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🐜 = 🦋 / 22 - Nae.

Hay algo que todo el tiempo ha atormentado a Mina.

No le molesta. En cambio, le trae una extrema curiosidad y preguntas a la mente. Desde ese día en que aterrorizada había visto a Jeon Jiyu por esa ventana, cuando supuestamente estaba desaparecida, ese día Mina empezó a tener suposiciones, respuestas inventadas para justificar lo que estaba viviendo.

Primero, no entendía como de un día para otro la chica pareció. Era como algo repentino, pero también Mina sabe que era la única manera en que ocurra. O sea, alguien desaparecido no daría aviso de aparecer en una semana, claramente sería repentinamente.

Esto era extrañamente diferente, y más para Mina.

Y esa vez de ver por la ventana no era la única que la perturbó, hay un trasfondo más escondido, el cual Mina forzó a encerrar por el miedo. Pero no quiere dejarse llevar por el miedo.

Por eso mismo llevaba algunos días pensando si debería contarle a Nayeon sobre lo que sabía, sobre lo que la atormenta.

El miedo la hace sumirse a lo vulnerable, y lo vulnerable la hace débil ante los que quieren hacerle daño. En todo a su alrededor hay quienes quieren hacerle daño, tal vez ahora tiene a Jihyo y Nayeon, pero no siempre pueden protegerla. Mina puede sentir siempre tan bonito cuando la cuidan, pero sabe que no es para siempre, no siempre podrán estar ahí salvando su bienestar.

Mina quiere tener el poder de salvarse a sí misma.

Últimamente había estado saliendo más con Nayeon, disfrutando de cómo las citas cada vez se hacían más frecuentes. Ahora había encontrado el apodo de 'Nae' para ella, así ahora Mina sentía que ese apodo era de ellas, donde solo ella podía decirlo, y ya se lo advirtió a Jihyo. Jihyo se había reído, pero aceptado al fin al cabo. Incluso Nayeon conoció a su hermanita. Cuando los Myoui habían salido, dejándole a la bebé a Mina para que la cuidara, Mina invitó a Nayeon para que conociera a la personita que realmente amaba. Nayeon no era demasiado buena con niños, pues no recuerda alguna vez de realmente interactuar con alguno, pero había hecho reír varias veces a la bebé. También salieron a comer al bosque, como era costumbre para estar solas.

Su relación se fortaleció. Pasan tiempo a solas, hablaban de todo, sus pensamientos. Lo que pareció gustarle a Mina era compartir ideas de un tema y luego llegar a alguna conclusión, era como reflexionar entre ambas. Con Nayeon podía hablar de lo que sea.

Nayeon, o como realmente se llame.

Ahora estaban en cama. Nayeon solo llevaba unos boxers femeninos, y Mina estaba completamente desnuda, sentada en los muslos de la castaña, abrazada a ella como su no quisiera dejarla ir, y no quiere dejarla ir.

— Quiero contarte algo — se atreve a alzar la voz, casi sintiendo como sus cuerdas vocales querían forzarla a no hablar, apretando su garganta, pues los nervios empiezan a atacarla, ocasionando también en su estomago un golpe incómodo.

— Puedes contarme lo que sea, bonita — en cambio Nayeon estaba bastante cómoda, sintiendo su corazón latiendo de la felicidad por tener otra vez a su persona favorita abrazada a ella.

— Tiene que ver sobre ti.

— Uhum — la castaña no tiene ningún problema con eso.

— ¿No hay nada de malo en eso? — aún Mina sigue mostrándose nerviosa, incluso su respiración tartamudeaba de forma constante, lo que ocasionó que Nayeon se separara y tomara delicadamente sus mejillas para hacerla verla de forma directa.

— ¿Mh? No, no lo hay — Nayeon negó suavemente con la cabeza, y Mina la observó con la cabeza ladeada — Si crees algo de mí, si te incomode o moleste, o si quieres pedirme algo, está bien, podemos hablarlo. Te escucho — su mirada comprensiva hizo a Mina armarse de valor, agarrando una fuerte respiración mientras pensaba en qué palabras usar.

— Yo sé que... emm... — aunque había practicado ya varias veces a solas, no era nada comparado con decirlo a la verdadera Nayeon y no a la imaginaria. Lo que más le ponía nerviosa, era que la castaña la veía de manera fija, esperándola pacientemente, pero también presionandola inconscientemente — ¿Podrías no verme y abrazarme? — pide, y Nayeon le sonríe dándole un beso en la mejilla, para luego rodear sus hombros con sus brazos y ya no verse a la cara. Mina se preparó, una profunda respiración — Yo sé... desde hace mucho realmente... que no eres Jeon Jiyu — eso casi detuvo el corazón de Nayeon y se intentó separar para ver si Mina no estaba jugando — ¡No te separes!... — pero Mina se alteró y se aferró a su torso — Por favor — susurra, haciendo que Nayeon solo trage duramente saliva y guarde silencio en la misma posición — Yo sé que Jeon Jiyu murió, por eso cuando te vi... me asusté demasiado — Mina confesó en un susurro pesado, esperando algún movimiento de Nayeon pero la castaña estaba totalmente quieta — Cuando tenía ocho años, yo me escondía detrás de las cortinas porque mi padre estaba enojado, y por la ventana vi como la señora Woohyun y ese chico Jungkook sacaban a Jiyu. Grité y revelé mi escondite a mi padre, solo me golpeó, pero yo ya había visto a Jiyu muerta — lo explicó tan rápido que Nayeon casi no le entendió, pero pudo captar lo importante — Por eso sé que no eres ella, no sé si eres Nayeon, o te llamas de otra forma. No importa quién digas ser, mientras de verdad me ames yo seré feliz con... quién sea que seas — ahí Mina sabe que terminó su discurso, todo lo que práctico había brindado frutos. No tartamudeó, pero ahora tocaba ver la reacción de su novia.

