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Capítulo 50

Bastian, 32 años de edad. 

Bárbara, 27 años de edad. 

2017.

Un «pin» sonó como notificación de un nuevo correo electrónico, Bastian suspiro pensando en el pago de impuestos del mes y miro su laptop, no podía ser cierto. Sonrió de medio lado al ver el nombre antes de la arroba «AmeBenn@». Ella ya le había enviado algunos correos con anterioridad. El primero que envió solo decía un «hola». Desde ese momento entablaron una conversación, la conversación, extrañamente, continuo durante días y ninguno de los dos la dio por finalizada. De vez en cuando, pasan horas antes de una respuesta, probablemente porque ambos están demasiado ocupados para responder.

Pero oficialmente Amelia se convirtió en una excelente receptora de mensajes, que tímidamente escribe unas pocas palabras por mensaje. Más que todo porque inicio la conversación con Bastian buscando saber si le había contado a alguien más, él le fue sincero y le explico que Barbara lo sabía. Aun así, le afirmo que ninguno de los dos se lo contaría a nadie, sin embargo, tenía curiosidad, de saber si con el tiempo realmente iba a ser capaz de hablar con los demás. A esta incógnita no hubo una respuesta clara, «tal vez» respondió, o «tal vez no» no está segura. Tiene la fortaleza de intentarlo, pero cada cierto tiempo tiene la sensación de que no lo va a lograr.

Aunque este correo llego con una corta oración, Bastian sonrió de medio lado al leerla.

«Lo siento por lo del sándwich, no era mi intensión»

A lo que Bastian respondió con un «Oye tranquila, fue un accidente, además fui allí porque me dijiste que es un lugar tranquilo para estar, no pasa nada, fue divertido encontrarnos de esa forma y que huyeras. Además, te cuento que igual me metí en problemas por sacar a Carter del hospital, casi me suspenden una semana del servicio como amonestación, pero la Sra. Fraga abogo por mí, ya que Carter lo disfruto»

Respuesta de AmeBenn@

No quiero decir «te lo dije», pero si te dije que no era buena idea hacer algo así, aun así, me alegro de que al final saliera bien. Lo siento por huir, me puse nerviosa y no supe que más hacer. Bueno, no sé si lo sabes, pero Dalia le hizo un berrinche a Carter, lo siento, muchas veces ella no puede controlar sus reacciones, pierde un poco el hilo de la realidad cuando algo la detona.

Respuesta de BTolbert@

Ah, con que eso fue, sí. Carter me dijo algo al respecto durante la terapia de ayer, no sé qué podemos hacer al respecto. Creo que a Dalia sí se le fue la lengua con eso, pero Anne le contó lo que paso, no sé si eso te pone incómoda, sé que Carter es un extraño, aun así, no creo que haga algo para incomodar con lo que paso.

Respuesta de AmeBenn@

No es un gran problema para mí, de cualquier forma, hay un artículo sobre eso en internet con mi nombre. Quien quiera puede simplemente googlear mi nombre y encontrarme, aunque es un miserable artículo de quince líneas que pasó desapercibido por todos, ya sabes, otro simple ataque más. Sinceramente, que otro extraño se entere del hecho, no cambia nada. Aunque si a Carter le sirve un poco para entender mejor a Dalia y porque reacciono así, considero que puedes dar por sentado que me alegra que sepa todo lo que sucedió. No es su culpa, y no debería tener que escuchar cosas así por su situación.

Respuesta de BTolbert@

¿Te gustaría conocerlo? Lo he estado pensando, ya casi lo dan de alta, tal vez sea otra mala idea de mi parte, pero tal vez te agrade.

Respuesta de AmeBenn@

Vale, nos vemos en el café Danubio cuando quieras, estos días se ha hecho bastante popular y a Dalia también le encanta, solo avísame el día.

Respuesta de BTolbert@

No sé si sea buena idea que vayas con Dalia, pero sé que no te gusta mucho salir sola, así que vamos a intentar que las cosas vayan en paz con ella y Carter, tal vez logremos que se lleven mejor. Te estaré avisando el día que lo den de alta. Me tengo que ir, te escribo luego.

Bastian suspiró con una sonrisa en el rostro, luego de dejar a un lado la laptop.

—Te escuchas feliz —comento Bárbara sirviéndole el desayuno a Bastian.

—Creo que voy a hacer de cupido para Amelia —Bastian sonrió orgulloso.

Bárbara levantó una ceja algo preocupada y tomo asiento a un lado de él. Revolvió el cereal por unos segundos pensando en que decir.

—¿Qué harás?

—Voy a presentarle a Amelia a Carter, tal vez se lleguen a gustar, no lo sé, me parece que ambos podrían llevarse bien, además Carter es un buen hombre, supongo que eso ayudaría a Amelia a sentirse segura —Bastian, miro el rostro de Bárbara, ella tiene el ceño fruncido y los labios se le estrecharon en una línea.

