Kira
(Este fragmento escrito hace casi 4 años originalmente formaba parte de mi historia cancelada: "Suficientemente Valiente para Amarte")
Narra Link:
Logramos llegar a la habitación de la Reina Zelda... pero no está. Miro hacia todos lados, buscando alguna señal de ella y de la Reina Midna. Siento el peso de Leila desvanecerse de mi espalda y veo a Kira arrodillarse a causa del dolor.
Leila se encuentra en el suelo, encogida sin fuerzas. Miro a ambas, no sé qué hacer ahora. De repente, una mano se acerca a Leila y miro hacia arriba, es la Reina Zelda. Detrás de ella se acerca la Reina Midna, con una expresión un tanto angustiada. Miro de reojo a Kira, su expresión es una mezcla de dolor, angustia y sorpresa, al ver frente a ella a su madre por primera vez.
Narra Kira:
No puedo creerlo... frente a mí está mi madre, mi verdadera madre. Mi mente se encuentra llena de emociones, no sé cuál expresar con mayor claridad. El dolor en mi cuerpo se intensifica y me encojo de dolor.
¿Cómo fue que las cosas terminaron así? Con uno preso de una maldición y dos al borde de la muerte... Debí haber sido más fuerte... debí haber sido capaz de protegerlos a ambos... Soy la Princesa... es mi deber.
Leila se encuentra gravemente herida, casi sin fuerzas a mi lado y Link se ve sumamente preocupado por ambas. Me es aún extraño verlo en forma de lobo. Leila levanta su brazo hacia la Reina Zelda, ésta la toma de la mano.
—Te lo ruego... Dime cómo romper la maldición... de Link -Leila habla con debilidad- ellos son... quienes pueden salvar tu mundo... Te lo ruego, Reina... Ayuda a Link y Kira -la Reina Zelda nos mira a ambos-
—Kira... -habla, mirándome con cierta melancolía-
—... Madre -susurro- perdóname... debí ser más fuerte -bajo mi cabeza, las lágrimas se acumulan en mis ojos-
—Tu fuerza fue suficiente, Kira -la miro, una pequeña sonrisa adorna sus labios- estoy orgullosa de ti -las lágrimas se deslizan por mis mejillas y sonrío-
—Por favor... ayuda a Link... ayuda a Leila -le pido y ella alza su brazo hacia él-
Veo la Trifuerza iluminarse en el dorso de su mano derecha con cierta sorpresa, la pasea a lo largo del cuerpo de Link desde su posición, como si quisiera transmitir su poder. Pero la forma de Link no cambia y ella cierra sus ojos.
—La magia que lo mantiene así es distinta a la que lo transformó la primera vez que cruzó al mundo de las sombras. Ahora lo posee un poder maligno -explica y nos mira a ambos- Del mismo modo que existe luz para expulsar a las tinieblas, hay fuerzas del bien capaces de repeler el mal... Diríjanse a la Arboleda Sagrada que se esconde en lo más profundo de las tierras protegidas por el espíritu Farone. Allá reposa la espada que aniquila espíritus malignos, forjada por los sabios de la antigüedad... la Espada Maestra -nos indica y ahora mira solo a Link- La hoja de la Espada Maestra es sagrada y ningún ser maligno puede siquiera tocarla. Tu cuerpo es prisionero del mal, y esa espada podrá liberarte.
—De acuerdo, entonces iremos hacia la Arboleda Sagrada -Link habla, puedo ver una pequeña sonrisa de esperanza en su hocico y mira a Leila- estará bien... ¿verdad?
—Link pregunta si Leila estará bien -hablo, mirando a ambas Reinas-
—A juzgar por su estado, está realmente grave -la Reina Midna habla- ven, Leila -toma el pequeño cuerpo de Leila en brazos y lo lleva hasta la cama de la habitación. Link la sigue y yo me quedo junto a la Reina Zelda-
—Lamento que tuviéramos que conocernos en estas circunstancias -la Reina Zelda habla, bajando su cabeza apenada- supongo que Link ya te habrá contado todo, ¿no?
—Sí... soy la Princesa de Hyrule... soy tu hija -respondo con una pequeña sonrisa y ella me mira de igual manera- pero... no me siento capaz... no se si podré ser la princesa que Hyrule necesita -cierro mis ojos con fuerza- todo lo que hice fue huir con cobardía, no pude proteger a mis amigos.
—Si eso realmente fuera cierto... no estarías aquí junto a ellos Kira -abro mis ojos y la miro- ayudaste a Link y a Leila a superar varios retos, y aunque en algunos no mostraras del todo tu valor, no los abandonaste en medio de la pelea. Eso es lo que significa ser valiente.
Miro hacia el lugar donde se encuentran la Reina Midna, Link y Leila. Leila se encuentra acostada en la cama, con muy poca fuerza, mientras que la Reina Midna parece buscar una manera de sanarla. Link se mantiene sentado a su lado, en sus ojos veo el temor de que Leila muera.
