Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Vigilia


Los días siguientes tampoco presentaron hechos relevantes o fuera de lo común. Mi rutina siguió más o menos el desarrollo normal, correspondiente a la época de cosecha. En las mañanas iba al servicio agrícola, en las tardes daba la clase en la Escuela y en las noches descansaba en casa.

A Loretta le llevaba a la playa, luego me acompañaba a la clase y en el consultorio compartía con Álvaro, quien, por su parte, realizaba su propio estudio. Ella siguió recuperándose cada vez más. Ya no lloraba en las noches como lo hacía antes, tampoco se sumía en la melancolía. De vez en cuando se vestía de ese velo de tristeza, pero no era muy frecuente ni se prolongaba por mucho tiempo. Consiguió avanzar una enormidad en el aprendizaje de nuestro idioma. Podíamos tener algunas pequeñas y dificultosas conversaciones, pero esto en sí mismo representaba un gran progreso. Yo apenas había aprendido 3 o 4 palabras de su idioma, por eso le admiraba mucho. Hacer un intento de conversar en su lengua era lo más inútil y cómico que se nos podía ocurrir.

Disfrutaba mucho de su sonrisa y así se lo hice saber (por lo menos eso creo). Cuando lo hacía, afloraba de sus labios tan espontánea y libre, que en vez de acompañarla en su alegría me abstraía en la hermosa forma en que la manifestaba. Sonreía, jugando con las ardillas, cantaba por las noches, mientras ayudaba a mi amigo el doctor en alguna tarea médica. Se partía a carcajadas al oír mi graciosa enunciación de su idioma. Encariñada con los niños de mi clase, les hacía muecas y maromas para regocijarse con su gozo. Lo hacía con la más descarada opulencia, con la más exuberante beldad.

Mientras disfrutaba de su presencia también me afligía. En el fondo tenía miedo, miedo de no verle más. Un horrible temor, un presentimiento, un mal augurio. Y de la existencia de ese temor, la culpa era sólo mía; encerrado en la soledad que antes viví, un estado al cuál yo mismo me desterré, no pensaba en otra cosa más que en auto-compadecerme y en culpar a los demás de mis desgracias. Creía que esto era lo mejor y nunca intenté escapar de ese aislamiento, al contrario, me hundía cada vez más. Al principio estimaba que no podía salir del encierro, no me daba cuenta que sí podía; tapaba mis ojos y no escuchaba a la realidad que me llamaba. Me aferré al recuerdo de Sandra, convirtiéndola en una daga, con la cual me hería todos los días y a cada momento me culpaba de su muerte, de mi cobarde pasividad ante su sacrificio.

Loretta había roto el hechizo, pero encadenándome, arrastrándome a otra dependencia sentimental.

Sumido en esa adicción a la soledad nunca me preparé para prescindir de ella, y ahora pagaba las consecuencias de ese error. Loretta fue mi nueva salvadora, sin embargo, gracias a esa misma necesidad, debería decir: incapacidad, podría también convertirse en mi verdugo. Necesitaba su presencia, si me la arrebataban quedaría otra vez vacío y sin vida.

Era doloroso admitirlo: yo era un desesperanzado que, habiendo encontrado una débil esperanza, no podría soportar perderla otra vez. Todavía no superaba el trauma de la inmolación de Sandra y ya estaba angustiado por otro problema. Estaba mal, no era ni bueno ni normal. Jani tenía razón, debí haber escuchado sus consejos y no dejar que esa perturbación (nacida con la muerte de mi novia) creciese más, pero parecía ser ya tarde. Sólo me quedaba Loretta como esperanza y trataría por todos los medios de no perderle.

Esa madrugada, de viernes para sábado, fue larga y ausente de sueño. Faltaba sólo un día para entregarle a los Ancianos. ¿Qué ocurriría después?

Como ya dije tenía miedo, mucho miedo. No había razón aparente para sentirlo. ¡Pero, allí estaba! Alojado en mi corazón, en mi alma. Es irónico que hasta hacía pocas horas antes mi actitud era optimista y alegre. Unas horas después me hallaba hundido en el fatalismo y el pesimismo. No sabía por qué sentía eso. Era una sensación extraña que oprimía mi pecho y había ahuyentado la frágil tranquilidad.

