🐜 = 🦋 / 07 - Arrepentimiento.
Despues de leer aquel diario donde puede lograr actuar más creíble y practicar sus palabras, Jiyu duerme solo, para al pasar de las horas ser despertada por un padre cariñoso y feliz y darle los buenos días a su hija. Se podía acostumbrar bien a que Kun llegara y la despertara así.
Lastimosamente en todo el maldito día no puede ver a Mina, y supone que está en la preparatoria, pero después de eso tampoco puede verla, así que suspira y se va a hacer cualquier otra cosa para pasar el día. El aburrimiento a veces es torturador.
Había leído aquel diario y repasando algunas actitudes que empezaría a adoptar, también algunos sucesos que pasaron estaban descritos en una letra no muy entendible pero al fin y al cabo la entendía. Podía hacerlos pasar como sus recuerdos, así sean un poco escasos en detalles más específicos.
Nayeon tenía un diario con ella, donde tenía un papel del psiquiátrico entre las hojas, algunos datos sobre sí misma, algunas cosas más como su fecha de nacimiento y información sobre ciertas cosas que se le complican. Era muy privado porque si alguien lo ve sabrían que ella no es Jeon Jiyu, y eso sería muy malo para lo que había planeado desde hace tiempo atrapada en ese hospital.
Guardó ambos diarios en un cajón, junto a la pintura que hizo de los labios pertenecientes a Mina, y bajó a cenar cuando se lo pidieron los Jeon.
Todo el día sin ver a Mina, pero se pregunta si después podrá verla. Luego se pregunta por qué le interesa tanto y sacude la cabeza para sacar esas tontas preguntas de su mente. Le llegaban tantas dudas del por qué no ha visto a Mina, pero ninguna respuesta había para ella, y también no debería preguntárselo con tanta frecuencia y necesidad.
— ¿Dónde quedó tu suéter amarillo, el que tenías ayer, Jiyu? — Woohyun pregunta después de una simple plática entre todos en la mesa. Había recordado que su hija el día anterior vestía de una prenda amarilla y ahora tenía una de color azul. Woohyun no recuerda que Jiyu se haya duchado, ni tampoco de encontrar aquel suéter amarillo que ella misma compró para su hija — Se supone que compre tres, y el que traes puesto sería el último limpio. Debo comprar más ropa para el invierno — a Jiyu le brillaron los ojos a la mencion de 'comprar'. Como solo había ropa más pequeña en aquel armario, tenían que comprarle alguna ropa de su ahora complexión.
— Debe estar por ahí. No recuerdo dónde lo dejé pero luego lo encontraré, mamá — contesta sin mucha preocupación, mordiendo la zanahoria y calabaza de la sopa que su madre les había preparado. A diferencia de muchas personas, si le gustaban las verduras, un poco menos que las carnes, pero le gustaban.
El timbre suena, interrumpiendo alguna cosa que el joven chico Jungkook quería decir. Jiyu gira con tranquilidad hacia la dirección de la puerta, pero ni siquiera logra levantarse cuando Kun ya estaba yendo a ver quién era el que osaba interrumpir una linda cena familiar. A Kun le gustaba pasar tiempo con su familia, todo segundo con su linda familia.
Jiyu se quedó expectante pero Woohyun le hace una pregunta que la distrae.
— ¿Te gustaría asistir a clases, Jiyu? — la pregunta la ofende. Bueno no, pero sí le disgusta. Ir a clases significa muchas personas y trabajo innecesario. Aunque ella tomó clases en aquel psiquiátrico, no fueron de las normales como en escuelas comunes, pero sí clases que la ayudarían a no ser ignorante de diversas cosas — ¿Fuiste alguna vez a clases mientras no estabas con nosotras? — pregunta con la intención de recibir información del supuesto secuestro de su hija.
— Muy pocas. No me gusta la abundancia de personas, así que prefiero no ir — pero Jiyu es muy seca, diciendoselo con suavidad pero sin mucha información de la que quería.
