Las calaveritas de azúcar estaban dentro de un par de cuadros, cada uno en diferente, y la calaverita rosa se burla de la azul para después salir de su cuadro y empezar a correr mientras es seguido por la azul, la rosa se detiene y observa a un esqueleto tomando una cerveza mientras la azul se estrella contra la pared

— Katsuki... — T/n entro a la habitación mientras susurraba el nombre de su hermano

T/n entro seguido de Xóchitl, ambos sigilosamente, entraron a la habitación

— Katsuki, ¿Estás aquí? — pregunto T/n — ¡Katsuki!

Los dos siguieron caminando hasta que una extraña voz fantasmal se escuchó en todo el lugar

— ¡Xóchitl! ¡Ven aquí, Xóchitl! — una especie de susurro se escuchó — ¡Xóchitl!

La mencionada empezó a sentirse extraña y empezó a decaer

— Se nos acaba el tiempo, T/n Bakugo — Xóchitl se quedó sin energía de un momento a otro y empezó a levitar, seguido su cuerpo se empezó a mover hacia una dirección mientras T/n la intentaba alcanzar — Eres nuestra última esperanza...

T/n vio como Xóchitl desapareció entre las paredes por lo que rápidamente empezó a subir las escaleras corriendo hasta que escucho la voz de Teodora

— La Nahuala es mi ama... — T/n observo a Teodora levitar y avanzar sin conciencia en el aire — O sea, ella me llama...

— ¡Teodora! — intenta evitar su paso pero el cuerpo de la chica lo atraviesa — Ay, ay, ay — sintió un escalofrío en todo su cuerpo

— Teodora... — la misma voz que llamo a Xóchitl ahora llamaba a Teodora

T/n siguió su paso por las escaleras hasta llegar al final y pasar por una entrada — ¿Teodora? — pregunto con miedo

Su mirada vio a Xóchitl levitando y llendo a una entrada — ¡Xóchitl!

La chica se volteo y vio a T/n con una mirada cansada — Se nos acaba el tiempo...

— ¡Xóchitl! — T/n corrió hacia ella pero una luz rosa la absorbe

Al llegar a una puerta, T/n se asomo y empezó a escuchar una voz conocida

— Chisguete...

— ¿Katsuki? — pregunto T/n mientras abría la puerta

— Chisguete...

T/n entro a un pasillo lleno de espejos colgados en las paredes mientras la voz de su hermano estaba presente

— Chisguetito...

La puerta se cierra de repente y con fuerza causando miedo en T/n

T/n se apoyo en un espejo para no caerse por la sorpresa del portazo pero en ese espejo ve a su hermano

— Hola, Chisguete — saludo Katsuki — Ya era hora de que llegarás, Chisguete — T/n empezó a voltear a todos lados confundido y observo como en todos espejos estaba su hermano

— No cabe duda de que no puedes hacer nada bien

— Te dio miedo entrar a esta casa, ¿Verdad?

— Es una vergüenza que seas mi hermano, JAJAJA — se ríe

— ¿Cuántas veces te has hecho pipi esta noche?

— Si cada vez que tartamudeas te doy un sopapo

T/n retrocedía con miedo con cada palabra que salían de los espejos, inconcientemente las lágrimas empezaron a salir de sus ojos al recordar todos los malos momentos que vivió con su hermano desde que fue diagnosticado como quirkless, lamentablemente para el las palabras aún lo habían terminado

— Uy, no, si no te voy a dejar aún más tarado

Todos los Katsuki se empezaron a reír mientras T/n lloraba del miedo

— ¡Ya déjame en paz, Katsuki! — armó toda su valentía para gritar

Con esas palabras todo el pasillo tomo un color rojizo

— Niño... — la misma voz que llamo a Xóchitl y Teodora sonó en el pasillo

T/n observo un espejo en el que se encontraba una extraña mujer, a la cual tuvo una idea de quién es, acompañada de su hermano

— ¿Esas seguro que quieres rescatar a esta... basura? — pregunto la mujer — La puerta está abierta...

Al lado de T/n se abrió un espejo como una puerta y se reveló el exterior de la casona, aquel bosque donde había perseguido a su hermano antes

— Puedes irte de aquí chillando como niño chiquito y librarte de tu insoportable hermano para siempre... — T/n parecía estar pensando esas palabras mientras se secaba sus lágrimas con su camisa

— Tiene usted razón señora Nahuala... Lo voy a hacer... — T/n parecía que iba a salir por esa puerta pero de un momento a otro lado cierra con todas sus fuerzas — ¡Me quedo a rescatar al insoportable de mi hermano!