—Amor, creo que es mejor que no los presentes con segundas intenciones, no se te da precisamente bien lo de ser cupido, no sé si lo recuerdas, pero no has tenido muchas relaciones amorosas que digamos —comento, segura de sí misma—. Realmente no pienso que alguno de los dos, necesite entrar en una relación ahora.

—Lo sé, pero siento que ambos están algo solitarios y me preocupan.

—Es difícil no preocuparse, pero opino que van a estar bien, solo dales tiempo.

Bastian se inclinó para besar la mejilla de Bárbara y sonrió.

—Voy a hacer lo que dices.

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Bastian se quedó en silencio mirando la bandeja que llevaba dos cafés late, una empanada de carne y un croissant desparramados por toda la mesa en la que se encontraban Amelia y Dalia. Bastian miró fijamente a Amelia y ella a él, ambos suspiraron con pesadez su plan de encontrarse «accidentalmente» no funciono. Es más, se arruinó a niveles estratosféricos. Quería que las cosas ocurrieran de forma casual, porque tanto Amelia como Bastian, son conscientes de que ni Dalia ni Carter, iban a acceder voluntariamente a conocerse.

—¿Tú? —comento Dalia al hacerle frente a Carter.

—Yo —respondió de igual forma Carter.

Las mejillas de Dalia se tornaron rojas de la cólera, Bastian puso a trabajar todos sus engranajes para intentar encontrar una solución a la situación.

—Ella —Bastian señalo a Amelia intentando que entendiese la indirecta, de que necesitan encontrar una forma de salir de esta situación—. Nosotros —agrego para terminar de decir los pronombres que estaban en juego.

—No es gracioso —inquirió Dalia—. Estaban calientes. ¡Tendré suerte si no me hacen una quemadura de primer grado ¡Acaso no vez por donde caminas, o necesitas una brújula!

—Fue un accidente —espeto Carter entre dientes—. ¡Una sola mano no me da mucho equilibrio!

—No pongas tu amputación de excusa, es patético —increpo Dalia.

Bastian frunció el ceño y abrió los ojos mirando a Amelia para que intervenga y le diga algo a Dalia. Ya que está empezando a pasarse de la raya. Amelia entendió la seña, e igual ya estaba pensando intervenir porque le molesta la actitud de Dalia, lo está atacando más que porque simplemente le derramaran comida encima. Amelia movió las manos hablando con Dalia.

¡Para, no ves que estás dándole un ataque personal! ¡No solo estás siendo grosera con alguien que no tiene nada que ver con tus traumas, sino que estás descargando toda tu ira contra él! —espeto Amelia en unas cuantas señas rápidas, acercándose a Dalia para detenerla.

Entre tanto, Bastian le susurro a Carter una explicación rápida, sobre lo que hace Amelia y que es lenguaje de señas.

Dalia se quedó en silencio simplemente mirando como Amelia la regaña.

Está bien que te enojes por los cafés, pero se sincera, estás más enojada por el hecho de que él se parece a Jericó, quien me degolló, que por el hecho de que te empapara en café. Cada vez escalas con más fuerza los ataques personales, estás viendo en él a una persona que no se encuentra aquí —Amelia descanso un momento las manos antes de continuar—. Discúlpate con él, deja de actuar como una imbécil, él está intentando disculparse contigo, es evidente que no lo hizo a propósito.

—¡¿Qué dices?! —exclamo Dalia con horror cuando Amelia se plantó frente a ella—. Amelia. No —escupió ella sin intenciones de disculparse, o admitir que sí está viendo a alguien más en Carter.

Basta, deja de actuar como si él te estuviese atacando, ni siquiera a mí me molesta tanto como a ti. Discúlpate —pidió exasperada Amelia en señas.

—He dicho que no me disculparé —mascullo Dalia.

Si no te disculpas, no voy a llevarte al almuerzo del fin de semana —Los ojos azules de Amelia se dilataron por la rabia.

—Pero... No puedo creer que me chantajees —murmuro con frustración Dalia—. ¡Bien!

—¿Bien? —repitió en pregunta Bastian, miro de reojo a Amelia y ella disimuladamente asintió.

—Lo siento por mirarte feo —expreso, Dalia, sin amabilidad en su tono de voz—. Ya lo dije.

Amelia se sintió aún más frustrada al escucharla, ya que no era el tipo de disculpa que esperaba que saliera de su boca, pero lo dejo pasar porque no tiene de otra.

—Te propongo un trato —Carter hablo rápidamente—. Ya que perdí mi desayuno y el de Bastian. Y arruine la comida de ustedes ¿Qué tal si esta noche salimos todos? —sugirió.

Dalia frunció el ceño con disgusto, pero a Amelia le brillaron los ojos asintiendo rápidamente. Bastian también está de acuerdo, es una oportunidad para que las cosas mejoren y deje de haber tanta tensión entre Dalia y Carter. Amelia miró de reojo a Bastian y asintió, en forma de acuerdo silencioso. Así empezaron a discutir el lugar y la hora, a la que se encontrarían.

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