{Capítulo 7 parte 2}
El frío calaba los huesos, Ciudad Férrica era algo calurosa durante el día pero por las noches y en especial en las mañanas el frío era bastante de temer.
Los ojos rojos de Luzbel, producto de su amarga travesía de recuerdos, se iban adaptando a la luz que entraba por una ventana en lo alto de su habitación. Un color gris tenue casi como un blanco iluminaba su rostro.
El escritor algo mareado se puso algo de ropa abrigada y empezó a desayunar algo ligero: Un sándwich de mermelada y un té de arándanos , y por extraño que fuera ese día las manzanas no estaban en su desayuno así que algo realmente raro iba a pasar en su día.
Sin perder tiempo subió a su auto con buen tiempo y listo para su cita con la señorita Agatha Petrov.
En otro lado de la vista, Corina hacía un esfuerzo titánico por mantenerse despierta y no dejar que su preciada cama la retuviera con sus cobijas. El sonidos de sus dientes tiritando de frío acompañó a Cori durante todo el tiempo en que se estuvo alistando para salir a su trabajo. Al final su heladera etapa disminuyó al ponerse una chamarra rosa bastante cálida junto a su casi nueva e inseparable bufanda verde.
Luego de tomar un café y un rápido bocadillo de papa y queso salió corriendo hacia su parada del autobús, Corina no sabía manejar y tampoco quería despertar a Daniel para que él la llevara. Al fin y al cabo sólo sería acompañar a su jefe a una cita con una de las mujeres más ocupadas de estas ultimas semanas. ¿Qué podría malír sal?
En fin, Corina ya adentro del transporte mantenía sus ojos en la ventana del autobús. Veía expectante a distintas personas empezar a abrir sus distintos negocios, estudiantes abrirse pasó para llegar a sus escuelas, trabajadores de mantenimiento regando las jardineras de las calles y arreglando las farolas. Toda una ciudad maravillosa a los ojos de Corina. A lo lejos, mientras el autobús paraba en un semáforo, Cori pudo divisar a la distancia sobre una parte alta en la ciudad un local con un letrero que a pesar de conocer el lugar no se había percatado del nombre. "La Tienda de Sabiduría y Paz a Mitad de Precio de Margarita" Todo un trabalenguas.
A solo cinco minutos para que fueran las 6:00 am, el auto de Luzbel se detuvo delante de la agencia de modelaje donde vería a Agatha Petrov, un edificio de un tamaño mediano para estar rodeado de otros edificios de oficinas con mayor tamaño. Pero, desde una de las ventanas de aquella agencia entre las grises cortinas se asomaba una sonrisa traviesa al espiar a Luzbel Goetia. Alguien dentro esperaba dar caza al demonio Lucifer.
—¡Hola, señor! —La voz de Corina sanaba algo lejana para Luz quien la vio llegar desde la esquina de la calle, el viaje hasta la agencia de modelaje le había quitado el frio así que ya estaba todo bien. Además si alguien se preguntaba como Cori llego a la agencia sin conocer la ciudad fue muy fácil... El autobús que tomó llevaba esa ruta en los letreros.
—Hola, Corina. Te estaba esperando ya casi es hora de nuestra cita. Hay que entrar ya.
—Como usted diga jefe.
La figura que contempalaba desde el recinto al escritor y a su colega de trabajo seguía tan sonriente desde el momento en que vio llegar a Luzbel. En seguida la mirada de esta misteriosa persona se fijo en el reloj de su muñeca. Contando los segundos para la cita de Luz.
—Cuanto tiempo desde nuestro último encuentro, querido Luz...
Los pasos del escritor y su compañera de equipo eran firmes, recorrieron el lobby de la agencia y después de pedir informes sobre donde sería la cita con Agatha, caminaron hasta un largo pasillo de paredes rojas y un piso de blanco que desentonaba con el restro del lugar con sus colores blancos y negros. A Cori por supuesto, todo el lugar era bastante genial y miraba con alegría todo el recinto. Cuartos enormes donde algunas modelos pasaban sobre un escenario de ensayos, otra zona donde se tomaban fotografías a hombres de cuerpos musculosos y llenos de crema bronceada que vaya que la dejaron con la boca abierta a nuestra protagonista. Algo que Luz notó de inmediato.
—Corina, te podrias centrar en el trabajo?
—¡Ay Dios! Si señor, lo lamento... Oiga perdón por la indiscreción pero ¿Por qué un escritor necesita de modelos?
Una risa sonó por lo bajo, Luzbel sonrió por la pregunta de Cora que seguía sin comprender la visita que su jefe tendría con la señorita Agatha.
—Bueno, éste lugar es una agencia muy grande de modelos tanto masculinos como femeninos y para un concurso que tendré en Ciudad Imperial necesito a una representante. Y la agencia de Agatha Petrov me sería útil para ello.
Sin un previo aviso, una persona salió de dios sabe donde hacía Luzbel tomando al escritor por los hombros y pegando su cuerpo hacia una de las rojas paredes. Esta persona que había estado acechando a Luz era la mismísima Agatha Petrov. Una mujer esbelta, de piel morena y con una larga melena de color ceniza que contrastaba con una sonrisa blanca de oreja a oreja y sus pupilas dilatadas daban a relucir que estaba esperando con ansias la llegada de Lucifer.
—¡Hola Luci-Luci! ¿Que te trae por aquí? —Luci-Luci era como Agatha solía referirse a Luzbel, por ser una forma adorable de decir Lucifer.
El rostro de Agatha tenía una expresión extraña que incluso daba miedo; una combinación entre alegría, enojo. Además de tener una mirada que parecia la de una mujer completamente desquiciada. Para Corina entender la situación que de por si ya era lo bastante incomoda de su jefe arrinconado contra la pared por esta mujer rara.
—Oh disculpa que no me presente con esta señorita que viene contigo... Yo soy Agatha Petrov, mucho gusto señorita. —Agatha se dio la vuelta hacia Cori extendiendo su mano para estracharla con ella. —Un gusto señorita Petrov, mi nombre es Corina del Río y trabajo con el señor Luzbel.
La sonrisa cálida que Cora siempre tenía era un matiz muy contrastante a la sonrisa casi maquiavélica de Agatha. Algo que Luzbel conocía bien.
—Bien, bien, bien. Pasamos a mi oficia? Estoy muy intrigada sobre lo que quieres hablar conmigo Luz.
Ya en la oficina de la locuaz mujer de mirada perturbadora. Agatha invitó a tomar asiento a sus invitados.
—Y bien? Soy toda oídos... ¿Para que soy buena Luz? Pero antes de que me respondas, señorita Corina ¿No a pensado en ser modelo? Aquí le iría de maravilla si trabaja con nosotros.
Corina se sonrojo por aquella proposición así que sólo negó amablemente la idea dando paso para que Luz pudiera por fin hablar con Agatha.
A ciencia cierta, estar en ese lugar no era del agrado del escritor y eso se veía en sus ojos. Luzbel al ser alguien frío y distante chocaba mucho con la personalidad demencial y casi sociópata que parecía proyectar la modelo. Ellos se conocieron cuando Luz estudiaba la universidad y al tener actitudes tan dispares rápido se volvieron rivales y pese a las diferencias, hablando como escritores era horriblemente grande con Luzbel siendo de hecho mucho mejor escritor que Agatha y por eso nacía de ambos ese semtimiento de inquina y admiración
Luz tenía la destreza y el don de plasmar con alta maestria de forma impecable sus ideas cuando escribía mientras que Agatha en su afán de superar al escritor no se concentraba en mejorar. Al final la señorita Petrov decidió abandonar la carrera de Literatura y dedicarse a ser artista, dedicandose en especial a la pintura y a la fotografía, siendo esto último lo que la hizo tener si propia agencia de modelaje.
—Escucha, Agatha. En un tiempo tendré un festival en Ciudad Imperial y me gustaría que tu agencia de modelaje sea quien me presente.
—Ya veo... Necesitas que yo le de la entrada en un festival de literatura al escritor que me superó. Eres realmente cruel Luci-Luci ¡Y eso me fascina!
—Entonces haré que consigan un voleto de avión para cuando sea el festival...
—No, no, no, no. No hemos acabado con esto Luz, aceptaré ayudarte con una "pequeña condición"
Tras decir eso, Agatha se inclinó sobre Luzbel susurrando algo a su oído dejando que el escritor pusiera una mueca de desagrado por lo que fuera que Agatha le dijo. En cuestión de segundos Luz se puso de pie retomado la compostura y asintiendo ante la señorita Petrov.
—Saldré a tomar algo de aire, Corina por favor anota la fecha que Agatha te de para su condición y la fecha en que sera el festival.
Luz salió de la oficina mirándose en el reflejo de una ventana con las mejillas sonrojadas.
—Y bien? Cuando anoto la fecha, señorita Petrov?
—Oh ju ju ju. Por favor sólo dime Agatha... El festival será el último viernes del proximo mes y en cuanto la condición para Luci-Luci que sea la próxima semana y que espere mi llamada.
—Entonces su festival el proximo mes, y su cita la proxima semana. Gracias Agatha.
Cuando todo estuvo listo, Corina salió de la oficina viendo a Luz reflexionar en que lío se acababa de meter
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