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Capitulo 5. Verdades

Los siguientes días había estado bastante ansioso, no había podido dar con el o la alumna que había escrito aquella historia que llamó tanto mi atención. El resto de la clase tampoco sabía de quién era el informe ya que no poseía nombre alguno. Todo un misterio que no me dejaba dormir hacía días.

Marcus seguía sin hablarme aparentemente era definitivo nuestra amistad había llegado a nuestro fin, era verdad que me dolía porque éramos amigos hacía tiempo y habíamos discutido por algo que según yo no tenía sentido pero era su elección y debía respetar la misma, tampoco veía bueno andar rogándole a alguien que no deseaba ser mi amigo ni permanecer en mi vida.

En ese momento me encontraba en mi cama pensando sobre todo lo ocurrido todos estos años, desde la muerte de mi madre, la pérdida de Marcus y todo lo extraño que giraba alrededor de aquella leyenda que cada vez parecía más una historia real que una simple fábula. 

Boulevard of broken dreams comenzó a romper el silencio que había en mi hogar. Me coloque de pie para ir en busca del celular el cual estaba en mi sofá, al tomarlo identifique quien perturba mi paz. Mi hermana.

—Hermanito de mi vida y corazón. 

—No tengo dinero, no te puedo llevar a ningún lado y no tengo ganas de hacerte ningún favor.

—Eres un grosero. No te iba a pedir nada… Bueno sí, pero no ahora estamos afuera con papá y no abres mira que si andas con una chica o un chico no te vamos a juzgar.

Corte la llamada sin querer seguir escuchando las estupideces que salían de la boca de mi supuesta hermana. Al abrir la puerta me encontré a mi padre quien me dio un fuerte abrazo.

— Mi hijo querido, ¿Cómo has estado? Estuvimos tocando el timbre, pensamos que no estabas o que dormías.

—Yo pensé que andaba con cosas indecentes, ya te dije que nunca es tarde para salir del closet, tengo varios amigos que me deben favores si tú quieres…

—Papá ya admire que les dio lastima y la adoptaron de pequeña porque realmente no le encuentro ninguna similitud con el resto de la familia, todos tenemos cerebro— Reí mientras mi padre negaba alejándose de sus hijos, pobre hombre ya se había redimido sobre acabar con nuestras “peleas”— Estaba pensando y no lo he escuchado o tal vez se daño y no suena. 

—Entiendo, hemos decidido venir ya que hacía días no ibas a casa y eso es muy extraño en ti, nos has preocupado Thomas ¿Estas así por Marcus? 

—No, bueno algo. Pero es más que nada otro asunto sin importancia ya sabes trabajo — Sabía que si le comentaba todo a mi familia se iban asustar o preocupar y no deseaba que mi padre se pusiera más triste por mi madre.

—Entiendo hijo, tú no te preocupes que ya sabes cómo decía tu madre al final siempre sale el sol. Ahora me gustaría que comiéramos como la hermosa familia que somos. 

—Yo sé que hay que hacerla sentir de la familia, pero ya hay que decirle que es adoptada— Esas palabras tuvieron como consecuencia un golpe por parte de mi hermanita. 

—Ya basta, vamos a pedir comida porque no confío en que ustedes dos cocinen, no quiero morir de esa forma. 

—¡Oye! — Mi hermana y yo gritamos al unísono haciendo que nuestro padre soltara una carcajada, podía ver las arrugas de su rostro marcarse aún más. 

—Ya bueno, ¿Quieren que pidamos sushi? 

—Me parece bien, pediré en el restaurante del señor Maicol. 

—Esta bien hija, su viejo padre viejo se va a sentar en el sofá mientras ustedes dos preparan la mesa y me traen una cerveza bien fría.

Extrañaba mucho estos momentos con mi familia, negué ante la forma en la que mi padre se expresaba y fui hasta mi nevera sacando dos cervezas y una lata de coca-cola las cual lleve a la sala colocándolas en la pequeña mesa. Mi padre rápidamente se extendió tomando una lata y antes que yo pudiera hacer lo mismo mi hermana agarró la otra lata de cerveza haciendo que levante una ceja.

—¿Creías que iba a tomar coca-cola?, vives en la historia hermanito— Negué tomando la lata de coca-cola para devolverla a la nevera y sacar otra de cerveza, por suerte el día anterior había ido reponiendo la alacena. 

—Insisto que es adoptada esta niña.

—El adoptado eres tú. Por cierto ¿Qué sucedió con esa nota que me dijiste la otra vez? 

—¿Qué nota hijo?

—Oh eso, nada importante padre me había llegado un paquete con una frase que correspondía a la misma dedicatoria al cuadro que mamá me regaló pero supongo que de alguna forma dejó paquetes enviados para cierto tiempo— Me encogí de hombros, realmente no quería contarle todo aun a mi familia, no quería preocuparlos o asustarlos últimamente solo sentía que eran paranoias mías. 

—Entiendo hijo, espero que no te haya afectado. 

—¿Porque mamá no me dejó un paquete?

—Ya te dije eres adoptada, y yo soy el prefiero de papá y de mamá.

