñeca que le da una bofetada — 🎶 Que los muertos aquí es donde tienen que estar 🎶 — la calaverita rosa intenta jugar al té en una pequeña mesa inclinada pero se le cae todo y empieza a llorar — 🎶 Y el cielo por mi se puede esperar 🎶 — lola última parte la canto en un chillido desafinado

Un pequeño perrito de color rosa salto a las piernas de la chica causando que se detuviera de cantar

— ¡Chichi! ¿De dónde sacaste ese hueso? — pregunto la chica a su mascota

La chica escucho pasos y observo a Xóchitl llegar junto con alguien

— Y ahora tú — ve a alguien atrás de ella — ¿Trajiste a tu novio? — T/n y Xóchitl se dan cuenta de que se agarraron de las manos

— ¡No, niña Teodora! El no es mi... — empieza a titubear — T/n es un amigo que anda buscando...

— No te hagas, Xóchitl — interrumpe la chica para empezar a tocar y cantar — 🎶 Conoció a su novio en el barro de los sapos 🎶 Y le da besitos al patán 🎶 Besitos, besitos, muchos besitos 🎶 — la canción molesto y sonrojó a Xóchitl

— Disculpa, Teodora, ¿No has visto a mi hermano? — pregunto T/n

En eso, Teodora observo bien a T/n y tuvo un pensamiento

— [ ¿Cómo encontró a alguien tan guapo? ] — se pregunto confundida — O sea, no seas igualado, primero que nada, háblame de usted — pregunto mientras que en secreto tenía curiosidad de T/n

— Ah, pues me llamo T/n Bakugo, estudio en los cursos generales de la UA, mis padres son Mitsuki y Basaru Bakugo, mi hermano es Katsuki...

— Digo, que me hables como el resto — respondió Teodora — A ver, repíteme tu pregunta

T/n tuvo una pequeña vena en la frente por la chica — Disculpe, señorita Teodora, ¿Usted a...? — es interrumpido

— Mi nombre completo es Teodora Vicente de la Purísima Concepción de la Inmaculada Trinidad Villavicencio, duquesa de Oraveraz, marquesa de Jujuy y niña de la Condesa

T/n volteo a ver a Xóchitl y ella asintió con la cabeza

— Eh, si, Teodora todo eso...

— Llámame solo Teodora

— Teodora, ¿Fuera usted tan amable de decirme si ha visto a mi hermano Katsuki? — pregunto T/n

— Si, el chamaquito ese que dice que tiene un hermano que le dicen Chisguete, y que grita: “T/n, T/n, ayudame” — fingió llorar para imitar las palabras de Katsuki — Y que van a sacrificar — resoplo molesta — Que le baje dos rayitas a su volumen — apunta a una dirección — El está por ahí

— ¡Katsuki, Katsuki! ¡¿Estás ahí?! — T/n intenta abrir una puerta de gran tamaño pero no lo logra

— Pero se ve que tú bajaste del cerro en cuatro patas, o sea, ¿No sabés que para abrir una puerta necesitas una llave?

— ¿Y tú tienes la llave? — pregunto T/n

— Mmm, Xóchitl — la llama — Tráeme un vaso con agua para refrescar mi memoria — ordenó

Xóchitl fue rápidamente a por un vaso y le puso agua con una jarra que había en la habitación — Si, creo que si la tengo por aquí — menciono Teodora mientras Xóchitl le entregaba el vaso con agua que escuoe al instante — Está agua está mojada — se quejo

— ¡Por favor, acuérdese dónde! — pidió T/n

— A ver, hagamos esto, niño, ponte de cabeza, así la sangre llega más rápido al cerebro y hace clic en la memoria — dijo Teodora

— ¡Si la que se tiene que acordar es usted! — dijo T/n

— Pero el que tiene sangre en el cerebro eres tú, o sea, hello — respondió Teodora

T/n da un gruñido molesto — Tratar con esta chica debe ser la peor prueba de esta casona — se para de cabeza

