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Nueve

Canción del capítulo: Tony Ann - Icarus.

Penúltimo capítulo

La vista de HeeRan fue adaptándose poco a poco a esa habitación. Sus oídos captaron lentamente las voces de sus padres, alguien tomaba su mano y la acariciaba, ¿Por qué lucían tan preocupados?, cuando pudo escuchar bien sus voces pudo responder.

—HeeRan, cielo, ¿Puedes escucharme?—su madre sostenía su mano dando suaves apretones. Era muy distinta a la JooHee que vio en sueños, esta dejaba ver una mujer más fuerte.

—Omma—susurró con voz un poco ronca. Una mueca de dolor se dibujó en su rostro llevando su otra mano a su cabeza, JungKook la detuvo tomándola—Appa.

—Tranquila, estamos aquí. ¿Cómo te sientes?

—Mi cabeza está doliendo. ¿Qué pasó?

—Te golpeaste la cabeza. Tuvieron que tomar algunos puntos, fue un golpe fuerte—el recuerdo vino a la mente de la joven. Se había tropezado con sus propios pies—Gracias a Dios que estaba siguiéndote, jovencita.

—¿Siguiéndome?

—Deberías avisar al doctor que ya despertó—JooHee miró a su esposo. Éste asintió saliendo de la habitación, la pelinegra con mucho cuidado acarició el cabello de su hija—Nos diste un buen susto, HeeRan.

Recordó lo que debía hacer.

—¿Mis hermanas...?

—Están en casa de Sana y JaeHyun, también se preocuparon por ti.

—¿Estás molesta conmigo?

Por su expresión decepcionada supo que sí.

—Lo estoy, pero me importa más que te encuentres bien en este momento—hizo una pausa para luego preguntar—¿Por qué fuiste allí, HeeRan? Me mentiste, nos mentiste y le dije a tu padre que confiaba en ti.

—Lo siento—esta vez sonó más sincero—Leí algunos...artículos en Internet sobre lo que pasó hace años—sus ojos contuvieron las lágrimas en segundos—Casi pierdes a tus hijas, casi pierdes todo por ese hombre—JooHee suspiró—Aun así te enfrentaste al monstruo, ganaste la batalla, omma.

—No quiero que vuelvas a ese lugar, ¿De acuerdo?

—Cuando me golpeé la cabeza tuve un sueño, desperté como tú hace años en ese lugar—su voz fue volviéndose más temblorosa complicándole hablar—Estaba en el club, vestía con ropa que no me gustaba, los hombres...esperaban por mí, el padre de BongDae estaba allí—hizo un puchero—Omma, lamento lo que te dije, lamento las cosas que te dije, no quiero que dejes de ser mi madre nunca, estoy orgullosa de ti—a JooHee le conmovió escucharla. Con cuidado la abrazó dejando que sollozara en su pecho—Gracias por ser mi mamá.

Las caricias de su madre intentaron calmarla, tardó unos cuantos minutos en lograrlo. JooHee tomó su rostro entre sus manos limpiando las mejillas con esa dulzura que la caracterizaba cuando se dirigía a sus hijas.

—No tuve las cosas fáciles, me convertí en madre a temprana edad, quiero una mejor vida para ti y tus hermanas, por esa razón nunca me rendí.

—¿Te arrepientes de haberme tenido joven?

—Jeon HeeRan, escúchame bien—acarició sus mejillas—Una de las mejores cosas que me pasó en la vida fue tenerlas, sé que te tuve a ti y HeeJin en las peores circunstancias, pero estoy orgullosa de tenerlas en mi vida—HeeRan hizo un puchero. JooHee depositó un beso en su frente.

—Esos hombres...

—Shh, no necesitamos hablar de eso—la abrazó de nuevo—Olvidemos todo esto, ¿Está bien?—la chica no pudo responder. Las lágrimas se lo complicaban, su madre pasó por mucho e hizo cualquier cosa para poder darles una buena vida. HeeRan se torturó repitiendo en su mente como había hablado de ella—No llores, cielo—JooHee se mantuvo en la misma posición acariciando su espalda—Ya pasó.

Pero no, la verdad se sentía terrible al haber dicho esas cosas sobre ella.

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Unnie—HeeJin apareció en la pantalla junto a JunHee. HeeRan sostenía su teléfono, había llamado a Sana para hablar con sus hermanas, debía disculparse con ellas también—¿Estás bien?

—¿Te duele mucho?—la mueca de JunHee le causó gracia.

—Un poco, sólo si lo toco—en la parte de atrás de su cabeza podía sentir los puntos que hicieron para cerrar la herida que se hizo.

—Appa dijo que te caíste en la calle.

—¿BongDae no estaba contigo?—añadió la menor de las tres.

—No. Yo...estaba sola—forzó una pequeña sonrisa—HeeJin, JunHee, lamento haber sido grosera con ustedes en la habitación—las dos pequeñas se miraron unos segundos—No debí tratarlas así. Lo siento.

—Está bien, unnie, nosotras...—JunHee fue interrumpida por HeeJin.

—Podemos perdonarte, pero, ¿Qué ganamos nosotras?

HeeRan sonrió divertida negando con la cabeza.

—Te prepararé los kimbap que quieras. Sabes que te encanta el doble cuando los preparo.

—Trato. Me parece ideal—sonrió—Ah, ¿Es cierto que vas a pasar la noche en el hospital?

—Sí. Lamentablemente. No se preocupen, mañana estaré en casa y podrán seguir volviéndome loca.

JunHee sonrió divertida arrugando su nariz.

—Es nuestro trabajo, unnie.

—Las veré mañana—ambas niñas se despidieron moviendo sus manos. Al colgar, la puerta de la habitación se abrió, HeeRan reconoció el hombre que venía con sus padres—Appa.