—Papá dile algo ¿Verdad que soy tu preferida? — Se tiró sobre mi padre abrazándolo y besando su rostro, pero mi padre la alejó por el simple hecho que no era muy simpatizante de las muestras de afecto. 

—Ya vez, ni siquiera te quiere. 

—Thomas, no seas así con tu hermana. Los amo a los dos. No tengo preferidos realmente. 

Mi hermana refunfuño encendiendo el televisor buscando algo para ver, claro que cuando vimos un documental lo cambió rápidamente ya que odiaba que viéramos ese tipo de cosas. Al final acabó colocando una película “Megalodon” según se  llamaba, me sonaba haberla escuchado pero no la había visto.

Mientras veiamos la película sonó el portero y mi hermana se colocó de pie para ir a ver de quién se trataba. —Dame dinero, tu trabajas así que tú pagas— La tarada de mi hermana extendió su mano hacia mi. Me levanté sacando mi billetera extendiendo está para que sacará lo que fuera a salir la comida. De mi parte solo fui por platos, cubiertos y vasos en la mesa. 

Cuando todo estuvo listo mi padre se paró del sofá para ir a la mesa y comenzar a comer. Cada quien se sirvió lo que deseaba de sushi y vino en los vasos para acompañar la comida. Desde que tenía uso y razón habíamos comido alimentos del restaurante de Milo, no imaginaba comprar comida para mí familia en otro lado. 

La comida fue en total paz hasta que varios toques de puerta llamaron nuestra total atención, era extraño porque no era normal que alguien llegará, y si mi familia estaba aquí no podía imaginar quién podía ser.

—Tal vez algún vecino tenga alguna emergencia, iré yo ustedes sigan comiendo.— Mi padre se colocó de pie caminando a la puerta la cual aún sonaba pero en el momento que mi padre tocó el picaporte está se detuvo, mi hermana y yo nos miramos y sin dudar nos colocamos de pie realmente era algo escalofriante. 

Al abrir la puerta no vimos absolutamente a nadie, mi padre miró por los pasillos pero no había rastros de nada extraño ni de nadie. 

—¿Qué es eso? — Todos miramos hacia donde mi hermana señalaba. Allí en el suelo había un paquete, los del correo debían ser cada vez más intensos.

Me acerqué tomando el paquete y mi padre cerró la puerta, claro que sus caras expresaban total interés en lo que se hallaba en mis manos. 

—Vamos ábrelo, si insistían tanto seguramente es importante.

—Cariño, capaz es algo privado de tu hermano. Pero realmente me da curiosidad saber. 

Camine hasta la mesa del living y deje el paquete allí, lo abrí con sumo cuidado ya que no sabía cuál era su contenido. Al abrirlo saque los papeles que se encontraban en el interior del mismo. 

"La verdad es como la luz del sol, no puede ser ocultada con la mano." 

Luego de ver la pequeña nota, mi padre, mi hermana y yo nos quedamos en completo shock frente a nosotros teníamos fotos de nosotros con nuestra madre, eran de unos meses antes de su muerte. Alguien nos estaba espiando o más bien nos había estado espiando realmente todo esto me comenzaba asustar. 

—Qué demonios… Voy a llamar a la policía, esto es acoso. 

—No lo hagas, no sabemos qué tan peligrosos pueden ser o con qué objetivo están haciendo todo esto así que es mejor no hacer nada. ¿Es la primera vez que recibes algo así?— Mi padre me miró preocupado, no sabía si decirle la verdad. 

—No, bueno si. Fotos así es la primera vez pero hace unas semanas me llegaron algunos paquetes. La primera vez me llegó un sobre similar, contenía un dije de un sol, la luna y una estrella junto a eso venía un diario. Luego no sé si tiene que ver pero en una de mis clases alguien escribió sobre la historia de las princesas que mamá nos solía contar.

—¿Por qué no me has contado antes? Algo me dice que nada es casualidad ¿Aun tienes el contenido del sobre y el informe de esa alumna tuya?

—Si, ire por ello— En momentos así me sentía como si estuvieran regañando a un niño pequeño, pese que era lo suficientemente grande para dejar de ser regañado o eso es lo que quería creer. — Entré a mi cuarto sacando las cosas del cajón de mi cajonera para llevarlas a la sala donde mi padre se había quedado hipnotizado con las fotos.

—Yo también la echo mucho de menos papá, creo que todos lo hacemos, pero estoy seguro que si pudiera decirnos algo sería que no estemos tristes por ella, en el caso de nosotros dos nos golpearía también tú te salvas de esa parte.

—Me enamoré de ella cuando tenía 16 años, hemos compartido mucho y me niego creer que tú madre tenía algún secreto, era la persona más encantadora que podía existir, era como el sol que alumbraba mis días y ahora que no está todo es oscuro sino fuera por ustedes… 

—Papá no te hace bien recordar de esa forma, ya no te angusties. — Si en algo iba a darle la razón a mi hermana era en aquello. 

—Aquí traje las cosas pero creo que no es momento para esto. Es mejor que otro día lo veamos.

—Estoy bien hijos, no deben preocuparse por mi. Deseo ver todo eso. 