— Y eso que no has pasado 259 años aquí con ella — le menciono Xóchitl en un susurro

— ¡Esperen, esperen! — dijo Teodora — Mi cabellito está fuera de lugar, Xóchitl tráeme mi cepillo rosita

T/n aprovecha eso y responde antes de que Xóchitl lo fuera a buscar — Es que su cepillo rosita está del otro lado de esta puerta — Xóchitl sonrió ante la respuesta de T/n

— Pues abre la puerta — menciono Teodora mientras T/n caía al suelo — La llave la tiene Chichi colgada

T/n se levantó y se acercó al perro para agarrarlo mientras por un momento gruño, intento agarrar la lleve pero Chichi lo muerte da un pequeño grito de dolor por lo que utiliza la llave aún colgada del perrito para abrir la puerta y dejar al perrito colgando

— ¡Ahhh! ¡Mi Chichi! — Teodora rápidamente va a agarrar a su mascota — ¿Estás bien, mi Chichi hermosa?

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— Ser o parecer, esa es la cuestión — Santos se encontraba en un pequeño sótano bajo en local en el que vivía, el sótano estaba adornado con varias calaveras, velas, pergaminos y estatuas de diferentes animales raros

Escucho las risas de algunas personas afuera del local desde abajo y observo que si reloj ya marco las once — Espérense una hora y van a ver si todo es gracioso — se ríe un poco

Santos escucha la voz de alguien intentando hablar y se voltea para ver a fray Godofredo amarrado y con un pañuelo en la boca — Ay, ya despertó, fray monjitas — se acerca — ¿No le han dicho que es de mala educación hablar con la boca llena? — le quita el pañuelo de la boca

— T/n y su hermano están en la casona junto al medallón y casi es la luna llena — dijo Godofredo con preocupación — ¿Que no sabes lo que puede pasar?

— Pasará lo que he planeado toda mi vida, guarde por décadas el medallón esperando que la casona volviera para así darle el medallón a un niño para que entrara de alguna forma, y logré que entrarán dos — se sintió orgulloso de eso

— ¿Por qué lo has hecho, Santos? — pregunto sin entender el fray

— ¡Porque hace 259 años el antepasado de usted me dijo que tenía que ser fuerte! — explico con molestia — Y he sido fuerte, ¿No se va dado cuenta de quién soy? — pregunto serio — Soy el niño que estuvo en esa casona, seguí el concejo y fui fuerte, muy fuerte durante 259 años, mi madre me ha dejado vivir todo ese tiempo hasta el día de hoy  — explico Santos — Y día tras días, por años, espere con ansia está noche, La noche del fuego nuevo, por fin volveré a ver a mi madre — Godofredo observo a su asistente viéndolo desde una rendija del sótano — Ya ya no será solo voces y sombras

— Hijo de... La Nahuala — menciono Godofredo

— Está noche es la noche de la Nahuala, aquí en Japón, cuando haya poseído a Musutafu todos van a tragar camote — se empezó a reír para molestia del fray — Y está vez, ustedes no podrán hacer nada — se empieza a retirar — En tan solo unos minutos, la luz de la luna y el alma de T/n le devolverán a mi padre todos sus poderes — el asistente de Godofredo llegó y lo ayuda a liberarse en silencio

Santos regreso con un arma filosa en manos mientras sonreía — Así que frailecito, ahorita mismo... ¡¿Que?! — ve que ya no estaba — ¡Gordo infeliz! ¡¿Dónde te metiste?!

Santos sale del sótano y observo la calle vacía — Ah, ya se para dónde te fuiste, ¡Y te las verás otra vez conmigo!

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Godofredo y su asistente corrían para escapar y llegar a la iglesia a tiempo pero se dan cuenta de un lugar que conocían con las luces encendidas, la panadería San Juan, donde había un auto estacionado y dos personas entrando, eran los padres de T/n y Katsuki

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Continuará...

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