Era JaeHyun. Éste se acercó de inmediato a ella abrazándola con cierto cuidado.

—Dios mío, no sabes el susto que me llevé cuando tu madre dijo que estabas aquí—se separó observándola—¿En qué demonios pensabas, HeeRan?

—Es lo mismo que me pregunto—JungKook a los pies de la cama se cruzó de brazos—Sabes que estás castigada por habernos mentido así.

—Soy consciente de ello, lo siento.

JaeHyun inhaló profundo calmándose.

—¿Estás bien?, ¿Te duele la cabeza?

—Estoy bien—asintió—Sé que debo disculparme contigo por haberte hablado así y...—miró a JungKook—También debo disculparme contigo por las cosas que dije.

JooHee miró a los chicos estando junto a su hija.

—Eso no importa ahora...—Jae fue interrumpido.

—Si importa, no la interrumpas—reprochó JungKook.

—Está herida.

—Sabes que hizo mal.

—Oigan—JooHee intervino o eso trató.

—Tiene 15 años, JungKook.

—¿Y debemos ignorar su actitud?—a ese punto estaba molesto. Más bien decepcionado, HeeRan se sintió muy pequeña además de culpable—Por actuar de ese modo mira lo que pasó, agradece que estaba allí para darme cuenta a tiempo, si no, probablemente HeeRan siguiera en el suelo de ese club viejo.

—JungKook—JooHee levantó un poco la voz. Esa actitud le sorprendió de él, sí, ella estaba molesta también por la mentira, pero más le importaba que su hija estaba bien.

HeeRan no pudo decir nada incluso cuando lo vio salir molesto de la habitación. JungKook nunca la había visto de ese modo, lo había decepcionado.

—¿Qué le pasa ahora?

—Voy a hablar con él—JooHee los dejó solos en la habitación. Caminó por el pasillo alcanzando a JungKook en la mitad, lo detuvo tomando su muñeca—Oye, oye—se colocó frente a él—¿Qué fue esa actitud?

—HeeRan nos mintió.

—Lo sé, pero lo importante es que estará bien.

—¿No te molesta siquiera las cosas que dijo de ti?—resopló—Ni siquiera sé porque estoy tan molesto.

—JungKook—colocó sus manos en su rostro—Estoy molesta por lo que pasó, no me gusta saber que HeeRan estuvo en ese lugar que tanto me causó problemas en el pasado, pero si soy honesta, no estoy molesta por las cosas que me dijo antes—él guardó silencio—Tiene quince años, todos hemos actuado impulsivamente a esa edad, tú mejor que nadie lo sabes, ¿Recuerdas?

Claro que lo hacía. El pelinegro abrazó a su esposa buscando serenidad en su cercanía, inhaló y exhaló sintiendo la molestia abandonar su cuerpo.

—No es sencillo ser padre.

JooHee sonrió un poco dando palmaditas a su espalda.

—Lo sé, es un trabajo tortuoso y maravilloso al mismo tiempo.

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Disculparse con JaeHyun liberó la presión al menos un poco, éste le recordó que lo que hizo estuvo mal, que su madre era la principal afectada si algo le pasaba. Faltaba una persona más para estar más tranquila, alguien la cubrió más con las mantas cuando tuvo leves temblores por el aire de la habitación. HeeRan fue despertando encontrando a JungKook en lugar de su madre, era de noche, sólo una persona podía quedarse con el paciente.

—Appa—susurró un poco ronca.

—¿Te duele algo?—acomodó su almohada delicadamente.

—No—respondió. JungKook tomó asiento en la silla junto a la camilla, tenía un suéter blanco puesto—Lo siento—éste la miró—Llevar tu apellido es un orgullo para mí.

—HeeRan...

—Las cosas que dije estuvieron mal, lo siento.

—¿Estás arrepentida?

—Sí.

—¿Prometes jamás volver a dirigirte de esa manera sobre tu madre?

—Lo prometo.

—Y prometes nunca mentir de nuevo sobre a donde vas—agregó. La adolescente asintió, había aprendido la lección—En ese caso, lamento haberme enojado de esa manera contigo en el día.

—Está bien.

—Sé que tienes quince años, que estás en una edad compleja, que cualquier cosa significa el fin del mundo para ti—tomó su mano—Yo también me sentía perdido a esa edad y actuaba por impulso.

—¿Por eso el abuelo Jeon dice que eras problemático?

Hacer que el padre de JungKook ingresara a una casa de ancianos fue complicado, quienes terminaron convenciéndolo fueron las niñas.

—¿Sabes cuál fue mi peor impulso a tu edad?—preguntó—Mis padres discutían una vez, en medio de esa discusión intenté marcharme, estaba cansado de escucharlos. Mi madre tomó mi brazo y la golpeé sin quererlo realmente—esa confesión la sorprendió. Habían cosas en la vida de los adultos que salían a la luz mientras las niñas crecían—Me sentí la peor persona del mundo, mi padre me golpeó esa vez, me prometí jamás volver a repetir eso.

—¿Piensas en eso todavía?

—Pocas veces, ya no es tan común—hizo una pausa—Eso es gracias a tu madre, tiene un talento innato para curarlo todo.

HeeRan sonrió estando de acuerdo.

—Omma es única.

—Omma es única—afirmó—Acepto tus disculpas, hija. Descansa esta noche, si necesitas algo, estaré aquí.

La chica tomó su mano que a su lado era grande. JungKook se quedó a su lado viendo como iba cerrando sus ojos con los minutos, definitivamente ser padre no era sencillo, pero JooHee tenía razón, era tortuoso y maravilloso al mismo tiempo.

El próximo es el final.

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