Presa de una angustia paranoica esa noche mojé mis sábanas con un llanto confuso y solitario. Hasta que, desgastadas mis fuerzas, me dormí en un instante impreciso.

El sábado me levanté ojeroso, con los ojos enrojecidos, agotado y bastante fuera de mí. Jani se alarmó al verme así. Mamá Silvia ni siquiera se dio cuenta, faltaban 2 días para el inicio del concurso y salió apresurada muy temprano en la mañana, según sé: a una reunión del comité comunal.

—Sí no me equivoco, no dormiste bien anoche —me dijo mi hermana.

—Para qué negártelo, no pegué un ojo —¿Qué es lo que te preocupa? ¿Temes, a punto de iniciarse el concurso, que yo quedé elegida?

—No, no es eso —contesté de manera inmediata.

—Ya te dije que papá Kai me dijo que ... —intentó decir.

—No, no es eso —repetí —. No es por ti.

— Es por "Lore", ¿verdad?

—Sí, es por ella.

—¿Te estas enamorando de ella? —preguntó —Te estado viendo. Como la miras, como la tratas. Y yo te conozco bien hermanito, sé de tu soledad, sé que sólo ella podría llenar el vacío que dejó Sandra en tu alma. Ella es tan especial, tan exótica, tan bella y tan rodeada de misterio que es difícil para un hombre como tú resistir su inconsciente seducción. Además, es tan tierna y sensible que no pudiste evitar enamorarte. Ninguna podía compararse con Sandra, ninguna de las chicas que tú conoces llenan esos requisitos. A ti te parecen frívolas y poco interesantes, ya que han sido criadas bajo preceptos que a ti no te gustan y por eso, sin proponértelo, les descartaste sin miramientos. Además de empeñarte en no traicionar su recuerdo —completó.

—¡Vaya! ¡Sí que me conoces! —dije, maravillado ante su análisis.

Ella sonrió, satisfecha de su capacidad intuitiva y observadora.

—No te culpo por hacerlo y realmente me alegra que esto haya ocurrido, aunque se ve un poco extraño. ¿Amor a primera vista? Bueno, no importa. Yo siempre te he dicho que debías olvidar lo que pasó con Sandra y empezar de nuevo, sólo que nunca me oíste. Me alegra mucho, ella es una buena chica; si logra aprender nuestro idioma las cosas marcharán bien —manifestó contenta.

—Sí, tienes razón —dije todavía apesadumbrado.

Aún no encontraba consuelo para mi extraño presentimiento. Jani se dio cuenta que había algo más e intentó averiguarlo.

—Yo pienso que todo está y estará bien, ¿qué es lo que te preocupa en realidad? —inquirió, inquieta.

—Pues, verás, no lo sé.

—¿No lo sabes? —preguntó, colocando sus manos en la cintura.

— No. Y eso me preocupa aún más.

—Eres mi hermano y creo conocerte mejor que nadie, pero ahora mismo no te entiendo —comentó muy confundida.

—Quizás, es que temo perderla —contesté no muy seguro.

—¿Crees qué no pueda llegar a amarte?

—Quizá.

—Por qué no habría de hacerlo. Tú eres un hombre maravilloso, cualquier mujer te quisiera a su lado —afirmó —. Inteligente, buen mozo, cariñoso, sentimental, un poco loco y totalmente excéntrico, el hombre perfecto —dijo medio en broma, medio en serio.

—Está bien, tú ganas —asentí, cambiando de semblante.

En realidad, el cambio de expresión me duró sólo un rato. Mientras iba camino a ver a Loretta pensamientos sombríos se apoderaron de mí.

Llegado al consultorio, noté cierta preocupación en el rostro de Loretta, intuía que mi desasosiego tenía que ver con ella. Álvaro estaba bastante ocupado así que no nos acompañó esa ocasión, luego de un breve saludo, salió de la habitación.

Ella se había recogido el cabello y se veía diferente, aparentaba ser mayor de lo que era. Caí entonces en cuenta de otro pequeño detalle que se me había escapado: yo no sabía cuál era su edad. Algo trivial en apariencia pero que podía ser importante en un futuro.