Siempre ha tenido la curiosidad de quién es, y también el miedo de que cuando confiese lo que sabe, que se aleje, lastimando su corazón apenas sanando.

Nayeon sí se separa un poco, apartándose del abrazo, pero se queda lo más cerca que puede de Mina, amando de la calidez de su cuerpo desnudo. Sus ojos se fijan en los de Mina, que se habían cristalizado de una manera superficial, dejando sus ojos más brillantes de lo que usualmente eran.

— ... Tú eres quien más merece la verdad, Mina — sus palabras relajan en consideración a Mina, y lo demuestra cuando la tensión de su cuerpo baja y sus hombros bajan en alivio, haciendo a la castaña soltar una sonrisa por su indiscreción — Escapé de un lugar en Corea, en el camino maté a dos personas, engañé a muchas otras y me hago pasar por la hija menor desaparecida ya que encontré su póster en redes sociales y encajaba bien con mi imagen — no diría detalles exactamente de cómo, pero sí los importantes, los pasos que siguió.

Mina pareció primero pensarlo mucho, capaz rebobinando sus palabras mientras analizaba. Nayeon había matado antes, había hecho engaños y llegó hasta ahí por todo eso. Mina se preguntó el por qué, se preguntó si a Nayeon le gustó hacer eso, si lo hizo por placer, si tenía sus razones o justificantes, o si era necesario.

— ¿Por-Por qué propósito? — esta vez tartamudea, pero no se permite avergonzarse por eso.

— Yo llegué a esa casa a robar — Nayeon confiesa, teniendo una sonrisa leve con unos ojos parecidos a nostálgicos, mientras mordía su labio inferior en espera de que Mina pudiera pensar bien en todo lo que le dice.

— ... Tú... ¿Te iras cuando lo logres? — el miedo de la pelinegro se filtra inevitablemente por todas sus expresiones, y hace a Nayeon soltar un pequeño gruñido en desacuerdo. Mina no quiere que se vaya, y Nayeon no quiere irse.

— Hace un tiempo yo ya había robado y estaba por irme, pero vi algo que me hizo regresar y poner cada cosa en su lugar — Nayeon observa cuidadosamente como Mina ladeaba su cabeza confundida — Te vi a ti por la ventana — ahora puede ver a ese rostro bello ponerse en tonos rosados por la vergüenza que le causó la confesión — No me alejare de ti por nada, Mina — Nayeon lleva sus manos hasta posarlas en las mejillas de la pelinegro, haciéndola sentir con la cara cálida. De pronto, la mente de Nayeon se llena del recuerdo de las palabras de Woohyun — ¿Todavía me amas? ¿Realmente no te da asco? ¿Nada? — sus palabras rápidas confunden y desconciertan a Mina.

— No... Realmente te amo, y por eso me alegra que no te alejes de mí — Mina sonríe tímida, buscando de nuevo aquel abrazo, ahora totalmente feliz y alegre de haber confesado lo que tenía dentro de sí desde hace mucho.

— Sí me llamo Nayeon verdaderamente... Im Nayeon, de hecho — Nayeon dice en un tono risueño, el cual Mina copia y sonríe.

— Me alegra, Nae — después de eso, ambas sonríen, y ambas se recuestan en la cama para disfrutar de la calidez de las sabanas que las tapan, pero más disfrutando de estar al lado de la otra.

#♡>☆

Kun se tiene que ir a un viaje de trabajo. Nayeon escuchó atentamente sobre algo de una obra que deberá hacer en otra cuidad.

Negocios y negocios.

Eso solo significaba que Nayeon debera ahora quedarse solo con los asesinos de Jeon Jiyu. No más papi que la salve de tener que estar en alerta por cualquier cosa que ambos quieran hacer. Tendrá que tenerles un ojo encima, porque nunca sabe cuando quieran hacerle algo igual que lo del veneno. Se había salvado por suerte de no tener apetito, pero esa no la perdonaba.

Habían matado a la rata. Claro que no lo perdonaba.

Nayeon estaba lista para actuar en contra. Le había dado el licuado con la rata dentro a Woohyun, pero eso no era un ataque. Darle esa rata en el licuado no mataría a Woohyun, mientras que el veneno que Woohyun le quiso dar sí la mataría.