— ¡Estupendo! — la Nahuala parecía alegre con esa decisión tomada — Es tu destino... — la Nahuala se empezó a reír para que después todos los espejos comenzarán a agrietarse

T/n observo esto y salió corriendo a la salida del pasillo mientras los espejos se rompían y manos delgadas hasta el hueso y con garras salían de los espejos rotos para intentar atraparlo

T/n con su balero intento protegerse y por accidente golpea a una estatua que abre un pasadizo debajo de el y por el cual cae

T/n gritaba asustado mientras caía por una especie de tobogán hasta pasar un cuadro giratorio y caer al suelo

— ¡Ay, virgencita, estoy completo, estoy completo! — se empezó a revisar con miedo — Estoy... ¿Dónde estoy? — se pregunto confundido

Al observar bien vio una habitación en mal estado, mesas y sillas desgastadas o destruidas tiradas en el suelo, estatuas de cabezas en algunos rincones, una alfombra desgastada, un candelabro viejo, libros viejos y varias estanterías viejas con los cristales rotos llenas de libros

T/n empezó a caminar confundido por el extraño lugar mientras miraba todo su alrededor hasta que observo una puerta, al lado de una estatua de caballero, de la cual salían una peculiar luz naranja

Se acercó a la puerta y se quedó parado delante de la estatua para observarla bien hasta que algo... O alguien salió de ella

— ¡Tened cuidado, pequeño! — una cabeza hablando en acento español salió del pecho de la armadura para asustar a T/n — Uy, uy, la criatura que aquí se esconde, madre mía, podría hacernos daño, es, sin duda, una bestia feroz, un terrible monstruo — menciono el anciano

Un libro cayó en el centro del lugar y de ahí salió una luz, después un pequeño torbellino de color azul empezó a aparecer seguido de un brazo verde, después empezó a salir un cuerpo y cola de rayas azules y rosas en su cuerpo, en su espalda había alas de mariquita y después salió su cabeza del libro con mucho esfuerzo

— ¡Agachaos, rapaz! — el anciano en armadura se movió delante de T/n mientras intentaba sacar su espada hasta lograrlo — Jolines, ¡Yo os protege...! — la cola de la criatura lo golpea para que se estrelle contra la pared

T/n observo como la criatura parecía... ¿Estirarse? Para después saludar

— Hola, niño — saludo amablemente

— Ho-Ho-Ho... — tartamudea

— ¡Ya veréis, criatura demoníaca! — el anciano se levantó — Voy a someteros como he sometido a muchos dragones como... — la cola de la criatura lo agarra del pie para atraerlo hacia el — a vos...

— ¿Cuántas veces tengo que repetirlo don Andrés? — menciono la criatura — No soy un dragón, soy un alebrije, que es muy distinto

Don Andrés intenta agarrarlo pero es vuelto a lanzar contra una pared

— Ah, que don Andrés — menciono alebrije — Niño, papi, los dueños de esta casona trajeron de España una armadura y venía con un fantasma incluido — se rió un poco mientras T/n lo veía con curiosidad — ¡Oye, yo soy el alebrije de la biblioteca? — se presentó

— Y yo T/n — se presentó

— ¿Acaso lees, T/n? — el mencionado asiente — ¡Sublime! Hasta que vino alguien con inquietudes intelectuales por aquí, ¿Oíste? Podemos comentar los versos de la Ilíada o Cervantes — agarra los dos libros, con la mano y la cola — ¡Mira, tengo la obra completa!

T/n recibe una pila de libros es sus brazos y se cae con los libros encima

— Cuéntalos. No, tengo algo más apropiado para ti — agarra un libro — ¡Los diálogos socráticos de Platón, con prólogo de Erasmo de Róterdam en latín, no, no, en latín, no. A lenguas se ve que no latineas

T/n se levantó tras quitarse todos los libros de encima — Si leo, pero solo cosas básicas, como algunas recetas de cocina o cosas de tarea, algunas veces leo libros completos como los de Harry Potter

— Ubícate, papi, Ubícate — dijo alebrije — Esta es una biblioteca, ¿Lees por no mucho? ¿Acaso no tienes interés por los clásicos?