Ya repuesto de mis confusos pensamientos o sentimientos, le sonreí, tratando de pasar esa página amarga que yo mismo había producido. Loretta miró hacia abajo; al parecer avergonzada, ¿de qué? No lo sé. De todas maneras, a mí también me costaba trabajo verle de frente e hice lo mismo que ella: bajé la mirada y esperé a ver como se desarrollaban los acontecimientos.

Jani llegó también al dispensario, para recordarme que se acercaba el momento de ir a llevar los productos artesanales y frutales de la familia al centro de distribución y terminar de hacer la lista de peticiones para la semana siguiente. Álvaro me preguntó si Loretta estaría con nosotros en la semana que se avecinaba, para colocarla en la lista como comensal regular.

—No, no creo. Tú sabes, mañana debemos llevarla al Consejo Menor y entregar la tutela física a los Ancianos —le dije mirando hacia el bosque por una ventana.

Jani se acercó a Loretta, le abrazó con mucho cariño y avanzó con ella hacia mi figura, mientras le acariciaba el pelo.

—¿O sea qué no estará con nosotros? —preguntó.

Le había tomado mucho cariño a "Lore".

—No lo sé, eso no depende de mí; espero que sí —respondí con congoja.

Esta vez fui yo el que le abrazó con ternura, ella me correspondió de la misma manera. Era mi último día completo con Loretta, así que había que aprovechar cada instante para sentirla cerca, para sentirla mía.

—Sabes, hacen una bonita pareja, si yo tuviese talento de pintora inmortalizaría en un retrato la hermosa estampa que se refleja en su abrazo —comentó mi hermana muy emocionada.

—Gracias, por la parte que me toca —contesté.

Por nuestra parte, ya habíamos llenado el formulario de peticiones, entre las cuales figuraba un caballo. El nuestro había muerto el mes pasado y hasta ahora no habíamos podido conseguir un sustituto. Yo no me encontraba informado cómo iban las cosas en el criadero municipal, pero esperaba que nos otorgasen uno esta misma semana porque los próximos 12 días no habría mucha actividad en los centros de distribución de toda Gaiana gracias al certamen, las fechas de festejo y, por supuesto, la inmolación. Sino tendríamos que esperar a que pasen esos días de celebraciones para optar por uno para la familia. Jani anotó además ropa íntima de mujer, según ella para regalárselas a Loretta.

Habiendo eliminado el dinero y el oro, como medio de obtener los bienes materiales y el alimento necesario, un sabio Anciano ideó este método. Un procedimiento bastante sencillo y que, a pesar de que, en un principio, a la gente se le dificultó adaptarse, pasó de ser una cuestión de conciencia, ecuanimidad y necesidad, a una costumbre, una simbiosis que se cumple puntual y sin quejas. En la actualidad es algo que se hace como la cosa más normal del mundo. Siendo, de hecho, una cuestión de cooperación para la supervivencia. Como sucede con estos asuntos, las personas crecen en el ambiente y en esa crianza obtienen la vaga conciencia de que es algo necesario y luego se convierte en algo rutinario.

Lo cierto es que el método ha dado buenos resultados hasta ahora y la gente ya aceptó el mismo. No hay así disputas ni reclamos por lo inaccesible de los productos, no existen los robos ni los engaños. Todo es eliminado por una eficaz educación del niño en su seno familiar, se le enseña el amor al trabajo, la honestidad y el orgullo que representa que otras personas se sirvan de ti y de tus cosas. Claro, que también se le inculca al niño a temer a los volcanes, el chisme, la vana tradición del sacrificio y la disfrazada ambición del honor y la popularidad. Nada es perfecto.

En las escuelas se hacen sondeos de capacidad, después se clasifican los estudiantes según sean las aptitudes detectadas, pasando luego a un ciclo básico desde los 6 o 7 años hasta los 13 o 14 años. El joven escoge entonces sus estudios superiores de una gama de profesiones que han sido pre-escogidas según sus propias aptitudes. En la etapa básica se enseña el respeto a las leyes naturales y a la naturaleza en sí, el respeto a la vida humana, el respeto a los Ancianos, a los padres y en general hacia los mayores de edad. En materia de religión se les presenta la oportunidad de sentir la presencia de la Entidad Suprema del Cosmos y su corte de Señores.