El verdadero ataque sucederá hoy mismo.

Habían pasado solo algunas cosas desde la confesión de Mina. Jungkook había ganado algunos combates en esgrima, Kun hablaba sobre sus pinturas y algunos intereses de afuera, Woohyun siempre con un ojo crítico en Nayeon. Nada muy interesante realmente. También Nayeon le comentó a Jihyo que tenga sus maletas listas en estos días, al igual que le pidió su número porque estaba segura que algo grande estaba por suceder, y cree firmemente que Mina no la entregará a autoridades cuando ocurra.

Mina también ya sabía sobre que Jihyo estaba enterada de que Jiyu murió, y Jihyo se enteró de que Mina lo sabía cuando Jiyu se lo comentó el día del aviso para las maletas listas. Eran las tres con un pequeño secreto, y se sentía el grupo más unificado que nunca.

Nayeon respiró profundo, soltando un pequeño bufido al exhalar, mientras se encargaba de verificar toda la zona de aquella estación de trenes. Kun no se veía por ningún lado, mientras que Woohyun y Jungkook estaban discutiendo sobre un cartel cerca de las vías del tren.

Entonces era perfecto para Nayeon.

Cuando verificó una vez más a su alrededor, corrió hacia madre e hijo fingiendo que estaba jugando. No había cámaras, no había testigos, no había nada, solo estaba ella y su intensión de empujar a ambos a las vías, mientras el tren se estaba haciendo presente con los sonidos característicos.

Estaba por lograr su objetivo, casi sentía su victoria y casi fingía un llanto por su madre y hermano acabando de perder la vida, pero en eso alguien la carga en un abrazo aferrado. Nayeon puede ver que Woohyun la ve con ojos aterradores, mientras que Kun le daba un abrazo y un beso de despedida.

— No juegues así tan cerca de las vías, es muy peligroso, Blur — Kun había pensado que estaba jugando, como Nayeon fingía, pero Woohyun y Jungkook estaban completamente enojados viéndola solo sonreír inocentemente.

— Claro, papá. Nos vemos — se despide, forzando a su ira a enterrarse en su pecho, para evitar darle un buen golpe a ese señor por interrumpirla en lo que sería su gran victoria.

— Nos vemos, pequeña. Nos vemos, Kook. Y también nos vemos luego, mi amor — se despide de todos, soltando una sonrisa para luego irse, y en eso Nayeon se voltea para ver a ambos Jeon furiosos.

— Que las risas nunca falten — soltó una risa burlona, pero Woohyun solo la toma del brazo para jalarla hacia la salida.

— Nuestro acuerdo termina aquí, tú te regresas a ese psiquiátrico hoy — sus palabras suenan llenas de enojo, pero aún así parece haber un signo de razonamiento en ella, llegando a pensar que solamente matarla sería sospechoso.

Nayeon abre mucho los ojos.

No podía irse, no cuando le prometió a Mina exactamente nunca alejarse de ella. No podía decepcionarla de esa forma, tampoco cuando ya le dijo a Jihyo que alistara maletas porque la victoria estaba ganada. No. Nayeon debe ganar sí o sí, y eso se ve en sus ojos decididos.

No se contiene a una pelea limpia, muerde el brazo que la tenía apresada para hacer quejarse a Woohyun y que la suelte instantáneamente. Las llaves se le caen, y Nayeon en un instante las toma. Corre hacia Jungkook, hasta tumbarlo y golpearlo en el rostro para dejarlo sin dejarlo reaccionar. Con ese disturbio entre ambos, Nayeon corre hacia afuera de la estación de trenes, con la mayor velocidad en la que podían sus pies.

Escucha cómo le gritan, pero cuando llega a la camioneta, solo se sube y metros la llave hasta encender el motor. Cuando se escucha el rugir, Nayeon da una sonrisa burlona hacia afuera pata acelerar rápidamente. La sorpresa se da cuando en realidad retrocede y choca un auto haciéndolo pitar descontroladamente.

Nayeon maldice su inexperiencia con automóviles.

Pero pronto encuentra el acelerador y a la velocidad media arranca hacia afuera del estacionamiento, apenas controlando lo que era el volante. Se sentía extraño, pero también satisfactorio al ver por los espejo como Woohyun y Jungkook casi se arrancan el cabello de frustración.

Nayeon suelta una risa. No sabe a dónde dirigirse, pero solo toma camino recto hacia lo que conoce como el camino hacia su hogar. Hogar era Mina.

Planea todo rápidamente. Se va, convence a Mina, pasan por Jihyo y las falsificaciones, y a la fuga para alguna cuidad cercana mientras pueden refugiarse en algo mejor.

Todo su plan rápido se estropea cuando las sirenas de automóviles policiacos suenan, y Nayeon recarga su cabeza en el volante, mientras se detenía al verse atrapada ante los justicieros de la ley. Tiene ganas de golpearse contra al volante, pero mejor desesperadamente piensa en qué hacer. No puede dejar a Mina.

De pronto, los policías están parados junto a la ventana, con un rostro serio y le indican que baje de la camioneta.

Maldita mierda.

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