Antes de que Woohyun diga otra cosa, Kun entra junto a dos personas más que disgustan a Jiyu pero igual muestra una sonrisa dulce hacia las nuevas presencias que osan en interrumpir lo decente que iba la cena para Jiyu.
— El detective Kim, y la Dra. Chou han venido de visita esta cena — Kun avisa amablemente, sonriendo.
— Oh. ¿Quisieran comer un plato o... ? — Woohyun estaba dispuesta a levantarse para servir, pero ambos adultos niegan amablemente la oferta de comida.
— No, muchísimas gracias. Veníamos a hablar con ustedes, pero principalmente a ver cómo han estado estos días con la pequeña Jiyu — la Dra. Chou comenta, sonriendo y haciendo un gesto honorífico hacia la menor, quien se cruza dr brazos y hace un puchero.
— Ya no soy pequeña — Jiyu hace un falso berrinche haciendo reír a los demás, menos al joven Junhkook que está muy concentrado en su comida.
— Bien, niña grande, ¿cómo has estado estos días junto a tu familia? — con su característico buen humor la Dra. Chou se adentra en el comedor, siendo seguida por el detective Kim.
— Muy bien. He pintado y me gusta el patio — informa Jiyu sonriendo, mostrando inevitablemente su tierna sonrisa de conejito — Hay nieve y es lindo.
— ¿Qué sucedió con tu dedo? — Jiyu desvía la mirada hacia su mano, donde todavía está el curita puesto ya que la herida, no está abierta, pero puede abrirse.
— Jugaba con Kookie y me empujó, accidentalmente me golpeé el dedo y un poco el brazo. Pero estoy bien — la mera verdad, aunque realmente no estaba bien. Querer ahorcar a Jungkook no era estar bien. Sentía un resentimiento por él cuando recuerda que la empujó. Empujarlo de las escaleras sería lo justo.
— Oh, sí. Fue hace unos días — Jungkook dijo sintiendo la mirada dura de su madre puesta en el. Rió nervioso y mordió la carne para seguir comiendo, ignorando a los de su alrededor, cosa que la Dra. Chou nota sin poder evitarlo.
— Bueno. ¡Bienvenida, Jiyu! — el detective Kim Jongin le dice con emoción y una sonrisa — Es tarde para decirlo, pero es bueno que ya estés integrada a tu familia. Cualquier cosa puedes hablarlo con la Dra. Tzuyu, ¿lo sabes, no? — Jiyu asiente, sabiendo que es un truco para hacerle hablar sobre lo que sucedió en su ausencia — Ahora quisiera hablar con los señores Kun y Woohyun, en privado si me permiten — ambos mayores le asintieron, parándose, y Jiyu los imita.
— Yo terminé, quisiera irme a dormir.
Jungkook se quedó comiendo en aquel solitario comedor, mientras Jiyu en realidad siguió silenciosamente a los adultos. Los Jeon, junto al detective Kim y a la Dra. Chou, se sentaron en la sala para charlar sobre la ausencia de ocho años que tuvo Jiyu.
Todo fue lo mismo que Jiyu escuchó antes, querían saber qué le había sucedido, quién era aquella mujer que la secuestró, por qué es que se la llevó, qué cosas tiene Jiyu en la mente. Cuando Woohyun les cuenta a los tres lo que platicó con Jiyu sobre las clases, Jiyu se enojó porque ahora veía que cada minuciosa cosa que hiciera la podía delatar en la sospecha de cuatro adultos con sed de saber más. Tenía que ser mas precavida o las cosas se irían a la mierda.
Cuando los adultos se dispersan y el detective Kim junto a la Dra. Chou se irían, Jiyu se va silenciosamente a su habitación. Una hora y el silencio completo se instala en la casa, donde ella solamente puede pensar una cosa.
Debía escapar ya.
Se levanta de su cama con decisión, tomando una mochila que podría cargar. Se cambia completamente, colocando un pantalón negro para el frío, una mismo suéter azul, unas botas y unos guantes. Eso le sería suficiente para lo que quería hacer, supone.
Maldice al ver que faltan cosas de su habitación por echar a su mochila. Toma unos pendientes brillantes que había visto hace no más de unos días, no se los había colocado porque le gustaba apreciarlos en aquella mesa, pero esta vez los tomó para echarlos a la mochila. Su diario fue puesto en la mochila también y un cambio de ropa.
Salió con paso sigiloso, procurando no encontrarse con ninguno de los Jeon deambulando por ahí. Se dirige hacia la habitación de los padres Jeon, notando que ninguno estaba allí, así que se adentra y mete todo joya que le llame la atención. Cada brillante cosa la echa a su mochila, cada arete, collar, pulseras, todo que noté con un valor alto lo echa a la mochila hasta casi llenarla de aquellas pertenencias.
Con disconformidad se va hacia otra zona de la casa, donde Woohyun tenía más cosas caras, habían diferentes joyas porque se resguardaba la mayoría allí, pero esa vez no tenía llave y Jiyu entra escuchando puro silencio. Cuando su mochila se llena, se dedica a llenar sus bolsillos y las bolsas más pequeñas de la mochila, queriendo que entre la mayor cantidad de cosas en ella.
Cada joya millonaria hace que le brillen los ojos, son mejores de las que les robó a la familia Im, aunque aquellas se las habían quitado las autoridades. Frunce el ceño pro el pensamiento.
Cuando logra estar satisfecha con lo que tiene, se dedica a que nadie la vea, con un sigilo parecido al de un gato. Toma el paso por la puerta de atrás, ya que saldría por el bosque y ya luego encontraría algún camino con la lámpara que también se llevó de los cajones del matrimonio Jeon.
La nieve parecía crujir un poco a sus pisadas y el frío le heló la cara, pero nada iba a detenerla de escapar con toda la riqueza que tenía dentro de su mochila. O bueno, eso pensó momentáneamente.
Pensó que nada la detendría, pero al dar su vista atrás notó por una ventana iluminada a alguien que realmente no quería dejar, alguien en quien había estado pensando desde que había despertado en aquella cama de sábanas rosas.
Por la casa Myoui, una pelinegra Mina estaba parada frente a la ventana, mirando algo en una libreta mientras escribía con el lápiz a una velocidad admirable. La luz iluminaba bien hacia ella y Jiyu podía apreciar su perfil junto a su delgada lengua sobresaliendo por sus labios al estar concentrada en la libreta, probablemente una tarea o un estudio de sus clases.
Nayeon duda, le tiemblan las manos y su pecho se siente pesado. Mira la mochila que está a reventar de las riquezas que tanto desea, ese era su propósito, y de nuevo siente sus manos y brazos como gelatina. También mira hacia aquella chica tropezando sola con sus propios pies en aquella habitación, y nunca pensó que alguien le importaría más que el dinero, el dinero fue su anhelo cuando le fue escaso, y ahora parecía que estaba tomando otro tipo de anhelos.
Suspira y mira de nuevo a aquella ventana, Mina sigue dando vueltas por la habitación, tiene un color morado alrededor de su ojo, pero parece que no le duele, parece indiferente al golpe de tonos lilas en su rostro. Nayeon sigue mirando, hasta que Mina apaga la luz y aparentemente se va a dormir a otro lugar de la casa.
Pensando, se decide en volver con un paso pesado y a la vez rápido. Con una mueva hasta desconcertada, devuelve todo lo de su mochila a su lugar, minuciosamente coloca las pertenencias, y se va a cambiarse a su pijama infantil, quedándose acostada en la cama, pensando seriamente si no hizo una estupidez o si realmente hizo bien en arrepentirse de no huir cuando más podía.
— Blur. Yo, tu madre, y Kook fuimos a mi sala de trabajo a hablar, ¿tardamos mucho? — fue lo que dijo Kun cuando ella estaba en la cama mirando el techo, con una cara pensativa.
Pues tardaron lo suficiente para que Nayeon se escape y tenga tiempo para arrepentirse.
Jiyu dió una sonrisa encantadora.
— No, papá. Te esperaba para las buenas noches.
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