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{Capítulo 9 parte 2}

Corina y Lucas miraron con extrañeza a su jefe. Aunque ya intuían de que se trataba ese asunto asistieron así que le hicieron caso al escritor.

—Supongo que es su forma de preocuparse. —Dijo Corina a Lucas dentro de su pequeña oficina mientras anotaba en la agenda.

—Tal vez y tengas razón, Cora. Llevamos casi dos semanas trabajando con él... Cuando entré a trabajar me advirtiendo que el señor Goetia era alguien no muy agradable, pero no a sido grosero con nosotros nunca.

—Es alguien reservado eso es todo. Todos tenemos secretos, quizá a él le es difícil expresar los suyos.

Mientras Lucas y Cori hablan de Luz, era de hecho Luzbel quien escuchaba a escondidas lo que su equipo de trabajo decía de él. Así como las opiniones negativas lastimaban por dentro al escritor, escuchar comentarios que no fueran desagradables hacia él, lo hacían sentir... ¿querido?

—Corina, Lucas... ¡Vengan! —Dijo el escritor mientras un pensamiento alocado llegaba a su cabeza: —"Se que casi no conozco a mi equipo de trabajo, son desconocidos, pero al diablo. Todo el mundo piensa que soy no puedo trabajar con alguien más. ¡Voy a remediar eso!" —Pensaba el escritor para si mismo al tiempo en que su equipo de trabajo llegaba.

—¿Qué ocurre señor? —Dijo Lucas, a pesar de todo lo que pudiera pasar, él seguía firme en querer juntar dinero para irse a vivir a un mejor lugar con su madre. —Necesita que anote otra cosa? —Pregunto Corina aun con la agenda de Luz en las manos, y ella con su gran sonrisa cálida que se ganaba la amistad de todo con el que cruzase palabra estaba lista para lo que fuera. 

—Chicos lo estuve pensando, desde que entraron a trabajar conmigo han hecho muchas cosas... Tu Lucas, hiciste una portada impresionante en un día y tu Corina, manejaste muy bien la situación con Agatha Petrov. Así que llegó el momento mas importante de su trabajo y del mío, ustedes dos volaran conmigo a Ciudad Imperial a finales de este mes. Necesitare a mi equipo de trabajo allá, tenia pensado solo llevar a uno, pero será mejor que vayan ambos. 

Tanto los ojos de Lucas, como los de Cori. Estaban abiertos de par en par. Y sus expresiones eran un pañuelo. Por la cabeza de ambos volaban mil ideas y pensamientos, para Lucas el hecho de ir a su ciudad soñada era alucinante y si era por trabajo no tendría sería difícil para él ir; pero Corina era quien mas lo cuestionaba en su cabeza, no quería alejarse de su hermano y mucho menos estar sola en una ciudad que no conocía.

Luzbel y Lucas hablaban sobre el asunto del viaje mientras que Cori estaba absorta en sus propios pensamientos metida en su cabeza al punto de que ni siquiera era consiente de que Lucas y Luz se percataron de que ella parecía ida.

—¿Corina? Estás bien? —Lucas movió el brazo de su amiga viendo que ella de hecho estaba con la mirada perdida.

—Si... Si, lo siento me quede pensando en la noticia del viaje. Señor, es muy importante que yo también vaya? 

Para Cora estaba claro que ella no quería salir de la ciudad, el sentimiento de volver a estar sola y sin su familia que era Daniel, la aterraba desde su interior.

—Mmmh? Claro que si, al fin y al cabo también eres parte de mi equipo de trabajo. O por que no querrías ir? Después de todo los organizadores del festival van a correr con todos los gastos. 

—Bueno señor, no me sentiré cómoda yendo a una ciudad que no conozco y tampoco quiero alejarme de mi hermano... Además, tampoco creo que realmente Lucas y yo le seamos útiles. Le agradezco la invitación, pero. No estoy segura de querer ir allá. 

—Eso crees, eh? Lucas, danos un minuto a Corina y a mi por favor. 

Los ojos de Luzbel volvían a tener la mirada tan fría como glaciares. Y su expresión ahora se tornó inexpresiva, como la de una estatua mientras un aura sombría rodeaba al escritor. Y sin muchos ánimos de obedecer, Lucas cerró la puerta dejando a su amiga y a su jefe solos. Cuando estos dos protagonistas estaban en soledad, la cara de Luzbel cambio a una mas tranquila.

—Se que alejarse de la familia es difícil, y puede que de verdad creas que Lucas y tu no me hacen falta. Pero en verdad los necesitaré en Ciudad Imperial. Comprendo que no quiera separarte de tu hermano, quizá tienen un vínculo fuerte. Así que haremos esto. Tienes aún varias semanas para pensarlo. —Luzbel hablaba con un tono calmado y tranquilo, que casi no coincidía con su mirada gélida. 