— ¿Acaso no tienes interés por los clásicos? ¿Acaso no tienes interés por los clásicos? — T/n vio a alguien que conocía aterrizar en una pila de libros

— ¡Gaznate!

Don Andrés observo a Gaznate — Madre mía, pero si es un pterodáctilo prehistórico — se coloca frente a Gaznate y cubre a T/n y a Alebrije — Todos detrás de mi, yo os salvaré — saco su espada

— ¿Y que es un alebrije? — pregunto T/n confundido

— Mira, niño, los alebrijes somos sueño y realidad — empezó Alebrije a explicar — Mitad de un animal, mitad de otro, y la otra mitad es pura cola — abrazo su cola — En el mundo de los muertos, somos como las cucarachas de la cocina o los perros callejeros en el mercado, claro que hay diferencias, yo, por ejemplo, soy un Alebrijulus biblus pendulae — se coloca unos lentes — Mira, un alebrije de la biblioteca — se quita los lentes

— Ujuy... ¿Y has juntado tantos libros con tu magia? — pregunto T/n con curiosidad

— No, los junte pudiéndolos prestados — se rió un poco para decepción de T/n — Niño, papi, yo lo sé todo... Todo... Pregúntame lo que quieras, órale

— ¿Sabes dónde está mi hermano?

— Oye, no, tampoco. No trabajo de detectives, ¿Eh? Soy un alebrije urbano — Don Andrés seguía persiguiendo a Gaznate

Las calaveritas que se bajaron de una estantería al ver a Gaznate pasar y Don Andrés se detuvo al verlas — Yo los protegeré de esos dos temibles y monstruosos gigantes — las calaveritas se ven confundidas, Don Andrés las intenta golpear y la azul se para arriba de la rosa para confusión de Don Andrés — Bueno, ya vencí a uno, pero el otro es enorme, ¡Os venceré y llevaré vuestra cabeza como trofeo a mi amada Dulcinea! — empieza a perseguir a las calaveritas que huyen

— ¿Dulcinea? — detiene al caballero — Ubícate, roquito, ubícate, su no tienes ni perro que te ladre — ambos se ven molestos hasta que escuchan un rugido

Los tres voltean a una puerta y ven llegar al perrito de Teodora que ladra

— Ay, pero si es un pequeño perri... — Alebrije es interrumpido

— ¡Peligrosísimo león que os quiere atacar! Sostengan vuestros calzoncillos, yo os salvaré — grita Don Andrés y se lanza contra Chichi

— ¿Un león? Ay, Don Andrés, cuando coma nopales, quítale lo baboso — menciono Alebrije y se acerca a T/n — Haber, me decías que quieres saber dónde está tu hermano, ¿Cómo se llama el?

— Katsuki Bakugo, tengo que salvarlo de la Nahuala — Alebrije se queda helado al oír lo último

— ¿La Nahuala? — pregunto con voz quebrada

— ¿Cómo? ¿Habéis dicho la Nahuala? — pregunto Don Andrés con miedo mientras se quitaba a Chichi

— Imagino que sabes que la Nahuala es un ser terrible que puede transformarse en cualquier cosa — titubea asustado — Podría ser un guapo alebrije o un viejo como este que anda por aquí — señala a Don Andrés

— La Nahuala podría ser este feroz león — levanta a Chichi

— La Nahuala es tan vil que... — respira profundo — Ay... — se acerca a Don Andrés — Don Andrés, la Nahuala podría transformarse en un niño que busca a su hermano, este... — señala a T/n que los escucha

— ¡No soy la Nahuala, soy T/n Bakugo!

— ¿Y si si fueras? — pregunto Alebrije — Este vejete y yo estaríamos locos si te ayudamos, no hombre

— ¡Yo os salvaré, bella en indefensa lagartija psicodélica! — grito Don Andrés — ¡Atrás, atrás, Nahuala maldita! — asusta a T/n pero no puede agarrar su espada pues se le resbaló

— ¡Si no me vas a creer, haz lo que quieras pero no tengo tu tiempo! — grito T/n molesto

— Tiempo... — menciono Alebrije

— Caray, el rapaz tiene agallas

— Tiempo...

— O mucha pisa, no sé

— Tiempo... — las luces cambian y aparece un micrófono al lado de Alebrije — ¡Tiempo de iniciar el reto de la biblioteca!

.
.
.
.
.

Continuará...