—¿Leila morirá? -le pregunto a la Reina Zelda con temor-
—Está muy débil... pero hay una manera de salvarla -toma mi mano y la envuelve entre las suyas. Su Trifuerza resplandece y siento algo cálido en mi interior- Link, héroe elegido por las diosas... -llama a Link y él se acerca a nosotras- Al igual que tú y Kira, yo también poseo el poder que las diosas otorgan a sus elegidos...
—¿Al igual que Link y yo? -pregunto sorprendida-
—Kira, eres parte de la Familia Real de Hyrule... eso te convierte en portadora del poder que las diosas nos otorgan -sus manos desenvuelven la mía y veo la Trifuerza resplandecer en mi dorso-
—Vaya... -susurro sorprendida-
—No le queda mucho tiempo... no pude hacer nada -la Reina Midna habla, acercándose a nosotros con tristeza-
—Leila... -me incorporo del suelo con la fuerza que me queda y me acerco a la cama hasta arrodillarme junto a ella. Link me sigue hasta sentarse a mi lado-
—Link, Kira... Podrán ir hasta allá solos, ¿verdad? -Leila susurra-
—No digas eso... te pondrás bien -hablo, intentando animarla-
—No lo creo... Kira -me mira, una pequeña sonrisa triste se forma en sus labios-
—Leila... por favor, no mueras -Link le pide, lo miro y veo en sus ojos dolor, desesperación... y amor-
Mi pecho se encoge... y algo en mí reacciona. Bajo mi mirada y cierro mis ojos. Ahora lo entiendo todo... si quiero ser capaz de proteger a todos... debo destruir todas las ataduras que me impiden dar todo mi potencial. Debo dejar ir a Link.
Narra Link:
Veo a Kira bajar su mirada y cerrar sus ojos. Me pregunto qué estará pensando. Leila parece estar a punto de dar su último respiro y yo siento que el mundo se me viene abajo. Leila no puede morir... no puede...
Sé que puede parecer egoísta, mandona y ególatra... pero en realidad dentro suyo hay bondad y cariño. Se preocupa por los demás aunque no quiera admitirlo y ayuda a quien lo necesite aunque parezca que lo hace por obligación. Es una gran chica, se ha convertido en mi mejor amiga y no soportaría verla partir ahora.
—Reina Zelda, Reina Midna... Un último favor... -susurra y ambas se acercan con nosotros- Díganme... ¿Dónde está el Espejo del Crepúsculo? -la pregunta sorprende a ambas-
—¿El Espejo del Crepúsculo? -la Reina Zelda pregunta-
—Leila, ¿pero qué...? -murmura la Reina Midna-
—Leila... -Kira habla, abriendo sus ojos- Ahora entiendo quién eres... y lo que buscas... -la mira- Tus heridas son mortales, pero sigues peleando por nosotros... -unas lágrimas brotan de sus ojos- Todo lo que ocurrió fue culpa mía, y sin embargo, eres tú la que sufre en extremo... -Kira toma la mano de Leila y esboza una pequeña sonrisa, cerrando sus ojos- Leila, acepta esto...
De repente, una luz envuelve a Kira, y varios destellos salen de ella, digiriéndose hacia Leila. Leila está a nada de cerrar sus ojos cuando los destellos parecen regresarla a la vida. Su pequeño cuerpo se eleva y Leila se examina con sorpresa, luego mira a Kira sin poder creer lo que está haciendo.
—Kira, no... -la Reina Zelda está anonada-
—¡NO! ¡No lo hagas! ¡Link, Reina Zelda, Reina Midna, deténganla! -Leila suplica-
—¿Qué está pasando? -pregunto sin entender, veo que Kira le sonríe a Leila con cierto afecto mientras Leila se ilumina por completo-
—Por favor, salven a Hyrule... -y con eso, la figura de Kira se desvanece de la habitación-
—... ¿Kira? -la busco por la habitación y Leila cae con delicadeza de pie a mi lado-
—Kira... no tenias qué -murmura la Reina Zelda con tristeza-
—¿Qué ha pasado? -le pregunto a Leila, ella mantiene su cabeza baja-
—Kira ha dado su vida por la mía -murmura-
—¿Qué? -exclamo-
—Perdone, Reina Zelda -Leila mira a la Reina- Fue mi culpa que Kira diera su vida por mí, no era mi intención que esto ocurriera. Ella no debía sacrificarse.
—No fue tu culpa Leila -la Reina Zelda le sonríe con cierta tristeza- Fue decisión de Kira el salvar tu vida, y no había nada que nosotros pudiéramos hacer para detenerla
—Ahora... depende solo de ambos poder salvar a Hyrule -la Reina Midna habla-
Leila cierra sus ojos y baja su cabeza. Yo aún no sé cómo digerir lo ocurrido. Kira ya no está... se ha ido. Siento mi pecho estrujarse ante el hecho de que Kira ha muerto, no soy capaz de volver a decir alguna palabra.
—¡Vámonos! -Leila me dice con firmeza- ¡Vámonos al Bosque de Farone! -solo puedo asentir con la cabeza y Leila se sube a mi espalda. Camino con la cabeza baja al exterior de la habitación- Kira... Me diste todo el poder que te quedaba... y aún más.
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