—Oye—HeeRan tocó el brazo de BongDae. Los estudiantes conversaban entre sí en aquel salón y algunos por el pasillo al ser hora del recreo—¿Por qué no te sentaste a mi lado como siempre?—señaló el puesto unos cuantos asientos atrás. Su amiga no respondió, parecía ignorarla fingiendo revisar algo importante en su teléfono—BongDae, ¿Estás bien?—se sentó frente a ella.

—No quiero hablar—la notó muy seria, casi molesta.

—¿Qué pasó?

La amistad entre ambas chicas era como cualquier otra. Estaban juntas en la mayoría de los trabajos de la escuela, conocían la forma de estudiar de la otra encajando muy bien, BongDae era hija única, no tenía hermanos, cuando conoció a HeeRan le pareció divertido que tuviera dos hermanas menores, HeeJin y JunHee eran adorables además de traviesas algunas veces, también le pareció una locura que ambas niñas cumplieran el mismo día a pesar de llevarse cuatro años de diferencia.

—No quiero hablar, HeeRan.

La castaña frunció el ceño.

—¿Tus padres discutieron?

Y sabía que los padres de su amiga se habían divorciado hace siete años.

—No.

—¿Tiene que ver con ellos?

—Sí. Si fuera tú dejaría de preguntar algo que no me conviene—se levantó de la silla. HeeRan la siguió al pasillo para detenerla y de repente, de la nada, BongDae la empujó al suelo ocasionando que se cayera frente a varios estudiantes. Los presentes guardaron silencio mirando aquel espectáculo.

—¿Qué demonios te pasa?—exigió saber.

—¿Por qué no le preguntas a tu madre?, ella sabe muy bien lo que pasa—fue lo que dijo antes de retirarse con paso rápido.

—¡Unnie!—escuchó una vocecita seguida de pasos apresurados. HeeJin junto a JunHee la ayudaron a levantarse—¿BongDae te empujó?

—Es una mala amiga—se quejó JunHee—¿Estás bien, unnie?

—Estoy bien, BongDae ha tenido un mal día, es todo—mintió. Un mal presentimiento se apoderó de ella, nunca había visto tan molesta y decepcionada a la chica, sabía que el divorcio de sus padres le afectó cuando era más pequeña, HeeRan nunca pudo entenderlo del todo, la historia de sus padres era diferente, para ella existían dos padres, JaeHyun y JungKook. Aunque el primero tuvo sus fallas en la vida, para HeeRan no había hecho nada malo. No podía odiarlo por algo que pasó cuando era bebé.

Muy diferente a HeeJin. Ella ni siquiera tenía recuerdos de un tal Oh Sehun, para ella sólo existía JungKook.

—Unnie, tu rodilla—indicó HeeJin. La mayor levantó un poco su falda escolar encontrando un rasguño en su rodilla derecha el cual sangraba un poco.

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—Me sorprende que BongDae unnie haya hecho esto—HeeJin estaba de brazos cruzados muy molesta. Las tres hermanas se encontraban en enfermería, ya habían atendido a la mayor—Debiste morderla, unnie.

—No todo se soluciona con una mordida, HeeJin—la castaña cargó a su hermana menor en su espalda. JunHee abrazó el cuello de ésta sintiéndose cómoda, de las tres, era ella quien tenía el cabello más corto usándolo encima de sus hombros, todos en la escuela la conocían al ser la niña de ojos azules—Vamos, las llevaré a sus salones, el recreo ya terminó.

Juntas salieron de enfermería, en la rodilla de HeeRan había una curita con caritas de Hello Kitty.

—Los zombies solucionan todo con una mordida—escuchó a JunHee en su hombro.

—Cierto, igual que los murciélagos—le siguió HeeJin.

—Y las sanguijuelas.

—Y...

—¿Estamos en clase de biología?—las interrumpió.

Las dos niñas sonrieron divertidas por unos minutos con cierta complicidad.

—Ah, unnie, ¿Qué más te dijo omma?—HeeJin iba caminando a su lado por el pasillo.

—¿Sobre qué?

—Las escuché hablando anoche.

—Ah.

—Y la hiciste llorar.

—¿Hiciste llorar a omma?—JunHee se sorprendió.

—No la hice llorar.

—Claro que sí, vi que estaba a punto de llorar.

—HeeJin—reprochó.

—¿Omma y tú discutieron?—JunHee era la que menos sabía sobre eso.

—No discutimos.

—Pero ella lloró.

—Ya, HeeJin.

—No me gusta ver a omma y appa tristes.

HeeRan se detuvo bajando a la niña de su espalda. Se colocó a la altura de ambas queriendo que le colocaran atención.

—Omma y yo hablamos anoche, es cierto...

—Sobre Lianna—dijo HeeJin.

—¿Quién es Lianna?—JunHee frunció el ceño.

—Alguien. En fin, debo llevarlas a sus salones, luego hablaremos del tema si quieren.

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Cuando el último sonar de la campana se escuchó en la escuela todos los alumnos se dirigían a la salida. HeeRan identificó a BongDae más adelante, en todo el día su amiga la ignoró y la evitaba, las palabras que dijo se repetían en la mente de la chica. Al salir de la escuela vio a la madre de BongDae esperando en el auto, la chica subió y el vehículo se alejó.

—¡Unnie!—llamó HeeJin moviendo su brazo.

HeeRan se acercó a sus hermanas. Su padre había ido a buscarlas en su auto, pero también JooHee estaba allí. Cuando la economía en la familia fue mejorando, ambos lograron adquirir vehículos propios, JungKook vendió su moto, las niñas siempre quisieron subirse a ella, pero estaba prohibido por su padre. Hizo énfasis en lo peligroso que podía ser.

—Omma, appa—saludó al estar cerca.

—¿Estás bien?—JungKook vio la curita en su rodilla. JooHee que tenía en brazos a JunHee también lo notó—Tus hermanas dijeron que discutiste con BongDae.

—No discutimos.

—Si lo hicieron, BongDae la empujó—a veces HeeRan adoraba a HeeJin, pero otras veces quería cubrirle la boca como en ese momento para que dejara de hablar.

—¿Hablaste con ella?—JooHee dejó a la menor de las tres en el suelo.

—No. Ella no quiere hablarme—por un instante tuvo el impulso de contarle lo que le había dicho al empujarla. Prefería mencionarlo cuando estuviera a solas con su madre, HeeJin era muy curiosa y atenta a cualquier cosa, eso alteraba en ocasiones a JunHee quien era más tímida.

—¿Segura que estás bien?

—Sí—mintió—¿Nos vamos?

—Quiero ir contigo, omma—JunHee abrazó a su madre.

—Cielo, esta vez tu padre las llevará a casa. ¿De acuerdo?

—¿Por qué?

HeeRan subió al auto de JooHee cerrando la puerta del copiloto. Inhaló profundo pasando su mano por su cabello largo, JungKook se acercó a la ventana mientras JooHee le explicaba a las niñas que debía hablar a solas con su hermana, dio unos toques con los nudillos a la ventana donde se encontraba la castaña. HeeRan bajó el vidrio mirando a su padre.

—¿Vas a preguntarme de nuevo si estoy bien?

—Apenas escuché a HeeJin decir que BongDae te empujó supe que algo no estaba bien—apoyó una de sus manos en el auto.

—Ella no me empujó.

—¿Y cómo te lastimaste la rodilla?

—Tropecé.

JungKook sonrió ladinamente.

—Eres terrible mintiendo al igual que tu madre—señaló. HeeRan bajó la mirada mordisqueando su labio—Oye.

—Ella nunca se comportó así—al escucharla de ese modo se sintió inquieto. Odiaba cuando una de las niñas lloraba, JungKook tomó su mano apretándola suavemente.

—HeeRan, mírame—la adolescente obedeció. El pelinegro secó sus mejillas dejando un beso en su frente—Cuando vuelvas a casa hablaremos, ¿Sí?

—Appa...

—No llores, no me gusta que mi princesa llore.

La abrazó al inclinarse en la ventana estrechándola en sus brazos. Abrazos que sólo los padres podían dar en momentos así.

Pobre HeeRan :(