Creemos que existe un orden de tipo cósmico mucho más allá de nosotros, mucho más allá de las estrellas, en el espacio, detrás de los cielos. Denominamos Cosmos a una figura simbólica del creador de los tiempos, que se piensa, rige los universos con una extraña energía; muy poderosa. Algunos dicen que la fuente de esa energía reside en el amor y que, cuando alcancemos un nivel suficiente de pureza espiritual, podremos dominar esa fuerza. Entonces, sólo entonces, saldremos de estas cáscaras que llamamos cuerpo humano y emprenderemos un viaje en busca de la Causa Primera del Cosmos.

No sólo saldremos de nuestro cuerpo, sino que también abandonaremos la tierra para buscarle entre las estrellas. Será una búsqueda perenne, en la cual encontraremos la verdad de todas las verdades y en ese momento seremos realmente sabios y nos convertiremos en Señores.

Los Señores vendrían a ser un nivel de existencia inferior a la Principio Primero del Cosmos, pero superior a nuestras vidas terrestres y que, en cierta forma, están encargados de supervisar nuestra evolución. Además, son los responsables indirectos de ciertas actividades naturales, ellos vigilan y regulan el equilibrio y que este orden no sufra alteración alguna.

Muchas veces nosotros tergiversamos ese balance y ellos, en su misión de mantener la estructura en línea, tienen que tomar una serie de medidas, un tanto drásticas a veces, para colocar las cosas en su lugar de nuevo. El mejor ejemplo de ello: el Gran Cambio. Los humanos de esa época mancharon el orden y el equilibrio, esto se manifestó o se tradujo en un cataclismo mundial, que si bien fue causado por las erróneas actuaciones humanas fue respaldada por los Señores que vigilaban la tierra.

Tanto en la etapa básica, como en los cursos superiores el método de enseñanza, se basaba en el tipo socrático de manera casi total. Este había sido ideado hacía muchos años atrás por un sabio de la antigua humanidad llamado Sócrates. No se tomaban apuntes salvo contadas ocasiones, el aprendizaje era dictado y comentado en breves charlas. En estas, los alumnos actúan de forma efectiva en la clase con el profesor. La manera de interactuar queda a juicio expedito del preceptor, pudiendo ser mediante juegos educativos, talleres vivenciales, prácticas de la teoría, debates, excursiones y exposiciones.

Toda enseñanza teórica viene secundada por la puesta en práctica de las mismas, esto es a nivel general. Con las excepciones de historia y religión, que se enseña con otros procesos.

El trabajo de la tierra fértil y las ciencias naturales son las materias donde se pone mayor énfasis y dedicación. Ya que, siendo una sociedad vegetariana, de manera fundamental, las comunidades de Gaiana dependen de la producción agrícola para sostener, su propia supervivencia. Y como la naturaleza es la fuente de todo ese sustento era preciso mantener y conservar intacto su balance, en la medida de lo posible. La cacería está prohibida, la pesca regulada y existían criaderos de diversas especies animales para asegurar el aprovisionamiento continuo de ese recurso orgánico y a la vez preservar su existencia, es decir: proteger que no se explote de manera indiscriminada.

Las artes también tienen un papel importante en la educación del niño. El teatro, la música, escultura, pintura, literatura y poesía. Se organizan concursos infantiles y juveniles entre los diferentes cursos y entre las ciudades como medida para fomentar el intercambio cultural. En las fechas de festejo, se celebran muchos de esos encuentros culturales siendo las exposiciones representativas de la ciudad sede, el principal atractivo y el principal proveedor de las mismas.

En materia de deportes si consideraba yo que estamos atrasados, no existía un programa de incentivo para ello. Cada quién y cada cuál practica el deporte que quiere o que puede, sin que hubiere una institución que coordinase dichas actividades. Era una lástima que no se le prestase atención suficiente al deporte porque, aun no habiendo mucho espacio para desarrollar campos de juegos en las islas, se está desaprovechando una valiosa vía para formar a nuestra juventud, aparte de que es una actividad saludable y educativa.