Suspiré dejando todo frente él, rápidamente mi hermana y él comenzaron a ver todo con determinación esperando encontrar algo que conectará todas las piezas como si de un rompe cabeza se tratase. 

—¿Tu madre no te hizo un cuadro con una dedicatoria similar? 

—Si, es el cuadro que está en mi cuarto, por eso me llamó la atención.

—Tráelo también— Mi padre realmente se estaba tomando en serio todo el asunto de investigar qué es lo que sucedía. Fui hasta mi cuarto nuevamente y bajé el cuadro para llevarlo a la sala y dejarlo sobre uno de los sofás. 

—Siempre pensé que mamá todo lo que escribía o decía era cosa de esa historia, también algo de su familia no sabía que era tan popular. ¿Pero porque alguien te dejaría algo así? ¿Que ganaría? 

—Estoy convencido que nada de esto es casualidad, que no se trata de una historia reconocida sino que al ser tan íntima es la única forma de captar nuestra atención. Esperen… El collar lo conozco, el día de nuestra boda su madre apareció con él y dijo que personas muy importantes se lo habían obsequiado, dijo que era una pieza única que no había otro como este.

—Entonces ¿Un ladrón de joyas nos está devolviendo el collar de mamá? 

—Ahora si, ya nada de esto me está pareciendo una mera coincidencia. ¿Mamá tendrá familia? 

—No, me contó que perdió su familia poco antes de conocernos, una vecina a quien apreciaba mucho la cuido hasta que nos casamos. Tal vez ella sepa algo de todo esto, pero también está la posibilidad de que nos traten de locos. Es mejor mantener todo en secreto por ahora hasta que podamos saber más sobre todo esto ¿Que sabes de tu alumno que escribió el ensayo? 

—Nada, cuando entregué todos los ensayos la persona no estaba, y jamás volvió a aparecer en todos estos días. Y según el listado que me brinda el colegio solo falta una jovencita, pero no saben mucho de ella ya que ingresó este año y como dije no ha vuelto al colegio. 

—Eso es raro, alguien nuevo ingresa al mismo tiempo que tú y luego desaparece, saben me siento como en un capítulo de scooby doo 

—Me siento importante, pero raro a la vez. 

—Demasiado, es mejor esperar y seguir tratando de unir cada una de las piezas. 

—¿Qué dice el diario? 

—Leí muy poco realmente, no he entendido bien sobre que va, hasta ahora es de una chica que tiene una hermana y aparentemente sale con alguien no lo sé. Cosas de niñas 

—Cosas de niñas te voy a dar. A ver, yo quiero leerlo— Isabella rápidamente tomó el diario comenzando a leer la primera página. Mientras mi padre y yo seguíamos mirando el resto de las cosas.

—Mira vamos hacer algo, vamos a divertirnos un poco con todo esto. ¿Tienes la polaridad que te regalé para navidad? ¿Y la pizarra que te dió papá?

—Eh si pero ¿Porque? 

—¿Dónde están? 

—La cámara está en el mueble de mi cuarto y la pizarra está detrás de uno de los muebles. 

Isabelle rápidamente se marchó aparentemente a buscar las cosas, al verla regresar empujando la pizarra era una escena realmente divertida. Comenzó a tomar fotos de cada objeto de manera individual y con un poco de cinta comenzó a pegar todo en la pizarra como hacían los detectives en las películas. 

—Bien, ahora solo hay que buscar la conexión entre todo esto ¿Dónde están los marcadores? 

—En mi bolso, pero sigo sin entender que estás haciendo o para qué serviría todo esto. ¿Papá? 

—Yo no sé nada, no porque sea mi hija entiendo siempre lo que hace. 

Me senté en el sofá junto a mi padre mientras mirábamos a mi supuesta hermana la cual traía varios marcadores en el centro de todo, colocó el nombre de nuestra madre y hacía algunas flechas que no tenían sentido alguno. 

—Sigo sin entender que tiene que ver todo esto y que tiene que ver mamá.

—Las cosas están relacionadas a mamá, el collar como dice papá, ella lo usó el día de su boda. La frase que coincide con el cuadro, la historia que hasta donde siempre nos dijo solo lo sabía su familia la cual no conocemos porque oh sorpresa murió toda ella. 

—Hija, ¿estás viendo nuevamente películas de crimen?

Mi padre la miraba con preocupación como si estuviera a un paso de perder la poca cordura que le quedaba, a mi parecer la había perdido hacía tiempo. 

Mientras mi loca hermana revisaba el diario con entusiasmo una hoja cayó al suelo. Levantó está y su rostro rápidamente se puso pálido, con mi padre nos colocamos de pie para ver qué sucedía y frente a nosotros se encontraba una lista de varios nombres, al llegar al final fue cuando entendimos la sorpresa de mi hermana.

Nuestros nombres estaban al final de la lista, no sabíamos bien de quien eran los demás nombres ya que se veían algo borrosos pero ahora si nos estamos asustando. Darcy era el apellido de soltera de mi madre

"Marie" & Sofía Darcy.

Thomas & Isabella Darcy 

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