—Supongo que tiene razón... Lo pensaré y le diré si voy o no. Necesita algo más señor?

—No, gracias. Ahora ve por Lucas y que me contacte con Valentino.

—Por cierto, disculpe la pregunta. Pero, se peleo con el señor Valentino?
Es que no a venido en una semana y pensé que tal vez estaban peleados.

Luzbel tuvo una ligera sensación de que su rostro se había ruborizado sin entender realmente la razón. Pero la pregunta de Corina dejó con una mueca extraña a Luz.

—N... No estamos peleados, el tuvo un problema en el brazo y eso es todo. No estamos peleados.

—Oh entiendo, ojalá y se mejore. Usted llegó tarde porque fue verlo, verdad? Jijiji por eso trae el cabello mojado?

Esta vez fueron los ojos de Luzbel los que se quedaron abiertos de par en par al escuchar esas preguntas que Corina le hacía. Y por su mente pasaron imágenes muy "curiosas" imaginándose a él en los brazos de Valen.

—¡No! Ya te dije que Val y yo somos buenos amigos es todo. Además ¿Qué rayos tiene que ver que traiga el pelo mojado? —Era hasta cómica ver la reacción de Luz cuando Cora insinuaba que al escritor le gustaba Valentino. Pero aunque sólo fuese una broma, quizá las cosas no fueran tan de broma. —Como sea, dile a Lucas que me comunique con Val. Quiero saber como esta.

A menos de un mes de irse de viaje y de hecho el libro de Luz ya tenia su primer ejemplar, solo faltaba la revisión general de los jefes de la editorial y la aprobación final de Valentino para que empezara a producirse y distribuirse por todas las libreras y tiendas de libros de todo el país. Y al ser Ciudad Férrica la ciudad mas grande del país el libro de Lucifer iría en ascenso. 

...

Llego el momento de almuerzo, Corina salio a ver a su amiga Margarita para comer algo y saber su opinión sobre todo el asunto del viaje, mientras tanto. El joven Lucas fue como de costumbre hasta su vieja escuela de arte para ver a su novia.

Rouso lo recibió con un beso en la mejilla, su piel clara y su cabellera rojiza. Lo curioso era la vestimenta de la señorita Amery: su rojo cabello estaba amarrado y vestía un oberol azul sobre una blusa blanca que era muy distinto a los vestidos enormes que solía usar.

—Que bueno que llegaste, ya casi acaba el semestre y estoy trabajando en mi proyecto final. Ven.

Rouse tomó la mano de Lucas y con su bastón se guió hasta la parte amplía de su estudio privado. Donde en un atril estaba una pintura sumamente bella.

(Nota: La imágen fue hecha por mi, el autoru ojalá sea de su agrado)

—Asombroso, tu la hiciste Rouse? Esta hermosa. —Lucas sumió la mirada en el cuadro miebtras tomaba las manos de su novia entre las suyas.

—Así es, cuando les dije a mis maestros y a mi família que mi proyecto final era una pintura creyeron que debía presentar otra cosa. Pero mira, lo pinte con mis manos y sin ningún pincel... No recuerdo muy bien los colores o las formas, sólo cosas básicas por lo que le fui preguntando a mis amigas que describireran cosas como como el atardecer.

—Esta muy bello, pero no tanto como tu. Cariño. —Lucas le dio un beso en la mejilla a Rouse y ella se abrazó de su novio quedando sus labios juntos.

—Ahora no amor, hoy estarán haciendo revisiones en los estudios y alguien podría entrar.

—Tienes razón, ¡Oh es cierto! Te tengo una notícia, recién me enteré pero me llenó de alegría.

—Y de que se trata, espera. ¿No quieres comer? Pedí espaguetti con albóndigas y están deliciosas.

—No te preocupes, no tengo hanbre. Bueno la notícia es que tal vez vaya a Ciudad Imperial por parte de mi trabajo ¿No es genial? 

La imágen del rostro de Rouse era un cuento. Ella llevó sus manos para tapar un grito ahogado por la sorpresa. De hecho por unas pequeñas fracciones de segundos, Rouse alzó sus parpados notando una pupilas verde que hacía mucho tiempo no veían la luz del sol.

Pero así como por un segundo sus ojos se abrieron, Rouse se abalanzó sobre Lucas oara abrazarlo.

—Eso suena fantástico, tu siempre has querido ir allá. Es la ciudad de los artistas, estoy muy felíz por ti mi vida.

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