En medio de este maremágnum educativo se le inculcaba al niño lo importante de la cooperación entre los individuos de una sociedad, trabajar para el prójimo tanto como para ti mismo.

Luego de desayunar y completar la lista de peticiones, estando cargada la pequeña carreta familiar con nuestros productos, que consistían más que todo en vestidos (confeccionados por Jani y mi madre), frutas variadas (provenientes de nuestro huerto familiar), algunas herramientas agrícolas, hilos y cintas, platos de arcilla y otros enseres pequeños; mi linda hermana partió a hacer entrega de nuestro honroso trabajo. Mientras Loretta y yo fuimos hacia la playa, a pasear y compartir tiempo valioso.

No sé por qué, me pareció que, el paso de Jani por las calles de Auyani, iba a ser algo así como un desfile preliminar. Algo que permitiría a mucha gente observar su belleza para luego elegirla como su favorita. La futura reina del certamen salía a pasear para sopesar su popularidad.

En las calles de Auyani las personas se hallaban muy agitadas, aun siendo sábado era demasiada actividad humana, no era normal. La causa era el concurso, la inmolación y que, tomando en cuenta que venían 12 días prácticamente nulos, las personas querían entregar sus productos y hacer sus peticiones de última hora. Era uno de esos días donde ves personas caminando de un lado a otro como hormiguitas alborotadas. También influía el "después". La gente siempre deja todo para después (también me incluyo, yo no soy mejor que nadie) y ya en el momento postrero se aglomeran en torno a la tarea común que dejaron de realizar, creando estos congestionamientos, en cierta forma innecesarios.

A pesar del alboroto, el singular aspecto de mi acompañante no dejó de arrastrar la atención de aquellas atareadas personas. Todavía no se acostumbraban a su presencia, aún ejercía una peculiar atracción en la muchedumbre. La que, si se había habituado a esa constante observación de su figura, era ella. Creo que encontraba divertido y agradable el interés que la gente mostraba por ella y que, como toda buena chica que se precie de serlo, es un tanto coqueta y le encantaba ser el centro de atención de las miradas.

Nos detuvimos un instante para saludar a un alumno y nos internamos por el bosque, en busca de la playa. El camino, como era de suponer, se encontraba solitario. Sólo nos tropezamos con 2 o 3 personas en el trayecto. Loretta iba muy alegre y alborozada, observando la arboleda y apreciando hasta las más diminutas piedras del camino. Con ellas se divertía, dándole con los pies como si fuesen pelotas de juego. Yo me hallaba también entretenido, pero con ella, le miraba tan feliz, tan radiante, que me era difícil imaginar que apenas una semana atrás ella había llegado a mi vida, empujada por extrañas circunstancias, y que luego de ese lapso se encontraba recuperada de ese acontecimiento. Difícil de comprender era así mismo el hecho de mi enamoramiento, yo no soy así. Habían transcurrido más de un año desde la muerte de Sandra y en todo ese tiempo no pretendí a ninguna chica. Ahora apenas en un ciclo estaba perdidamente atraído por Loretta. Era un poco ilógico.

¡He dicho ilógico! ¡Sí su belleza haría temblar a cualquiera! Y yo era su víctima más vulnerable, la mosca más ingenua que podría entrar a sus redes. Talvez el ilógico soy yo A veces soy el ejemplo del análisis y la comprensión pura y en otras soy una maraña enredada de pensamientos absurdos.

El Sol se encontraba oculto por un bosque de nubes grises. La temporada de lluvias se acercaba; la época de mayo. El cielo mostraba un aspecto más pálido y tranquilo, el horizonte demarcaba un excelso contraste con el inquieto océano. Se notaba de la brisa, su ausencia, ésta ya no acompañaba al calor para secar nuestros rostros, los paisajes, las rocas. Trastornando el ambiente, un cambio armónico con las fechas venideras. Los Señores, a sabiendas que las conmemoraciones del Gran Cambio se hallaban próximas, transforman el entorno para que compagine con lo penoso del acontecimiento. El cielo llora y la tierra recoge sus lágrimas porque las necesita para vivir. Y mientras llueve nosotros sacrificamos una virgen porque creemos (estúpida idea) que es indispensable para sobrevivir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro