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{Capítulo 5 parte 1}

—¡Wow! Este lugar es enorme. —Dijo Corina mirando la parte exterior de "La Emperatriz Leonesa" Una gran travesía que tuvo que pasar para ella para llegar al restaurante.

Acomodando su ropa y arreglando un poco su cabello se acercó hacia un sujeto que la saludo y cuestionó a donde iba. —¡Oh claro! Vengo por un encargo del escritor Luzbel Goetia...

—Cla... Claro que si señorita. Pase por favor. —En seguida la actitud del hombre se torno mas servicial al escuchar que Cora trabajaba con Luz, y eso no era sorpresa. Antes se mencionó que Luz iba frecuentemente cuando se quedaba sin sus manzanas pero había que sumar un hecho importante en el asunto: Luz no era un simple cliente, su popularidad al ser escritor lo hacía alguien muy conocido en las zonas mas exclusivas de toda ciudad Férrica.

Corina entró de inmediato hasta la barra del bar del restaurante donde la recibió el gerente del lugar. Un hombre joven y de cabello blanco enchinado que hacia juego con sus ojos azulados.

—¡Buenos días, señorita! Me informan que fue mandada por el señor Goetia. Es un placer que el escritor siga eligiendo su humilde restaurante aún.
—¡Buen día! Así es, soy Corina del Río y entré justo hoy a trabajar con el señor Luzbel.
—Mucho gusto Corina yo soy Liber Beanz el gerente del restaurante, imagino que es mucha presión trabajar con Luzbel Goetia.
—Espero que no sea muy así... Vaya, ya veo porque le gusta este lugar a mi jefe. Por cierto, el señor Luzbel me pidió que me viniera por sus manzanas.

—Será un placer, tome. —En un instante, Liber pidió que le llevaran una canasta considerable de manzanas con un color violeta tirando hacia unas tonalidades magníficas lo que reveló una gran sorpresa por parte de Corina.

—¿Sorprendida? Estas son la mayor debilidad, en lo que a comida se refiere, del gran Luzbel Goetia.
—Muy sorprendida diría yo. Nunca había visto o escuchado de estas manzanas con estos colores.

Luego de conversar un rato, Liber mandó a que le llevaran un auto para que Corina no tuviera que caminar de nuevo hasta la editorial.
—Muchas gracias por su amabilidad. —Mencionó Corina despidiéndose de Liber y subiendo al auto, el gerente también se despidió con cordialidad ayudándola con la canasta.

Para cuando Corina se fue de regreso una sonrisa pequeña pero visible se formó en el rostro de Liber. El hombre de cabellos blancos subió una mano hasta su mejilla y tuvo un rápido pensamiento. —"Que chica tan agradable, tiene una muy bella sonrisa."

Enseguida Liber volvió al restaurante aun con una sonrisa bastante traviesa.

Por su parte, Corina seguía mirando intrigada la canasta de manzanas extrañada del color tan raro. De hecho pasó por su cabeza la idea de comer una pero de inmediato recordando que Luzbel no parecía ser la persona mas amable del mundo así que se quedó con las ganas de comer esas raras manzanas.

...

Por otro lado, Lucas llegó al hospital central y fue rápidamente atendido por el recepcionista que no lo hizo esperar mucho tiempo. —Pase por favor joven, la enfermera Belén esta en la cafetería por su descanso, si gusta puede ir a darle su recado.

Lucas así lo hizo y caminó por los pasillos del hospital hasta dar con una puerta que daba hacia las mesas de la cafetería. De inmediato el joven pintor preguntó por Belén a lo que varias personas le dijeron que estaba fue a la bodega a contestar una llamada, así que una vez mas Lucas fue a darle la carta que Luz había mandado.

Cuando el muchacho se acercó a la puerta de la bodega llegó a sus oídos un fragmento "interesante" era el sonido de la voz de alguien del otro lado de la linea: —Tendrás que ganarte toda su confianza hasta tenerlo en la palma de tu mano, cuando logres eso llama a este mismo número.

Lucas estaba algo confundido, pero al fin al cabo no era su asunto. Así que espero a que Belén saliera de la bodega. Belén de hecho se vio algo nerviosa porque Lucas hubiera escuchado su conversación.
—Hola, me mandó el señor Luzbel Goetia para que le diera esto. —El joven pintor fue amable y aparentó no haber escuchado nada de la llamada de la enfermera. —Muchas gracias joven, y lamento que haya venido hasta acá.

Luego de eso, Lucas volvió a su trabajo a pie. Fue muy obvio que a él le había ido más fácil en su encargo.

Cuando Belén tuvo la carta de Luzbel en sus manos, corrió hacia los baños para que nadie descubriera aquella carta.

"Hola, es una forma muy simple de empezar una carta pero creo que la mas apropiada.

Mi querida Belén, disfruté mucho nuestra primera cita si así la quieres llamar. Y me gustaría aun más si saliéramos de nuevo, tal vez pasado mañana. Esperaré tu respuesta... Tengo la certeza de que te va a encantar.

Luzbel G."

Una sensación extraña brotó para Belén, su corazón latía mas rápido y sentía como su pecho apenas contenía su emoción. Ella estaba emocionada por saber que volvería a ver a Luz, pero no sabia cual realmente era la verdad de su emoción.

¿Emocionada por cumplir la misión que Katrina le encomendó? O ¿Genuina mente deseaba repetir su salida con el escritor?

De un momento a otro, Belén guardó su carta y caminó de regreso al comedor para seguir con su descanso. Hacía unos meces que trabajaba para Katrina Goetia y tan sólo unos días desde que ella conoció a Luzbel así que había algo muy raro detrás de todo el asunto que la mujer Goetia planeaba. Y para Belén las cosas no eran del todo claras con Katrina, sabía que las intenciones de la mujer no eran para nada buenas pero el trato que tenia para darle mas cuidados del necesario a su padre internado en el hospital y enamorar a Luzbel todo por recibir una generosa recompensa sonaba muy tentador sin importar que pasara después.

...

Pasaron unos minutos, Luzbel se mantenía abrazado de Valentino había dejado su llanto así que el escritor se mantuvo con la cabeza agachada sin hacer el más mínimo ruido. Valentino por su parte, no quería soltar a Luz pues para él abrazar a su amir imposible era tan sólo uno de sus mas remotos sueños.

—... Gracias, Val. —Susurró el escritor acercándose un poco mas hacia los brazos de su amigo dejando que el peso los hiciera recostarse en el sofá
—No tiene que agradecerlo, Luz. Yo siempre voy a estar para ti. —Valentino respondió igualmente con un susurro estando a punto de recargar su cabeza en el hombro de Luzbel.

—No creo que estés de animo pero aún así haré el intento, ven conmigo y salgamos en la noche. Tal vez te distraiga de tu problema ¿Que dices, Luz?
—Mmh? Esta bien, creo que es lo mejor.

Luz se puso de pié seguido de Val, sólo para que el escritor volviera a darle un abrazo a Valentino.
—Gracias, Val... Y sobre esto, bueno quería pedirte que... Ya sabes.
—No te preocupes Luz, yo no diré nada.
Ahora Valentino dio el abrazo a Luz hasta el punto de aprovechar que era mas alto que Luzbel para dejar un beso en la frente de su amigo, a modo de consuelo, Luz no dijo nada así que Val confirmó que saldrían en la noche y salió dirigiéndole una sonrisa a su amigo.

De camino a su oficina, Val estaba a punto de estallar por haber besado a Luz, aunque hubiese sido en la frente. Pero no podía dejar de pensar en ¿Qué era lo que le había pasado a Luzbel? Aunque el escritor no lo hubiera mencionado, para Val la idea de que era algo relacionado con el tema de su padre tenía mucha lógica.
Cuando el hombre entró a su oficina, cerró con seguro y de inmediato fue a su silla y de uno de sus cajones sacó la foto que tenía de Luz para contemplar a su querido angelito.

—"Oh mi Luz, si tan sólo tuviera el valor para decirte lo que siento por ti." —Pensó Valentino con cierto aire de infortunio. —"¿Quien diría que después de tanto tiempo trabajando juntos y aún no notas que estoy profundamente enamorado de ti."

Cual quiera que fuera la situación actual entre Val y Luz, el hombre sonriente puso algo de música para distraerse y mientras "The Weeknd, blinding lights." Iba con un sonido en aumento, Valentino pensaba en que lugar podía llevar a Luzbel para que este se sintiera cómodo y se distrajera de lo que fuera que le estuviera pasando. Así fue que de entre tantas opciones que llegaron a su cabeza, el folleto de un bar karaoke le llamó la atención decidiendo que sería ahí donde llevaría a Luz, aunque no supiera en lo mas mínimo algo sobre cantar suponía que un ambiente donde vendieran cosas con manzanas iba a ser del agrado de Luz. O eso esperaba.

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